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Tipos de percepciones
VIVENCIAS
La dicotomía cerca-lejos, dentro-fuera es de las primeras que salen a la luz cuando se comparan los municipios limítrofes con la capital. Esta característica
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Hay quien, cuando se le pregunta qué cree representativo de Madrid Sur, o qué significa este territorio para él/ella, contesta desde lo que conoce, su vida. Por el relato de su experiencia se puede entender qué es lo que considera esencial o cuál ha sido la relación que ha mantenido con el territorio.

La representatividad es relativa. Cuando el mundo que te rodea tiene un contexto similar al tuyo, no necesitas ningún elemento donde sustentar tu identidad, puesto que nadie la cuestiona. Por ello, al señalar algo identitario no te vendrá a la mente nada más allá de lo que conoces, lo que ves día a día, lo que está íntimamente ligado con tu vida.
Entrevista@San Isidro. Pol, 21 años.
¿Qué crees que identifica Madrid sur fuera de… o sea que lo diferencia de Madrid, de la Peseta, de Carabanchel, del norte…?
Más calidez, no se… si no es de noche, más calidez.
Afirmaciones como la anterior muestran unos valores que el territorio posee. Al ser más pequeño, más residencial, al no haber gente de paso, el territorio se entiende como un lugar conocido, seguro. Hay un sentimiento de comunidad. Esta seguridad conlleva al empleo y la apropiación por parte de los habitantes del espacio público. Una reivindicación que parece más difícil en ciudades como Madrid, donde el espacio público está zoni cado y principalmente relegado al trá co.
Entrevista vía WhatsApp. Laura, 33 años.
Vivir en la zona sur ha supuesto para mí crecer libre y confiada, por un lado, por saber que estas en un sitio pequeño y seguro y por otro lado tener la libertad de moverte sin complicaciones. Veo beneficios en ir andando al colegio, poder quedar con los amigos cerca de casa, poder hacer deporte en parques y zonas abiertas…

Es importante echar la vista atrás a la memoria, escuchar los relatos de las personas que eligieron estas ciudades para vivir, que las vieron crecer. Era gente que venía de pueblos, que buscaban vivir en una ciudad mayor, con oportunidades. Ahora mismo, que las poblaciones han evolucionado a núcleos independientes, con todas las necesidades cubiertas, entienden que su calidad de vida ha mejorado. Para estas personas la memoria trae identidad. El apego por el territorio que les brindó oportunidades les hace destacar estos servicios como elemento principal del paisaje cultural de estos lugares.
Entrevista vía WhatsApp. Loly, 60 años.
Para mí. Es esfuerzo de generación a generación para pasar de zona hostil y desangelada a paraíso residencial rodeada de parques y universidades. Del infierno al cielo, en dos generaciones.

