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Curso “Lo que Jesús comía: La comida en la Biblia y la comida de los primeros cristianos”
Algo que me encanta desde que conocí la IBERO Puebla es su capacidad para estar siempre en proceso de transformación y aceptar ideas tan novedosas como estos talleres sobre la comida en la Biblia.
Desde hace años tenía pensado organizar talleres teórico-prácticos sobre gastronomía histórica; es decir, hablar de la comida de un periodo determinado, y que los participantes pudieran cocinar y comer platillos históricos. Distintas épocas estaban en mi mente, principalmente el periodo arábico-andaluz. Sin embargo, no se me había ocurrido contemplar los tiempos de Jesús. Mi interés por esta época histórica despertó en 2018, en Oxford, durante la conferencia What Jesus Ate de la historiadora israelita Susan Weingarten, especialista en la gastronomía de Israel en los primeros siglos de la era cristiana. Quedé impresionada por cuánto desconocemos de la vida de las personas que vivieron alrededor de Jesús, elementos que probablemente eran también cotidianos para Jesús. Esto me dio pauta para pensar en la gran cantidad de menciones de comida en la Biblia y en el simbolismo de alimentos como el pan, el vino, el cordero y el pescado —y tantos más— para el cristianismo.
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Ahí comenzó mi inmersión en el tema. En primer lugar, compilé todos los libros que decían algo relacionado con “lo que Jesús comía”, y me encontré hasta con menús “bíblicos” con… ¡papas y jitomates! Descubrí vegetarianos diciendo que “Jesús nunca comió carne” y abstemios mencionando que “Jesús nunca tomó alcohol”. Encontré imágenes en iglesias en Perú y Alemania con cuy y cerdo en la Última Cena… Es decir, cuanto más buscaba sobre el tema, más me percataba de que lo que se difunde en las redes sociales y en internet —y hasta en algunos libros escritos por “especialistas”— no se respalda con datos históricos. Posteriormente, hice una investigación considerando solo el material con respaldo científico sobre el tema: libros de historia, agricultura, geografía, arqueología, tesis y artículos, entre otros.

enfermo. Buscando en la tradición culinaria y medicinal de la cultura judaica, tenemos los famosos buñuelos knodel, cocidos en caldo de pollo y que hasta hoy las mamás judías hacen para sus hijos o seres queridos cuando están enfermos. No hay certeza de que fue exactamente eso lo que Tamar cocinó en ese fatídico día, pero es razonable suponerlo, y así lo hicimos para cada una de las cerca de treinta recetas que reconstruimos.
Para entender la comida en el Antiguo Testamento usé fuentes hebraicas, donde los problemas de traducción e interpretación del contexto son mucho menores. Con la ayuda de libros y artículos científicos sobre arqueología, más información sobre agricultura, comercio y vida cotidiana, conseguí reconstruir en forma de recetas actualizadas una gran cantidad de platillos mencionados en la Biblia, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Por ejemplo, con el libro Domestic Cooking in the Time of the Hebrew Bible, de Cynthia Shafer-Eliot, fue posible imaginar lo que Tamar cocinó para su medio hermano. Shafer-Eliot describe, con respaldo de la arqueología, los objetos de la vida cotidiana, los métodos de cocimiento, ingredientes, etcétera. Cruzando estos datos con lo que la Biblia menciona, principalmente usando como base la Biblia hebraica, identificamos que Tamar preparó algo parecido a buñuelos cocidos, no fritos. Debemos recordar que Tamar cocinaba algo para Amnon, quien fingía estar
“Jesús se acercó, tomó en sus manos el pan y se lo dio a ellos. Y lo mismo hizo con el pescado.”
Juan 21,13
La investigación dio como resultado un material muy completo, con una parte teórica que empieza con el Antiguo Testamento, pasa por la época en que vivió Jesús, y muestra los aspectos que han influido en la comida de los primeros cristianos y en tradiciones y costumbres actuales, como el no comer carne durante la Cuaresma. Pero lo más interesante fue ejemplificar la teoría con platillos reales, que serían preparados y compartidos entre los participantes.
Conoce los cursos, talleres y diplomados que la IBERO Puebla tiene para ti:
Formamos un grupo increíble para el taller: hombres y mujeres, jóvenes y personas más grandes, católicos practicantes y no-practicantes. Algunos muy buenos en la cocina, otros sin experiencia con las ollas. Fueron tres días simplemente maravillosos, y lo más emocionante fue que en el último día recreamos lo que probablemente se sirvió en la Última Cena, con el platón del Séder y los simbólicos alimentos que contiene. Nos sentamos sobre cojines en el piso, como era la costumbre en la época de Jesús. Hicimos lo que hacen los cristianos desde aquel día: por medio de la comida nos hermanamos, creamos comunidad.

Yo aprendí mucho con el taller que impartimos, y cada día estoy más convencida de que la comida es uno de los mejores medios de enseñar y aprender, y de que la IBERO Puebla es el mejor lugar para ello.
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