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INTRODUCCIÓN

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CONCLUSIONES

CONCLUSIONES

INTRODUCCIÓN

Caracas sufre de un síndrome recurrente, en donde, las tensiones socioculturales y barreras mentales; las incompatibilidades sociales, las diferencias políticas y económicas; y los quiebres físico-geográficos predominan entre zonas que son físicamente contiguas; el crecimiento de una ciudad caracterizada por aglomeración de fragmentos dispares yantagónicos se ha ido extendiendo desde su fundación. El desarrollo de la ciudad espontánea y no planificada donde la anarquí,a y el caos destacan como cualidades principales de esta expansión, desde niveles sociales hasta la forma urbana de estos fragmentos, hace que intervenciones urbanas que vinculen los espacios antagónicos, sea pertinente.

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A pesar de que estos lugares están vinculados al mismo fenómeno de ruptura, las zonas generadas por la fragmentación no pueden entenderse como unidades separadas. La fragmentación de la ciudad fue evolucionando y está asociada, de manera general, a tres factores. En primer lugar, a los quiebres físico-geográficos, como la topografía, sistemas hidrográficos y la condición de valle donde se asienta Caracas. Lo cual le otorga la particularidad de ser una ciudad que no puede expandirse en el territorio, sino que debe densificarse “hacia adentro” (Cardona, 2003).

En segundo lugar, la condición de fragmentación viene dada, en parte, por lo fortuito de la planificación, compuesta de múltiples capas históricas y esquemas urbanos de cada época (Gonzales Casas, p. 29, 2012), sin tomar como precedente los intentos anteriores de ordenación. La suma de procesos de cambio que han sido independientes unos de otros, constituyen a una parte esencial de la evolución del “problema”.

Finalmente, el factor social vinculado a la fragmentación de Caracas tiene relación con la segregación que sufren en la ciudad sectores que se encuentran separados por los niveles económicos de sus habitantes y consecuentemente, los estratos sociales más bajos se encuentran marginalizados. Aunado a esto el descontento social de los Caraqueños, se asocia a la inestabilidad

política que ha sufrido el país en los últimos veinte años; donde no solamente existen diferencias entre los ciudadanos, sino que se han reconocido sectores específicos de la ciudad a posiciones políticas particulares. Estas tensiones sociales, han generado en la ciudad escenarios constantes de anarquía, descontento y caos.

Resultando de estos tres factores, se formaron en Caracas sectores que traen consigo la idea intrínseca de microciudades en la ciudad. El concepto de partes dentro de un todo es la idea recurrente.

Estas particularidades se han considerado como una debilidad en la ciudad, enfocándose siempre en la desconexión y buscando propuestas que homogenice el espacio urbano, tratando de borrar las diferencias y unificar ambas partes. Pero si se asume esta diversidad como una cualidad y riqueza propia de la ciudad; la heterogeneidad no solo se convierte en un aspecto positivo, sino que se transforma en herramienta de cambio, donde no solo existen dos partes separadas por una barrera si no que aparece un tercer elemento: el espacio intersticial, el cual asoma la posibilidad de entretejer y articular los sectores urbanos antagónicos.

Es por la necesidad de aceptar las diferencias de la ciudad como una riqueza, que se busca utilizar el espacio intersticial entre sectores antagónicos como un catalizador. El cual, mediante estrategias proyectuales urbanas y arquitectónicas, que estén caracterizadas por: la evolución progresiva del espacio; estrategias de adaptabilidad relacionadas a las necesidades variantes del lugar; y estrategias urbanas y arquitectónicas graduales; pueda volver a tejer espacios que se encontraban disfuncionales. Consecuentemente, este tipo de acciones sobre el territorio generarán una lectura más rica de Caracas y una transformación en la experiencia urbana.

El limes es aquí, pensado como un espacio en el cual es posible habitar (en el doble sentido de habitare y de colore). Habitar significa cultivar un territorio, algo más radical que la simple ocupación de un espacio abstracto. Significa convertir un espacio en tierra de cultivo y culto (colere), hasta constituirla en colonia. (Trías, Eugenio. Lógica del límite, 1991, pág. 2122)

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