Bajo los días de Concordia: Piedad & Justicia

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Bajo los días de Concordia: Piedad & Justicia.

Quinta Era. El levantamiento de los ogros. La Nobleza y sus prerrogativas en la tierra.

México, Distrito Federal, 08 Enero, 2015 Jorge Armando Ibarra Ricalde, El Master.

Concebido como una prisión para bestias que de dejarse sueltas barrerían la Creación. El QuarNaTor jamás debió albergar vida. Aun así, Concordia, el Sol que lo custodiaría por siempre creó a sus ocho divinas hijas para asegurarse que las bestias permanecerían controladas. Sin embargo, cuando ÉL terminó la cárcel, ellas comenzaron el arte.

Luego, cuando la Creación fue azotada por una catástrofe universal, al retirarse las aguas, dejaron tras de sí vagabundos, tan alejados de su propios mundos que no pudieron creer que aquella tierra virgen era otra cosa que el paraíso que creyeron merecer, excepto que para disfrutarlo, primero tendrían que recuperarlo de los demás invasores.

Así comenzó una era dónde el único consenso fue que el fuego podía devorar a todos por igual; una guerra de cada raza contra todas las otras. Luchas sangrientas e interminables forjaron a los moradores, mas entre tantas poderosas especies trabadas en cruento combate, fue lógico e inevitable que aquellos que eran fratricidas con su propia especie serían los primeros en sucumbir. Justo al final, cuando el destino de la humanidad parecía sellado; un hombre lideró a los sobrevivientes en una última carga, por ningún otro motivo salvo que morir luchando sería tan piadoso como rogar por una misericordia que no se les daría. No obstante, la muerte no llegó. En su lugar, como recompensa por su desesperación, de entre las aguas a sus brazos llegó la Leona Dragón; Lyonesse, la heroína que lideraría a la humanidad a la victoria.

Finalmente, como en toda historia en la que se involucra al amor, vendría la tragedia, y del héroe solo quedaría la leyenda, mientras que de la heroína; el nombre. Desde entonces Lyonesse se llama a quien preside a los credos de las hijas de Concordia, a todos los hombres, todas las razas; él es el Rey de Reyes.

Durante la Quinta Era de Todo bajo Concordia, los Lyonesse consolidaron un poder tan grande que decidieron compartirlo con todos. Años antes de la Excelentísima pero lamentable tragedia de la Alianza de Reyes, mientras las Legiones conquistaban los terrenos inexplorados, en las Montañas Firmamento, los ogros; humanoides deformes y violentos se levantaron en armas, y fueron dos servidores de las Divinas Hermanas los que decidieron su suerte.

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Sobre este manual

Piedad & Justicia es un suplemento para usarse con Solar: Bajo los Días de Concordia. Ofreciendo un poco de luz sobre Demerit Diosa de la Justicia y La Orden, sus adeptos entrenados como jueces guerreros para que La Ley sea cumplida También se habla de Narshe, Diosa de la Piedad, cuyos ascetas monjes alivian la necesidad de quien los necesite, sin descuidar un riguroso entrenamiento que los convierte en algunos de los guerreros más poderosos conocidos.

Este manual contiene una mini novela de la Quinta Era, intitulada Piedad & Justicia, misma que está dividida en seis capítulos, en ellos se exploran aspectos de metajuego con ampliaciones modulares para las campañas de Concordia que sean apropiadas.

Al ser de la Quinta Era, se sitúa anterior a La Excelentísima pero Lamentable tragedia en la Alianza de Reyes. Sin embargo, las reglas contenidas aplican para todas las Eras.

En el texto también se incluyen dos invocaciones. Según la regla, ambas solo pueden ser usadas por aquellos que poseen el manual, una única vez por libro

Aunque los módulos son puramente opcionales, recuerda que si decides aplicar alguno, es mejor que lo apliques por completo para evitar problemas de balance mecánico.

No dejes de enviar evidencia y relatorías de tus crónicas a zaibatsa@hotmail.com pues el QuarNaTor seguirá creciendo porque Concordia esté en lo alto, Todo bajo Concordia está en orden.

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Habían pasado nueve meses desde que los ogros se rebelaron contra la Alianza de Reyes en un arrebato de violencia que fue contestado con expedita severidad, de forma que no solo las Legiones tenían sitiadas todas las comunidades, dándoles a escoger entre enfrentar una muerte por las armas, o morir en las inmisericordes condiciones de sus escondites en las montañas Firmamento, sino que además, los líderes del levantamiento fueron todos eliminados en el campo por La Orden, quienes fieles a la promesa de Justicia de Demerit, ejercieron juicio sumario a todo aquel que pudiera liderar o coordinar el movimiento.

En cualquier caso, la rebelión de los ogros ya había terminado. Sin duda su descomunal fuerza los hacía peligrosos en la lucha cuerpo a cuerpo, pero su falta de inteligencia o su suma idiotez, les hacía incapaces de aprovechar sus ventajas en la lucha organizada, algo que las legiones de la Alianza de Reyes dominaban.

Aun así, su levantamiento si tomó a todos por sorpresa, y los asentamientos afectados sufrieron poco menos que una masacre, así que aquellos que perdieron a un ser amado al principio de la revuelta, deseaban venganza, y habían descubierto lo fácil que era provocar a los ogros para tener una pelea, que irremediablemente perderían.

Mas tener ganada la pelea, no implicaba que no hubiera un precio por pagar.

El viento recorría las escarpadas montañas Firmamento silbando ominoso a su paso, de forma que tras aquel etéreo rumor, se ensordecían los lamentos producto de la cruenta lucha en el valle. Los hombres de Jovian, una marca al norte de la presa Escorpio, asistían a unos colegios de la Segunda Legión en la tarea de vencer a los ogros que huían tras causar destrozos en los reinos aledaños.

La estrategia era simple. Perseguir sin darles descanso, hacer daño de forma que los ogros se vieran obligados a huir justo hacia otro contingente descansado

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que haría lo mismo. Porque cada que los muy idiotas decidían subir la montaña, sin darse cuenta, tenían más bajas por el peligroso terreno, que por las armas, y la promesa de seguridad tras la enorme presa en forma de escorpión a la que estúpidamente se aferraban; era solo una ilusión, pues era imposible arrebatársela a los dwarfs.

Además, aunque los hombres del marqués de Jovian no tenían estudiada la táctica como los colegios involucrados, ya habían presenciado lo caro que salía cometer un error contra los ogros, así que agradecidos recibían la asistencia de Yideana, una ordenada de Demerit, a quien el marqués le cedió el control de sus hombres, compensando con liderazgo, las carencias de los soldados, de forma que podían mantener el paso de los colegios profesionales con los que colaboraban.

El marqués de Jovian era un hombre letrado en leyes y administración, justo así veía toda la operación, como un buen negocio. Al haber sido atacado sin causa, legalmente estaba en su derecho combatir y por tanto tendría una parte del botín de guerra. Sobra decir que los ogros tenían valores nulos, sin embargo, al ceder a sus hombres a Yideana, como representante de La Orden para hacer trabajo de las Legiones, tendría derecho a la restitución de gastos de guerra, una exención de impuestos y el nada despreciable favor de La Orden, quienes incapaces de no "darle a cada quien lo que le corresponde", tomarían como botín, la yerma tierra de los asentamientos ogros y la pagarían a razón de su valor, un prospecto de poca utilidad, mas Jovian razonaba que si acaso lograba dejar una impresión en la ordenada, podría proponer que se le pague con tierra para construir una guarnición de vigilancia para la Orden, y de esa manera, por el pequeño precio de pedir prestado lo necesario para su plan, además del obvio prestigio de albergar a los sacerdotes de la justicia, la tierra sumada a su parte del botín, podría ser suficiente para dejar de considerar Jovian una marca y convertirla en ducado; un prospecto tentador, pues muy probablemente no volvería a tener oportunidad de aspirar a tanto en su vida, así que este logro, sería un excelente punto de partida para su hijo y sucesor, por lo que este peligroso empeño valía la pena, solo debía mantenerse astuto, vivo, y en la buena gracia de la que sería excelente material de madre para su hijo aún no nacido.

Yideana era una mujer de facciones severas pero agradables. El maquillaje discreto sobre sus pestañas

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dejaba claro qué gustaba y permitía un poco de frívola vanidad, aunque su veloz mano fuera una eficiente herramienta de la justicia. Los soldados de Jovian habían aprendido a admirarla, era astuta en las tácticas y brutal en el combate, así que el único tan ingenuo para imaginar lo que la pesada capa cruzada escondía debajo, era el marqués, quien solo dejaba los números tras sus planes para disfrutar el rostro de la mujer que había aplastado a este grupo de ogros, que aun morían lentamente en el suelo.

Felicidades representante de Demerit, el campo es tuyo celebró Jovian al ver a los ogros moribundos entre las rocas y el frío aullador.

Solo gracias a usted y a sus hombres Marqués, se portaron a la altura expresó la mujer sin mayor reflejo de emoción, pero atenta a la cortesía.

Jovian iba muy bien en sus pretensiones, sabiendo cuando adular y cuando guardar silencio, mas esta victoria que empujó a los ogros a subir este peligroso paraje y que les costó tanto, bien podría ser el final de la campaña, por lo que decidió sacrificar un poco del correcto protocolo, para dejar claras sus intenciones:

El desempeño de los soldados de Jovian, es resultado directo de su liderazgo, de la misma manera que cada palabra que recito, es por inspiración suya hizo una pausa solo para mirarla concentrada en algo más, así que continuó temo que he perdido a mis hombres a usted, pero... yo menos que nadie puedo culparlos, porque yo mismo me he perdido en usted.

La mujer de La Orden no reaccionó aunque sí se sorprendió. Había leído la ambición en las intenciones de Jovian, pero no imaginó este acercamiento. Así que volteó impávida para verlo.

Era un hombre aún lejos de la vejez, con un templado carácter. Claramente era más listo que fuerte, y sus dotes de liderazgo se sumaban a un aspecto agradable. Podría ser un buen esposo, y los hijos y los súbditos que produciría, serían buenos fieles de Demerit, pero igual no perdió oportunidad de probarlo:

¿Me está ofreciendo una baronía bajo su mando, marqués? Viró con algo parecido a una sonrisa que definitivamente no calmaba la tensión, pero que sin duda la hacía verse atractiva.

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Sí eso quiere, no tiene mas que aceptarla, pero ¿por qué conformarse con ser baronesa, cuando le ofrezco ser mi marquesa?

Jovian era astuto pero directo. Un buen rasgo. Salvo por los lamentos de los ogros agonizando, la propuesta había sido elegantemente ejecutada, así que la ponderaría con atención, pero de momento Yideana estaba más preocupada con la escena. Los ogros habían cometido el error de cruzar un puente, destrozándolo con su peso y cayendo hacia su muerte. No podía ver los cadáveres, pero debía ser así, porque la otra opción implicaba algo imposible.

Marqués, aliste a sus hombres para moverse inmediatamente . Ordenó mientras se acercaba a uno los ogros en el suelo, con pasos decididos mientras recitaba La Ley.

Aunque su atención estaba volcada en su comunión. Le gustó que el marqués no discutiera sino que obedeciera, así que sin interrumpirse, con solo movimientos de la mano comandó a otros soldados a que se acercaran a los ogros tendidos en el suelo, y la imitaran. Con un solo movimiento de la mano, una espada voló del suelo a su palma, sujetándola con habilidad, momento en que frente al ogro tendido preguntó en voz alta:

Su actuar es una afrenta a la Ley, y las instituciones que la sostienen. Su lamento y lo que siga al final de él, se lo buscaron a pulso. La muerte es la pena justa por la traición cometida. Mas al delito de sedición ¿cómo se declaran?

Los ogros seguían lamentándose, pues si pudieran hacer otra cosa, estarían peleando, así que tras un momento de silencio perturbado por agonía, Yideana exclamó:

Tomo su pena como evidencia de su crimen. Los juzgo culpables, y en este acto, como representante de Demerit, Diosa de la Justicia, los entrego a su paciente hermana, que los espera en el Muro. Lo que les depare, los entrego libres de deudas.

El golpe fue tan veloz como potente. Justo al centro de la cabeza, silenciando permanentemente al ogro mientras los demás soldados se ayudaban con lanzas para terminar el sufrimiento de los sentenciados.

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Aunque todos los guardias y soldados se tomaron el momento para ver la ejecución sumaria, todos apresuraron el paso para estar listos porque temían un poco más decepcionar a la ordenada, que hacer quedar mal a su señor. Sin embargo, en ese momento, sin los lamentos de los ogros, Yideana confirmó la sospecha que se negaba a creer. La piedra tronaba en una especie de rumor metálico persistente, fácilmente confundible con combate y discretamente escondido tras los lamentos.

Los ogros no habían caído por el puente, estaban arriba de la montaña. Mas averiguar su plan, no evitaba que lo ejecutaran. De pronto, una pared de la montaña se separó cuando los ogros que deberían haber caído por el puente hacia su muerte, cortaron los cables que la sujetaban, y esta, tras balancearse un momento, cayó para aplastar, romperse y convertirse en una avalancha de rocas descendiendo sobre sus perseguidores.

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Piedad & Justicia: Capítulo II

La avalancha descendió arrasando con todo sobre su paso. Destrozando las rocas del camino, sumándolas a su agresividad y peligro. Los colegios que ascendían no pudieron hacer nada. De por sí era un terreno peligroso, así que cuando las rocas empezaron a caer, si a un soldado no lo golpeaba alguna, lo alcanzaba otra, si no esa, los escombros, y si aún tuviera suerte, era probable que la montaña misma se los tragara al colapsar por el impacto.

Luego, entre el débil eco de lo sucedido y un silencio que no duró, se escucharon los potentes vítores. Los ogros celebraban eufóricos el haber acabado con al menos media compañía. Era algo enteramente nuevo para ellos, claro, un ogro podía matar cuatro o cinco soldados profesionales antes de caer, pero agrupados en sus orgullos, los hombres valían diferente, porque eran más precisos y letales, además de mucho más difíciles de matar, así que cuando lo inevitable sucedía; cobraban más caro sus muertes. Los ogros eran estúpidos, pero aun así comprendían que esta era la primera vez que los vencían en formación.

Por ello no fueron sus oídos ni sus ojos, ambos mejores que el del hombre a razón de su tamaño, sino su olfato el que les indicó sangre fresca, caliente, aun moviéndose. Varios de ellos se lanzaron sobre los escombros para descender sobre los sobrevivientes: Gracias a su enorme peso, la piedra suelta no pudo derribarlos, aunque no fueron pocos los que resbalaron, celebrando durante su tropiezo. Esa mezcla de burla y jolgorio desplomó a los aún confundidos sobrevivientes que trataban de salir de los escombros, heridos si eran afortunados, mutilados los que no.

Un soldado con la pierna destrozada lloraba entre tosidos mientras trataba de entender lo sucedido, al igual que al menos otros tres que sucios y ensangrentados miraban aterrados la destrucción a su alrededor, completamente ignorantes de la muerte sobre ellos. Su prefecto, un hombre recio con la mano prensada entre dos rocas, intentaba en vano llamarlos para que se formaran, pero no logro nada, pues la primera reacción que tuvieron fue cuando un ogro pateó al soldado sin pierna lanzando su cuerpo al aire como si fuera un trapo, para luego tomar a otro, a quien le rompió el cuello y cráneo con saña.

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Los chasquidos del hueso hicieron que los soldados al menos recuperaran la compostura, pero estaban desarmados, así que poco pudieron hacer contra los otros ogros que descendieron con violencia. El prefecto, como sargento del colegio, gritó órdenes hasta quedar afónico, así que sin más opciones, se amarró el cinturón de su mando en el brazo, sacó el hacha de mano en su costado y sin pensarlo, se golpeó el brazo. El primer golpe trozó el hueso, pero necesitó un segundo golpe para arrancar la carne faltante. Sin lamentarse, corrió empujando con su hombro a uno de sus soldados, mientras metía el hacha en la sien del ogro que iba a matarlo.

El primer golpe aturdió al ogro, pero el sargento sacó el arma incrustada y golpeó dos veces más para derribarlo y matarlo. Tras lo que gritó a todo pulmón:

¡Colegio de la fragua rugiente! el mal encarado hombre tenía una voz áspera e inconfundible, así que los sobrevivientes, al verlo sin brazo, con el cadáver de un ogro arrodillado frente a él, verdaderamente escucharon ¡cobren sus vidas caro!

Inmediatamente los hombres de Toscana, heridos, con las armas que pudieron recuperar o improvisar, se lanzaron al ataque, obedeciendo a su sargento en un choque espectacular contra los ogros.

El fervor de los legionarios fue inspirador; cortaban, apuñalaban y golpeaban la piel gruesa de los ogros, incapaces de formarse pero sin dar un paso atrás, más los ogros, aún eufóricos por reclamar la victoria, se entregaban a la violencia, batiendo sus mazas con la grotesca fuerza que los caracterizaba. Rompiendo soldados, tanto en cuerpo como en espíritu.

El sargento manco golpeó a un ogro en el cuello con su hacha. La sangre salió expulsada con fuerza, cegando al experimentado soldado por suficiente tiempo para que otro ogro lo prensara contra el suelo. Cuatro jóvenes legionarios saltaron a defenderlo, cargando con lanzas que clavaron en el pecho del bruto. Los cuatro soldados empujaban con todas sus fuerzas, pero el ogro no retrocedía, aplastando al prefecto con una mano mientras las puntas continuaban enterrándose en su cuerpo, hasta que presionando al límite de su resistencia, sin poder rematar a su presa, prefirió empalarse con tal de quebrarlo. No lo logró, porque cuando murió, trabajosamente los soldados cargaron su peso con las lanzas, precisamente lo que impidió que pudieran

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defenderse cuando el ogro degollado destrozó la cabeza del primero con un puñetazo y levantó al otro, triturándolo entre sus brazos.

Con dos legionarios muertos, el ogro empalado aplastó a los dos jóvenes restantes. Uno de ellos quedó atrapado casi completo, solo dejando fuera su cuello y cabeza, mientras que el más joven, solo fue prensado en su pierna precisamente porque el sargento lo alcanzó a empujar. El aterrado muchacho intentaba sacar la pierna, pero jamás consideró liberarse como lo hizo su sargento, algo de lo que se arrepintió inmediatamente, cuando un ogro pisó a su compañero inmovilizado y lo aplastó con tanta fuerza, que sus restos cayeron sobre él, produciendo lágrimas de terror que lo paralizaron en tanto el bruto degollado alternaba entre capturarlo o detener el sangrado del cuello, y la otra deformidad buscaba con qué golpearlo hasta la muerte.

A pesar del terror que lo embargaba, pudo notar que ya no había nadie más luchando. Los legionarios restantes simplemente estaban siendo ejecutados con malicia. Muriendo mutilados y torturados sin razón. El ogro apareció con su sonrisa desdentada, mostrando un horrido gancho de madera, rojo por su grotesca función, desgastado por la sangre de sus muchos usos previos, así que todos los otros ogros celebraron su aparición.

Aunque no se escuchó al principio, el joven legionario, aterrado de lo que le sucedería, comenzó a suplicar por su vida, lo que enloqueció a sus torturadores que ya saboreaban sus vilezas, aderezadas con las súplicas de piedad.

El frío y la forma de la montaña permitían al sonido viajar libremente, por lo que los gritos de piedad del muchacho se escuchaban en varios lados, al igual que los gritos de muchos ogros alentando o sugiriendo algún uso enfermo del sagrado gancho. El alboroto llegó a oídos de un ogro de brazos cruzados que observaba a todos los grupos, y que al entender la situación, comenzó a girar órdenes que movilizaron a los ogros más cercanos, rugiendo en vano, pues el tumulto por la tortura era tal, que todo lo demás se perdía.

Igual no había diferencia para el soldado que fue liberado del cadáver para convertirse en un juguete mientras los seis ogros jugueteaban con el joven ignorando sus súplicas. Uno de ellos lo tomó de un pie y lo puso de

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cabeza, mientras el otro giraba el gancho y todos reían. Aún lejos apareció un ogro al fondo gruñendo órdenes que eran ignoradas, así que cuando el bruto del gancho intentó empalar al joven por la cabeza, otro lo detuvo y le quitó la herramienta de madera buscando atravesarle primero la entrepierna. El joven continuó suplicando por su vida, o al menos por su muerte. Sin poder hacer más, cerró los ojos mientras sentía la punta roma del gancho que lo atravesaría por virtud de la fuerza, y lo siguiente que escuchó fue un sonido seco, seguido de otro potente golpe. Sin sentir el dolor de la muerte, el joven legionario abrió los ojos y encontró al ogro que estaba por ejecutarlo, tendido en el suelo.

Uno de los ogros presentes lanzó ambos puños desde arriba, pero estos encontraron el suelo, rompiéndose los dedos en el acto. Otro más blandió su maza. El legionario no podía ver a quien atacaban, pero pudo notar que la maza encontró de lleno a otro ogro, y luego a uno más antes que al hombre frente a él.

Aún de cabeza, el joven soldado pudo ver al hombre de ropajes azules parado frente a los ogros. Aunque los brazos descubiertos del hombre denotaban su buena constitución, no serían rivales para la potencia cruda de los ogros. Tampoco sería necesario.

