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Tarifa diferencial de Renta: La propuesta de ACOPI para aliviar la desigualdad empresarial en Colombia
La desigualdad empresarial en Colombia es muy alta, se estima que el coeficiente de gini se encuentra entre 0.72 y 0.95 (entre más cerca de 1.0, es mayor la desigualdad), esto es superior incluso a la desigualdad entre personas, reconocida internacionalmente por ser una de las más altas. Esta desigualdad es producto de las políticas que han llevado a que el aparato productivo sea generador de poca riqueza, pues una economía que no fomenta su sector empresarial no tiene capacidad productiva y de generación de empleo. Es decir, la desigualdad empresarial es un problema estructural de la economía colombiana y no será resuelto hasta que se modifiquen las políticas que la inciden, como el sistema tributario.
Caracterización de la malla productiva
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En 2021 el número de empresas colombianas registradas en el Directorio Estadístico de Empresas llegó a 5,7 millones de unidades económicas activas, entre personas naturales y jurídicas (DANE, 2021). Del total de unidades productivas, 866.530 (15%) estaban constituidas como empresas y 4.837.778 (85%) como personas naturales. La DIAN reportó que 535 mil personas jurídicas y 3.975.418 naturales declararon impuesto de renta en 2020. Por lo tanto, hay casi un millón de empresas que no declararon renta.
En cuanto al número de empresas por sector económico, el 32% ejercían actividades profesionales, científicas, técnicas y servicios administrativos; seguidas por el sector de comercio y reparación de vehículos, que agrupó el 20% de las unidades económicas. Si además se tienen en cuenta las empresas de actividades artísticas y entretenimiento, el 62% de las actividades de la malla empresarial se concentraban en actividades altamente asociadas a la economía informal y que implican un nivel de transformación productiva muy bajo, por lo tanto, no son actividades que generen mayor riqueza. Solo el 5,6% de las empresas tiene como actividad principal la industria manufacturera. Lo más preocupante es que el 90% de la malla productiva son microempresas (772.975).
Experiencias internacionales
En el mundo al menos 22 países aplican tarifas escalonadas en el impuesto de renta a las corporaciones. De estos, 9 se concentran en Europa, 5 en Asia, 6 en América, 1 en África y 1 en Oceanía. Se destaca que en Latinoamérica 5 países gravan con algún grado de progresividad: Brasil, Chile, Argentina, Costa Rica y Venezuela. Aun así, en Colombia no se tienen este tipo de medidas en beneficio de las pequeñas y medianas empresas.
En Brasil las corporaciones con una renta gravable que supere el umbral establecido aportan un 10% adicional. Chile grava con una tasa del 25% a las empresas definidas como Pymes y 27% para las más grandes; adicionalmente para mitigar los efectos negativos de la pandemia se estableció una reducción del 25% al 10% durante 2020, 2021 y 2022. Argentina en la última reforma tributaria estableció tarifas por segmentos de renta imponible del 25%, 30% y 35%. El sistema tributario en Costa Rica grava los ingresos corporativos con una tasa del 30%, sin embargo, establece normas especiales para las empresas pequeñas con ingresos brutos no superiores a un monto establecido por la ley, que determina tasas progresivas de entre 5% y 20%. En Venezuela se aplican tasas de 15%, 22% y 34% dependiendo del nivel de renta gravable.
En cada jurisdicción las condiciones para ser beneficiario de los alivios y las tarifas varían respecto a las consideraciones específicas de cada economía, pero el principio transversal es el trato diferencial a las sociedades pequeñas y medianas de la malla empresarial.
Propuesta de progresividad en el impuesto de renta a personas
Actualmente el sistema tributario en vez de aliviar la carga para las mipyme les impone una tasa incluso mayor a la de las grandes empresas. Esto sucede porque ignora el principio constitucional de progresividad y grava a todas las personas jurídicas con una misma tasa nominal del 35% en el impuesto de renta. El Ministerio de Hacienda calcula que las tarifas efectivas para las pequeñas y medianas empresas son de 31.3% y 28.9% respectivamente, mientras que para las grandes empresas es del orden del 23.8%. Esta situación de regresividad entorpece la formalización y consolidación de nuevas empresas, la tasa de destrucción de empresas supera la de creación desde 2017, especialmente en las micro y pequeñas empresas.
Con el propósito de hacer efectiva la progresividad ACOPI Bogotá Cundinamarca viene presentando la propuesta de aplicar una tarifa diferencial de renta que reduzca sustancialmente la tarifa efectiva para las mipyme sin afectar el recaudo. Esto ayudaría a mejorar la competitividad de las empresas, que hoy enfrentan un elevado costo país, a la vez que generaría condiciones para la reindustrialización. La propuesta de tarifa diferencial fue mencionada durante la campaña electoral del ahora presidente Gustavo Petro, quien prometió que su gobierno apoyaría esta iniciativa.
Esta es la quinta reforma tributaria en la que el gremio expresa la necesidad de la tarifa diferencial, pero lo cierto es que aun cuando se presentaron 9 proposiciones por parte de los congresistas pidiendo incluirla, en el texto aprobado en primer debate no se incluyó. Y durante la discusión parlamentaria no se le permitió exponer a los gremios sus preocupaciones frente al texto de la reforma que se votaba.
Más aún, en la apertura del 67° Congreso Nacional de Acopi el presidente Petro enfocó su intervención en el fomento de la economía popular como el motor de la economía nacional, cuando esta solo es una forma de maquillar el rebusque. Ignoró de esa manera el potencial de producción que tienen las mipyme y que una política fiscal progresiva sería un incentivo a la formalización empresarial.