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Colombia no debe pagar la gasolina al precio de un país importador

El monto que se paga al productor de petróleo en Colombia depende del precio en Estados Unidos y no de los costos de producción internos. Es necesario revisar esa fórmula.

El precio de la gasolina y el diesel en Colombia está conformado por: 1) el costo del líquido (59%); 2) los costos logísticos de distribución y comercialización (19%); 3) y los impuestos (22%).

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Por ley, el líquido está compuesto en 90% por combustible fósil y en 10% por biocombustible. Sin embargo, el costo asociado a este concepto no está relacionado con el costo de producirlos, sino con el precio de comercialización internacional.

En la década de los noventa del siglo pasado se posicionó la teoría del costo de oportunidad para el cobro de los combustibles. Según ésta, un productor puede exportar a donde mejor le paguen, por lo tanto, hay que recompensar la diferencia de precio para que decida venderlo internamente. Aunque es una idea que favorece a los países importadores, porque le quita competitividad energética a los países productores, en Colombia la dirigencia adoptó esa idea.

El resultado es que el precio que se paga al productor del petróleo tiene como referencia la cotización en la Costa del Golfo de los Estados Unidos. Y a los productores de etanol se les paga según el precio del azúcar en Londres.

Pero los precios de cotización internacional tampoco obedecen al costo de producción. Miguel Ángel Rodríguez, investigador de Cedetrabajo, explica que esos precios obedecen más a razones geopolíticas y a la especulación. "Los precios del petróleo dependen de motivos geopolíticos, como los conflictos internacionales o las decisiones de la OPEP, y del mercado de futuros, la especulación financiera sobre los precios del petróleo".

Con el argumento de evitar que las subidas del precio internacional del petróleo afectaran a la población colombiana, en el 2007 crearon el Fondo de Estabilización de Precios. A través de ese medio se paga a los productores la diferencia entre el precio internacional y el nacional, con lo cual se absorben las fluctuaciones externas y se evita que las sientan los consumidores colombianos.

El Fondo viene acumulando un déficit que ya supera los 17 billones de pesos. Diego Otero, miembro de la Academia Colombiana de Ciencias Económicas, considera que la única forma para evitar que el déficit siga creciendo es acabar con el Fondo de Estabilización de Precios, desvincular los precios internos de los precios internacionales y poner como referencia el costo promedio de producción interna.

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