Un ogro trató de tomar por la espalda al hombre, pero este solo movió el torso, esquivando la mano y reservando el movimiento de su pie para la maza que descendió contra él. Cuando la maza impactó en el suelo, el otro ogro intentó tomarlo con la otra mano, por lo que el hombre rodó, aprovechando la esquiva para girar el cuerpo y patear el rostro del ogro desde la izquierda, rebotando al impacto para golpear al de la maza.

Aunque solo fue una patada, el ogro desarmado se quedó parado y confundido. El otro en cambio intentó aplastarlo, y aunque hubiera sido fácil esquivarlo, el hombre simplemente se acercó con dos pasos en extremo veloces y lo golpeó en el cuerpo más veces de las que el soldado pudo contar, todo antes de que aquel pudiera reaccionar.

La sangre brotó de la boca del ogro mientras se desplomaba. En ese instante, el bruto recién despabilado trató de moverse, pero el hombre solo lo pateó en pantorrilla y rodilla mientras apretaba su brazo para someterlo. A pesar de la fuerza desproporcionar, así lo hizo,

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llevándolo hasta el suelo, totalmente vencido. Mas el hombre no pretendió mayor daño, mirando a los ojos al ogro que sostenía al joven legionario.

El hombre de azul realmente no aparentaba el poder que demostró, pero de alguna manera, en su mente nublada por la estupidez, el ogro reconoció la enorme diferencia de poder, y asustado gruñó. Tomando al legionario de la otra mano para partirlo, y que sus vísceras regadas fueran disuasivo para este inusual depredador. Sin embargo, fue justo eso lo que el hombre quería evitar, por lo que soltó al ogro vencido y levanto las manos en señal de paz, mientras hacía sonidos con la garganta.

El joven soldado trató de entender lo que hacía, por si le daba alguna instrucción, pero no fue hasta que el ogro produjo un sonido similar, que aquel logró comprender lo que sucedía; estaban negociando. Probablemente jamás había pensado que los ogros tuvieran capacidad de comunicarse, es decir, era obvio, pero pensó que era algo instintivo como los animales, así que viendo al hombre negociando en su lengua, le hizo entender el predicamento: El guerrero podía sin problema vencer al ogro, pero este podía con la misma facilidad matarle.

Recordando su entrenamiento y el juramento a las Legiones del Rey de Reyes, el joven legionario se negó a ser un rehén, gritando: ¡Mátelo! yo no imp . No pudo terminar porque el ogro rugió, y el hombre de azul tuvo que subir la voz para recuperar su atención.

En ese tenso momento, el ogro escuchó las instrucciones del otro ogro que se acercaba corriendo y aunque ambos intercambiaban algunos pensamientos, el secuestrador, al sentirse acorralado gritó algo como "Vatra " mas antes de terminar, el hombre de azul se golpeó el hombro y luego el pecho para con dos dedos señalar al ogro al decir "Narshe".

Eso fue todo. El ogro rugió, pero no con tanta fuerza e incluso soltó la pierna del joven, dejándolo colgado del brazo, y justo como si dejar de estar de cabeza fuera todo lo que necesitara para entender, el soldado dedujo que el hombre de azul era un monje de Narshe, Diosa de la piedad. Un pensamiento que explicaba todo.

El secuestrador bajó al soldado con algo parecido al cuidado, pero las amenazas del ogro que llegaban lo exasperaron de forma que resumió su actitud hostil. El

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monje trató de calmar a ambos, pero el recién llegado casi lo arrolla, mientras se lanzaba contra el ogro que lo desobedeció.

El recién llegado era un ogro, pero sus largos bigotes, ceja poblada y calva rasurada lo distinguían de los demás. No le costó ningún trabajo someter al reprendido con una llave para asfixiarlo o romperle el cuello.

El monje interrumpió hablando con la garganta de manera calmada. Pero el jefe estaba dejando claro el precio de desobedecerle. El ogro secuestrador comenzó a desfallecer, y por un momento, ya sin aire movió los labios. El monje no lo escuchó pero igual respondió la solicitud, gritándole al jefe un ultimátum para que parara. Ya que no lo hizo, el monje se deslizo a un costado y golpeó al jefe en las costillas, quien en respuesta soltó a su presa y con un giro, impactó al monje con masivo puño.

El monje puso ambos brazos para cubrirse del enorme puño, pero aun así se deslizó hacia atrás hasta caer. El atacante había soltado al ogro así que no había razón para continuar la pelea, pero el jefe lo alcanzó de un rodillazo que lo hizo volar unos metros antes de tener que girar para esquivar un pisotón y luego otro. El legionario, asombrado de la pelea, pero aterrado de intervenir, sabiendo que si el monje moría, su situación empeoraría, aprovechando la distracción se alejó de los ogros concentrados en la lucha. Su primer instinto era irse tan rápido y lejos como pudiera, pero su lealtad lo obligaba a buscar por sobrevivientes. El corazón se le acongojaba cada que encontraba a un compañero, solo para descubrir el pedazo que le faltaba. Fue durante ese rápido reconocimiento que miró al ogro empalado donde yacía su compañero sin cabeza, cuando pudo notar movimiento. Al principio creyó que era alguna alucinación, pero cuando imaginó la posibilidad, corrió para allá, encontrando entre la entrepierna, una mano que al tocarla, respondió. Su prefecto estaba vivo.

Mientras el joven intentaba el rescate, el jefe y el monje estaban trabados en un gran combate. Pero la violencia puesta por el jefe e igualada por el monje para sobrevivir, levantó los ánimos de los otros ogros que querían intervenir. Situación muy dramática; pues el monje sabía que si alguno de los ogros más listos quería el liderazgo, este era su momento para atacar al jefe, peor aún, los menos listos seguirían pensando en cómo

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desquitar el coraje que les causó el monje, viendo la ventaja de hacerlo ahora.

Justo en ese momento, cuando los ogros se acercaron al combate dispuestos intervenir, apareció otro ogro, colocándose entre ambos, y amenazando a todos de lo que les sucederá si desobedecían.

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No era posible. No que les hayan lanzado la montaña encima. Ni siquiera que los ogros hayan concebido el plan, pues al final, emboscar y dejar caer cosas pesadas es prueba de su fuerza, no de su inteligencia. Acciones consistentes con sus instintos animales. No. El problema de hecho, era que el grupo haya peleado selectivamente, sacrificando miembros para hacer creer que perdía tal como se esperaba, mientras en realidad estaba llevándolos a la trampa previamente colocada. Ese pensamiento era tan oscuro que planteaba dudas que amenazaban con la protección de Yideana.

Los hombres de Jovian, al igual que su marqués permanecían en el suelo, viendo los escombros flotando sobre ellos, detenidos por una especie de escudo etéreo que salía de Yideana, quien al recitar La Ley, oraba a Demerit, al tiempo que solicitaba su protección.

Todo había sucedido demasiado rápido, pero el marqués fue oportuno en tener listos a sus hombres y no chistar un segundo cuando la ordenada le dijo que los moviera tras ella. Luego, cuando la pared se convirtió en una avalancha de piedras, esta se rompió frente a la protección invisible de la Jueza mientras eran sepultados por los escombros. Ya habían pasado varios minutos, y ella continuaba concentrada. Orando.

En medio de la oscuridad, los hombres de Jovian permanecían en silencio y de rodillas alabando el nombre de Demerit sin estar seguros de si lo hacían bien, pues sabían que si las fuerzas de su enviada fallaban, morirían todos aplastados. Por ello, el marqués hablaba en voz baja dando aliento a los hombres y asegurándoles que recitar una ley “cualquiera que recordaran” sería una buena plegaria para la Diosa de la Justicia. La única luz del lugar provenía de la misma barrera invisible que los protegía, y aunque tenue, era suficiente para que pudiera ver el rostro esforzado de su salvadora, satisfecho.

Yideana estaba complacida con la actuación de todos. Si bien estas plegarias improvisadas no ayudaban a su empeño, al menos la experiencia les permitiría recordar una Ley el resto de su vida. Un servicio valioso para la Divina Hermana que prometió Justicia para quienes se apeguen a sus preceptos. Sin embargo el esfuerzo era mucho, y aunque se le había entrenado para mantenerlo

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Piedad & Justicia: Capítulo III

por horas, la sola idea de que los ogros hayan logrado algo así, le obligaba a concluir que cada segundo que no perseguía su encomienda, era un segundo que fallaba a lo que representaba.

Este último pensamiento cambió la estructura del escudo y pequeñas piedras y arena cayeron entre las fisuras. Todos exclamaron mostrando miedo hasta que la ordenada habló:

Podría sostener este escudo por horas en la esperanza de que vengan a rescatarnos, pero si lo hago, los responsables de esto se escaparán. Tan segura como que son unos cobardes, si saben que estamos aquí tratarán de matarnos. Marqués, hombres de Jovian, les pregunto, ¿dónde está su corazón?

Claramente ninguno de los hombres veía morir como un buen prospecto. Pero ya que dependían de la ordenada, y que ella no tendría por qué preguntarles parecer, de pronto morir peleando contra ogros resultaba más alentador que perecer sepultado, así que liderados por Su Señor, exclamaron al unísono:

¡Demerit tiene a los hombres de Jovian en sus manos! ¡Ogros no huyan, la justicia los espera!

El reto fue acompañado con el choque de las armas para hacerlo más estruendoso, lo que sí causó alguna dicha en Yideana, que no estaba segura de lo que sucedería, pues si los ogros caían en el reto y comenzaban a escarbar, cuando encontraran la barrera entre las piedras, la situación no mejoraría en realidad, solo que las vidas de los jovianos no serían las únicas en riesgo.

Los hombres de Jovian comenzaron a vocear su reto, animados por la posibilidad de la revancha tanto como el gusto de quitarle a los ogros la victoria. Cada minuto de gritos era secundado por un breve silencio para esperar por si algo cambiaba en el ambiente. El último y más estruendoso desafío, hizo que el marqués de Jovian pidiera silencio, pues aseguraba escuchar algo. Picos. Rocas. Gruñidos ¡Éxito! Para bien o para mal, los ogros venían por ellos.

Yideana decidió que era hora de ser clara. Con muy pocos movimientos, logró que el marqués se acercara, haciéndolo quedar casi cara a cara. Sin embargo, no pudiendo susurrar pues esa es práctica de quien esconde algo, y los seguidores de Demerit viven al pie de La Ley siempre pública. Con voz serena dijo:

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Cuando lleguen a nosotros, podrán vernos, pero no podrán atacarnos ni nosotros a ellos. Así que solo esperaré a que hagan el hoyo más grande, porque cuando lo colapse, ellos caerán y nosotros tendremos que abrirnos paso, entre las piedras y los ogros. Me temo… la verdad es que, no hay otra manera.

El marqués sintió el conflicto en la justiciera, por lo que con una mano sobre el hombro, la reconfortó: Lo saben, como lo sé yo. Mi señora, estamos agradecidos por esta oportunidad, y no la desaprovecharemos. Cual sea el resultado, de hoy en adelante cuando cualquiera de ellos sepa que el Muro le reclama, su última plegaria será para Demerit, su último aliento para agradecerle a usted.

Yideana sonrió. Conocía bien los peligros de la vanidad, pero esa respuesta, y el breve movimiento de aceptación que hicieron los hombres que pudo ver por reojo, fue sin duda mucho más de lo que había esperado cuando juró cumplir y hacer cumplir La Ley.

“¡Lo que merecen los aguarda!” gritó alguno de los soldados y el rugido militar volvió a estallar. A partir de ahí, las ganas de pelear y de vivir, se convertían en ansiedad y temor mientras los ogros avanzaban en su empeño de desenterrarlos solo para matarlos. Los soldados no eran profesionales, de acuerdo a las leyes de su marca, debían servir como guardias por dos años, y se les entrenaba para ello, lo que sumado al horror de ver lo que los ogros le hicieron a las villas a su paso, fue suficiente aliciente para salir avante hasta el momento, aunque aceptaban que en realidad toda esta situación les había quedado grande hasta que Yideana apareció.

Como hombres del QuarNaTor, habían escuchado muchas historias sobre las grandes batallas y los héroes que crearon y sostuvieron a la Alianza de Reyes, así que para no caer presas del temor, se entregaron a las ensoñaciones sobre Santa Yideana, domadora de la avalancha, esperando que algún templo de La Orden se erigiera en ofrenda a los soldados que no murieron pero no la abandonaron. El sonido crecía y de pronto, la luz de Concordia en el cielo comenzó a entrar, por lo que los hombres se acomodaron listos alrededor del primer hoyo. El marqués, buscando inspirar a los demás, se puso en el justo medio de la excavación, tan erguido como pudo, retando.

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No estuvo mal, pues cuando el primer ogro apareció, a pesar de que éste se lanzó rugiendo contra el marqués, aquel, nervioso, pero sabiendo que si quería ganarse una esposa capaz de estos milagros necesitaba sobrevivir y mantener el aplomo, se quedó parado, sin miedo, preparando la espada para apuñalar al primero.

Varios hoyos más comenzaron a aparecer arriba, y con la luz roja de Concordia derramándose entre las piedras, los soldados se prepararon para hacerse un lugar en la historia; vivos o muertos, pero inconquistables. Un ogro encontró a Yideana de rodillas e intentó en vano rasgar con sus uñas, sin lograr nada. Sin embargo, embebido en el terror que podía causar, lamió la protección y la saliva maloliente como la arena se filtró cayendo sobre la capa de la ordenada. Los soldados reclamaron la afrenta gritando y los ogros rugiendo. Filos y garras intentaron encontrarse sin lograr nada.

Exasperados, los soldados le aseguraron a la ordenada que estaban listos, pero aquella, aunque con las mismas ganas de luchar que ellos, sabía que debía esperar un poco más. Durante ese breve proceso, los ogros comenzaron a resignarse a no atravesar la muralla invicta, marchándose en el proceso, algo que se notó pues la luz de Concordia en lo alto entró con fuerza, y el marqués reportó que un hombre había aparecido en un extremo.

Claramente el hombre intentaba dar indicaciones, y Jovian entendió que lo que buscaba era que los soldados sepultados se posicionaran a lo largo de una ruta que describía. Aunque de alguna manera irradiaba confianza, el hecho de que los ogros se hayan retirado era suficiente para desconfiar.

Mi señora ¿es una trampa? . Preguntó el marqués confundido.

¿Cómo es? inquirió ella, temiendo lo peor.

Es un hombre alto y fornido con ropas de mendigo.

¿Viene armado? ¿Puedes verle algún arma? indagó ella, preparada para constatar lo peor.

Jovian miró, levantando su mano para cubrirse de la luz que lo opacaba.

No. Me parece que

La justiciera le ordenó que él y sus hombres se prepararan para salir. Jovian no dudó, aunque si lo agarró

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un poco más desprevenido, pues el ímpetu por pelea se había convertido en curiosidad. Así que solo terminó su frase antes de dar la orden a sus hombres.

es un monje…

Decidida, Yideana volteó a verlos, deteriorando un poco la barrera. Solo les dio un momento a los hombres de Jovian para tomar posición, porque sabía que la presencia del monje solo podía significar una cosa, y aunque cualquier precio valía cumplir La Ley, no creyó que fuera justo matar a estos hombres que se habían ganado su respeto.

Algo está haciendo dijo el marqués mientras la justiciera, cesaba la muralla invicta que los protegía.

En un instante. La mujer se rodó por el suelo, esquivando la piedra que la hubiera aplastado, para luego salir por el hoyo principal en el momento que el campo colapsó. La mujer se movía rápido, aunque en realidad parecía más que alguna fuerza invisible la impulsaba. Así que cuando salió por el hoyo, alcanzó a ver lo últimos tres movimientos de la kata del monje, misma que terminó en un golpe al aire que inmediatamente se convirtió en vendaval.

Con los aires amenazando su estabilidad, Yideana supo que no podría completar su misión, así que con una mano llamó una lanza del suelo a su palma, y con los ojos de Demerit encontró a su presa moviéndose a lo lejos. Así, en pleno aire, con la capa revoloteando por la explosión de viento por suceder, sin importarle nada, lanzó, aunque el golpe de aire del monje terminó expulsándola fuera de la montaña.

Fue casi un milagro. Los hombres de Jovian sintieron el peso de las piedras pequeñas, y tuvieron un momento para entender el suicidio que intentaban antes de que la arena y el aire los enterraran, mientras las rocas grandes volaban hacia el vacío.

Dos soldados lograron sacar de entre la arena al marqués, quien viendo a su alrededor, encontró a sus hombres rescatando a sus compañeros, y en vez de encontrar a su futura esposa, solo pudo ver lo cercano que estaba el borde en el que todas las piedras cayeron. Al encontrar al monje, se acercó dudando un par de veces entre envainar o no la espada, pero al fin hábil político, se contuvo y solicitó nombre antes de reclamar.

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¿¡Eres un monje de Narshe?! preguntó sin poder evitar que su tono sonara a reclamo porque lo era.

Así me reconoció mi maestro, como mi maestro fue reconocido por el suyo.

Los monjes de Narshe no eran una fuerza política y militar como la Orden, de hecho, muy probablemente entre las ocho iglesias, eran la menos influyente, por tratarse de ascetas recluidos en los páramos más inhóspitos del QuarNaTor. Pero su influencia no equiparaba su importancia, su divina patrona, Narshe, representaba la piedad, por lo que las historias sobre pobres, enfermos y desposeídos que clamaban su piedad y eran asistidos por monjes capaces de extraordinarias hazañas, abundaban en la Alianza de Reyes.

Las siguientes palabras de Jovian debían ser astutas. Sabía que la Orden y los monjes no estaban en buenos términos, pues había rumores que los monjes asistieron a los ogros en la rebelión, de tal suerte que La Orden usó su influencia para que Toscana los considerara ilegales, y si bien, el Lyonesse no aceptó semejante petición para no contrariar a la Divina Hermana de la Piedad, sí implicó, que quien fuere que asistiera a los enemigos de la Alianza de Reyes, era enemigo de Todo bajo Concordia.

Así que la pregunta era; ¿debía reclamar o sencillamente comendar a sus hombres a arrestarle? Porque claro, por un lado los había salvado, pero por el otro, había lanzado al barranco a la que pudo hacer sido su prometida.

Debo informarle que atacó a la mejor servidora de Demerit, Yideana de nombre.

No fue mi intención, pero quien está en paz con su Diosa, estará bien con la mía respondió el monje mientras caía de rodillas, caliente por el esfuerzo de usar el puño del vendaval.

Jovian ponderó sus posibilidades de matar al monje. No, más bien, no le importaban las posibilidades, pues el corazón roto le demandaba una satisfacción, así que el por qué lo mató y bajo qué cargo lo hizo tendría que pensarlo después. Apretó la empuñadora de su arma y…

Señor Jovian escuchó la voz de un soldado que no conocía, pero cuyos atavíos eran los de la Legión mire ¡ahí está!

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Jovian se acercó a la saliente para encontrar a la mujer colgada de una piedra a unos diez metros hacia abajo en la pared contraria del acantilado. Orando. El marqués era tan buen prospecto de marido, que sabía que su problema no era regresar, sino decidir qué hacer con el monje que claramente asistió al enemigo.

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El monje oraba en cansancio por haber pulverizado la roca con el puño del vendaval. Al mismo tiempo, parada sobre una piedra saliente de no más de 15 centímetros, Yideana se veía increíble rezando para saber que seguía.

Así que en esa breve calma antes de la tormenta, todo cayó en manos de Jovian, quien mandó a sus hombres a buscar sobrevivientes de la Legión colina abajo. Mientras preparaba el terreno para que su futura esposa pudiera ajusticiar al monje con la legalidad de su lado: ¿Cómo te llamas legionario? solicitó.

Albin, señor, ¿cómo me dirijo a usted?

Soy el marqués de Jovian, pero tú puedes dirigirte a mí título o tierra concedió amablemente para ganarse la simpatía del legionario que honrado asintió, conociendo los tratamientos correctos y esperados a la nobleza Bajo Concordia que todo lo mira ¿puedes atestiguar que los ogros fueron comandados por ese monje?

Sí puedo. También . Fue interrumpido. Silencio. Presta atención El marqués de Jovian, hombre de leyes, tuvo cuidado en formular sus preguntas, pues lo importante no sería lo que sucedió, sino lo que se dijo:

¿Puedes atestiguar que el primer golpe lo dio el monje?

Fue un acci .

¡Lo que haya sido! ¿Quién pegó primero? acorraló el marqués.

No me par .

¿La justiciera Yideana cayó a lo que sería para cualquier otro una muerte segura?

Pues sí, pe . No pudo terminar. Se deduce entonces que hubo un motivo ¿cuál fue?

Albin se miraba incomodo, pero tanto como sabía que estaba obligado a contestarle al marqués, era incapaz de entender lo que aquel lograba con este amainado interrogatorio.

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Piedad & Justicia: Capítulo IV

Salió expulsada por el aire que . Fue interrumpido.

¿Quién provocó ese aire malicioso?

Bueno, pues el monje pero fue para . Hasta ahí quedó.

Ustedes son testigos Jovian levantó la voz el monje dio el primer golpe.

Sus soldados murmuraban mientras asentían, pero a medida que la verdad creada se adhería a sus mentes, una voz aguardentosa interrumpió.

