
4 minute read
Javier Cartago
(Valladolid)
«Un viajero entre paisajes y espacios en blanco y negro».
Advertisement
Un poeta nuevo buscando el camino de la Poesía.
Con «Tregua», y sin tregua.
RECUERDA
Yo también recorrí las plazas y las terrazas que ahora ocupas.
Yo también sonreí y reí con emoción y prisa derramando la cerveza antes del último café.
Poblé esos muros que ahora recalifican y tropecé con las piedras que ahora ya no ves.
Miré casi con tus ojos.
Bailé y salté muy cerca, con otra música, pero la misma fuerza.
Recuerda, recuérdame, recuérdanos.
Aunque somos distintos, pusimos los pies en el mismo río y caminamos bajo el mismo cielo que te cobija.
JAVIER CARTAGO Inédito
MI SOLEDAD
Mi soledad, unas veces se viste de hotel, dónde se pierde del viaje. Otras incluso, está tan poblada, tan densa de sí misma que necesita de toda una cadena de hoteles, no demasiado fascinantes, no demasiado elegantes para reposar, para descansar de sí misma.
Antes, como todas las noches nos despedimos las chicas de Hooper y yo desde la distancia eterna, nos miramos, y volvemos, a nuestra habitación; a nuestro tiempo como quien vuelve a su nicho.
Porque mi soledad como una sima de besos perdidos,
como un cementerio de almas rotas,
está poblada de muerte y llena de olvido.
JAVIER CARTAGO Publicado en “Tregua” LapizCero Ed. 2016.
A LOS HOMBRES QUE SOÑARON CON EL RAYO
El agua besa mortalmente a la roca para labrarla. Y la roca canta con el agua. Las estrellas se alejan cada noche. Y los hombres las acercan cada mañana en carros de cometas. El camino se puebla de maleza. Y la vereda se limpia cada día. La pregunta surge ante la duda y la respuesta viene en embalajes de hojalata. El dolor del poderoso crea el olvido del vencido, el recuerdo en los sufridos crea la memoria. Si no hay llama ¿cómo arderá el fuego? ¿Quién nos hablará de poesía si no se inventa el verso? Si el verso se seca o el alma se abandona a la pereza ¿Quién despertará nuestra conciencia de sus temores? ¿Quién en la noche abrirá el vacío? ¿Quién nos dará regalos contra el miedo? En ese espacio que hay entre la calma y la tempestad. ¿Quién nos recordará el valor del trueno ante los rayos? Hay un hambre que solo se sacia con justicia, hay un hombre que se llenó de hambre para despertar al pueblo. Hay una soledad que comparte un universo. Vendrán los ecos lejanos. Como en la montaña avisando con el relámpago al pastor. El destello del rayo tan espectacular y solitario. Es el pregonero de las gotas que detrás de él vendrán. Sólo la lluvia sabe del valor del viento. Solo el hombre sabe del valor de la utopía y de los sueños.
JAVIER CARTAGO Publicado en “Tregua” Lapizcero Ed.2016
GOLONDRINAS
Aun llevo una golondrina en mi pecho que me recuerda la alegría, el paso firme y verdadero de los momentos perecidos.
Aun llevo una canción que bordaste en tu boca y pegaste como un chicle en el salpicadero del coche.
Todo. Todo, todo lo llevo en la maleta.
Tu risa, tu vapor en mis gafas. Tus suspiros, tu espacio, tu lento dormir. La vida en una senda, los recuerdos en una caracola. El vuelo de los pájaros regresa.
El mar se alegra con sus olas de verme, en un abrazo de sal. Soy como él, móvil y evaporable.
Pero aún confío en la alegría y, en la golondrina en mi pecho, que dejaré para siempre como un vuelo eterno de esperanza, más allá de todo llanto.
JAVIER CARTAGO (Inédito)
65.000.000
La sombra es pájaro de ausencia, vuela en escalas polifónicas el alma. La verdad es un drama escondido en bambalinas de miseria. Y el tiempo vuelve a la derrota. Toda mirada es turbia en el paraíso perfecto. Toda justicia no es ciega en el edén. Los cascos dan música a los sordos. Y los que ven se ponen gafas de madera. La inocencia habita en el naufragio, la espera es un canto de cualquier playa. No hay linimento para curar el dolor, no hay llanto para detener el miedo. Cada instante perdido sin justicia es un robo a la conciencia de los pueblos. Podremos ser la civilización, la cultura de culturas, el ego de los egos; pero sin generosidad, sin dignidad todo trabajo es baldío, toda espera, un genocidio.