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Asistencia Psicológica La vida en pareja con Fibrosis Quística

Los miedos pueden representar un obstáculo para vivir una vida sexual normal y plena; en cambio, la compañía y la intimidad pueden convertirse en recursos saludables.

Muchos jóvenes y adultos con Fibrosis Quística (FQ) tienen pareja, una vida sexual plena, y se plantean formar una familia. Si bien la FQ puede tener consecuencias para la planificación familiar, ella no tendría que afectar el rendimiento sexual ni el deseo de intimidad. Todas las personas, tengan una enfermedad crónica o no, suelen sentir inseguridades y miedos a la hora iniciar vínculos sentimentales con otros. Los mitos y los complejos en relación a lo físico y al desempeño sexual se manifiestan en todos los seres humanos, incluso en personas que no viven con FQ; por esa razón, la vida sexual de alguien con FQ puede ser muy similar a quien no convive con ese diagnóstico. Más allá que las personas con FQ no tienen limitaciones para poder relacionarse con otros, algunas de ellas pueden tener temores sobre el impacto que podría tener en sus parejas el hecho de conocer sobre la patología, y eso sí, puede convertirse en un gran obstáculo para compartir con quienes se sienten atraídos. Poder comunicar en qué consiste la Fibrosis Quística, cómo es su tratamiento y cómo impacta en la vida de cada uno es un gran primer paso para construir vínculos honestos y saludables. Para algunos jóvenes con FQ decidir cómo o cuándo abordar el tema de que tienen FQ puede ser difícil. Tomar medicación o nebulizarse en presencia de alguien que les gusta podría representar un gran desafío. La comunicación abierta acerca de la FQ colabora con un mejor estado de ánimo y una mejor adaptación. Por otro lado, una comunicación reservada, con secretos, aumenta el sentimiento de soledad y puede generar un peor manejo de la enfermedad.

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Es necesario buscar o generar un momento apropiado para conversar sobre el tema. Más allá de cuándo sea ese momento, para que otros entiendan la enfermedad es importante hablar de ella con normalidad. A su vez, también se recomienda encontrar un equilibrio en el volumen de la información que se comparte porque si la pareja consume mucho tiempo hablando de la enfermedad podría ser un problema, pero si nunca habla de ella también podría representar un problema.

Como en toda enfermedad crónica, la FQ podría presentar altibajos y, en algunos momentos, podría disminuir el deseo de tener relaciones sexuales; es en esos momentos cuando cobra relevancia la necesidad de sostener una intimidad que genere un recurso de apoyo. La intimidad pasa a ser ese vínculo cercano, de confianza, de entendimientos mutuos, apoyo y calidez que también genera bienestar.

En definitiva, la sexualidad y la intimidad en una relación de pareja son dos recursos valiosos que podrían hacer más llevadera la convivencia con la FQ porque ayudan a mejorar el estado anímico y la calidad de vida

Sabrina Alejandra Brancatisano Licenciada en Psicología Para pedir turno o consultas: psicologia@fipan.org.ar

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