¡Paren la estupidez! Sin ese golpe estarían todos ustedes muertos . Agregó otro legionario herido, que sin un brazo se levantó.

¿Cómo se atreve a dirigirse a mi persona con tal falta de respeto? ¿¡Quién se cree?!

Barberado, prefecto del Colegio de la Fragua rugiente. Por el exabrupto me disculpo, pero mi único deber es mantener vivo a mi colegio, y como ya fallé, le aseguro que si el monje me hubiera salvado el trasero como lo hizo con ustedes, le estaría besando los malditos pies, en vez de jugar al abogado.

¡Está fuera de lugar sargento! Albin fue rápido en interponerse, pero su prefecto, sin hombres y brazo no tenía nada que perder.

¡Estoy viendo El Muro señor! ¡Poco me importa el castigo de los nobles en este momento!

Si está tan cerca de El Muro, más interesado debería de estar en no hacer más deudas para el momento de la transición respondió Yideana, quien apareció caminando, como si no hubiera saltado casi 30 metros de muerte para llegar a donde estaba.

Barberado era un hombre hosco que había sobrevivido a su boca porque tenía un talento para luchar, pero una cosa era fastidiar a un marqués, y otra muy diferente ser atrevido con una representante de las Divinas Hermanas, así que solo enmudeció.

Con mis ojos doy fe, de que vi a los mismos ogros que sepultaron a su colegio y mataron a los hermanos de armas de estos hombres, ser comandados por este monje. Por cualquiera que sea la razón, tal como lo tipificó la boca del mismísimo Lyonesse, eso es traición. Defiéndete

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recordando que sirves a la Hermana de mi Señora, hazte escuchar o concede en silencio tu crimen.

Albin levantó la mano y sin conocer el protocolo, pero sabiendo que en todo lo sucedido el monje no había dicho más de tres palabras intercedió:

Mi señora, yo soy testigo de todo cuanto sucedió. Ese monje salvó mi vida, la del prefecto y la de ustedes.

Te creo legionario, mas la gratitud que pueda sentir por mi vida, la de mis hombres, e incluso la de mi futuro esposo Jovian se saltó un latido del gusto es irrelevante, los crímenes no se atenúan, se pagan. Así que si el inculpado no pretende defenderse, procederé a dar la sentencia que Demerit dispone según su dicho, que es La Ley.

¡Yo supliqué piedad a los ogros! interrumpió Albin con la vergüenza en el rostro como me ignoraron, el monje llegó a mi rescate, venciendo a un grupo de cinco y asegurando mi rescate pues estaba secuestrado.

¿Asegurando? ¿Ejerció violencia para ese fin? . Preguntó Yideana extrañada de los peligros que eligió.

Sí, le digo que los venció.

Dijiste que venció a un grupo de cinco, pero que luego aseguró tu rescate ¿Mató a tu secuestrador?

Albin supo que no había una buena respuesta a esa pregunta así que solo indicó:

No tuvo que hacerlo, solo lo convenció. Negoció dirás.

Yideana se preparaba. El truco del vendaval era suficiente para saber que el monje era de cuidado, pero escuchar que venció a seis desarmado lo colocaba en un terreno que bien podría estar por encima de sus capacidades.

Descompuesto, Albin suplicó:

Señora, todo es un malentendido, ya había logrado que me soltaran, pero otro ogro atacó al secuestrador, y a punto de matarlo, el monje intervino para evitarlo. El murmullo de todos los que escuchaban se hizo claro.

Defender a un ogro de otro ogro. Al margen del crimen que implica, es completamente inútil. Son seres violentos.

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Lo son. Por eso, donde nosotros podemos razonar circunstancias, ellos deben mostrar fuerza. Esa es la razón por la que el ogro me atacó al oponerme a que matara a su soldado, fue mi culpa su exabrupto, hubiera sido incorrecto arrebatar una vida que yo puse en peligro la voz del monje era calmada. Apropiada para la imagen que proyectaba.

¿Hay alguna parte en ese razonamiento donde se excuse de los cargos?

Precisamente por ese razonamiento tuvo cuidado de la palabra que usaría otro ogro al detener nuestra pelea, para no continuar el ciclo de violencia, y evitar matar a mi oponente, al muchacho o a mí, como estaría obligado a hacerlo para que los demás ogros lo entendieran. Ofreció una solución beneficiosa para todos

Yideana se quedó muda. Su ceño se ensombreció de forma que cuando Jovian lo notó, salió inmediatamente a su auxilio.

Con todo respeto monje, ¿Puedes escucharte? Ogros que ofrecen soluciones. Ogros que negocian. Los ogros son bestias. Solo se puede esperar violencia de ellos ¿Qué pudo ofrecer? ¿Alguna piedra brillante que simboliza alguna tontería? ¿Por qué tomar cualquier cosa que pudiera ofrecer?

De hecho, ofreció ayudarnos a rescatar a un grupo atrapado en los escombros.

Todos los soldados callaron. Las implicaciones del monje negociando con los ogros, estos capaces de hacerlo y el hecho de que les deban la vida eran sencillamente demasiado potentes para ser ignoradas.

Es cierto gritó Albin no puedo entender lo que dijeron, pero me consta que los ogros pasaron a un lado, incluso, el líder me ayudó a levantar el cadáver que tenía aprisionado al sargento, y luego avanzamos con ellos hasta acá. Ignoro si es un delito ayudar a nuestros hermanos de esa manera, pero sí estuvo mal no pelear hasta la inescapable muerte y en cambio cooperar para salvarlos de una muerte espantosa como ser sepultados, por Narshe que al menos yo lo volvería a hacer.

El monje sonrió discretamente. Todos los demás, estaban divididos; pues si bien, lo incorrecto era evidente, la honestidad de Albin se los había ganado, y ya que habían salvado sus vidas, no se podía discutir el método. Pero

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Yideana no compartía su visión. Muda, trataba de evitar revelar sus pensamientos y emociones. Algo que el monje notó y respetó, pues lo que realmente le preocupaba es que si ella atacaba sin aviso, el instinto de supervivencia lo obligara a eliminarla para preservarse.

Los ogros atacaron primero. Su levantamiento mató hombres, mujeres y niños. Sangre y vileza. No se puede olvidar ni perdonar . Afirmó Yideana.

Se tiene que hacer. Los responsables están muertos. Aniquilados por el ejército más poderoso jamás conocido, y los intereses que lo lideran. Estos a los que asedian no son partidas de guerra, son ogros. Ese es el delito por el que se les persigue . Retó el monje.

Hubo sobrevivientes del ataque original, existen porque los monjes los protegieron . Reviró Yideana.

Protegeremos a cualquiera que clame piedad, siempre, porque para eso nos puso Narshe en el mundo suspiró antes de continuar y que la Diosa nos perdone porque no sabíamos el mal que les estábamos causando. Ya que desde entonces su opción es morir de hambre en sus tierras, o salir a conseguir alimento al mundo que los odia. Idiotas, violentos y hambrientos ¿Qué no haría cualquiera en ese desesperado estado?

¿Y por eso lo ogros, nos dejan ir? ¿Para qué no los persigamos? dudó Yideana con la cabeza fría.

Nadie más muere. Ellos no pueden estar en las montañas, regresarán a sus casas, y aprenderán a contenerse. Buscarán alimento donde no lo hacen aún. Les enseñaremos a cultivar, a cuidar animales el monje bajó un poco el tono de entusiasmo que se le comenzaba a desbordar Un paso a la vez.

¿Quién creerá esa posibilidad? la ordenada trataba de entender al monje, porque sus palabras le mostrarían como usaría sus puños es más, te pregunto, servidor de Narshe, ¿quién creerá sus palabras?

De momento me conformo con ustedes. Con eso me basto. Como dije, un paso a la vez.

Yideana endureció el ceño, todo estaba claro:

Si yo vuelvo a la Orden sin poder dar fe, de haber escuchado a un ogro producir un acuerdo, de establecer un plan, o una intención de cambiar sus modos, tan pronto me quiten mis votos y servicio, solicitarán una legión al Lyonesse, y bajo su comando destrozarán la montaña hasta

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que no quede un solo ogro. Monje, entiendo su postura, la admiro incluso, pero en este momento no puedes darte el lujo de dar pasos pequeños.

El monje guardó silencio. También Yideana porque el primero en hablar pondría en riesgo todo lo logrado. Así la voluntad de Concordia, fue Albin quien joven e ingenuo interrumpió.

Llévela señor. A ella, al sargento y al marqués. Solo puede ser voluntad de Concordia que los representantes de las instituciones religiosas, militares y políticas de la Alianza de Reyes estén aquí, ahora Demuestre lo que yo mismo dudo a pesar de haberlo visto. Este podría ser el primer paso para cambiar el papel de los ogros en un mundo que no los entiende le era obvio al joven que no estaba persuadiendo al monje, así que por la razón que sea, dijo la única cosa que sellaría el destino de todos llévelos señor, no se me ocurre un mayor acto de piedad que salvar a los ogros de la extinción y al mundo de la ignorancia.

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Piedad

Capítulo V

El viaje a través de las montañas Firmamento fue demandante. El monje guiaba a la velocidad del grupo, pero la única con la capacidad de seguirle el paso de ser necesario era Yideana. El prefecto no dudó en acompañarlos a pesar de las heridas, pero temiendo morir por ellas, llevó a Albin para que pudiera dar testimonio de lo que sucediera. Y fue gracias a eso, que no se notó que la reducida velocidad del grupo era a causa del marqués.

El monje aún dudaba de lo que sucedería, pero tenía claro que este era el primer paso para algo mejor que seguir combatiendo muchos frentes. Tal como dijo, ya que el levantamiento de los ogros comenzó en las laderas de las montañas, las personas que huían aterradas pidieron la piedad de los monjes y estos salieron a combatir a los ogros. Pero cuando la Alianza de Reyes respondió, los grupos insurrectos fueron masacrados por la disciplina e inteligencia de las Legiones. En muchos sentidos, La Orden había sido la principal responsable de aquella victoria, pero también de la brutalidad ejercida, así que cuando llevaron la guerra a los grupos en huida, a los hogares de los ogros y donde quiera que los encontraran, estos también clamaron piedad, por lo que los monjes, se pusieron de su lado.

Al principio los monjes se bastaban de usar su presencia intimidante, su carácter mediador, su conocimiento para guiar grupos por rutas de escape o sencillamente entorpecer la marcha de las Legiones, evitando a toda costa la lucha de frente. Mas desde el inicio fue obvio que tarde que temprano las cosas saldrían mal, aunque igual, no era razón suficiente para dejar a los ogros a su suerte, por lo que los monjes se comprometieron a pelear del lado que los necesitaban. No había exageración en ello, pues los ogros estaban siendo exterminados.

Este monje en específico había tenido la oportunidad de platicar la situación con otros cofrades y parecía que todos estaban de acuerdo que La Orden se había propuesto no dejar a ninguno con vida. Una severidad desproporcionada a la justicia que predicaban, aunque tampoco inapropiada, pues muchos grupos ogros habían elevado el nivel de brutalidad natural de su especie. Cual fuera la situación, muchos monjes habían muerto en el campo peleando por el derecho a vivir de los brutos, mientras en la capital, los juegos de la política pretendían

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& Justicia:

extinguir a la iglesia de Narshe, encontrando aliados solo en los druidas de Alma por su afinidad al servicio de la vida, y los menstat de Crysta por el pragmatismo que significaría un vacío de poder en la intrincada red de influencias en la Alianza de Reyes.

Al final la Orden no lo logró su cometido, y eso que ningún monje se presentó a defender a su iglesia en las audiencias ante el Lyonesse, pues contrario a lo que todos piensan, solo hay una distinción entre un monje y otro; si es maestro, es decir, si enseña las técnicas y las filosofías que las mantienen vivas. Porque estudiantes todos son.

Como sea, ya estaba todo en marcha, y el monje sencillamente no sabía si hacía lo correcto, mas admitiendo que todo lo que seguía lo rebasaba, no perdió la oportunidad de charlar, pues raramente podía hacerlo:

¿Quiere que bajemos el paso, señoría? preguntó al marqués, quien se avergonzó sin contestar, pues no tuvo aliento para contestar de inmediato.

Señor es más apropiado, monje, señoría se reserva para aquellos en el circuito de justicia como mi pensó rápidamente prometida.

Me disculpo. No fui educado en los tratamientos nobiliarios, ¿me pregunto si debo seguir alguno para felicitar a la feliz pareja?

La ley es la marca de la sociedad. Y no es necesario seguir un protocolo, agradezco de antemano sus felicitaciones.

Les deseo lo mejor. Narshe les colme de bendiciones, y les entregue hijos solemnes y piadosos. Yideana, que tu mano sea tan justa como siempre pero piadosa en sus travesuras . Sonrió el monje. Yideana respondió un “gracias” tan seco, que fue interrumpido por su prometido.

Por ejemplo, lo apropiado es que se dirija a ella como su señoría.

Nuevamente me disculpo. La trato como la prima que es, pues al fin somos hijos de nuestras Divinas Madres que son hermanas entre ellas.

El marqués hubiera querido contravenir, pero sabía muy poco sobre los monjes, excepto que eran máquinas de guerra que por algún motivo no querían pelear.

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Nosotros no nos vemos como hijos de Demerit. La Orden es sólo una herramienta, un arma afilada para hacer su voluntad.

¿Eso eres, solo un arma?

Orgullosamente, no necesito ser más. Damos nuestro juicio cuando se nos indica hacerlo y solo bajo las reglas que nos dieron, no somos tan afortunados como “otros” para darnos el lujo de aspirar a la vanidad de “tomar partido”.

¿Cómo sabes qué haces su voluntad? preguntó el monje sin mirarla.

Demerit nos dijo que observemos La Ley, así lo hacemos. Al margen de nuestros sentimientos u opiniones, mientras lo hagamos, hacemos su voluntad.

El monje echó la cabeza para atrás pensando lo que estaba por decir:

Marqués, señor, usted sabe de leyes ¿qué futuro le espera a los ogros según las vigentes?

El que se buscaron. Las leyes pueden ser duras pero así es la ley.

¿Existe alguna forma de cambiar ese futuro?

El marqués sabía que contestar, pero primero pensó la respuesta que le agradaría más a su prometida . Habiendo reflexionado su respuesta contestó con seguridad.

Las leyes las dictan los hombres según un orden natural y mayor que es La Ley, como tal, aquello que deviene de La Ley es inmutable y perfecto, pero las leyes que surgen de ella sí varían, porque los hombres las hacen, y como no son eternos, los tiempos de su sociedad cambian. Así que sí, todo sería diferente, si los ogros fueran capaces de apegarse a las leyes.

Es una respuesta complicada para un ogro. Déjeme entenderlo; ¿El apego a qué leyes podría cambiar el futuro de los ogros?

Yideana se distrajo de sus procesos mentales para escuchar esa respuesta. Hasta este momento todo lo que había escuchado del marqués le gustaba, pero esa respuesta era una que ella misma no estaba segura que podría responder.

Sí se rindieran, y se presentaran ante las autoridades, podrían ser procesados según la Ley.

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¿Conoce usted alguna autoridad que viendo a un contingente de ogros acercándose, no daría la alarma de ataque y formaría a sus ejércitos antes de siquiera ponderar la posibilidad de comunicarse con ellos? Porque a mí se me ocurre uno se interrumpió mientras miraba a Yideana Concediendo el derecho que tienen de juzgar sumariamente, porque La Ley se los confiere, ¿habría un Ordenado que en cambio permitiera un proceso, un juicio que separara al ogro de su naturaleza, y evaluara sus acciones como individuo?

El marqués estaba por intervenir, cuando Yideana decidió hacerlo.

Los ogros no son individuos. No tienen nombre, su organización ni siquiera es una tribu, son erráticos y violentos por naturaleza. No es una percepción personal. Los menstat tienen estudios formales de su espantoso origen y sus crueles costumbres. Son peligrosos.

La vida es peligrosa Yideana levantó la voz el monje como representante de ella . Pero si temes a la espina, jamás te alimentarás del fruto, es por eso ejercemos la piedad; porque que tengas el poder de matar, no implica que debas usarlo...

Yideana tomó un respiro. Quería evitar admitir que le gustaba lo que pensaba y decía este monje, tan diametralmente diferente a lo que creía, y sin embargo, tan… sanador. Así que, se detuvo y trató de salvar la vida del monje.

Servidor de Narshe. Has estado cerca de ellos, y seguramente has aprendido cosas que los estudiosos en sus torres no pueden entender, pero debes admitir que un cocodrilo sacado del campo y llevado a la ciudad, sigue siendo un cocodrilo. La realidad es que lo que has logrado ver, lo que te han dejado ver, se basa en que te temen. Aquello a lo que no temen, lo destruyen. Son peones demasiado peligrosos para dejarlos... pausó libres.

Vivos. El problema no es que estén libres, es que están vivos ¿por qué? Te lo ruego, mi querida Yideana, ¿por qué quieren exterminarlos? solicitó humilde pero retador.

La ordenada no podía responder la pregunta, sus juramentos de obediencia se lo impedían, pero necesitaba decirlo, necesitaba salvar la vida de este monje.

Están siendo usados… por entidades terribles.

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La Causa Holtz. La conozco, pero no puedes poner la vida de miles, en teorías de cazadores paranormales extintos hace milenios.

La conoces, pero no la entiendes. Ya no es una teoría, los milenios que repudias hacen que las señas sean claras, sus acciones obedecen a lo descrito… son peligrosos.

Los quieren usar como herramientas… jamás una espada ha cobrado una vida por sí misma. Depende de quien la blande, no puedes culpar al filo por la perfidia de su portador sonrió el monje al darle la opción de ser más que una espada.

Yideana perdió los estribos. Pero antes de que sucediera cualquier cosa, su prometido salió al rescate.

Monje, el debate es ocioso, produce un ogro que entienda y aplique las leyes, y yo mismo lo presentaré ante Toscana. Lo juro por mi futura esposa aquí presente.

El monje miró a un lado. El sargento era pragmático, no tenía que creer nada, verlo le bastaría para creerlo. Albin por su parte, a pesar del exabrupto estaba emocionado de haber escuchado el debate, era un joven prometedor, con la rara habilidad de escuchar y no engañarse con sus propios prejuicios. La posibilidad de que más que escuchar, haya aprendido, le daba consuelo al monje pues dotaba a toda esta ordalía de un poco de posibilidad. Solo restaba la parte difícil, convencer a este bruto.

El monje se volteó y hablando con la garganta conversó en el misterioso lenguaje de los ogros. Sus acompañantes se exaltaron, pero tanto la ordenada como el prefecto, se armaron listos para la batalla, pues estaban rodeados

Entre las piedras apareció el ogro rapado de largos bigotes. Sus ojos negros dejaban ver un destello dorado que distraía de su malvada sonrisa.

¿Es su líder? preguntó Yideana, pero el monje no contestó, solo continuó una conversación imposible.

El ogro hablaba con los otros ogros escondidos entre el paraje rocoso, todos armados con lanzas y hachas rudimentarias hechas de piedra. El concepto más peligroso visto hasta la fecha.

El monje y el ogro siguieron intercambiando palabras, mas no se requería conocer el idioma para saber

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en que terminaría la conversación, así que no pudiendo cambiar lo inevitable, el monje les dijo a sus compañeros.

Tendré que pelear. Mantengan una posición defensiva, no se preocupen por mí. Sé que no será fácil, pero no los maten. Tenemos una oportunidad de parar esto, pero no podremos intentarlo si comenzamos derramando sangre.

Pero señor, ese ogro es con el que empató la vez pasada, si lo agarran entre todos Albin no terminó.

Sobreviviré contestó el monje mientras oraba a Narshe por fuerza para contenerse cuando las cosas se complicaran ¡Por favor, no los maten!

Es una necedad, ¿por qué quieres salvar a los que te quieren muerto? . Inquirió el marqués mientras preparaba la saeta en su ballesta.

Porque son solo un grupo. Porque no hablan por todos. Porque como ustedes, temen lo que podemos lograr, pero mientras que ustedes pueden elegir a pesar del temor, cuando temen…

El ogro de largos bigotes gruñó, exaltando a sus hombres que comenzaron a avanzar.

Podemos salvar al mundo de nosotros mismos. Solo tenemos que mantenernos piadosos terminó el monje justo en el momento que el jefe ogro lanzó un enorme tronco afilado.

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El tronco afilado voló contra el monje, quien pateó la punta, cambiando su trayectoria, para con ambos puños regresarlo de lado. El jefe lo recibió con el hombro porque no tenía la técnica para hacer algo diferente, aunque si la fuerza para destrozarlo. Uno de los ogros con lanza atacó al monje. Era demasiado lento así que el servidor de Narshe lo esquivó y empujó. Dando un paso atrás para esquivar el hacha de otro y evitar el embiste de un tercero.

El monje los ignoró, porque prefirió prepararse para recibir al jefe que le cayó del cielo buscando aplastarlo. El movimiento del maestro marcial fue tan veloz, que usó esa misma fuerza para lanzarlo hacia atrás. Logrando muy poco, pero acobardado a los otros ogros que presenciaron a su jefe caer de espaldas, lanzado por un oponente de casi la mitad de su tamaño.

