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La gasolina cara es mala para el bienestar y la competitividad
¿Los ricos son los que tienen vehículo? En el país hay registrados 17,56 millones de vehículos (RUNT), 10,54 millones son motos y 6,44 millones automóviles, camionetas y camperos. La mitad de los carros son de modelos anteriores al 2010 y, en 2021, 97% de las motos vendidas cuentan con cilindrajes inferiores a 250cc. Luego es alejado de la realidad decir que los vehículos están entre los potentados, al contrario, el aumento del precio del combustible afecta con mayor fuerza a los sectores populares.
Los combustibles líquidos son un bien intermedio fundamental. El agro, el transporte de carga y pasajeros, la industria, el comercio, y la prestación de servicios demanda combustibles. Por eso, aumentar en $1.000 el precio de los combustibles eleva la inflación en 0,65% (MinHacienda).
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Cuando un colombiano se acerca a la estación de servicio y compra un galón de gasolina, esto le implica gastar el equivalente al 15% de su ingreso per cápita diario, mientras un estadounidense para el mismo acto gasta el 2,2% de su ingreso diario, un japonés el 4,1%, un inglés el 5,7% y un argentino el 13%. Llevar el precio interno de la gasolina al pagado en el Golfo de México ($18.000-$20.000) llevaría el gasto de un colombiano medio al 30,2% de su ingreso promedio diario.
Para dar ese salto en el precio interno de la gasolina se usa como argumento el déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, FEPC, y se habla de subsidio a los consumidores. El fondo empezó a operar en 2008 para suavizar el aumento de precios de los combustibles iniciado en 1998, cuando el precio el internacional y la tasa de cambio entraron a la fórmula. Una decisión guiada por la intención de abrirles camino a las importaciones, las cuales hoy copan más de la tercera parte del consumo interno debido, entre otras razones, a la no modernización plena de la Refinería de Barrancabermeja.
El Fondo, salvo en 2020, 2009 y 2008, siempre ha funcionado con déficit, pero si se cruzan los saldos negativos con las transferencias de utilidades de Ecopetrol al gobierno nacional, el balance fiscal es positivo. Entre 2008 y 2021, las utilidades de la estatal sumaron $107 billones, seis veces el desbalance del FEPC (-$20 billones). Para este año, se estima un déficit de entre $25 y $32 billones. Al cierre del primer semestre, Ecopetrol acumuló utilidades por $17 billones, es decir que parte de la renta petrolera puede seguir garantizando el acceso a la energía para los habitantes del país.
¿Existe el llamado subsidio al consumo de combustibles? No. Entre 1998 y 2008, en neto, “los consumidores colombianos de combustibles [recibieron] un subsidio negativo la mayoría del tiempo, es decir, [pagaron] impuestos” (Rincón, BanRepública, 2008). Y entre 2016 y 2021, el déficit del FEPC sumó -$16, billones, monto superado por los impuestos cobrados a los combustibles, que sumaron $36 billones (MinHacienda y Soldicom). El saldo a favor de los consumidores es $19,6 billones.
¿Podría existir otra fórmula? Sí. Pueden hacerse depender los precios internos de los costos de Ecopetrol, empresa donde, incluyendo el peso de las importaciones de diésel y gasolina y los costos de transporte y refinación, el costo unitario de producción al segundo trimestre de 2022 fue de US53,4 por barril (Ecopetrol). Esto haría valer un galón de gasolina en la refinería US1,7, y no US2,77 como nos quieren poner a pagar Petro y sus amigos. Desde ahí es posible hacer ajustes usando como referencia el IPC o un índice atado a la evolución de los costos de la petrolera nacional. Como consecuencia, el Fondo sería menos pesado para el erario.
En tiempos de alta inflación y desplome de la economía congelar o bajar el precio de los combustibles es acertado y viable. Una reducción en el precio de los combustibles baja la inflación, eleva el PIB, y mejora el bienestar de todos los hogares (Martínez y otros, Fedesarrollo, 2015). Contener este costo aliviaría la caja de las empresas de todos los tamaños. Y avanzar en la modernización de la Refinería de Barrancabermeja, inversión en un sector clave (DANE) generaría grandes réditos, como en Reficar.
Subir el costo de la energía perjudicaría a los hogares colombianos, y entre ellos a los bogotanos, los cuales hacen el 21% de los viajes diarios en moto, carro y otro tipo de vehículo movido a gasolina. Todas las actividades económicas bogotanas emplean vehículos a gasolina para transportar bienes en pequeñas cantidades. Y el 99% de los viajes diarios en moto en la capital son hechos por personas que viven en los estratos 1, 2, 3 y 4 (Encuesta de Movilidad 2019). La gasolina cara reventará a los hogares y a la empresa ‒incluyendo a la “economía popular”‒.