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El valor del relato
Hasta ahora hemos hablado de como el contexto, el que Milton Santos denomina el sistema de objetos (Santos, 2000), condiciona la identidad del territorio. Pero, como ya hemos apuntado con anterioridad, hay más actores que contribuyen tanto en la creación del espacio como en la creación de la imagen que lo representa. Las personas que habitan el territorio son también responsables de su imagen. Constituyen el sistema de acciones (Santos, 2000), son responsables de la producción del espacio percibido (Lefebvre, 2013).
Comprender cómo la sociedad ha modelado la región es una tarea casi inabarcable. Para poder acercarnos de alguna manera a comprender la imagen que tienen sus habitantes del espacio que ocupan, se ha recurrido a un análisis cualitativo. No se trata de una encuesta realizada a una muestra de la sociedad significativa para analizar cómo han respondido ante las variables dadas. Se ha querido dar valor al relato, a la percepción personal, a la memoria.
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«Los recuerdos nos encadenan a este lugar… Es algo personal, eso no le interesaría a nadie, pero en n eso hace, a pesar de todo, el espíritu de un barrio.» (Le Monde, 4-III-1977, citado en Certeau, 1996)
Buscando la coherencia, el lugar donde se han realizado las entrevistas ha sido la línea 12 de Metro. Esta red de transporte es la referencia de la movilidad transversal entre los municipios del ámbito de estudio. Es el único espacio (físico y figurado) que comparten como región, una línea circular que atraviesa los cinco núcleos. Esta particularidad hace que el espacio ofrezca una muestra característica de habitantes de la región. Dentro del vagón, se ha ido hablando con usuarios de Metrosur, de distintas edades y géneros, hasta tener una colección de relatos personales suficiente. Esta su ciencia se justifica por la saturación. En el ámbito de la investigación cualitativa se define el principio de saturación, el cual pone el límite del trabajo de campo en el momento en el que, tras haber escuchado una cantidad de relatos, no se obtiene información nueva con más entrevistas, o la información obtenida resulta repetitiva.
Como complemento a la colección de visiones recabada en la línea 12 de Metro, se ha preguntado a habitantes concretos, pidiéndoles una breve descripción o una idea.
A todas las personas entrevistadas se les hicieron las preguntas: ¿qué es para ti Madrid sur? ¿Qué implica vivir aquí y no en otro lugar? Si tuvieras que explicarle a alguien de fuera cómo es Madrid sur, que lo distingue de otros lugares, ¿qué dirías?
Son preguntas abiertas porque no pretenden enclaustrar una respuesta preconcebida. No quería confirmar ni desmentir una percepción que yo, como habitante, también puedo arrojar sobre el territorio. El interés a estado en conocer qué es lo primero que responden las personas al preguntarles por la identidad (lo que distingue este espacio de otros), porque cada individuo entiende este concepto de una manera. Hay personas que hablan de su manera de vivir, quienes explican la identidad por medio de la comparación, quienes hablan de conceptos paisajísticos y urbanísticos, etc. Debido a esta variedad de respuestas, fruto de la intencionada naturaleza ambivalente de la formulación de las preguntas, ha habido que hacer un esfuerzo en la interpretación y la clasificación de la información obtenida.
Primero, para perseguir el objetivo de la investigación, ha habido que obtener, de los relatos escuchados una imagen, para poder definir la identidad en su vertiente paisajística. Segundo, se ha clasificado las respuestas según su manera de entender y explicar la identidad.