El jefe se incorporó rápidamente lanzándose contra los acompañantes del monje. Yideana sabía que podía perforarle la garganta sin problema, lo que no implicaba matarlo, pero prefirió echar a los demás para atrás y esperar para ver como el monje lo golpeaba por la espalda, derribándolo. Un instante después se barrió para derribar a otro ogro que cargaba contra ellos.

El jefe levantó la cabeza con un hilo de sangre. Le quedó claro que Yideana no le tenía miedo, pero el joven Albin sí, así que se fue contra él.

El monje gateó unos metros para escaparse de los otros ogros e irse contra el jefe. Pero este se detuvo en seco y al esquivarlo, pudo aplastarlo con su pie. Yideana, al ver al monje ser abatido. Tomó su espada y atacó directo al cuello. El monje se reincorporó inmediatamente, bloqueando el ataque al capturar el mortal acero con las palmas de sus manos. La ordenada estaba sorprendida, no solo de la habilidad del monje, sino también de su estupidez, porque por un momento pareció que el ogro anticipó el suceso, golpeando ambos costados con sus masivos puños.

Cuando el monje cayó casi fulminado. Yideana, llevó su mano de atrás para adelante, y mostrando su palma expulsó al jefe unos metros contra los ogros que llegaban, derribando a varios. Luego saltó varios metros hacia ellos y girando el acero hizo varios cortes. Pudieron

36 Piedad & Justicia: Capítulo VI

ser las cabezas de los ogros, pero en cambio fue sobre las maderas y sogas de sus armas, desarmándolos.

Un ogro tomó una enorme roca y la puso sobre su cabeza, listo para lanzarla. Sin aviso, el prefecto, tomó su hacha de mano y la lanzó a su codo, que por el músculo cortado se dobló precipitando el pedazo de tierra contra su cabeza. El monje gritó pues estaba demasiado lejos para hacer nada. Sin embargo, la roca que seguramente hubiera destrozado el cráneo del bruto contra el suelo se quedó flotando por la gracia de Demerit en manos de Yideana.

Un ogro comenzó a gritar aterrado ante el espectáculo, al igual que otros dos, que al estar desarmados habían perdido las ganas de pelear. Aunque la ordenada tenía el control de la roca flotando, no se había decidido en lanzarla fuera de la batalla, pues con ella podría detener a varios, aunque no estaba segura si sería parcial o permanentemente. Al jefe no le importó, tomó el hacha de piedra de uno de sus guerreros y la lanzó contra Yideana, quien, la esquivó saltando en los aires. El jefe empujó a uno de sus ogros contra ella, y sin problema, la ordenada rebotó en el aire, evitando al enemigo, así como la patada con la que el jefe intentó recibirla.

Al caer, cortó al jefe en el brazo, pero al no ser un golpe letal, este lo ignoró intentando aplastar con la pierna a la ágil guerrera. Ella volvió a volar, pero esta vez el ogro demostró su cegadora velocidad al capturarla de la larga capa, aprovechando para estrellarla contra el suelo.

El golpe fue tan fuerte que la desorientó. Así que aprovechó la capa para volverla a levantar y azotarla. Buscando proteger a su prometida, el marqués disparó su ballesta a la cabeza del jefe, pero el ogro recibió la saeta en la palma perforando la mano y pegándosela al cráneo. Albin apenas alcanzó a derribar al noble para que un ogro no lo impactara.

Barberado como sargento curtido que era, se lanzó contra el ogro apuntado a sus costillas con el hombro. A pesar de que le doblaba el tamaño, el prefecto consiguió derribarlo, golpeándolo con una pequeña maza varias veces por detrás de la cabeza. Aunque otro ogro se acercaba para tomarlo, el sargento prefirió seguir golpeando para al menos reducir a uno. Antes de que el refuerzo llegara, Albin lo recibió con la lanza, y el marqués se sumó al esfuerzo de detenerlo. Momentáneamente obstaculizado por la lanza,

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Barberado aprovechó para golpearle la cabeza un par de veces con la maza.

En teoría querían evitar matarlos. Pero con los tres derribando a uno, y otros tres acercándose, no podían darse el lujo de pensarlo demasiado. Nunca llegaron. De pronto el monje saltó de izquierda a derecha moviendo los pies, y los tres ogros cayeron pateados. Tras lo que el monje gritó, y por primera vez se puso en posición de combate.

Los ogros se asustaron dando un paso para atrás. Pero el jefe se despegó la mano dejando la punta de la saeta en el cráneo. Inflando su pecho les dijo en su lengua burda que aquel que no peleara lo mataría.

Los ogros dudaron la amenaza, así que el jefe decidió ejecutar a Yideana, pero solo tenía la capa, porque ella se deslizó por debajo de sus piernas y habiendo una forma infalible de matarlo al clavarle la saeta en él cerebro, optó por expulsarlo con la mano invisible de Demerit.

El jefe mordió el polvo varios metros. Ante la duda, el monje dio un grito, y comenzó una kata que terminó en un golpe contra una enorme piedra. Los ogros se detuvieron ante la demostración, pero al ver que nada sucedía reanudaron su avance, así que debe ser fácil imaginar cómo su valor se quebró cuando la piedra impactada, estalló. Tal era el poder del monje, que podía manipular la fuerza de sus golpes, y comandarlos para hacer lo imposible sobre la piedra, si ese era su dominio sobre lo inerte, su poder sobre el cuerpo debería ser aterrador.

Los ogros se detuvieron. Solo el jefe se levantó, porque sabía que a menos que lograra una victoria, sus guerreros no enfrentarían al monje. Sus opciones eran sencillas; Yideana era una combatiente apenas menos poderosa que el monje, pero ella sí atacaba para matar, el monje no, pero claro, era un oponente mucho más peligroso.

Estaba decidiendo a quien atacar, cuando divisó más ogros a su alrededor. Traían armas rústicas, pero se habían abstenido de participar, solo esperaban en silencio, hasta que uno de ellos, fornido y alto, pero de facciones menos deformes excepto por el tamaño, se bajó hablando en una lengua que no se sabía, podían entender, menos usar:

Les solicité… no lucha hasta escape… desobedecieron. Les dije, monje amigo. Traicionaron . Los ogros del jefe que lo escucharon, mostraron disgusto porque

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les hablara en lengua de humanos, pero el líder no la cambió, porque sabía que no necesitaban conocer las palabras para entender lo que reclamaba. Así que mirando a todos, continuó ¿Qué castigo merecer?

Los ogros se lamentaron, pero el jefe se irguió rugiendo en su lengua algún reclamo. Mas el líder no perdió la compostura. En lengua de hombres continuó: Atacar oficiales del QuarNaTor. Tú ser arrestado.

Lo que respondió el jefe no fue entendible, y sin embargo los presentes captaron algo sobre que el líder vende a su pueblo. Tras eso, el jefe gritó "Vatrak" y sus ogros entraron en un frenesí violento.

Yideana esquivó un intento de capturarla poniendo su invisible muralla invicta, lo que le costó varios dedos rotos y la quijada a su atacante. Luego, con el giro del acero cortó un pedazo de la oreja de otro, y el único que no entendió su regalo de vida, fue aplastado por una fuerza invisible, que luego lo lanzó contra otro.

El jefe y el líder avanzaron uno contra el otro despacio, los hombres del líder no se movieron, pero los del jefe avanzaron. El primero no vio llegar al monje clavando ambos pies sobre el costado de alguno, el segundo creyó que agarrar al monje sería su ventaja, cuando este utilizó la presa para lanzarlo fuera del área. No pretendía intervenir, así que solo comenzó a rodearlos, evitando que cualquier otro pudiera intervenir, porque todo se decidía ahora, al averiguar si el instinto asesino que el líder sentía y le convenía, podía reprimirse.

El líder y el jefe se fueron a puñetazos. Carecían de técnica, pero los impactos de carne contra carne dejaban claro el nivel de fuerza usada. Por su parte, el monje derribó a un ogro que no entendió el no acercarse, y luego intimidó a otro, quien idiota pero no estúpido, no volvió a intentar avanzar.

Al mismo tiempo el joven legionario, el prefecto y el marqués avanzaron sin engancharse hasta Yideana, quien observaba todo, tratando de conciliar lo que veía, lo que pensaba y lo que sentía. Pues frente a ella estaba la peor pesadilla de La Orden; ogros disciplinados liderados por alguien que comprendía el terreno de juego. Sin saberlo, el monje había creado un enemigo poderosísimo, solo le faltaba tener un nombre y morir, para convertirse en un símbolo que unificara a los potentes brutos. Ahora, todo

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dependía de ella, y había mantenido la compostura, así que todo estaba bien, solo necesitaba un poco de ayuda.

Yideana se acercó al esposo cuyo nombre no conocía. Le pidió su regalo de bodas al oído, y él, después de admirarla, desearla y quererla, se lo hubiera negado de no ser porque lo solicitó con un beso.

El jefe era más grande y fuerte. Se notaba, pero a medida que intercambiaban golpes haciendo evidente la ventaja de la fuerza y la resistencia, el líder cambió de táctica, mostrando movimientos aprendidos del monje, así que, empujando y esquivando, pronto comenzó a controlar a su adversario.

El líder sabía que debía vencerlo indiscutiblemente para tener la razón entre su pueblo, pero el monje le enseñó a usar su cuerpo como arma, no para matar, sino para vencer al instinto de hacerlo. Para un monje todo se reducía a eso; aprender a matar para decidir no hacerlo.

Sin embargo, los ogros exhibían sentimientos encontrados. Por un lado admiraban al líder por hacer uso de aquellas técnicas que parecían imposibles para ellos, por el otro, las consideraban una desventaja injusta, una especie de trampa. Los ogros rugieron a unos y estos respondieron. El cisma era evidente, así que la sangre estaba por derramarse cuando el monje rugió, levantando su espíritu de combate de forma que todos los presentes lo veían como un gigante y ninguno tuvo el valor de enfrentarle.

Entonces el jefe se lanzó golpeando al líder salvajemente, y este, en un exabrupto aprovechó para hacerle un candado con las piernas. El jefe luchó en vano, pero su potencia le permitía seguir forcejando, porque a menos que el líder le rompiera el cuello, él no se desmayaría.

En ese momento, Yideana tomó una decisión que cambiaría la historia. Con una sonrisa acomodó la espada de su futuro esposo en el cinturón de este, para virar, caminando lentamente como el depredador que era. Luego, con su fino acero relajado en sus manos, avanzó con un hoyo en el estómago, pensando en lo que diría.

¿Tiene nombre? le preguntó al gigantesco monje, pero inmediatamente se corrigió disculpa, ¿tienes nombre? preguntó al ogro que vencía al otro.

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El líder ogro estaba furioso. Así que le costó trabajo traducir, pero finalmente agitó la cabeza en señal de que no tenía.

Puedes matarlo... aclaró ella sin mirar al monje no es un ciudadano de la Alianza de Reyes No tiene juramento, nombre y no conoce ley alguna. Sí lo matas, ninguno de los presentes, incluida yo, puede recriminarte nada.

El jefe trató de alcanzar a Yideana, y el líder tuvo que apretarlo más para evitarlo.

¿Te sería más fácil si lo declaro legal? Es un asesino. Está en mí poder darte veredicto para la ejecución . La verdadera belleza de la ordenada se mostraba en la frialdad con la que se conducía.

El líder movió los ojos para encontrar consejo del monje, pero solo vio una figura atemorizante, furiosa con la ordenada.

Hazlo. Mátalo. Por el delito de organización delictiva, sedición y homicidio injustificado. Hazlo. No es ciudadano, pero sí es enemigo de la Alianza de Reyes. En nombre de Demerit, La Ley dicta la muerte del responsable.

El líder enfureció espontáneamente. Pero tras pensarlo un momento, gritó, soltando a su oponente vencido Tardó un momento en arrodillarse, pero relajando su ceño, levantando sus brazos y aceptando su vida, agregó:

Si ley buscar responsable, yo líder. Yo responsable de todos ogros. Yo someterme a juicio de tu Diosa no piadosa.

Listo, tal como lo planeó Yideana lo había logrado. Solo debía confirmarlo con un veredicto y el monje no podría intervenir en matarlo para cumplir la voluntad de La Orden. Pero a pesar de sus votos de obediencia, a quien Yideana buscaba complacer era a Demerit, así que bajó la cabeza y con los labios dio la señal al marqués. Este, con la ballesta lista y contra todo instinto, por amor y con mucha más voluntad de la que cualquiera podría concederle, apuntó contra el monje y disparó.

El monje vio venir la veloz saeta, pero también vio el acero en la mano de Yideana girar velozmente, así que debiendo escoger, entre su vida y la del líder, decidió recibir la saeta en el pecho, para poder patear la mano de Yideana y desarmarla.

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Cuando la espada del marqués voló de su funda a la mano de la ordenada ascendiendo en un salto. El líder ogro apenas pudo reaccionar y su vida solo se salvó porque el monje destrozó el acero de un golpe antes de que Yideana terminara su ascenso. No importó, no iba por el arma, la ordenada solo giró en el aire, y por la justicia de Demerit de sus manos nació una espada de luz sólida que descendió a la cabeza del oponente que La Orden le hizo jurar asesinar.

No había nada que hacer. Aunque como vil asesina, la justicia sería servida. Así que cuando el monje se irguió, Yideana se preparó para ver si podía lograr lo imposible.

Así fue. El monje capturó la luz con las palmas de las manos tal como lo había hecho con el acero. Sin duda su conocimiento sobre Narshe era amplio, pues semejante milagro sería imposible para cualquier monje, maestro o no, sin embargo, la ordenada lo sospechó, así que con un pensamiento desvaneció su espada de luz, girando nuevamente en el aire para pasar por un costado del monje, y ahí, sin su poderosa postura volver a materializar su espada luminosa para eviscerar al líder ogro ahora que el monje nada podía hacer excepto…

Con el ceño sombrío, el monje giró el brazo, y golpeó a Yideana en el pecho matándola instantáneamente

El marqués se acercó corriendo hacia la ordenada para confirmar lo obvio, su corazón había dejado de latir. Tanto Albin como el prefecto, se quedaron estupefactos, igual que todo ogro, incluido el líder.

¿Por qué? Preguntó el líder confundido y aterrado.

Con el brazo aun temblando por la maniobra. El monje le explicó a su pupilo:

Desde el principio planeó asesinarte. Nunca tuvo la intención de hablar contigo… hasta que habló contigo. Luego fue asesinada por mí, después de atraerla hacia la trampa. Porque sabía lo hábil y preparada que era, te usé de distracción para abrir su defensa.

¡No cierto!

Así fue, aquí están los testigos; marqués, ¿quién mató a su prometida? el pobre hombre no podía ni hablar de la pena Albin, ¿cómo se veía el monje? preguntó el muchacho con su aura aún encendida.

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Como un gigante aterrorizador sediento de sangre . Contestó el joven con los ojos a punto de romper el llanto.

¡Prefecto! ¿Por qué no se aprendió al asesino? . Inquirió el monje.

El sargento solo repitió en voz baja lo que el monje le dijo al líder.

Porque después de ordenarle que se rindiera, se resistió.

Cara a cara, el monje interpeló al ogro.

¿Tienes algo que decir? los ojos del monje se clavaron en los del líder.

No funcionar . Contestó el líder sobrecogido.

Lo harás funcionar. No habrá otra oportunidad.

No poder.

Aprendiste a luchar, aprendiste nuestra lengua. Te van a arrestar. Aprovecha para repasar las lecciones, cuando leas podrás intentar entender las leyes.

Es no posible . Tartamudeó el ogro.

Como cualquier viaje cuando se piensa, y como todos comienza con un paso y se continúa un paso a la vez sonrió cálidamente el ogro . Es hora, ¿Tienes algo que decir?

El ogro cerró sus ojos. Lo que intentaba era agotador, pero necesario:

Cometer el delito de organizar delitos, se, se "sedición" completó el monje sedición y homicidiar sin justificación, La Ley dicta muerte, yo le tembló la quijada yo llevarte ante ella.

El monje sonrió, y sin aviso, con su impresionante velocidad, como última lección, giró las manos, dio un paso atrás y luego avanzó marcando un golpe en el pecho para empujar a un oponente y aturdirlo sin matarlo. El ogro entendió la lección, y con lágrimas en los ojos, como el buen alumno que era, y el futuro entre sus manos, preguntó:

Nunca decir tú como llamar.

Un monje no necesita nada, ni siquiera que lo recuerden. Pero Gangeyes siempre me gustó, Narshe perdone una frivolidad tragó saliva una última vez ¿aprendiste el movimiento? el ogro asintió lentamente por

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el bien de su pueblo muéstrame . Solicitó el orgulloso maestro.

El ogro giró los brazos, dio un paso para atrás, y lanzó las manos. Perfectamente ejecutado, el monje fue expulsado hacia atrás sin sentir la muerte, pues la saeta del marqués se enterró en su corazón.

Lo que sucedió a continuación es historia.

El Marqués Leto de Jovian y el prefecto Barberado, tuvieron que repeler muchas alarmas por cada condado o maca que cruzaron para presentar a Gangeyes, el ogro que arrestó y eliminó a un monje depravado que había comandado las incursiones recientes.

Ambos tuvieron que pasar desvelos evitando que los hermanos de La Orden asesinaran al ogro, y este se mantuvo en silencio, tranquilo, aprendiendo.

El marqués le enseñó a leer y le dio textos jurídicos. Fue un maestro excepcional. La Orden le ofreció tanta tierra que pudo llamarse Rey en adelante, pero sin pensarlo, Leto rechazó cada ofrecimiento.

El prefecto adoptó legalmente al joven legionario, se propuso convertirlo en un hombre y no la herramienta que había forjado en su fragua rugiente.

Antes de separarse, cuando Albin le preguntó al marqués porque siguió el plan del asesino de su prometida, aquel contestó que de regalo de bodas, su amada le había pedido que matara al monje, pero que si no lo lograba, lo ayudara en todo lo que dispusiera. No iba faltar a tan importante promesa

Tras meses de combate legal que estremeció los cimientos de la Alianza de Reyes, Gangeyes fue presentado ante el Lyonesse, y su erudición legal, causó tal sorpresa que el Rey de Reyes lo vio como un peligro, por lo que, siempre apegado a la ley, ordenó que La Orden y las Legiones dejaran a los ogros en paz, pues tomando juramento de vasallo de Gangeyes, le ordenó regresar a su pueblo, reclutar a sus hermanos, y encargarse de los rebeldes entre su pueblo.

El castigo resultó peor que la absolución. Mas Gangeyes no se quejó, tomó la oportunidad de salvar a su pueblo y honrar las vidas que se sacrificaron para ello.

Sobre el prefecto se puede decir que vivió una buena vida; los colegios que entrenó fueron de guerreros, no soldados, una importante diferencia. Por su parte, al

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final, al marqués, tras regresar de las cortes, en su casa lo esperaba una mujer hermosa, nadie en la marca supo quién era, excepto que era fiel a Demerit y había vivido entre los gnomos en las montañas Firmamento, pese que ella preguntó su nombre, comprobando que no lo conocía, Leto la recibió como si fuera un milagro. Como si la piedad pudiera burlar a la muerte con un golpe bien dado. Se desposaron casi inmediatamente, formaron una gran familia y cuidaron su marca hasta que se fueron llamados servir al siguiente Lyonesse como asesores.

Pasarían muchos años de violentas pugnas entre ogros, pero en el primer año de mandato del siguiente Lyonesse, pese el consejo de La Orden que aseguraba los ogros estaban llamando a una deidad demoniaca, este detuvo el exterminio contra ese pueblo, creando reservaciones en las que los ogros salvajes pudieran trabajar las canteras por alimento digno, y otorgó a cualquier ogro que tomara juramento por escrito, las protecciones de La Ley, para que finalmente; la justicia y la piedad largamente adeudadas, fueran servidas.

Piedad & Justicia: Manuscrito; Quinta Era de la Conquista. Firmado de puño y letra por Albin Lyonesse.

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Módulo A: Las Razas

Los ogros

Creaturas humanoides que miden entre tres y cuatro metros, pesando entre doscientos y trescientos kilogramos en promedio. Sus rasgos generales asemejan los del hombre excepto por notorias deformaciones asimétricas. Estas deformidades, suelen ser una ventaja, pues sus miembros largos son potentes, mientras que los rasgos agigantados proveen mejores capacidades sensoriales, y el mismo grosor desmedido en su piel y cráneo, responsables de su mórbida apariencia, proveen una excelente protección.

Fisiológicamente, todos sus órganos internos son de mayor tamaño; todos ellos en constante y destructiva competencia, siendo el menos deforme apenas capaz de proveer lo necesario para el funcionamiento de los demás, por lo que sus breves y violentas vidas, obedecen en mayor medida a una incapacidad natural de envejecer, muriendo al menor mal funcionamiento de alguno de sus órganos alrededor de los treinta años. Sin duda el caso más triste de su errática biología es el del cerebro, el cual, creciendo más allá del espacio disponible en el de por si grueso cráneo, se estrella con este, causándoles un daño que se percibe como retraso mental y que es de hecho responsable de su limitada capacidad intelectual.

