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Revista Gigante Agroalimentario
AGRO EVOLUCIÓN
IGNACIO PASTRANA CEO de Quinta Fabiana
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ENOTURISMO, SU MEJOR JUGADA
UN HOTEL BOUTIQUE CON VIÑEDO, DONDE LOS VISITANTES PUEDEN DESCANSAR Y DISFRUTAR DE UN VINO TINTO O BLANCO, ES PARTE DE UN EMPRENDIMIENTO HECHO REALIDAD.
POR Héctor Rendón
Un viaje a Valle de Guadalupe, la cuna del vino mexicano, le abrió las puertas para emprender (construir) un viñedo acompañado de un hotel boutique, Quinta Fabiana, que se ha convertido en lugar de descanso que promueve, al mismo tiempo, el enoturismo.
Se ubica frente al lago de Chapala, en Jalisco. El complejo es una herradura que está segmentada en etapas. El proyecto (completo) es de 12 habitaciones, un restaurante, bar, una cava y tres villas; (la primera etapa cuenta con ocho habitaciones, el spa, alberca, el restaurante y el viñedo (con 2,500 metros cuadrados de extensión). En total son 2,120 metros cuadrados de construcción.
Gigante Agroalimentario platicó con Ignacio Pastrana, CEO de Quinta Fabiana, quien nos reveló cómo surgió el plan de negocios, la construcción, los problemas que enfrentó por la crisis del Covid-19 y la apuesta para seguir creciendo.
Es estudioso. Escribió un libro: “quise ser futbolista y me convertí en empresario”. Nos confesó que su camino estaba en el fútbol de Primera División. Fue parte del Club Deportivo Toluca, en la era del Profesor Enrique “Ojitos” Meza. Pero la jugada no salió como esperaba. El destino le tenía preparado los negocios.
Es fiscalista. “Yo soy asesor fiscal desde hace 21 años, me dediqué a ser consultor personalizado de empresarios y empresas; en ese paso estudiamos una maestría en impuestos, licenciaturas en derecho y contaduría pública, y un doctorado en ciencias de lo fiscal. Decía mi papá estudias o trabajas: entonces, me dediqué a estudiar”, comentó.
El ejecutivo explicó que hace 11 años fundó un corporativo Grupo BOSSC; “hace ocho años compramos los terrenos donde está el hotel; fue parte de una estrategia para poder bajar un fondo federal; ese terreno lo íbamos a dejar para un plantío; teníamos la intención de hacer dos ranchos juntos. Con el paso del tiempo mi socio me vende”.
Así fue como, en 2017, empezó con el proyecto del viñedo y el hotel. A finales de 2019 inició la construcción sin saber que, unos meses después, llegaría la pandemia del Covid-19.
La apuesta y la ruta que trazó Ignacio Pastrana estaba en acción. La inversión, dijo, se disparó por la crisis sanitaria, pero nunca detuvo la obra. Como buen emprendedor, mantuvo la construcción en pie.
“Arrancamos el 15 (Octubre de 2021), a los colaboradores los empezamos a contratar en agosto y septiembre para capacitarlos. Es personal que vive en la zona, porque nos salía más caro traerlos de Guadalajara; el 30 de ese mismo mes hicimos la inauguración.
“Hoy en día es el único hotel boutique con viñedo que te da la experiencia de enoturismo. Sí nos costó el arranque, el punto de equilibrio estaba muy abajo; pero en enero tuvimos la vendimia y tuvo mucho auge; a raíz de eso nos impulsó las ventas”, afirmó.
Hay que destacar que el hotel es solo para adultos, aunque, si las familias quieren ir a recorrer el viñedo, hacer la cata, conocer el hotel y vivir la experiencia, pueden hacerlo. Hay recorridos con plática. De hecho, de ahí, los visitantes pueden ir a Mazamitla (pueblo mágico), y aprovechar todo un día.
Ignacio Pastrana comentó que el plan de negocios es expandirse. “Tenemos opciones de crecimiento para más habitaciones; en la parte de atrás del hotel hay opción para un salón de eventos; el hotel se puede rentar para bodas y XV años; el beneficio es que podemos llegar a duplicar las secciones, incluso, el mismo complejo llevarlo a otras zonas”.
Un plus del hotel es su gastronomía: “contamos con dos chefs que hacen cocina de autor; buscamos que los visitantes y huéspedes se lleven una experiencia; tenemos desde un lechón segoviano, agua chile de maracuyá, osobuco de ternera, asados, ostiones y pizzas a la leña, acompañados con maridaje de vinos”.
Para finalizar, el empresario destacó que la VID (uva) que se cosecha en el viñedo es traída de España; ello, luego de una recomendación y estudio previo, lo que les permitió tener una certificación. Las variedades que produce son syrah, carignan, tintas y palomino. Buscan tener una variedad de tinto, blanco y rosado.