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Exportaciones, inversión extranjera directa y algo más…

No me cabe la menor duda que parte medular del crecimiento económico del 2022 se explica por las exportaciones. Si bien es cierto que el año pasado moderaron su ritmo de avance por las elevadas bases comparativas al enfrentarse a crecimientos de doble dígito; podemos asegurar que contamos con un enorme privilegio al estar cerca del principal mercado a nivel global, siendo vecinos de Estados Unidos.

En 2021, las exportaciones registraron una expansión anual de 18.6%, alcanzando un monto de 494 mil millones de dólares. Considerando los datos disponibles al mes de noviembre, el crecimiento en términos anuales para el 2022 asciende a 8.02%, acumulando un monto de 528 mil millones de dólares. Vale la pena destacar que en el pasado mes de marzo las exportaciones alcanzaron máximos históricos en términos mensuales, con un registro de casi 52 mil millones de dólares.

El crecimiento exponencial de las exportaciones, observado durante los últimos dos años, posteriores a la pandemia, se explica por la solidez de la demanda externa principalmente en Estados Unidos, que es destino del 80% de nuestras exportaciones. Así, en el último año, México ha disputado con Canadá el primer lugar como socio comercial de Estados Unidos tras haber superado a China. Durante el 2022 la demanda americana se mantuvo fuerte, toda vez que el consumo ha crecido 5.57% en los primeros nueves meses del año; además, a la fecha no ha dado grandes señales de enfriamiento.

El Fondo Monetario Internacional ha destacado que el 2023 será un año más complejo que el que acabamos de dejar atrás, donde un tercio de la economía global estará en recesión. El panorama luce bastante retador, es previsible considerar un entorno económico más incierto con alta posibilidad de presenciar una recesión en Estados Unidos.

Esto llevaría a un menor consumo por parte de la población americana, lo que se traduciría en menor demanda de bienes importados. Las expectativas para las exportaciones son de moderado crecimiento, posiblemente alcanzando un incremento del 4.4% para el 2023, menos que el promedio de los últimos 5 años (6.30 %). Las elevadas tasas de interés, y la inflación en Estados Unidos, que se mantendrá por encima del objetivo del banco central gran parte del año, eventualmente desincentivarán al consumo. Además la renovada fortaleza del peso, puede encarecer nuestras exportaciones. Es así que nuestro principal motor económico perderá algo de vuelo.

Mientras tanto, la inversión extranjera directa (IED), también se enfrentará a una base comparativa sumamente compleja de superar. Al cierre del tercer trimestre del año pasado, la inversión extranjera directa acumula un flujo por 32 mil millones de dólares, 13% superior al monto acumulado durante el mismo periodo del año anterior. Sin embargo, vale la pena destacar que el año pasado estuvo fuertemente influenciada por eventos extraordinarios que no volverán a ocurrir este año: la capitalización de Aeroméxico y la fusión Televisa-Univisión que totalizan un monto de 6.8 mil millones de dólares. Es posible estimar que para todo el 2022 la IED alcance una cifra de 40 mil millones de dólares, muy superior al promedio de los últimos 10 años. Esto en gran medida es producto de las reinversiones, y más recientemente del nearshoring, debido al reacomodo de las cadenas productivas. Sin duda alguna este será un factor importante para la IED en el 2023, pero lo será más aun, para los años subsecuentes. Si bien es cierto que enfrentamos ciertos obstáculos en el corto plazo, principalmente la proveeduría de servicios como electricidad y agua, recibiremos en el largo plazo una nueva ola de inversiones que detonarán el crecimiento del sector exportador.

con el desempeño futuro de la industria automotriz, textil y de semiconductores.

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