A pesar de ser una raza biológica según la clasificación druida de la vida. No ha habido manera de probar sus orígenes. Sabios de más allá del centro han declarado como consenso que la raza fue creada de métodos no biológicos por los gigantes, de la misma manera que estos provienen de una raza mítica y titánica llamada los grigantes, creados a su vez por el Padre de Todo Material. Sin embargo, los mejores intentos de trazar su linaje se detienen en seco, porque los primeros ogros simétricos, capaces de pasar alguna tradición oral, aparecieron hasta la Quinta Era. Por lo que antes de ese momento, solo hay recuentos orales de disputable calidad, y las pretensiones que el Culto a Vatrak trata de pasar por verdades; que "El Destructor" los creó de su sangre para derramar la de los demás.

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Sin embargo, el hecho de que ningún recuento de la Primera Era los menciona, implica que no llegaron del agua como casi todos los demás. Y ya que sí se le menciona en la Segunda Era, apareciendo en las montañas Firmamento, se toma como verdad que fue voluntad de Concordia que pisaran las tierras de sus Divinas Hijas, probablemente como grotesco recordatorio de que la gracia que disfruta el hombre a la cabeza de la Alianza de Reyes puede terminar, de manera espantosa.

Los ogros simétricos comenzaron a aparecer en la Quinta Era, tanto Gangeyes como Vat-eljefe, los dos grandes contendientes de lo que sería el futuro de su pueblo, fueron simétricos, lo que significó todas las ventajas del cuerpo potente, con una inteligencia avanzada para su raza, y la nada despreciable apariencia humana; pues esta producía un sentimiento afín de sometimiento en las razas ya dominadas por el hombre y para la raza dominante, una familiaridad que apelaba a su narcisismo, por lo que tratando de despreciarlos como humanos de segunda, los convirtieron en vasallos, asimilándolos sin saberlo dentro de su cultura.

Los ogros a través de las Edades Históricamente, el papel de los ogros fue el de una peligrosa molestia, un cocodrilo en el rio que morderá a alguien de vez en cuando, pero que seguramente se comerá al que trate de remediarlo. Aunque físicamente potentes, con excepción de los hombres de Graso en La Excelentísima pero Lamentable Tragedia de la Alianza de Reyes (5taE), hasta la Sexta Era nunca exhibieron capacidad de pelea organizada, por lo que jamás fueron rival de cuidado para los actores relevantes de cada época.

La Llegada (1eraE)

No hay recuentos de los ogros por parte de ninguno de los pueblos sobrevivientes. Aunque las razas más antiguas, ya hacían mención de ellos en sus hogares originales, como es el caso de los elfos respecto del ogro azul.

El Caos (2ndaE)

Aparecen en el QuarNaTor los primeros recuentos de su existencia como seres sumamente peligrosos, usualmente

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mostrando su monstruosa fuerza en solitario. En las crónicas de las Estepas Rojas, los yakiris relatan que los ogros servían a los gigantes que participaron en los combates, lo que popularizó la idea de que fueron creados por ellos, aunque bien pudieron estar sencillamente coaccionados bajo su mando.

El fuego y la sangre (3eraE)

Pelearon contra la humanidad en contingentes bajo el mando de los gigantes, lo que los supuso una amenaza equiparable con la de los tengus y los centauros, pero fueron neutralizados cuando perdieron miles contra la Corporación de las Sombras, lo que visto en retrospectiva, fue lo más piadoso, pues a los tengus los aniquilaron Altel y sus paladines errantes, y lo que Lyonesse les hizo a los Centauros fue mucho peor.

Cabe destacar que la última mención de los gigantes es precisamente cuando comienza a popularizarse la historia de la heroína que vino del agua; la llegada de Lyonesse supone el abandono de los ogros por parte de sus gigantes patrones.

La Oscura (4taE)

Los ogros fueron algunas de las muchas pesadillas en la oscuridad. Aunque trabajando en solitario, fue la primera vez que además de brutales eran sanguinarios, valiéndose de ese terror para causar daño en las poblaciones. Más tarde se sabría que este cambio representa la introducción del Culto a Vatrak a la raza y cuyas promesas se harían realidad en la siguiente Era, pero no sin antes ser completamente sometidos y rebajados a esclavos sin derecho por La Orden de Demerit.

La Conquista (5taE)

Antes de La Excelentísima pero Lamentable Tragedia de la Alianza de Reyes, un ogro simétrico de nombre Gangeyes detiene y entrega a un monje depravado por asesinato, poniendo a todo el sistema a prueba. El Lyonesse Gelvar, lo comisionó para que fueran sus ogros los que se encargaran de todas las amenazas de su gente. Un asunto truculento que no cambiaría hasta que el Lyonesse Albin lo detuvo, ofreciéndole la protección de la Ley a aquellos que pudieran y quisieran jurar lealtad.

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Dos Coronas después, Graso se volvería a rebelar como parte de un trato cruzado con el Emperador Guimoallar de Guile y Eviscerator, el ogro azul. Aunque culpables de traición, la palabra del Gran Maestre Paladín; Altel Tadros, fue suficiente para que el Lyonesse Avallach ignorara la traición, no sin olvidarlo, pues durante las conquistas los puso al frente de muchas de las más encarnizadas batallas.

La Gloria (6taE)

Vieron su mejor momento, pues no solo Vale'Rei Lyonesse finalmente los liberó de la esclavitud y les permitió formar la primera baronía bajo Ergida, sino que también la tomó como Gloriana para avanzar la causa de los ogros.

La Roja (7maE)

Los ogros alcanzaron la estabilidad en el poder, luchando contra la Reina Roja, mientras sus parientes asimétricos eran absorbidos por los “ogros” de las tierras de la mañana, convirtiéndolos en la peligrosa pesadilla que no volverían dejar de ser. Pues para la Alianza de Reyes finalmente los ogros se habían convertido en dos temibles males; los poderosos ogros hechiceros capaces de blandir la magia sanguínea del mañana, y los ejércitos organizados de los nacientes Reinos Og’rei.

La Reconquista (8vaE)

Esta época de tumultuoso conflicto tiene a los ogros en su centro, por un lado el más poderoso Reino humano, fue dedicado por su reina, Rita Eviscerator, a el ogro mago, y por el otro, los Reinos Og’rei que se entregan a Vale’Rei, la Diosa que los liberó.

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Ogros

Los ogros sufren deformaciones asimétricas, por lo que alguno de sus miembros puede exhibir capacidades épicas.

La Fuerza o Constitución que supere los 16 en un ogro, le permite al jugador bajo las reglas de Valor y victoria, elegir un miembro concreto y considerarla heroica. El jugador, al hacer uso de ese miembro, puede obviar cualquier tirada (a excepción del combate) que requiera una prueba, considerándola automáticamente un éxito, o lanzar para lograr algo fuera de las posibilidades.

Si un personaje tiene 16 en fuerza, puede elegir el brazo derecho como heroico. Al usar ese brazo, cualquier tirada necesaria se considera superada, sin embargo, una dificultad que requeriría lanzar mitad de característica, se tiraría normal, reservando la media para proezas épicas.

Ogros asimétricos

Cualquier ogro del QuarNaTor que no sea otro tipo de ogro. Fuerza +2 Son esclavos e incivilizados. Carisma 2 AC base 11 por el tamaño.

Inteligencia

4 Fuerza brutal: +2 al daño.

Tras recibir daño, en 1,2y3 en d20, lo ignoran. Sin importar el nivel que suban, solo puede ganar 1 conocimiento de armas o una habilidad.

No pueden hacer movimientos laterales, excepto Cultista de Vatrak. Héroes: Ninguno.

Ogros vasallos

Cualquier ogro simétrico que pueda firmar su nombre y declarar su lealtad se considera bajo la protección de la Ley. Sus armas y armaduras cuestan el triple de recursos. A partir de La Gloria (6taE), los ogros vasallos pueden acceder a formaciones militares y a títulos nobiliarios.

Fuerza +2 Se consideran pajes de un noble.

Constitución +1 AC base 11 por el tamaño.

Inteligencia

Sabiduría

1 Respetan la vida, pierden su Fuerza Brutal.

1 Tras recibir daño, en 1 y 2 en d20, lo ignoran.

Carisma 1

Ganan 1 Conocimiento de Armas o 1 Habilidad menos de cada nivel que suban. Solo pueden hacer Movimientos laterales a Monje, Gladiador, Campeón. A partir de la 6taE, ya no tienen las penalizaciones, y recuperan su Fuerza Brutal. Héroes: Gangeyes el primer servidor, el ogro que logró salvar a su raza. Graso, el líder de los cuerpos de exterminio de Toscana. Ergida, la reina valiente de Toscana.

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Ogros azules

Una anomalía de los ogros vasallos, pues a pesar de ser simétricos, su cerebro crece desmedidamente sin estrellarse, de forma que su inteligencia se ve aumentada a un nivel por encima de las grandes mentes de las otras razas. Se llaman ogros azules, porque a menudo esta enorme materia gris, se roba más oxigeno del que pueden obtener, obteniendo una coloración azul en la piel.

Los ogros azules no son elegibles. En cambio, cuando un jugador elija un ogro vasallo puede hacer una tirada de 1d100, en un resultado de 100, se considera que es un ogro azul.

Fuerza +1 Discriminados por los demás ogros. Constitución +1 AC base 11 por el tamaño.

Inteligencia +4 Después de la Tragedia, enemigos. Carisma 1 Sin contacto con su Fuerza Brutal. Tras recibir daño, en 1 en d20, lo ignoran. Sin restricciones. Después de La Excelentísima pero Lamentable Tragedia de la Alianza de Reyes, todos los ogros azules son llamados Eviscerator y cazados a la vista.

Héroes: Eviscerator, el peligroso conspirador que casi destruye la Alianza de Reyes. Megmánides, la ogro que lideró el choque contra los “ogros” de las tierras del mañana.

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Módulo D: Clases

Cultista de Vatrak. (Solo ogros) Un ogro que se devota al Destructor, no puede darse el lujo de ser discreto. Debe destruir todo lo hermoso y lo bueno, convirtiendo los cuerpos de sus enemigos en advertencias y propaganda para el camino de la sangre.

Los Cultistas de Vaprak tienen solo 3 niveles laterales posibles intercambiables por niveles de Combatiente, pero pueden ser tomados por cualquier ogro.

Cada nivel: Mejora el ThAC0 1d6 HP

Ganan 2 Conocimiento de Arma Ganan 2 Habilidades solo usables a destruir. Reducen en 2 su AC, por los huesos que comienzan a brotarles de su piel cada vez más dura.

La furia que muerde: Con un nivel recuperan su Fuerza Brutal, haciendo +2 al daño. Si ya la tenían, el daño se vuelve +3.

La herida que no cierra: Con dos niveles, el daño que hace su Fuerza Brutal, no sana por medios naturales.

La carne que se endurece: Con dos niveles, cada que llegan a 0HP, su piel se endurece bajando su AC en 1 permanentemente.

La promesa de Vaprak: Con tres niveles, si invocan al Destructor ganan dos ataques extras. En este estado no pueden rematar a sus víctimas pues se consideran marcados, para que Vatrak en persona los destruya.

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"Mi padre Concordia me dijo que soy la justicia. Mis hermanas me llamaron Demerit. Veo el potencial infinito que tienen ustedes hombres cuando trabajan juntos, Nada podrá detenerlos excepto ustedes mismos. Y se detendrán;

Porque la codicia y la egolatría anidan en sus corazones, Y serán millones de corazones, cuando el orgullo preceda la caída. Mi regalo para ustedes es una oportunidad: Esta es La Ley, Solo siguiéndola podrán mantener la Justicia; Con ella tendrán todo. Sin ella les quitaré todo. Tal es mi orden"

Esas palabras son el fundamento y sustento de La Orden, la iglesia de la Justicia. Entregadas por Demerit a Ygeris Justice, el patriarca de su familia, quien sobrevivió al viaje para obtener la bendición de la Diosa en el momento más crudo de la Segunda Era. A su regreso a la agonizante humanidad, su familia y sus partidarios exhibieron el poder de esta mano invisible y potente que desde entonces ha dado forma al QuarNaTor.

La Orden es sin duda la iglesia más influyente en la Alianza de Reyes, sencillamente porque se dedicaron a serlo. Sus partidarios se aseguraron de financiar y respaldar al poder político de manera que no pocos nobles, príncipes, reyes, e incluso algunos Lyonesse han terminado dependiendo de ellos. Un asunto dramático, pues esta perturbadora influencia les permitió no solo la concesión de poder dirigir las Legiones de Toscana como generales de emergencia, sino que además les valió el poder del juicio sumario legal, al ser ellos representantes de la justicia encarnada.

Para entender a La Orden hay que comprender su motivación. Según lo ven ellos, las palabras de Demerit implican que su orden fue que crearan un grupo que representara a la justicia para evitar su castigo, por lo que la existencia de La Orden es voluntad de Demerit, y por tanto, parte intrínseca de la belleza y salud del QuarNaTor. Cualquier interpretación contraria a esta, es inmediatamente descartada, y aquel que la exprese será repudiado con una red gigantesca de influencia política, económica y social.

53 La Orden

Los ordenados son un cuerpo élite de sacerdotes que son enseñados tanto a pelear como a dirigir soldados hacia la guerra. Su conocimiento sobre las leyes es también envidiable porque sostienen que solo ellos conocen La Ley, es decir, los principios fundamentales del derecho y de los que emanan todas las demás leyes incluidas las instituciones.

Por si fuera poco, su influencia se siente de manera material, pues mientras que los menstat formaron universidades y los priests levantaron hospitales, los ordenados influyeron en crear a lo largo y ancho del QuarNaTor, guarniciones lideradas por fieles a Demerit que aún sin estar ordenados, saben dónde está su lealtad.

Según su estructura, los ordenados de menos nivel obedecen a los de más alto hasta llegar al Consejo de Maestros, quienes comparten las decisiones importantes así como las interpretaciones finales de La Ley. Estos puestos varían en número dependiendo las circunstancias, y no eligen a ningún jerarca específico, siendo representados ante el Lyonesse por el más conveniente según la necesidad.

Siempre resulta importante recalcar la capacidad que tienen los ordenados de solicitar el liderazgo de las Legiones como si fueran del grado equivalente a su nivel. Además de la autoridad de atraer cualquier querella para juzgarla de manera sumaria con plena validez en Todo Bajo Concordia.

Es esta potestad de la que más se quejan sus rivales, y aunque La Orden admite que se trata de una muy potente capacidad, inmediatamente aseguran que son los indicados para cargar con la responsabilidad, pues dentro de sus filas no existe el disentimiento ni la corrupción ni ningún otra consideración excepto el vicio y la virtud, premisa que es parcialmente cierta, pues efectivamente, La Orden no alberga ni tolera a ninguna secta o desviación de su pensamiento, porque aquellas que amenazaron con aparecer fueron brutalmente despachadas. Sobre la corrupción, nadie puede encontrar quien denuncie un comportamiento incorrecto, mas esto no debe confundirse de ninguna forma con que no exista, solo que nadie se atreve a denunciarlo.

Cuando todo el panorama se vuelve borroso, y se evidencia que ellos son sus propios jueces, jurados y verdugos,

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opacando el proceso de la justicia, siempre hay dos pilares de la institución que recuperan un poco de confiabilidad; los Justice y los Holtz.

Debido que a los ordenados se les considera intrínsecamente comprometidos con la justicia, se les permite contraer nupcias, tener títulos nobiliarios e incluso aplicar en comisiones permanentes de mando en las Legiones, todo porque según su dicho, no hay forma de que no puedan solucionar algún posible conflicto de intereses apegándose a La Ley. Por lo mismo es bastante normal que miembros prominentes de La Orden creen familias que se distinguen de otras; en ese sentido, los Justice son la más importante porque descienden del fundador de La Orden y se han mantenido incorruptibles y justos durante todas la Eras, a juicio de aliados y rivales por igual. Mientras que los Holtz, fueron una familia reconocida por su combate contra los seres extramundo, creando la base de la lucha paranormal. Además, su sacrificio es conocido pues aunque la familia entera fue masacrada por Cyrus Celex, sus secretos fueron pasados.

Aunque se les llama ordenados, hay una distinción importante entre los miembros de La Orden, y es si ya pueden hacer la espada de Demerit; el arma de luz tangible capaz de cortar lo que sea, apareciendo y desapareciendo a voluntad de su amo por gracia de su Diosa. A partir de este momento, el ordenado recibe un nombre que lo distingue de los demás; jehdi.

A pesar de que La Orden sostiene que no hace ninguna distinción por estatus, género o riqueza, es bastante obvio que los miembros que aportan más a su causa son más relevantes, eso al margen de que solo los humanos pueden pertenecer a ella, clamando que esta decisión no obedece a un concepto de pureza racial, sino a la incapacidad de otras razas de mostrar la valía de su juicio.

La Orden es la punta de lanza en los esfuerzos de Toscana por llevar la civilización a los desdichados que no saben que la necesitan, pero también es la inquisición donde la civilización ya llegó. Un dicotomía que se explica de manera sencilla; La Orden es la voluntad de Demerit sobre el mundo, y La Ley puede ser dura, pero es La Ley. Así que al costo de unas vidas, salvan a todos los demás. No hay precio alto para semejante victoria.

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La Llegada (1eraE)

Los hombres que se devotaron a la Diosa de la Justicia, convivieron bajo sus nociones con los habitantes de las Estepas Rojas, evitando el conflicto armado gracias a las normas a las que todos decidieron cumplir. La historia cuenta que a medida que las leyes se hacían más estrictas, fueron los hombres quienes atacaron a sus vecinos por no apegarse a la letra de lo pactado.

El Caos (2ndaE)

Los muchos enemigos que se hicieron probaron ser más poderosos que los hombres, por lo que la familia Justice destacó defendiendo a su pueblo hasta que acorralados, su patriarca y héroe probado Ygeris, dirigió la expedición para buscar la bendición de Demerit. A su regreso, él ya dominaba la mano invisible de Demerit y con ese conocimiento cambiaron el curso de la guerra.

El fuego y la sangre (3eraE)

Nació La Orden, convirtiéndose en la primera línea de defensa contra todos los enemigos unidos de la humanidad. Frenaron a los bárbaros rhinoceridos y a los equus completamente. Cuando los Paladines errantes comenzaron a cabalgar, muchos ordenados cargaron con ellos contagiándose de las muy necesarias victorias de la humanidad, de tal suerte que los taureanos, yakeris y elephantae se apegaron a los pactos previos, exiliándose en las Estepas rojas.

La Oscura (4taE)

Aunque ordenada por CyrusCelex, la masacre de los Holtz a manos de los reyes de Edgard de Guile, supuso un golpe terrible a La Orden, por lo que a partir de ese momento se propusieron tomar el control de las instituciones de justicia, para que nunca volvieran a ser usadas en contra. Cuando los paladines fueron destruidos, fueron los ordenados los que comenzaron con la purga, y ya que a diferencia de los paladines que no podían interpretar el Código sino obedecerlo, los ordenados si interpretaban La Ley por lo que la usaron para crear los acuerdos que formarían a Alianza de Reyes.

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La Conquista (5taE)

El poder de La Orden creció tanto durante la Era Oscura, que convencieron al Lyonesse a mirar hacia las otras tierras, comenzando con las Estepas rojas que asediaron y rindieron para la Alianza de Reyes. Con los tesoros saqueados en forma de justo botín de guerra, cimentaron más y más su influencia mientras propugnaban por expandir la presencia de la Alianza de Reyes a todos los que no la disfrutaban.

Lograron el sometimiento de los ogros, y hubieran logrado su exterminio de no ser por el apoyo que esos recibieron de los monjes.

Avallach Lyonesse fue el primer Rey de Reyes que pudo poner en regla el poder e influencia de los ordenados gracias a que fundó las cortes de pares e invitó a los magistrados gnomos a dirigir las cortes de asuntos no humanos.

Por si fuera poco, durante la guerra con los elfos sufrieron bajas masivas que los llevaron casi a la extinción con la llegada de CyrusCelex.

La Gloria (6taE)

La Orden se opuso vehementemente al plan de Rey de Reinas. Sin embargo, su influencia y poder se encontraba limitada por lo que no se atrevieron a oponerse a la marcha con la que la Vale’Rei Lyonesse cambió para siempre al QuarNaTor.

La Roja (7maE)

Los ordenados admitieron que las decisiones de la Última Lyonesse, que definió una Era entera fueron las correctas, por lo que se unieron a los ejércitos rebeldes para combatir a la Lyonesse Perpetúa.

La Orden fue declarada ilegal y anatema del QuarNaTor. Sus miembros debieron correr por sus vidas, perdiendo miles durante la purga.

La Reconquista (8vaE)

La nación de Justitia y el Reino CorSaint, estaban lideradas y fuertemente influenciadas por seguidores de la tradición de La Orden.

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Los Monjes

Mi nombre es Narshe. Vienen a mí suplicando piedad; Se las concedo. Ahora regresen a casa, y concédanla…

Los monkiares, mejor conocidos como monjes, sea en femenino o masculino, son sacerdotes cuya única doctrina es el ejercer la piedad durante su tiempo en el mundo, pues afirman que la belleza de Todo bajo Concordia es solo una ilusión que esconde la rudeza y el conflicto que es vivir, ya sea en la sociedad, en la mente o en la misma espiritualidad, por lo que es deber de todo ser consciente entregarse a Narshe, para entender que el dolor, el miedo y la codicia deforman, y solo la piedad puede aliviar a los afligidos de sus deformaciones.

