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Alfredo García
ALFREDO GARCÍA FERNÁNDEZ
(Coordinador)
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Pide entrada al parnaso de los poetas (inéditos)
imago: (1)
quizás exista algo que no es revés, que no es enrevesado... ¡que sólo ES!
imaginación: miro la imago, acostado, tumbado sobre la hierba, al costado del sueño ¡que sólo puede SER!
ensoñación: quedo mudo, adormecido, arrullado por esa nana de la nada más sublime ¡que sólo debe SER!
REALIDAD: vengo de la idea a la palabra, a la “cosalidad” de lo verde y lo azul: humus, hierba, cielo infinito ¡que nada más ES! y todo lo demás sobra
«para ver y escuchar, mira este código» (1)
James Joyce y la escritura caótica:
El monólogo interior, o flujo de conciencia, es una técnica que intenta plasmar en el papel el flujo de presión del mundo real y el mundo interior, imaginado por alguno de los protagonistas. Con frecuencia, en este tipo de literatura, resulta complicado descifrar lo que ocurre. Normalmente, los escritores utilizan largas oraciones que se mueven de un pensamiento hacia otro. En algunas ocasiones, evitan utilizar signos de puntuación para no romper el flujo de ideas. También es una característica una sintaxis menos desarrollada, omisión de verbos u otros elementos conectores, cambios radicales del foco del pensamiento, interrupciones repentinas o repeticiones dubitativas. Así mismo, es frecuente el uso del estilo libre indirecto; es decir, la inclusión de pensamientos del personaje en el relato del narrador.

Cuadro de la serie «Brujas» de Cástor
«El monólogo interior de todo artista verdadero puede parecer caótico. Esta composición de Cástor refleja la presión -y tensión -entre sus mundos: el interior que le oprime, y su relato exterior, narrado en su arte.
Cástor González Álvarez tuvo siempre afinidad y cariño a León, a pesar de los pesares...»
Monólogo:
caray carajo mi pensamiento es indisciplinado tanto que llega a ser ilógico va y viene y mariposea las flores marchitas de mi jardín que casi está reseco por mi desidia por mi falta de previsión por mi falta de lógica y yo me quedo seco de ideas y encharcado en pensamientos impuros no puros digo casi casi impúdicos casi atribuibles al diablo aquel ángel presumido que quiso pasar de dios superar a dios adorarse a sí mismo hay que joderse que me gobierna desde dentro y me oculta el dios primero que debería ser que debería gobernar mi sentimiento porque sentir es lo que importa no lo que vale ni lo que cuesta ni lo que se cobra la vida mi vida está llena de intereses humanos rastreros a ras del cielo debería volar como una mariposa como una abeja como un colibrí como una golondrina atolondrada o un águila alta como una semilla de diente de león viento de viento viendo descubriendo que al fin y al cabo somos polvo de una estrella y que dios nos desterró del cielo aunque el cielo está en el bajo suelo de los quereres de los sí te quiero silenciosos de los no decirlo pero hacerlo y de los corazones rotos por deshechos porque si el grano no sufre muere y se pudre no habrá ni tallo verde ni flor ni semilla al viento ni mariposa ni abeja ni colibrí ni golondrina ni águila ni diente de león ni dios ni cielo qué pensamientos caray carajo qué alocados pensamientos irrefrenables de mi interior conciencia un diente de león que dios me presta
Scandere versum
Leyendo las contrahuellas
Estaba yo en un sueño: iba en una escalera - no sé si de madera o de mármol - . andaba yo estudiando los verdaderos actos de la perfección humana.
Vivía yo en una soledad buscada, contemplando, - intentando contemplar - las cosas divinas en vida solitaria.
Una mano de ángel había escrito en las tabicas misteriosos mensajes, que tan sólo se pueden leer subiendo; es decir: escalando.
«Ascender», «ascender»... eran casi sus únicas palabras.
Subir, elevarse, vivir en superiores grados; medir los versos que construyen los pies... que se bailan a pies, como un poema clásico (1).
¡Ah, qué fácil la subida! (2), sabiendo ser asceta: leyendo en contrahuellas...
(ejercicio práctico):
10 quiero coger una escalera que me suba hasta el abismo 9 sentir abajo el vértigo insufrible que me está ahogando 8 desnudar la mirada mirando al horizonte más temido 7 cerrar los ojos miopes a lo excelso 6 notar que me mareo sin remedio 5 confiarme a ti, verdad divina 4 no dudar, sólo ser 3 pesar mi alma 2 ser pluma 1 volar 0 !!!
notas: (1): «scandere versus» (Plinio): medir los versos de un poema, distinguiendo los pies (medida) de que están hechos. (2): scandilis-e (Plinio): de fácil subida; «scandilis annorum»: sucesión gradual de los años.
(2) no sé si soy agua o soy luz.
un fluido bendito me sube como la lluvia, en la llama; y me inflamo en luz de azahar.
bailo el agua: la adulo.
y saco la energía de donde menos lo esperaba: de la piedra.
ella, la fuerza, - o la Luz -, es la que me hace visible
lo invisible.
(2)
«para ver y escuchar, mira este código»

(Foto cortesía de Luis Díez Moreno - Monasterio de Gradefes)
«Está naciendo un poeta»
Cuando te leo, lo sé: no es lo mismo el ser que el nacer.
No es lo mismo estar a las órdenes del verbo, y ser un “ordenanza de la poesía”, que expulsar el feto de tu vientre. No es lo mismo remontarse hasta el abismo de las cosas ignoradas, sin decirlas... que decirlo.
No es lo mismo ser aliento sin saberlo, que producir aliento y luz hasta crear - o recrear - el mundo. Hasta crear un mundo de cosas invisibles, hasta brotar y prorrumpir, sin irse por las ramas, buscando las raíces. No es lo mismo saber que el sol existe, que ver nacer el sol, y las estrellas.
No es lo mismo leer que los dioses crearon el mundo de la nada, que empezar a descifrar la nada en nuestros horizontes.
No es lo mismo ser poeta, íntimo, inmenso, intenso... que desnudar el alma de poeta. Como lo sé, te leo; te descifro.
Porque me dices lo inefable que en mi se queda dentro... Porque me entalleces en el aire mi raíz y mis semillas.
(Este último poema: de la Primera Antología de Autores, del Ágora de la Poesía/León LápizCero ediciones)