POR COMPARACIÓN
A veces, cuando un concepto es complejo de definir, resulta más sencillo tratar de entenderlo comparándolo con otro. En este caso, la comparación directa es con Madrid. No porque se encuentren en una igualdad cualitativa, sino por su relación centralidad-periferia. El término periferia se ha denotado despectivamente, de niéndose por la distancia que le falta para ser centro, los servicios y la representatividad ausentes que se encuentran en la centralidad. Es normal, que ese constructo social haya calado tan hondo, y muchas de las percepciones del territorio periférico por parte de sus habitantes se traduzcan en comparaciones con el centro. No sólo comparaciones en las que sale perdiendo, sino de reconocimiento de los valores que estas poblaciones pueden ofrecer frente a la capital.
La dicotomía cerca-lejos, dentro-fuera es de las primeras que salen a la luz cuando se comparan los municipios limítrofes con la capital. Esta característica se presenta cada vez más diluida debido al crecimiento expansivo de la ciudad, la metrópoli. Las rápidas comunicaciones con el centro y la conformación de estos municipios como autosuficientes hacen que esta relación de distancia ya no esté asociada a una dependencia, aunque en ocasiones siga representando un anhelo.
Entrevista vía WhatsApp. Miriam, 25 años.
Crecer en la periferia madrileña te enseña lo que es estar dentro y fuera de las cosas al mismo tiempo… Siempre cerca, pero lo suficientemente lejos como para que el ritmo resulte anacrónico.
Precisamente, la diferencia de ritmos es uno de los valores que mucha gente destaca. La tranquilidad que ofrece vivir en municipios cercanos es una ventaja frente al movimiento, el bullicio y el estrés que representan la capitalidad.
Entrevista vía WhatsApp. Lucía, 25 años.
Ahora mismo me gusta vivir en la zona sur porque me he acostumbrado a la tranquilidad y comodidad. Creo que no podría vivir en un centro de ciudad con tanto movimiento y estrés como Madrid.
Las dinámicas desaceleradas de la periferia no significan que las ciudades no sean funcionales. Por su condición satelital y representativamente secundaria a nivel nacional y global, se han librado, por ejemplo, de todo el tráfico humano de paso. Nunca se comportarán como lugares puente, como Madrid, sino lugares estanciales, que la gente vive. Este hecho algunos lo pueden considerar beneficioso para la salud incluso.
Entrevista @Línea 12. Móstoles Central. Pareja de la tercera edad.
Hombre… aquí como más sano es. Porque allí teníamos en la misma calle Santa Engracia lo mismo pasan los bomberos que va la cruz roja, las ambulancias…
Esto está relacionado también con la cantidad de espacio público. Es cierto que el espacio público de los municipios satélites, exceptuando los grandes parques, no se caracteriza por su representatividad. El espacio público nunca se concibió desde un punto de vista estético, sino más bien como una cuestión de llenos y vacíos. El espacio interbloque es el más característico. Sin embargo, si se compara con algunos distritos de Madrid, con los más próximos física e idiosincrásicamente, los distritos sur de Madrid como los Carabancheles o Villaverde tienen mucha menos super cie de espacio público. Al haberse desarrollado con tipologías edificatorias de menos densidad, la vivienda ocupa un alto porcentaje del suelo, quitándoselo a posibles plazas o espacios intersticiales.
Entrevista @Leganés. Mª Luisa, 59 años.
Sí, el espacio es importante, los parques, árboles… es importante porque a lo mejor puede haber un bloque muy grande de muchas viviendas, que no es el caso en esta zona, pero es lo que te digo, si luego abajo tienes una plaza y el siguiente bloque, grande también, está a una distancia, no tienes la sensación de que abres la ventana y te encuentras con el vecino al otro lado, y que sabes lo que está haciendo, y eso hay barrios que es así. Aquí en Leganés es en Zarzaquemada, pero en Madrid hay muchos barrios así, más incluso. Porque creció a lo bestia y venga que tenemos que hacer pisos, que tenemos que hacer pisos, entonces hay barrios que son eso, enjambres.

Sin embargo, precisamente por la posición de Madrid en otras esferas, es una ciudad que indudablemente ofrece más posibilidades. Los habitantes de estas ciudades periféricas cuentan con el beneficio de permanecer fuera de ese bullicio y movimiento, pero lo suficientemente cerca como para poder lucrarse de las oportunidades que se abren debido al factor de capitalidad.
Entrevista @Línea 12. Universidad Rey Juan Carlos. Mª Luisa, 64 años.
Es que está mucho más limpito… y yo soy madrileña acérrima eh y mato por Madrid, pero está mucho más limpito… Sí y muy bien, en eso muy bien. Luego, pues cuando quiero una tienda determinada, pues me voy a Madrid, incluso me voy hasta donde vivía muchas veces para comprar cosas… Ahora, es verdad que aquí tienes todos los centros comerciales que hay todo lo que hay en Madrid si te vas a un centro comercial.
Las plantas comerciales han sido intentos del área metropolitana de crear áreas de centralidad. Para responder a la demanda de usos terciarios y aprovechando los grandes espacios vacantes entre el suelo residencial y las infraestructuras viarias, se construyeron numerosas superficies comerciales, con el objetivo de que éstas crearan nuevos centros. Aunque desde un punto de vista económico la estrategia funcionó (en la mayoría de los casos), es evidente que no ha sido motor suficiente para crear centralidad. Los centros comerciales no crean comunidad, son lo que Augé denominaba no-lugares (Augé, 2008).

Entrevista @Línea 12. Getafe central. Grupo de chicos menores de 20 años.
A ver… en Madrid hay ambiente, hay gente ¿y en Getafe? Ya bueno, pero es distinto… pero allí al menos ves algo
Queda clara que la centralidad reside en la confluencia de muchos factores sociales, geográficos y políticos, pero muchas veces, es curioso cómo se simboliza.
Entrevista@San Isidro. Juan Carlos, 26 años.
Es que total, los buses azules ya son el centro. Todo lo que no sea un bus verde, eso es el centro.