La iglesia de Narshe, Diosa de la Piedad, es bastante peculiar, carece de templos en las ciudades. Los pocos monasterios que hay están en lugares inaccesibles y no son para profesar ni para enseñar sino para asistir a quien acuda a ellos. Tampoco tienen un cuerpo organizado de representación, pues todos los monjes son maestros o alumnos de algún otro, aunque la historia ha mostrado en cada ocasión, que todos respaldarán las palabras de todos los otros. No tienen código de comportamiento, pues mientras se mantengan piadosos, todo lo demás es vanidad, convirtiendo su pobreza y celibato en un inevitable resultado de compartir y entregarse a los demás sin ataduras. Incluso su Divina Patrona, Narshe, comparte estas peculiaridades, pues sus enseñanzas sostienen que durante la Primera Era del QuarNaTor, a diferencia de sus Divinas Hermanas, ella se encogió al tamaño del hombre para padecer y resistir los elementos que las Diosas creaban tal como lo harían ellos, ocultando las heridas y cicatrices de tales experiencias bajo vendas, justo como lo hacen sus fieles al día de hoy, pues sigue siendo el centro de su doctrina; el camino a seguir para ser piadoso, te enseñará a serlo, al tiempo que te dotará de la fuerza y voluntad para hacerlo. Las marcas de lo aprendido se irán, pero las lecciones se quedan. Vive de manera que al final del camino, no hayas pasado por alto a Narshe, pues ella está en cada necesitado pidiendo ayuda.

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De ahí que los monjes tengan un vigor físico envidiable y que al ser la Alianza de Reyes un ideal que se sostiene luchando, los monjes sean potentes máquinas de pelea que optan por la paz, pero no tienen problema para sobrevivir hasta llegar a ella.

Esta capacidad los hace tan potentes que rápidamente se convierten en defensores del desprotegido, guardianes o bien hechores, todo lo cual es una decisión personal pues ellos solo están obligados a ayudar a quien solicite ayuda; al que ruegue piedad. No es vanidad, de hecho es humildad, pues no pueden saber o juzgar todo, como otros sacerdotes hacen, así que para que sus acciones no afecten lo que intentan, ellos responden a lo que se les pide; piedad. De la misma manera que ninguna persona puede recibirla en verdad, si no reconoce que necesita ayuda. Así, un monje decidirá que hace con su día a día, pero dará sus sandalias al descalzo, aunque deba caminar por cardos, dará su agua al sediento aunque le cueste la vida y ofrecerá su brazo al perseguido, así deba vigilar su condena el mismo.

Durante la Segunda Era, los que adoraban a Narshe no tuvieron que ir al pico de una montaña alta o una isla solitaria para encontrarla, no, sus fieles debieron perseguirla por todo el QuarNaTor mientras la Diosa detenía en persona los conflictos que terminarían en extermino. Cuando finalmente la alcanzaron y rogaron piedad, ella los perdonó por todas las vidas absurdamente tomadas para encontrarla, indicándoles con ese acto que regresaran a dar lo mismo. Fue en ese momento que sus seguidores se dieron cuenta que el viaje los había cambiado, y la piedad, los elevaba por encima de los demás, justo para poder ejercerla. Desde entonces, han sido la cabeza fría en las muchas guerras de la Alianza de Reyes, buscando mantenerse al margen, pero sin dudar en proteger a los que quedan atrapados en conflictos que no pidieron.

Aunque es fácil creer que sus posturas apolíticas los mantienen en bueno términos con las demás instituciones de Todo bajo Concordia, nada podría ser más equivocado, pues las demás iglesias, ejerciendo su potente influencia, están metidas en la política, así que rara vez pueden darse el lujo de comulgar con las simplistas doctrinas monásticas. De la misma manera, los Reyes y nobles los consideran una bestia dormida a la que siempre se debe considerar, y no han sido pocos los Lyonesse

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que se han visto desafiados por ellos; tal como sucedió en las Estepas Rojas, en el Levantamiento de los ogros, durante las guerras dragón, y en varios otros momentos de tensión en la historia del QuarNaTor. Mas ninguna de las fuerzas ofendidas, olvidará jamás que fueron los monjes quienes retaron a las Tres Tragedias (3eraE), cubrieron la retirada durante la desolación del Tirano de Bronce (5taE) ni dieron un paso atrás cuando el mundo se hizo rojo (7maE).

De tal suerte que el monje nunca comenzará una pelea. Pero siempre estará dispuesto a terminarla, así tenga que hacerlo a la fuerza. Contrario a lo que se piensa, la protección de un monje no es sencilla de explotar, porque si bien atenderán cualquier súplica, si esta es solo una estratagema para evitar el ajuste de cuentas, la muerte es una piadosa redención para el pérfido. Debido a todo lo anterior, sí pueden existir monjes de casi cualquier raza. Pues un monje entrenará a un aspirante con nada más que el ejemplo, algo que a lo largo de las Eras muchos han tratado de explotar, sin embargo, persiste el rumor, sobre monjes depravados que solo aprenden los artes por la potencia marcial que implica, sin tener la piedad en el corazón ni la intención de ejercerla. Tales infractores deben recordar que además de cualquier otro monje exigiendo cuentas, estos tienen por cierto que Narshe en persona lidiará con ellos.

Para resumir el pensamiento de un monje, conviene usar un acertijo que usan para con los nuevos, "La piedad que practique un monje no debe caber en la palabra piedad, pues no es un asunto semántico; llámala compasión, clemencia, misericordia o caridad, un monje que falla alguna, ha fallado en su propósito. Un monje sin propósito ¿realmente es un monje?".

Al final, lo que se pueda decir de un monje se dice de solo uno, pero es parte de la doctrina de todos. Y el común denominador de todos, es no olvidar a esos que la vida y lo que implica, los tienen de rodillas.

La Llegada (1eraE)

Los hombres que se refugiaron en las Montañas Firmamento encontraron en ellas la única parte del paraíso plagada de múltiples peligros; piedras escarpadas, aguas furiosas y actividad volcánica. Afrontaron los obstáculos y con no poca

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determinación sobrevivieron, conviviendo con cualquier otro que pudiera mostrar la misma determinación. Pero casi como si las montañas no los quisieran ahí, cuando el volcán estalló, eventualmente se vieron en la necesidad de rogar ayuda a los cielos. La recibieron, pues Narshe cayó del cielo para salvarlos de la lava de un solo golpe, y desde ahí siguió vagando y sufriendo los regalos de sus hermanas como lo haría otro hombre más.

El Caos (2ndaE)

Cuando se decidió que la única forma de sobrevivir a la guerra de muchos frentes era la intervención divina, un grupo de hombres valientes abandonó las presas para perseguir los rumores de la Diosa que en persona detenía los conflictos más violentos. Tras el viaje con el que hallaron a Narshe, al ser perdonados por la violencia que ejercieron en nombre de encontrarla, nacieron los Monkiares, y regresaron a asistir a todos aquellos que rogaban apoyo; fueran hombres o no, forjando con esa decisión, la alianza humano dwarf gnomo que evitaría tantas guerras.

El fuego y la sangre (3eraE)

Las Montañas Firmamento fueron el refugio de casi toda la humanidad durante la guerra, y fueron los monjes quienes las defendieron oponiéndose a las Tres Tragedias de la Era, evidenciando para siempre el poder de la piedad. Primero enfrentaron a los temibles tengus y sus artes de la guerra. Luego retaron a los gigantes, midiendo fuerza con aquellos potentes titanes, y por último, enfrentaron a los centauros. La gente suele recordarlo como una gran proeza lo que los monjes lograron, sin lugar a dudas lo fue, pero al simplificarlo, siempre olvidan las bajas masivas que sufrieron los seguidores de Narshe y que explican, el porqué de sus reducidos números.

La Oscura (4taE)

Los monjes que sobrevivieron a las legendarias batallas, abandonaron los monasterios en las montañas y se fueron lejos, donde la ayuda del Lyonesse y la naciente Alianza de Reyes no llegaba. Ellos llegaron primero donde otros humanos no, y en muchos casos fueron la razón por la que no toda anexión se tuvo

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que hacer por las armas, de la misma manera que nuevamente, al costo de sus vidas frenaron la influencia oscura de CyrusCelex.

La Conquista (5taE)

En esta era se dejaría ver el nuevo papel que tendrían los monjes en la historia de la Alianza de Reyes, pues cuando las Legiones de Toscana llegaron a reclamar las Estepas Rojas, los monjes promovieron el dialogo y evitaron que la pelea a muerte fuera inevitable. Aunque no se opusieron activamente a la invasión, existen muchos recuentos de monjes que protegieron a los yakeris, equus, taureanos y elephantae en contra de los ejércitos del Lyonesse, aunque también detuvieron a los rhinoceridos y a los rugidos de hacer lo mismo con los colonos provenientes de Toscana.

Sin embargo no se puede decir lo mismo del Levantamiento de los ogros, donde no solo los protegieron a la raza sino que activamente combatieron a los ejércitos de toscana, desafiando a La Orden y al Lyonesse para evitar la aniquilación de los brutos. Durante esta época varias iglesias intentaron eliminarlos por la vía legal, y ya que los monkiares no se dignaron en defenderse, fue la inusual alianza de los druidas, acólitos y menstat la que los salvó.

Desde luego, durante el Levantamiento de la Liga de Reinos así como el Despertar de las Bestias, los monjes estuvieron en las primeras líneas de defensa de los muchos frentes.

La Gloria (6taE)

Muchos monjes se sumaron al plan de Rey de Reinas con el que la Última Lyonesse buscó sanar a la fracturada Alianza de Reyes. Se dice que ella aprendió de Narshe en persona a mantener su corazón en control, lo que le compró vida y vida al mundo que dejaría de ser con su muerte.

La Roja (7maE)

Irónicamente, los monjes no se opusieron a la Lyonesse perpetua durante su régimen, pero si salieron al auxilio de La Orden cuando fueron declarados anatema.

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La Reconquista (8vaE)

Aunque en ningún momento los monjes sostuvieron organizaciones, en las tierras del mañana se les tomó como maestros y sus enseñanzas le dieron forma a muchas de sus legendarias clases, de la misma forma que en la Alianza de Reyes, no fueron los pocos reyes que pertenecieron a las filas de Narshe, pues obviamente la piedad es uno de los mejores atributos que puede exhibir cualquier liderazgo.

El Golpe.

Un monje que no atiende los preceptos de la piedad, se burla de ellos o de plano admite haberlos usado para sus fines, se considera un depravado.

A tal rebelde, se le aparecerán otros monjes en su camino para ponerle fin a su corrupción, pero ninguno lo rematará si clama piedad, aún si esta es falsa. Sencillamente porque al hacerlo, a partir del momento en que esté completamente restablecido, la siguiente vez que ignore a quien le solicite piedad, o antes de que pueda causar un daño que debió evitar mostrando misericordia, será abordado por una mujer encapuchada pero descalza quien le preguntará si acaso ¿no es su deber mostrar piedad a los demás? Cualquier respuesta deshonesta, mentira o agresión, la mujer se moverá a velocidad sobrehumana y dará un único golpe en el pecho.

El daño de tal golpe es de 1d100 daños. Si el sujeto sobrevive, quedará marcado con el puño y su corazón estará impedido de usar cualquier habilidad de monje, perdiendo el ThAC0 relacionado y descontando permanentemente el HP ganado como monje (si no se sabe cuál es, tíralo y decrécelo). Si muere, la mujer lo acomodará en el suelo y lo cruzará de brazos, dejándoselo a su hermana Arsheen para que lo guíe piadosamente en la siguiente parte de su viaje a El Muro. En cualquier caso, la mujer desaparecerá sin dejar rastro.

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Módulo J:

Nobleza

La Alianza de Reyes es un gigantesco galimatías de leyes, acuerdos y juramentos, cada uno más intrincado que el anterior, todos respaldados por sangre y acero con un único objetivo; permitir que la civilización crezca. Así, sin falsas pretensiones, en el QuarNaTor sus súbditos viven y mueren en la esperanza de que sus hijos puedan vivir el gran y sublime sueño de un mundo realmente civil. Y todo vale por ese sueño, así que todos tienen la obligación de llevarlo a todos, a cualquier precio

No tiene caso negar lo obvio, el QuarNaTor está encabezado por la humanidad, edificado para representar sus intereses y perpetuar su poder sobre los demás, porque como cualquier depredador en la cima del poder, no pretende cederlo, aunque si puede estar dispuesto a hacer concesiones, la más importante es el reconocimiento de que sí el hombre es mejor que los demás, tiene una responsabilidad para con los menos afortunados, porque la noblesse obligue. Y eso basta para que las razas no humanas no puedan tener títulos, porque los humanos los representan sus intereses como los propios.

La nobleza, es decir el derecho de gobernar por ser reconocido como mejor por iguales, viene de antes de llegar al QuarNaTor, y cada raza tiene sus propios conceptos, pero durante El Caos de la Segunda Era, los líderes de los hombres tuvieron que demostrar que la nobleza significaba algo, por lo que aquellos que lograron hacer sobrevivir a su gente, vieron su status revitalizado, formando a los primeros Reyes elegidos por Concordia, el concepto vital tras la corona.

Siempre ha habido quien cuestiona si Concordia realmente ungió a los Reyes, concediendo el mando a unos cuantos, pues si algo se puede decir de Concordia es que: Concordia está en lo alto. Todo bajo Concordia está en orden. Así que la respuesta más obvia, es la misma que la de aquellos que ponen en tela de juicio el liderazgo del hombre frente a razas biológicamente más poderosas y antiguas; que el hombre ganó la guerra, pese todas las ventajas de sus enemigos y la saña exhibida contra ellos, el hombre sobrevivió y ganó. Así que no es

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sorpresa que quisiera ejercer el derecho de moldear el mundo a su modo, convirtiendo al QuarNaTor, en la Alianza de Reyes.

Concordia está en lo alto. Todo bajo Concordia está en orden. Decir esto en voz alta y perder un HP permanente, hace que inmediatamente la hora de Concordia se prolongue hasta que sea necesario o ya no haga diferencia.

Por ello, los líderes que hicieron posible esa victoria, fueron recompensados por ellos mismos, sea siendo los portavoces de las Diosas y por tanto dirigiendo las iglesias que se erigieron en su nombre, o recibiendo una Corona para compensar a quienes les ayudaron a lograr esa victoria invistiéndolos de Nobleza.

La Nobleza es una distinción que se concede pero se perpetúa, pasándose de padres a hijos por el puro derecho de sangre. Como tal, es un derecho sobre la tierra y aquellos que viven en ella, pero su fundamento real es proveer una razón; un código de adherencia voluntaria para que los que ostentan el poder, deban mantener la civilidad, disuadiéndolos de entregarse a la fuerza, en favor de la operación política, porque el título más grande que existe, es el único que no se hereda: el del Lyonesse, y por tanto, en teoría todos tienen una oportunidad de hacerse de él.

Ya que la nobleza es excepcional y separa a quienes la tienen de los demás, debería en teoría hacer iguales a quienes la poseen, pero hay una medida; los títulos nobiliarios, pues son estos los que jerarquizan a aquellos que son primeros entre pares.

Históricamente, es importante reconocer que los reyes existieron en primera instancia para pasarle su poder a través de la lealtad a Lyonesse, la heroína que salvó a la humanidad, porque los reyes supusieron que al tener la posibilidad de desposarla, podrían crear un linaje divino. Mas Lyonesse no se casó, y el rey que tomaría su corona, tuvo a bien tomar su nombre para crear la figura del Rey de Reyes, la voz del Padre de las Divinas Hermanas, la corona que tiene mando sobre Todo Bajo Concordia.

En esa lógica, la escala de los títulos nobiliarios va de la mano con la tierra que poseen, y por eso existe la Unidad. Una

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Unidad es el pedazo de tierra mínimo para brindar subsistencia a cualquier cantidad de ciudades, villas o pueblos que conforman una población, por lo que su extensión puede variar según el tipo de tierra. Dicho eso, debemos recordar que aquello que está en Todo Bajo Concordia, es propiedad del Lyonesse, y son los Reyes, sus súbditos, los que le dan sentido.

El tratamiento correcto es que todo noble debe ser abordado con respeto por el pueblo, de la misma manera que debe tratar a otros nobles como iguales pero con el debido decoro. A los Reyes, Emperadores y al Lyonesse siempre se les debe tratar con el máximo respeto.

Títulos Unidades Ejercito

Lujo Bonificador

Nobiliarios de Tierra promedio* por Nobleza** Caballero

0 4 guardias

Barón 1 32 guardias Moderado +1

Conde

Marqués

2 64 guardias Moderado +2

4 215 guardias Alto +3

Duque 8 512 guardias Alto +4

Príncipe 16 4096 guardias Alto +5 Rey 16+ 4096 guardias Altísimo +5

Emperador Suntuoso +6 Lyonesse Todo Bajo Concordia +8

* Al ser un promedio, es perfectamente normal que tenga el doble o hasta el triple de hombres según su orientación hacia la guerra.

** La bonificación que puede aplicar en todas las tiradas de carisma con su gente. Aunque no es normal, las situaciones extraordinarias pueden anularla o reducirla.

Nobles sin título

Son todos los familiares directos e indirectos que ostenten el apellido de un noble con Título. Esta regla suele omitirse, porque es tan cambiante la geografía política que los títulos pueden ser removidos, perdidos o quedarse vacíos, pero la influencia económica, política y social de la familia le permite mantener el abolengo mientras su dinero pueda permitirles el decoro de vida que se espera de ellos.

Los títulos pueden ser heredados a voluntad, pero las leyes sobre la herencia proceden del Lyonesse y siempre aplican, por lo que si durante la herencia, el Título no es respaldado por suficientes Unidades de tierra, este regresa al Lyonesse, al igual que todas las Unidades atadas a él. Pudiendo asignar a otra familia para mantener la influencia de los reyes a raya.

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Caballero

Es una persona investida con Nobleza y Título pero sin Unidades de Tierra. Aunque la gente lo ve como un noble, y los nobles están obligados a tratarlo como uno de ellos, en realidad es un sirviente, creado como Caballero por otro noble con un Título Nobiliario más importante, precisamente la razón por la que la distinción entre caballeros obedece a qué título ostenta su Señor y sus méritos personales.

Puesto de manera sencilla, el noble le concede el título y su manutención personal, a cambio de “su total lealtad y servicio con toda la potencia de su ser”, por lo que aun consiguiendo tierra u hombres por su propio mérito, se espera que estos se entreguen a su Señor, pues cualquier necesidad y deseo que tenga será provisto por él, si así lo cree conveniente.

Los caballeros no tienen función específica, pues se crean a capricho de quien lo inviste, pero ya que representan la dignidad de su Señor, todo acuerdo, pena o pago prometido, debe ser cubierto u honrado por Él. Así un caballero puede ser detenido por romper alguna Ley extranjera, pero solo su Señor le puede pasar juicio, no hacerlo así, implica la restitución al señor por el caballero perdido.

Escudero

Esta es la figura más extraña en la nobleza, se trata de un joven que sirve a un caballero como extensión de él y su relación es idéntica a la del caballero y su rey, así que se considera una extensión de su amo. Aunque suele elegirse a alguien de entre las familias nobles, no son pocas las historias de caballeros que elevaron a un común con una nobleza que se dejaría ver, llegando a convertirse en Caballero con el paso del tiempo.

Barón / Baronesa

El primer Título respaldado por tierra. Aunque solo se trata de una Unidad, es suficiente para ser un engrane en la colosal maquinaria de la Alianza de Reyes. Pues es el primer paso en una carrera de seis escalones por el poder absoluto. Claro, no todos los barones ascenderán a conde, no digamos a rey, y son contadas las historias de un común llegando a la altísima

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posición, pero la sola noción de que existan, hace que en potencia, cualquier barón tenga una oportunidad.

Por lo general, el barón se crea por un servicio extraordinario, y se considera una recompensa extraordinaria, pues le concede poder y mando sobre todos en su Unidad de tierra.

La ley de la tierra, será la que desee, pero deberá ser acorde con Concordia, el Lyonesse, las Leyes de su Rey, y las iglesias que tengan presencia en la baronía por lo que no suelen ponerse demasiado creativos al respecto.

El barón no puede crear otros barones, y si logra doblar su Tierra (2 Unidades), puede presentar ante su rey o ante Toscana, un caso para ser nombrado Conde, un momento para endeudarse con los amigos de la corte.

Conde / Condesa

A dos Unidades bajo un mismo título se les llama condado, y aquel que lo ostenta tiene la responsabilidad de mantenerlo para el mejoramiento de la vida o del reino.

Los condes son creados más que como recompensa, como una necesidad de atender alguna representación social. La posición se le suele dar a gente especializada que pueda explotar una tierra o población estratégica para el reino.

No se supone que un Conde pueda conceder una baronía porque representa el 50% de sus tierras, pero sí el condado es próspero o difícil de manejar, el caso podría suceder.

