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Salón de Porcelanas
LOS SALONES
PARTICULARES
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SALÓN DE PORCELANAS
Una de las estancias más interesantes por las obras de arte que atesora es el denominado Salón de Porcelanas, que debe su nombre a varias piezas de este fino material que se reúnen en una vitrina de madera decorada con rocallas en dorado. A mediados del siglo XIX, cuando era conocido como Salón Blake, tenía unas dimensiones semejantes a las del llamado de Embajadores, pero fue compartimentado en tres habitaciones tras la ampliación del palacio.
El techo está adornado con pinturas de estilo pompeyano con medallones en las esquinas, en los que se alojan parejas de amorcillos sedentes portando diferentes instrumentos alusivos, entre otros menesteres, a la astronomía y a la navegación (globo terráqueo, compás, telescopio, timón, reloj solar, etc.). Su estilo recuerda bastante el de las figuras ubicadas en los ángulos de la bóveda del Salón Prim.
En las paredes lucen tres excelentes tapices de la Real Fábrica de Santa Bárbara, depositados por el Patri-
Piezas de porcelana del siglo XVIII. monio Nacional en 1941. Realizados en el siglo XVIII tomando como modelo los cartones pintados por Andrés de la Calleja, corresponden a la serie de escenas populares inspiradas en cuadros del flamenco David Teniers. Uno de los paños se titula Mujer ordeñando una vaca (265 x 230 cm; Held nº 143) y muestra a una campesina que realiza este menester mientras habla con un vaquero, de pie a su izquierda, apareciendo a la derecha otra mujer sentada con un cántaro en la mano izquierda, todo ello ante un paisaje con ganado y casas. Un segundo tapiz (265 x 290 cm; Held nº 160), tejido con destino a la Pieza de Café del Palacio de El Pardo según el cartón que se conserva en el Castillo de Las Navas del Marqués (Ávila), representa Aldeanos conduciendo una vaca, en el que una pareja marcha por un sendero, llevando ella una vaca atada con una cuerda; al fondo se ve a dos hombres conversando y un paisaje con una iglesia y altas montañas. En el tercer tapiz (265 x 250 cm; Held nº 164), denominado Gitana diciendo la buenaventura, una mujer lee la mano a
Aldeanos conduciendo una vaca. Tapiz español del siglo XVIII, según cartón de Andrés de la Calleja inspirado en David Teniers.

Gitana diciendo la buenaventura. Tapiz español del siglo XVIII, según cartón de Andrés de la Calleja inspirado en David Teniers.
un hombre con un niño al lado, en tanto que otras tres gitanas están sentadas al pie de una construcción que remata en un obelisco, siendo el fondo un paisaje de árboles y una casa rústica.
El mobiliario consiste en varios sofás, sillones y sillas de estilo Luis XV, pero de fabricación moderna. También moderna es la lámpara, que imita los modelos del siglo XVIII de la Real Fábrica de Cristal de La Granja.
La conocida marca de la fábrica de porcelana de Sajonia de finales del siglo XVIII —dos sables cruzados, en color azul— aparece en un reloj (45 x 22 x 14 cm) con adornos florales y cuatro figuras de amorcillos que sostienen los símbolos de las estaciones del año, luciendo debajo de la esfera una escena pintada con una pareja de enamorados en el campo, todo ello con el suave cromatismo característico de la porcelana dieciochesca. Hacen juego con él dos candelabros (34 x 16 x 16 cm) que tienen igualmente las marcas de Sajonia y presentan similares figuras de amorcillos, estando emparejados primavera y verano, de una parte, y otoño e invierno, de otra.
Del último cuarto del siglo XVIII será el grupo (28 x 25 x 16 cm) de amorcillos en porcelana policromada