RASGOS IDENTITARIOS
Cuando se pregunta a los habitantes por las características que diferencian su espacio de otros, los referentes que se les vienen a la cabeza son de diversa naturaleza. No siempre son históricos, ni hitos urbanísticos. A veces, lugares de alta intensidad de uso como los centros comerciales, o de presencia mayoritaria, como una tipología edificatoria, por banales que sean en concepción y la poca voluntad representativa que tuvieran, hacen que tomen relevancia en su imaginario.
Entrevista@Línea 12. Fuenlabrada central. Grupo de chicas de 17-18 años
si a alguien que no es de Fuenlabrada le tenéis que decir qué hay, ¿qué le decís?
Hay un centro comercial
Ya se ha apuntado que las superficies comerciales no son capaces de crear centralidad, no tienen la complejidad suficiente. Sin embargo, por la intensidad del uso, la gran super cie que ocupan o el tráfico de personas que sostienen, si pueden parecer un lugar representativo. Se ha comprobado que muchos habitantes creen que los centros comerciales son lo máximo que el municipio puede ofrecer, ya que los traslados desde otras ciudades (Madrid) suelen tener como destino estos lugares. En la actualidad, los municipios periféricos han entendido la oportunidad de reclamo que supone y están siguiendo una tendencia de convertir las superficies comerciales también en lugar de ocio (X-Madrid, Xanadú).
En muchas ocasiones, sobre todo para adolescentes, el centro comercial es un lugar social, es un espacio (aunque privado) de uso público, resguardado del clima exterior, donde poder ir y socializar, un centro de reunión librado de su concepción capitalista.
La esta es otro factor que los habitantes creen digno de mención. Por sus orígenes agrícolas, la esta ha estado asociada a los patrones y tiene una tradición arraigada. Con el paso de los años, el contenido de las estas ha ido cambiando, pero siempre ha sido importante para la población, teniendo todos los municipios un espacio reservado para ellas. Un recinto ferial.
Entrevista@Línea 12. Getafe central. Grupo de chicos menores de 20 años.
¿Cómo vendes Getafe a tus amigos para que vengan?
Pues yo que se… en estas les digo que hay feria y gente o yo que se…
Aunque no siempre son los que tienen más peso, elementos históricos dentro del casco urbano también forman parte del paisaje de estas ciudades. La torre de la iglesia que aparece en el dibujo, o edificios patrimoniales, forman parte del pasado de estas poblaciones y también intervienen en la formación de la imagen. De manera inteligente, los municipios han transformado algunos de estos edificios, que se encontraban en desuso, como cuarteles militares, antiguos hospitales, etc. en Universidades, Centros Culturales y otros servicios. De esta manera han conseguido aunar la importancia histórica con la intensidad de uso, ganando representatividad.

Entrevista vía WhatsApp. Loly, 60 años.
Paraíso residencial rodeada de parques y universidades.
No por calidad, sino por cantidad, el parque residencial forma parte del paisaje urbano del área metropolitana. Mires donde mires encontrarás bloques de ladrillo, con lo que se construyó prácticamente todo desde 1980. Por muy trivial que parezca y sin ser su pretensión, son un elemento incuestionable del paisaje.
Entrevista vía WhatsApp. Miriam, 25 años.
Una identidad de barrio que, sin aspirar a ser nada, sigue recibiendo cada tarde un atardecer rojizo que invade cada ladrillo y los toldos verdes de los edificios que componen sus calles.

Tal y como se había planeado, el suelo urbano, ese mar de bloques, está rodeado por zonas verdes o restos de campo. Estas zonas no antropizadas, son lo que nos hacen estar aquí y no allí. Pertenecer a este lugar y no al que se encuentra al otro lado.
“Los umbrales en cuanto a transiciones ritman, articulan e incluso narran el espacio y el tiempo. Posibilitan una profunda experiencia del orden. Los umbrales son transiciones que requieren mucho tiempo…. Los umbrales hablan. Los umbrales transforman. Más allá del umbral está lo distinto, lo foráneo. Sin la fantasía del umbral, sin la magia del umbral, solo queda el infierno de lo igual.” (Han, 2020, pág. 51)
Entrevista vía WhatsApp. Miriam, 25 años.
El skyline lo define la fila de árboles que habitan el parque Polvoranca y las ruinas romanas mal protegidas con una verja metálica.
De igual manera que se extraen conclusiones de la identidad paisajística del territorio por el reconocimiento de elementos representativos para las prácticas espaciales, el defecto de éstos también proporciona una idea de su carácter. Como ya se ha señalado, la identidad no fue una preocupación en la construcción de estos municipios, sino el desarrollo pragmático. La percepción de la falta de rasgos identitarios es la consecuencia directa de esto, y conforma también su esencia.