Marqués / Marquesa

Las marcas son extensiones de cuatro Unidades, a menudo en frontera con otros reinos, bajo el mando de una persona capaz de defenderlas, protegiendo por extensión al Reino. Pues aunque en la Alianza de Reyes se supone que todos los reinos son aliados imperecederos; los bandidos osados, ejércitos mercenarios, y la ambición de otros nobles son siempre una constante.

Los marqueses son creados para proteger las fronteras del reino, por lo que generalmente son hombres probados en el combate, y el liderazgo de ejércitos. Sin embargo, el crecimiento de un reino puede propiciar que deje de ser una frontera por lo

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que algunas se han convertido en súper condados altamente competidos por el estatus que proveen, y por tanto, concedidos a personas importantes para el Rey como podrían ser familiares de su cónyuge o como forma de apaciguar un conflicto.

Duque / Duquesa

Un ducado es una muestra del poder de un Reino, pues son ocho Unidades dadas a un hombre que administrará todo el reino, permitiendo al Rey soltura en su tiempo para planear invasiones, perseguir hazañas o contender en la complicada política del QuarNaTor.

Los duques son creados entre los más fieles y astutos del reino, pues la enorme extensión de tierra que se les concede, es precisamente para que pueda repartirla para hacer que las cosas funcionen no solo para él, sino para todos en el reino.

Por regla general solo puede haber un Duque por reino, pero si alguno de los nobles se hace de suficiente tierra para ostentar al Título, será el derecho del advenedizo retar al otro Duque para determinar cuál de los dos queda como Gran Duque, aunque no sin riesgos, pues el perdedor deberá entregar al menos tres Unidades al ganador. Las pruebas para crear a un Gran Duque son determinadas por el Rey, y versan sobre la preparación para cumplir sus funciones, por lo que el retador estará en desventaja pero, tal como se supone, en potencial camino a la grandeza.

Vandagor es el único reino conocido en la Alianza de Reyes donde hay ocho duques, y un Gran Duque, una particularidad basada en su especial situación geográfica y su forma de hacer las cosas.

Nombres, banderas y la cota de armas:

Todos los nobles a hasta este punto están atados a un Rey, el tratamiento correcto es Nombre de Pila + Título + Nombre de la Tierra del Título + "del Reino" nombre del Reino.

Para referirse a él, es perfectamente válido y cortés, solo usar el:

† Título

† Título + Nombre de la Tierra

† Nombre de la tierra

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La cota de armas:

Cada familia de nobles tiene una cota de armas, un escudo. Las reglas son complicadas y meramente estéticas pero se resumen de la siguiente manera:

† Los colores del escudo y sus particiones las asigna Toscana, según la familia sea conocida por su devoción a las Diosas.

† La forma es una representación de la familia y su trayectoria, por lo general es una figura libre de un solo color concordante a las particiones anteriores, y se le pueden variar los colores según el número de eras que la familia has sobrevivido.

† Los símbolos que se le permite a una familia dependen de los personajes que han tenido en su haber.

La cota de armas es un detalle estético pero importante, los jugadores por lo general podrán comenzar como miembros de una, pero rara vez ostentarán título. Así que para que ellos creen su propia familia, deberán lograr conseguir Título y crear un árbol genealógico.

De la misma manera, un noble con Título no puede independizarse por ningún motivo, pues en automático se considera traición que aunque sobreviva la ira del Rey afectado, se debe responder en juicio. Sin embargo, pueden cambiar banderas, provisto que su nuevo Rey pueda apoyarlo en lo que se vendrá. El acto seguramente será visto como traición al Rey que deja, y las armas serán con seguridad una respuesta, pudiendo el pueblo entrar en revuelta según la causa o el carisma del nuevo Rey.

Por regla general, este movimiento traumático pondrá al pueblo en descontento y solo será posible tomar recursos por la fuerza, a menos que se puedan tomar medidas extraordinarias.

Príncipe (Femenino o masculino)

Los hijos de un Rey se llaman príncipe sucesor o princesas herederas, y suelen recibir la corona tras el deceso del rey, siempre que el estado pueda sostenerse con al menos dieciséis Unidades, de lo contrario perderán el reino ante Toscana. Por lo general, el Rey suele crear Títulos a sus herederos para prepararlos sobre la administración, así como para mostrar a los extranjeros aliados y rivales la madera de su linaje.

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Sin embargo, el Príncipe es una figura diferente, se trata de un noble con dieciséis Unidades de tierra bajo su control, por lo que en teoría, debería alcanzar el rango de Rey, pero ya que no es posible tener dos Reyes en un reino, se les crea Príncipe, cambiando con el naciente principado, la geopolítica de un reino.

El príncipe es un problema como una bendición, por un lado es una clara afrenta al poder de un reinado, pues literalmente toma la tierra del reino y la pone bajo su control al independizarla de su rey original, cambiando fronteras y funciones, de ahí que los duques siempre sean elegidos entre los más fieles, por si llegan adquirir tierra extra, la repartan para administrar el reino o la entreguen a su Rey.

En esa línea, la bendición es obvia, los príncipes suponen la forma en que el Lyonesse mantiene a los Reyes a raya, al mismo tiempo que mata el ascenso de una figura políticamente peligrosa, pues los monarcas insisten que la única forma de acceder a la posición de rey es mediante el derecho de sangre, porque solo aquellos que puedan trazar su línea de sangre hacia los veintiún reyes ungidos por Concordia, tendrán derecho de coronarse reyes.

En teoría un Príncipe requiere que además de la tierra, indemnice al Reino del que proviene mediante un Pacto de amistad además del pago pecuniario de tierras, este requisito a menudo es un tope que evita que el Príncipe pueda seguir avanzando políticamente pues las tierras se valuarán caras y la deuda se mantendrá por décadas, pues constituye alrededor de 25,000 oros por Unidad. A menos claro que el Príncipe solicite ayuda a Toscana, un acreedor mucho más peligroso, al que le conviene tener a un aliado entre sus rivales políticos.

Rey / Reina

Las dieciséis Unidades son el mínimo de tierra para considerar a una extensión reino, aunque solo los reinos más pequeños tienen esa proporción, pues la mayoría tienen mucho más para repartir Títulos y la tierra que los sustenta.

El principio va de la mano con lo divino; una unidad consagrada para cada una de las ocho Diosas y el doble para su padre, pues son ellos quienes ungieron al Rey y a su familia, con el derecho divino de portar la corona.

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Como ya se dijo, en la práctica, un Rey es indistinguible de un Príncipe excepto el derecho de sangre, por lo que la alta nobleza ha creado intrincados ritos basados en el matrimonio para evitar que sean muchos los que accedan a este peldaño, y aquellos que lleguen, lo hagan como parte de esta estructura.

Los Reyes son la ley en su reino, y pueden hacerlo todo excepto contravenir la ley del Lyonesse o atentar contra la estructura que los hace lo que son.

Ser Rey no es requisito para ser Lyonesse, pero los Reyes siempre intentan limitar el acceso de los demás, viendo a los Lyonesse que no provengan de sus filas como rivales. Por ello, durante la Cuarta Era Oscura, los Reyes lograron colocar a una representación ante el Lyonesse, que si bien no puede detener su voluntad, puede dejar claro su sentir, aumentando el costo político de los movimientos del Rey de Reyes con los que no estén de acuerdo. Esta representación es llamada la Cámara de Embajadores, y al principio se trataba de Reyes que se quedaban en Toscana para vigilar sus intereses mientras dejaban a su Duque en casa arreglando sus asuntos, algunos por la razón que sea, enviaban a representantes plenipotenciarios de su corona, es decir dotados de todos los poderes que el mismo monarca tiene, incluido el de enemistarse con Toscana u otros reinos.

Como tal, para facilitar la transición de los seres no humanos de los territorios recién conquistados por el aparato militar de la Alianza de Reyes, se suelen dejar a los monarcas como tales, siempre que hayan cooperado durante la transición o que hayan mostrado cualidades dignas de liderazgo, aún si estas fueron usadas para oponerse durante la guerra.

Sin embargo, jurídicamente el QuarNaTor no reconoce la existencia de la figura de Rey entre las razas de no hombres, a pesar de que en la praxis son precisamente ello, sustituyéndolas por epítetos como Caciques (Dwarfs), Magistrados (Gnomos), Jefes (casi todas las demás razas) y afortunadamente, el término Señores, para reconocer a los elfos, gracias a que la poderosa raza históricamente tienen un único Rey, y con el paso de los milenios, aunque se formaron reinos elfos independientes unos de otros, precedidos cada uno por un Rey, sus mismas tradiciones les impiden que estos como individuos, puedan referirse a sí mismos como Reyes.

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La notable excepción a estas reglas, es Su Majestad Oberon de El Reino, aliado extranjero del QuarNaTor, quien cada que un Lyonesse llega al poder, envía un hermosísimo regalo al nuevo Rey de Reyes, y este, sin falta lo agradece refiriéndose a él exactamente con esas palabras, que por confusas que resulten para la estructura política de la Alianza de Reyes, son mejores que la opción; tal como Armel Lyonesse aprendió.

Emperador / Emperatriz

El título que no debió jamás existir, porque es una latente afrenta a la supremacía del Lyonesse. Un Emperador, es un muy raro caso en que un grupo de Reyes cede sus prerrogativas de representación ante la Alianza de Reyes, a otro.

Obviamente la lógica dicta que al momento de ser siquiera planteada, la noción hubiera sido sepultada violentamente desde arriba, obligando en primera instancia a los Reyes que la respalden, a ceder su territorio a favor de otro Rey, con mucho territorio e influencia, pero ultimadamente, solo un rey, debajo del Lyonesse. Esperando que el mismo alcance de la unión, se fragmentara desde abajo, pues los pueblos humanos son animales de costumbres y celos.

Sorprendentemente esto no fue un abstracto para la especulación, sino una lección de historia que sucedió cuando apareció el primer Emperador humano, excepto que, las fuerzas de la historia habían conspirado para que sucediera así.

Durante la Quinta Era de la Conquista, la Alianza de Reyes comenzó a tomar territorios habitados por razas no alineadas para ponerlas en el Todo bajo Concordia. Hizo sentido que los habitantes de las Estepas Rojas eventualmente sumarán esfuerzos en contra de las Legiones de la Alianza de Reyes, pero al final, conforme se vencían a las razas y se asimilaban, si sus dirigentes eran capaces y cooperativos, se respetaba su jerarquía con nueva semántica y reglas, de lo contrario se deponía al liderazgo sustituyéndolo por otro con más visión, o por humanos capaces de poner en regla a la nueva sociedad. Sin embargo, cuando el QuarNaTor comenzó la guerra contra el Imperio de las Profundidades, se enfrentó a un nuevo y desconocido reto.

Olviden la logística de guerra que implica luchar contra un enemigo bajo el agua, ni siquiera piensen en la cantidad

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abrumadora de seres que habitaban bajo la inmensidad de los océanos. Simplemente concéntrese en que todas esas razas, aunque con muchos problemas raciales entre sí, eran una sola sociedad.

No se podía rendir a los cefálidos ni a los tritones, como tampoco a las sirenas o los rokenas, porque todos, a pesar de sus dirigentes, estaban supeditados a la misma figura: La Emperatriz Altelia.

La forma en que se resolvió aquel dilema representa un gran ingenio que es muestra del verdadero músculo de la Alianza de Reyes; la religión y la política, pero no cambia el hecho que a la hora de la asimilación, para no considerar rey a cada grupo de razas diferentes entre ellos, pero indistinguibles para el humano, se optó por reconocer el lugar de la Emperatriz.

Por ello, existiendo un Emperador no humano, el Lyonesse no pudo objetar la creación de uno humano, para equilibrar Todo Bajo Concordia, aunque afortunadamente para todos, este haya muerto antes de suponer un problema. De ahí, los casos han sido contados entre los no humanos: El Tirano de Bronce y sus reinos vasallos, Los reinos elfos rebeldes del Emperador mago Galeon, Lor Ojo Pardo de las Tierras del Mañana, Saga de los rúgidos del rayo en la Svanah El emperador magus Ursan de los CaminaHorizontes, Ophelia Ducase, Emperatriz abejida, luego su esposo Nerum Alajar, conocido como El Conquistador. Y entre los humanos: Uzek Arbos, el primer emperador, Edgar de Guile, cabeza de la Liga de Reinos, La Doncella Ashleigh de la Última Lyonesse, La Reina Roja de los Inmortales, Bartolomé Alajar XIII, el archimago.

No hay reglas sobre este título, y el Lyonesse hará lo que sea para evitar reconocerlo, exigiendo que al menos sean ocho los reyes que se sometan a él para si quiera considerarlo. De la misma manera, el Emperador por lo general debe ser un Rey, aunque ya que la posición no existe, salvo el ego, nada evitaría que los reyes le cedan el poder a alguien sin corona. Aunque es

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de imaginarse las dificultades que pasará manteniendo en cintura a los caprichosos reyes.

La envidiable posición obliga a los que se sujetan bajo él, a ceder su representación y subrogarse a sus decisiones, una oportunidad que rara vez deja pasar el Lyonesse para desestabilizar al título a través del hombre, pues todo Rey de Reyes puede aceptar a pasar a la historia como un estadista o como un tirano, pero jamás como el último.

Lyonesse

Nombrado así por la heroína que salvó a la humanidad durante la Tercera Era del fuego y la sangre, se traduce literalmente como la leona dragón, pues representa las fuerzas opuestas que hacen funcionar el Todo bajo Concordia, pues es Él quien posee figurativamente el mando sobre lo material a través del rugido del león, y sobre lo etéreo con el rugido del dragón.

La corona del Rey de Reyes no se hereda por sangre, sino que Lyonesse debe dejar clara sus intenciones de sucesión, condenando casi inevitablemente al sucesor a un accidente, y luego este, debe tener la mayoría de visto bueno en la Cámara de Embajadores o vencer a sus opositores en el campo de batalla. Sin embargo, la aclamación del pueblo ayuda, como también las demostraciones de Concordia, porque todavía no nace quien desconozca el derecho de mando de alguien nacido en el Día de Concordia. La ley del Lyonesse no puede ser combatida sin caer en rebeldía, y al menos en teoría no está sujeta a nada excepto quizá al precedente, pues desacreditar las posturas de un Lyonesse anterior sin argumentos, actúa en contra de su propia investidura.

Otro poder a considerar son los Jerarcas, los representantes máximos de cada Iglesia, quienes aunque no pueden contravenirlo, pueden no acatar aquellas raras decisiones que vayan en contra de los preceptos de su Diosas. Por su parte la Cámara de Embajadores no tiene poder alguno para frenarle, pero si pueden hacer que el costo político de una decisión sea mayor, especialmente si esta da malos resultados.

Por lo demás, el Lyonesse es la figura que representa el poder de la Alianza de Reyes y claramente los mejores hombres han ceñido la corona con resultados que se pueden apreciar

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aunque no sin un costo personal, pues es una vida solitaria, en la que todo es apariencia, por lo que no han sido pocos los Lyonesse que han abandonado a sus parejas e hijos por conspiraciones fantasmas, algo que empeora cuando la misma cantidad, detuvo dichas conspiraciones actuando paranoicamente.

La figura del Lyonesse existe ininterrumpidamente desde el final de la Tercera Era hasta la Octava Era reanudándose en la Novena Era. Durante la Quinta Era, el Lyonesse tiene derecho a "invitar" héroes al Cuerpo de Paladines, su poderoso brazo armado.

El Lyonesse tiene todos los beneficios aplicables a lo social de un Rey, Jerarca o en las Legiones pero en 8. El Lyonesse siempre tiene los beneficios de la tierra que pise y esté dentro del Todo Bajo Concordia.

Prerrogativas de la Nobleza

Debido a la prosperidad del QNT cada Unidad de tierra es autosuficiente, pudiendo solventar sus gastos, así como una parte proporcional de los de su Señor con relativa facilidad. Extra anual:

Una vez por año el señor puede tomar recursos extras de su tierra sin causar problemas, pudiendo obtener una de tres cosas.

† 10d100 piezas de oro por Unidad, este dinero es un extra al gasto, directo al arca del Noble.

† 5d20 soldados por Unidad. Estos hombres a las armas no están equipados ni entrenados.

† 1d2 Afectos por Unidad. Se suman al afecto del Noble. La Unidad aumenta su Apoyo en 1.

Es posible obligar a las Unidades a dar el doble, pero bajará en uno su apoyo. Solo una población en Devoción puede dar el triple, pero irá directo a Rebeldía.

La sangre dorada.

El dinero es un arma poderosa, mas en manos del noble es vida pues hace crecer a su tierra.

† Regalo al pueblo. Repartiendo 1000 por Unidad, el Noble reparte oro generando 1 Afecto por Unidad, si afecta al menos tantas Unidades iguales al mínimo de Unidades de su Título,

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suma 1d2 afectos extras por Conde, Marques 2d2, Duque 3d2, Rey 4d2, Emperador 5d2.

†Apoyo por Apoyo. Gastando 1000 por cada Unidad, el Noble invierte en beneficios para la gente lo que le permite aumentar su Apoyo en 1. Si el pueblo está en Rebeldía deberá hacer más que eso.

† Entrenar soldados. Cuesta 100 oros y 6 meses convertir a 8 hombres al siguiente escalón, usando las reglas militares de Manual de Amor & Muerte.

Hombres de armas> Guardias> Centinelas> Legionarios> Elites

† Albergar Ejército. La guerra es un negocio costoso con dividendos igualmente rentables, pero mientras llega, los gastos de manutención pueden ser un problema:

Cada 64 hombres cuestan 200 oros al año, un condado creado específicamente para mantener un ejército puede albergar un Colegio (menos de 512 hombres sin gastos extras) pero sus Unidades no cuentan para obtener extras. En necesidad puede albergar hasta dos colegios, pero la población bajará en uno su Apoyo cada año.

† Suntuosidad. Cuesta 1000 oros por Unidad vivir suntuosamente, pues implica gastar en lo más llamativo, agasajar a los huéspedes y crear la ilusión de riqueza a lo largo del año. El Apoyo de las Unidades beneficiadas sube automáticamente en uno, pero el Apoyo de las Unidades adyacentes desciende en uno al ver los beneficios de los que se le privan. El noble es tratado por todos (Nobles y comunes) como un grado por encima de su Título, obviamente creando envidias en el proceso

† Manutención. Sea mediante un contrato o algún motivo más personal se puede mantener personalidades que proveen ciertos beneficios y claro, complicaciones. Cada uno tiene su tarifa según su calidad pero todos consumen amplios recursos.

Caballero: 1000 oros anuales de gastos, más cualquier requisición que le haga. El noble considerará si sus servicios lo valen.

Favorito: 3000 oros anuales de gastos para que su favorito (amante, o protegido) pueda codearse con la Corte del Rey, lo que permite estar actualizado en información, rumores y

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ejercer un poco de presión (funciona como la red del menstat o agente pero solo para información).

Familia: 2000 oros anuales permiten distinguir a su familia como nobles, permitiendo pagar instructores que los conviertan en una familia digna de la nobleza. Produce dos Familias (de Guardias).

Mecenas: 1000 oros le permiten ser patrón de las artes de un artista de talento agradable, pudiendo ser de tipo artístico, o de investigación. Cada año puedes recibir 1d4 Afectos por su trabajo.

Unidad élite: 3500 oros te permiten albergar y mantener lista una de combate que a menudo se trata de un orgullo de hombres con entrenamiento nivel Legión con veteranía. Pueden ser jinetes, un barco de guerra o un tren de asedio, así como unos tiradores gnomo, una guardia dwarf o una partida de guerra de rugidos.

†Invertir: Hay inversiones más complicadas, que requieren más tiempo y que se van construyendo dentro de los gastos corrientes de la Unidad pero que realmente cambian la vida de aquellos que viven bajo el Rey. Todos cuestan 8000 oros, y afectan a todas las Unidades adyacentes, pero la Unidad deja de contar para el Extra anual pues se destina para su manutención. Al momento que se declare la construcción, la Unidad que la albergará y las contiguas aumentarán su Apoyo en 1.

Bazar: Un lugar de comercio colocado cerca de un cuerpo de agua es consagrado a Aluria y por tanto atrae Shamanes, convocando mercaderes de todas partes. Las Unidades producen 100 oros más en el Extra anual. En caso de ataque hay 1d4 Shamanes aliados y cuentan con su séquito que juntos cuentan como una manada con entrenamiento Legión.

Crecimiento acelerado. Cada año puedes lanzar 1d8, en un resultado de 1,2 o 3, aumenta la delincuencia, restando 1 al Apoyo. En 8 o en el octavo año, se abre un canal importante de agua que aumenta el comercio, ganando 500 oros más por Unidad en el Extra anual.

El flujo de dinero produce peligrosos celos extranjeros.

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Descanso: Habitaciones para el viajero, baños públicos y bancos de comida que solucionan la pobreza, al atraer el beneplácito de Narshe.

El Apoyo de la Unidad ya no puede entrar en rebeldía. En caso de necesidad 1d3 monjes aparecerán Brazos fuertes y agradecidos. Agrega 2d20 al extra anual cuando sea de hombres de armas.

Cada año puedes tirar por un servidor prestigioso en el octavo año tira por un servidor legendario (Manual de Agua & Vida).

