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-Invitados especiales: MJ Romero-Luis Miguel Rabanal
Invitados especiales:
SER, ESTAR, ESCRIBIR… VIVIR: EN PAREJA
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A manera del otro:
El poeta -el buen poeta- está dispuesto a compartir con quien conoce y ama de otra manera. Está impelido a hacerse él en el otro, dándose; obligado a dejar que el otro respire por su aliento. Aspirar y espirar de otro modo -al modo del otro-; dejarse empujar por la poesía... y renunciar ambos a toda expiración fatal. Salvarse. Vivir eternamente. (agf)
Poemas de MJ Romero
Cómo cantar un poema bálsamo para consuelo de cualquier desconsolado
Recitar es poco no pronuncies canta el poema sobre una música nube de fondo silencioso canta sin articular palabras solo tu voz cuerpo voluminoso y torpe apoyado sobre la barandilla que da al mar y descalzo sobre tierra aumenta las heridas de tus pies cansados hasta hacer grietas insalvables hacia el hueso él es el punto meta donde llegará tu voz hasta convertirse en amargura ósea solo entonces tus huesos podrán recitar el poema en simbiosis de consuelo desconsuelo.
De Outsider o todos mis tutús en vos
Palabras baldías
Cuando vivía en la tribu qué fácil conseguir el agua que saciara mi sed pero ahora anacoreta en medio del desierto sin agua recorro kilómetros y kilómetros de pensamientos baldíos para encontrar una sola palabra una única palabra que sacie mi sed.
De De Ciudad Blonde
ORUGA SOBRE EL PUENTE
Antes de que se cierre el tiempo y el amarillo del mundo sea una ilusión, seré labios de Blonde. Cantaré en una cantina de la estación central. Seré uno de los animales rotos queriendo llegar al otro lado de la carretera. Olvidaré todas las lenguas de babel. Sin alcanzar quizá el arco irisado.
De Laberintos
La ciudad era una fiesta como un parís sin fecha en celuloide una tartana fuera de su tiempo los habitantes ya escaseaban entonces no mendigues fuera de tu calle rezaba en un cartel del antiguo consistorio donde ellos mendigaban ladraban los perros callejeros sin cesar y hambrientos algún buitre llegado del bosque más próximo sobrevolaba sus piezas ya habían pasado las bicicletas hacia la playa y no circulaban por la calzada principal los tranvías amarillos las salas de juego situadas en las esquinas de las calles estaban cerradas y sin música llamativa hacia el silencio de los jugadores compulsivos el regidor seguía sentado bajo los soportales casi ciego como una estatua leal en su vejez a la ciudad de piedra.
Del libro inédito La Donna del claqué o no me nombres
Aderezar
Ser atrezo de los días en otros colocar las horas de las llegadas y de las despedidas las retamas y los tomillos lavanda en el aroma de las voces cuando sucede la ausencia un sonido de campana como si fuera un fin de recreo y el colegio se llenara de silencios entre árboles sobre la tierra y sus grumos amasados con las gotas de la lluvia.
Del libro inédito No hay valientes en el paraíso
Poemas de Luis Miguel Rabanal
Para que los labios incluyan tu nombre a pesar del fuego que ocurre, para que la ubicuidad nos prefiera. Sueños sobre la arena y hazañas del que mira, se hará de día como un embuste. Dispones del plazo, eres el dios obsceno que destruye horas hasta su propio asombro.
Es como el ahogo, se enturbia al pensar el dislate. El pecho se diluye en la sinrazón, el hombre del saco acuchilla la garganta, es noche para el olvido. A mi lado no hay nadie, el silencio cualquiera lo leerá al huir, a su lado no debe haber equilibrio. Es como esta tos.
Él enferma de mañana, no modula su excusa ni le salen palabras. Teme el agua que ha tragado con cosas. Nunca más dará el salto que aterra, no deja de hablar y sus sentidos no gesticulaban por él. Me subiré a su sueño, el bicho que repta y repta por si le apeteciese encontrarme.
Intuyes que no, que no ha mentido, esbozas el signo de la emoción y es suficiente morir. Morir por la mañana y que lo desconozca el otro, a veces su cuerpo confunde el deseo con el daño que hubo. Te explico mis palabras para que te amedrentes al cesar la lluvia, nadie garabatea ahora en tu regazo. Solo un disfraz, solo un nombre.