El elemento que une, que trae cerca lo lejano y supera el umbral es claramente representativo. Muchos ciudadanos realizan trayectos diarios en la red de cercanías, es un acto cotidiano. Las vías tienen una fuerte presencia en el paisaje, son líneas de fuerza que estructuran municipios y en ocasiones separan barrios. Es lógico, por tanto, que las vías de tren que van al aire libre (no como las de metro) supongan un elemento reseñable en el paisaje. También lo son las estaciones que gracias a su condición y a su posición conforman nodos, lugares de intercambio. Este hecho conlleva el desarrollo comercial y la actividad social en torno a ellas, percepciones que han sido representadas por alguno de los sujetos entrevistados.

INADVERTENCIA DE RASGOS IDENTITARIOS
«Los suburbios existen sin un pasado racional y sin los ‘grandes acontecimientos de la historia’» (Smithson, 2006, pág. 20)
De igual manera que se extraen conclusiones de la identidad paisajística del territorio por el reconocimiento de elementos representativos para las prácticas espaciales, el defecto de éstos también proporciona una idea de su carácter. Como ya se ha señalado, la identidad no fue una preocupación en la construcción de estos municipios, sino el desarrollo pragmático. La percepción de la falta de rasgos identitarios es la consecuencia directa de esto, y conforma también su esencia.

Entrevista@San Isidro. Juan Carlos, 26 años.
Fueron ciudades dormitorio, pero ahora, pues de agrandarse y tal… han ido formando su propio núcleo, entonces tiene su subcultura, su tal… su … ¿eres de este barrio? No tío yo soy de aquí porque vivo en la casa de la derecha de allí.
Al haber asumido que su rol no es el representativo, la población de estas ciudades empezó a tramar la cultura mirando hacia adentro, hacia sí mismas. No hay una necesidad de que nadie entienda la cultura, nadie va a ir allí a hacer turismo. Esto refuerza el uso de unos códigos propios, una nueva toponimia que formará parte de la identidad del lugar.
Entrevista@Línea 12. Getafe central. Grupo de chicos menores de 20 años.
De verdad que no hay nada.
…Es que tampoco tenemos que ir a ningún lado, quedamos en el parque de debajo de casa. A estar con los amigos y ya está.
Cuando al intentar pensar en algún elemento del paisaje a destacar nada se pasa por la cabeza, no es que el sitio sea anodino, que no tenga ningún hito. Es simplemente que, es tan propio que, al responder únicamente a códigos internos, no se entiende que pueda trascender. Esto es un error de concepto. Las prácticas espaciales producen espacio y generan identidad. Dentro del espacio público, cada sujeto elige dónde juntarse con otra gente, dónde ir para evadirse o dónde pasear a su perro.
«Estas “maneras de hacer” constituyen las mil prácticas a través de las cuales los usuarios se reapropian del espacio organizado por los técnicos de la producción sociocultural.» (Certeau, 1996, pág. 44)
Conocer un lugar, convivirlo, reconocerlo es también crear espacio. El paisaje no se entiende como una verdad única, sino como un mosaico de visiones y relatos, que por personales y triviales que parezcan son válidos. Estos paisajes afectivos, cotidianos, son una capa más que se suma al espacio concebido. Como ocurre con el lenguaje empleado, el espacio planeado es el sentido propio, un lenguaje objetivo y accesible (plaza en la calle de Austria), mientras que el espacio percibido, el producido por las prácticas espaciales se asemeja más a un lenguaje figurado (la woken), es la creación de una nueva simbología a partir de los mismos elementos. (Certeau, 1996). Es importante aclarar que este fenómeno no responde a una visión única y definitiva, sino que será transformable, coincidiendo con la cualidad dinámica de la identidad a la que responde.
Desde espacios que son referencia por su presencia física y social (centros comerciales, parques, recinto ferial) hasta la toponimia más local pasando por elementos estructurantes (red de cercanías renfe), tipologías edificatorias (bloques de ladrillo) y los vacíos que dejan entre ellas (espacio público interbloque), umbrales y vacíos. Esta es la imagen que perciben los habitantes de la ciudad, extraída de sus relatos. Es una imagen plural en cuanto a escala, alcance y relación directa con el urbanismo. Es un mosaico de visiones arrojadas sobre el paisaje, significativa pero cambiante. Puede servir como referencia, pero nunca como verdad absoluta, pues nunca fue su pretensión.