Una plaga es dos veces más fuerte en la Unidad.

Foro: Un lugar para que los artistas se reúnan y con sus creaciones inflamen de vida el mundo para la gloria de Ella Elena.

Cada año se produce una obra de arte que aumenta en 2 el Apoyo de la Unidad en la que se coloque.

Al menos una Enchantress tendrá presencia asegurando el favor de 2d4 Seguidores (Nivel 3, lateral 1).

Enredos. Cada año puedes lanzar 1d8, en un resultado de 1,2 o 3, un personaje importante entra en una disputa a muerte. En 8, o en el octavo año puedes tirar una bendición divina (Manual Amor & Muerte) sobre el Noble o la tierra

Camposanto: Área adecuada para el último descanso y la veneración de los muertos, un tributo solemne a Arsheen. La Unidad es inmune a los desastres. Los muertos ni los seres extramundo pueden entrar.

1d2 Acólitos rondarán los servicios fúnebres. Derecho testamentario. Se debe respetar la última voluntad del noble, pasando su Título a quien desee. Si la persona es inelegible, tendrá un año y un día para serlo. Además puede elegir un objeto para ser de tradición, cada que pase de mano en mano, este adquirirá una nueva característica según la hazaña hecha con él por su último portador.

Un Noble, su familia y beneficiarios, recibirán una maldición de criaturas extramundo (como la de una Enchantress) si dan muestras de corrupción, vileza o deslealtad.

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Guarnición: Barracas para hacer la guerra y vigilar los caminos, estos lugares son rápidamente asegurados por La Orden para la gloria de Demerit, y ellos mismos los operan e instruyen a sus hombres

Las patrullas evitan el crimen y el descontento. El apoyo queda en Seguridad, si baja a descontento sube a Seguridad, si vuelve a bajar los ordenados dirigirán al pueblo rebelde contra el noble.

En caso de necesidad hay 1d6 Ordenados, y una Manada de Guardias por cada uno.

Guerreros que vienen, guerreros que van. Cada año puedes lanzar 1d8, en un resultado de 1 o 2, un ordenado pasa llevándose 1 o 2 manadas, en un resultado de 6 o 7, ganan 1 manada bajo el control del Noble, en 8 o en el octavo año, la barraca es movida a otro terreno adyacente y el Noble gana una Unidad extra.

Las acciones del noble son severamente juzgadas por La Orden, a menos que jure lealtad a Demerit.

Hospital: Este recinto eleva la calidad de vida de todos aquellos en la Ciudad, desterrando la muerte y aliviando el dolor como manda Eunice.

La curación natural del noble y sus aliados son del doble, 2 al día, 4 con descanso y 6 en el hospital.

En caso de necesidad hay 1d8 Priest presentes. A petición del Noble pueden emprender una única maniobra de asesinato contra cualquier persona que no sea un jerarca o el Lyonesse.

Regalos. Las muestras de gratitud por los cuidados recibidos pasan a manos del noble. Tira un dado de 12 y multiplícalo por 100, esos serán los oros que genere el hospital anualmente, en un resultado de 11, el regalo será un objeto mágico (Manual de Agua & Vida), con 12 una deuda de gratitud por parte de un Noble de mayor jerarquía.

Una vez que ejecute la maniobra de asesinato, el Noble habrá presenciado la mortal mano de Eunice y vivirá con paranoia, perdiendo 3 puntos de Sabiduría.

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Biblioteca: Repositorio de conocimiento y saber para compartirse, el fin último de Crysta.

El noble tiene acceso a cualquier información que necesite en 1d4 días para un dato sencillo, 1d4 semanas para algo complicado y 1d2 meses para algo oscuro.

En caso de necesidad hay 1d12 Menstat en control de 2 manadas de Guardias con aparatos de guerra (Manual de Fe & Razón)

Erudición. Cada año puede tirar 1d8, en un resultado de 1 encuentra 1 runa fallida que le roba una característica al azar. Con 8, encuentra una runa al azar. En el octavo año, Crysta lo llevará hacia la runa que esté buscando.

El Templo de las Cabezas frías educará al pueblo para hacerlo inquisitivo, de manera que el apoyo nunca podrá subir a Devoción.

Lugar Sacro: Santuario dedicado a Alma. Un lugar para que la vida florezca en paz.

La agricultura, ganadería y la fertilidad prosperan, por lo que la Unidad se recuperará de cualquier desastre natural inmediatamente.

En necesidad habrá 1d4 Druidas con animales equivalentes a 3 manadas de guardias.

Guardián. Cada año una Bestia (Servidor legendario) se pasea por el lugar sacro, con un resultado de 1 hay que expulsarla para que no destruya la Unidad, con 2,3 y 4 paraliza la Unidad (no genera Extra Anual en la siguiente oportunidad), con 8 o en el octavo año, se queda a proteger el lugar sacro y la Unidad (Manual de Agua & Vida).

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Módulo K: Apoyo y Afecto

La Tierra y sus moradores. El noble es uno con su tierra, por tanto entre más desarrollada esté, algo que depende de aquellos que trabajan y viven en ella, mayores beneficios reportará a Su Señor, pues Concordia creó un mundo donde quien carga la responsabilidad de muchos, recibe lo mejor de todos. Este "poder" se obtiene mediante el Apoyo y Afecto de su gente.

APOYO

El Apoyo es en que estima tienen los pobladores a Su Noble en cada Unidad, midiéndose en 5 niveles, de menor a mayor.

Rebeldía. El pueblo se levanta en contra de Su Señor y deja de atender sus obligaciones. Una Unidad en Rebeldía no aporta nada Si la mitad de las Unidades totales están en rebeldía, no hay ingresos ni para los gastos corrientes. Si esta situación no se atiende rápido, la gente clamará la intervención del Rey o del Lyonesse para que sea depuesto. El Noble debe hacer concesiones importantes o usar la fuerza para someter al pueblo y recuperar la estabilidad. En cualquier caso la gente no olvida, y hay muchos nobles codiciosos dispuestos a ayudarles a conseguir su venganza.

Descontento. El pueblo está enojado, negándose a dar el Extra Anual, y dejando claro su enojo a pesar de la mirada vigilante de la guardia. Este efecto es por Unidad, pero si la mitad de las Unidades totales está en descontento, atraerá líderes buscapleitos. Algunos serán genuinos filósofos de la condición humana, otros estarán pagados para desestabilizar. Todos serán un problema.

Seguridad. El pueblo tiene esperanza en el futuro, las cosas funcionan gracias a Su Señor y es posible cobrar el extra anual. Si la mitad de las Unidades están en Seguridad, el noble tiene una bonificación igual a su Título para todas las tiradas de Carisma con gente en su tierra.

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Barón +1

Duque +4

Conde +2 Rey +5

Marques +3

Lyonesse +8

Plenitud. El pueblo está contento y agradecido. Su Señor ve por ellos por lo que se concentran en sus actividades; agrega un 10% al Extra Anual por la Unidad en Plenitud. Si la mitad de las Unidades están en Plenitud, las oraciones de la gente nutren al noble por lo que al llegar a 0 hp, en sus intentos de defender o traer prosperidad a su tierra, su pueblo o su Título, gana 1d8 hp temporales cada día para continuar luchando por todos los que representa.

Devoción. El pueblo ama a Su Señor. Los extranjeros y viajeros no pueden creer la devoción, pero tampoco pueden dudarla porque se siente. Además de los beneficios anteriores, la gente soportará los desastres naturales por su señor, reconstruyendo con sus brazos y sus bolsillos. Si la mitad de las Unidades están en Devoción, el pueblo le hará un obsequio con efectos parecidos a la Bendición. (Manual de Amor & Muerte) Apoyo base de Unidades.

El Apoyo inicial de una Unidad se determina según como se obtuvo, aunque es posible hacer cosas para agradar a las poblaciones antes de recibirlas. Unidad asignada por Apoyo inicial Título Seguridad Invasión Descontento Traición o vileza Rebeldía Matrimonio, Hermandad, Alianza o Concesión voluntaria según resultado en 1d8

Descontento,

5: Seguridad,

7: Plenitud, en 8: Devoción.

Aumentar el Apoyo. El Apoyo es vital para el Noble porque es la forma en la que puede realmente aprovechar sus Unidades, así que hay muchos instrumentos para mejorarlo. Un gobernante astuto hará bien en

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1:
2
6

aprovecharlos e invertir en el bienestar de su pueblo, pues es el propio.

† Usar el Extra Anual para generar Afecto. Suma 1 al Apoyo de la Unidad.

† Apoyo por Apoyo. Al año se invierten 1000 oros por Unidad para aumentar el apoyo en 1 de esa Unidad

† Invertir en Construcción. Aumenta el Apoyo en 1 de la Unidad y las contiguas. Sin importar cuál se elija.

†Defender la tierra. Repeler a un enemigo invasor (puede tratarse de un monstruo pero no de un único atacante).

† Matrimonio. La gente ama la continuidad: aumenta el apoyo de la Capital y sus contiguas en 1.

† Primogénito. El primer hijo de un noble es celebración para el pueblo. Aumenta el Apoyo en 1, de la Capital.

† Logro épico. Aumenta el Apoyo en 1, en la Unidad más cercana al hecho.

† Funeral merecido. El Servicio fúnebre de un familiar o amigo cercano aumenta en 1 el Apoyo de la Unidad donde se entierre.

† Hospedar un huésped famoso. Un Héroe, un Jerarca, un General distinguido o al Lyonesse causa el aumento del Apoyo en 1 donde se hospede.

† Servir directamente a la expansión de la Alianza de Reyes Aumenta en 1 el Apoyo de todas las Unidades, pero no exime al Noble de hacer sus obligaciones para con su gente

† Beneplácito del Lyonesse. Ser mencionado positivamente por el Lyonesse aumenta el Apoyo en 1 de TODAS las Unidades.

Perder Apoyo

† Trabajos forzosos. Obligar a una Unidad a dar el doble del Extra Anual bajará en 1 su apoyo.

† Explotación abierta. Obligar a una Unidad en Devoción a dar el triple del Extra Anual, causará que el Apoyo vaya a Rebeldía.

† Dejados a su suerte. Abandonar la defensa de una Unidad reduce en 1 el Apoyo de todas las Unidades circundantes.

† Capricho divino. Un desastre natural causa perdida de Apoyo.

† Egoísmo. Acciones egoístas del Noble hacia su pueblo, reducen en 1 el Apoyo, 2 si es algo en verdad terrible.

† Escandalo. Engañar a su cónyuge. Reduce el Apoyo en 1 en todas las Unidades.

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† Traición. Matar a su cónyuge, hermano e hijo (natural o adoptivo). Reduce el Apoyo en 1 en todas las Unidades.

† Humillación. Sufrir un revés en su status social. Reduce en 1 el Apoyo en todas las Unidades.

† Anatema Repudio de alguna iglesia. Reduce en 2 el Apoyo en todas las Unidades.

† Deshonor. Desconocer o no honrar una Alianza. Reduce en 1 el Apoyo en todas las Unidades.

† Renegado. Desprecio del Lyonesse. Reduce en 2 el Apoyo en todas las Unidades. Unidades en Devoción solo reducirán 1. † Represión violenta. Solucionar la Rebeldía mediante la fuerza causa perder 1 de Apoyo en todas las Unidades contiguas.

AFECTOS

Los Afectos son una medida de lo que el pueblo ha depositado en el Noble. No es solo la confianza como en el caso del Apoyo, sino literalmente la vida que ponen en manos de Su Señor, y las oraciones para que Concordia y sus Divinas Hijas actúen a través de quien ostenta el Título.

Las fuentes de Afecto son pocas, y la mayoría proviene del Extra Anual o de regalos al pueblo, porque los Afectos son poderosos.

Los Afectos se suman y se mantienen en la hoja. A voluntad pueden gastarse por una de las siguientes bonificaciones.

5, Hermanar. Compartes tu fortuna, buena y mala con un hermano de armas. Asignándole una Unidad para que pueda obtener Afecto por su parte. 10, 1d4 Death Points. 15, +1 hp permanente. 20, +1 Técnica apropiada. 25, 1 AC permanente.

30, Aumento de una Característica. 40, Runa o Runa Mayor. 50, Casilla 0, de Valor y Victoria. 75, Servidor legendario (Manual de Agua & Vida). 100, Bendición de una Diosa (Manual Amor & Muerte).

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Módulo L:

Caprichos de la Tierra

LA MADRE DE LAS DIOSAS.

Se asume que el Sol creó a sus Divinas Hijas porque es el Dios Todopoderoso de Todo Bajo Concordia. Sin embargo, en algunas revelaciones, las Diosas han hecho referencia a su madre, por lo que para detener la especulación, los Jerarcas aseguran que es una forma figurativa de referirse a la Madre Tierra, que ultimadamente provee el terreno donde las Diosas operan y los mortales viven, porque con todo su poder, ningún devoto puede parar los caprichos de la naturaleza.

Sin embargo, así como se dice que Concordia está en lo alto, Todo Bajo Concordia está en orden; la Madre Naturaleza tiene un carácter caprichoso, y así como alimenta al hombre y lo hace fecundo, también puede arrasar con su amada civilización.

Por ello cada año, cada Unidad gobernada debe lanzar un Dado de capricho (d10) para saber cómo el clima afectó a la Unidad, no se trata de todo lo que sucede en un año, sino del acontecimiento más importante del periodo.

Cada tirada es independiente, señala si afecta a la Tierra, a la Población o al Noble en lo personal, sin embargo algunos efectos se aplican en todo el territorio.

Aunque no es común, un Héroe, voluntariamente Hermanado (5, Afectos), puede conectarse con la Unidad como si fuera un noble y sufrir lo correspondiente.

Capricho de la Madre

Lanza 1d10 una vez al año, en cada Unidad. Revisa el resultado y sigue sus instrucciones.

está en lo alto. Todo está bien en la Alianza de

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1 Calamidad 2 Desastre sobre la Tierra 3 Tierra serena 4 Aflicción sobre el Pueblo 5 Paz para los hombres 6 Costo Personal 7 Solo un hombre 8 Bendición de las Diosas 9 Concordia
Reyes 10 La Madre protege

1 Calamidad

Jamás olviden que la naturaleza es un poder terrible e indetenible. Algunas Unidades serán reclamadas por ella, a pesar de todos.

Lanza 1d8.

1 2 Volcán. De la nada la montaña o el suelo rugen y el fuego cae. La Unidad es destruida permanentemente en un potente accidente.

3 4 Tormenta. Si tiene una construcción es destruida completamente.

5 6 Terremoto. La tierra fracturada se lleva edificios y personas. La Unidad no produce Extra Anual los siguientes 1d3 años.

7 8 Incendio. La Unidad arde, un personaje importante muere.

2 Desastre sobre la Tierra

El clima es caprichoso y una mala temporada puede destruir una Unidad.

Lanza 1d8.

1 2 Tragedia. Todos los Extras Anuales se reducen a la mitad.

3 4 Plaga. Los sembradíos son consumidos por pequeños insectos, el hambre comienza a desplazar a los hombres. El Extra Anual de hombres se reduce a la mitad.

5 6 Sequía. La falta de lluvia es una lenta manera de ver morir todo lo trabajado ¿En qué ofendió el Señor a las Diosas? El Extra Anual de Afecto se reduce a la mitad.

7 8 Inundación. El agua se llevó casas, personas y la infraestructura. El Extra Anual de oro se reduce a la mitad.

3 Tierra serena

Los animales se ocultan sospechando que algo malo estuvo por suceder, pero al final no sucedió. El pueblo está agradecido con las Diosas.

4 Aflicción sobre el Pueblo

Pese su propia estima, los humanos son solo animales avanzados. Así muestra el poder que tiene el clima sobre ellos. Lanza 1d8.

1 2 Depresión. La desesperanza es potente, fue un mal año y se nota en las arcas: El Extra Anual para generar oro se reduce a la mitad.

3 4 Epidemia. Una virulenta enfermedad cae sobre la población. La gente enferma y muere. El Extra Anual de reclutar se reduce a la mitad.

5 6 Malestar. El fuego no calienta, el agua tiene un sabor amargo y el viento arrastra voces malignas. Concordia debe estar inconforme con el desempeño del Señor. El Extra Anual de Afecto se reduce a la mitad.

7 8 Violencia Un malestar generalizado va haciendo mella de la población, hasta que estalla en violencia. El Apoyo de la Unidad cae en Rebeldía.

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5 Paz para los hombres.

El malestar brilla por su ausencia. El año fue generoso y los hombres lo saben, por lo que agradecen y se dedican a sus asuntos. Tal debe ser la voluntad de Concordia pues nada malo ha sucedido, la paz es su recompensa.

6 Costo personal.

El Noble es uno con la tierra, por lo que a veces es la carne y no el suelo lo que enferma. Lanza 1d8.

1 2 Enfermas violentamente. Debes superar 5 tiradas de Constitución o morir. Si recibes tratamiento o rezos, tienes un bonificador de +2 a la tirada.

3 4 Tullido. Uno de tus miembros deja de funcionar completamente.

1: Ciego

3: Sordo

5: Brazo Izquierdo

7: Pierna izquierda

2: Mudo

4: Brazo derecho

6: Pierna derecha

8: Infértil.

5 6 Secuelas. Caes con una violenta fiebre. Debes hacer una tirada de Constitución, Inteligencia y Carisma; cada una que falles pierdes 1 punto en ella.

7 8 Decaimiento Un malestar general te postra en cama una semana, al final cuando se va, lo hace con 1d4 HP permanentes.

7 Solo un hombre

Un día hacías lo tuyo cuando sentiste algo. Difícil de explicar y sin embargo para ti obvio, era el final. Afortunadamente nada terminó, pasó, y la vida continuó porque no era tu momento.

8 Bendición de las Diosas

de las diosas decidió bendecir la Unidad. Lanza al azar la Diosa y asume los mismos efectos de Construir. Lanza 1d8.

está en lo alto. Todo bajo

está en orden

porque el que lo puede todo está arriba. Observando

veces bendito

ello.

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Una
1 Aluria 2 Eunice 3 Arsheen 4 Alma 5 Demerit 6 Ella Elena 7 Narshe 8 Crysta 9 Concordia
Concordia
Regocíjate,
sin intervenir. Mil
sea por

10. La madre protege

Un día, el cielo se llenó de espesas nubes negras, tan ominosas que por un momento Concordia pareció apagarse. Los elementos comenzaron a rugir y los niños pequeños cayeron en un sueño misterioso. Claramente lo peor estaba por suceder, mas el día se tornó verde y de pronto, nada pasó. La calma volvió lentamente y los niños despertaron sin daño, por instinto, tanto los animales como los hombres estuvieron agradecidos sin saber con quién, y la única respuesta provino de los niños en forma la primera palabra que dijeron y luego olvidaron: Satraia.

Aprovecha la oportunidad para establecer los rumores de la madre de las Diosas. Los jerarcas no consentirán la adoración a otra Diosa, aunque esta sea presentada como madre de las Divinas Hermanas, lanza 1d8 para ver los fieles de que Diosa aparecen a desconocer el suceso.

† Si el noble cede. En adelante ignora todos los resultados de 10 y vuelve a lanzar el dado quedándote con el nuevo resultado, pues hasta que en otro año caiga una calamidad sobre las Unidades del Noble, no volverá a funcionar ese resultado.

† Si se les reta Actúa acorde. Lo de menos será el repudio al noble, las cosas pueden salir muy mal. Lo que suceda será testimonio de la presencia de Satraia, mientras se conserve, no volverá a azotar una calamidad el lugar, pues cuando suceda, la gente verá a Concordia desaparecer en el cielo y a una mujer caminar entre las inclemencias.

Satraia es la madre:

Si un hombre hace la invocación, en las puertas del muro (0 hp). Ganará 1d4 Death Points.

Si una mujer hace la invocación para defender indefensos, podrá entrar en el frenesí, Danza de una Enchantress nivel 3. Por todo el tiempo que mantenga la causa. Gana 1d2 DP

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Módulo S:

Sectas

La Orden no reconoce secta alguna, por lo que para estar con Demerit, se debe estar con ellos en cuerpo y alma, sin embargo, para que los no ordenados puedan ser parte de esta gran familia, se tiene una prueba indiscutible de lealtad.

Hombre probo (La Orden)

Son muchos los nobles, hombres de guerra, políticos o jueces que son parte de La Orden, pudiendo obtener su protección y beneficios, como tierra y dinero, sin ser ordenados. Esperando a cambio que siempre se alineen a las decisiones del Consejo de Maestros, y se mantengan listos para asistir a sus miembros.

Para ser parte de La Orden, sea como gobernador, líder de guerra o aliado, se debe jurar a la justicia, y adquirir un nivel especial de Promitente, llamado Hombre probo, donde se le enseña La Ley y las enseñanzas de Demerit, luego, cuando el candidato promitente haya demostrado su lealtad, al hacerlo, obtendrá alguno de los siguientes beneficios a elegir.

+Un título nobiliario o el aumento del que se tenga.

+Una comisión de Prefecto en la Legión o cuatro Colegios si ya lo es.

+Una torre, guarnición o barraca con hombres de guerra equivalentes a un Colegio. Si ya la tiene, obtendrá otro Colegio.

+Recursos iguales a la mitad de sus niveles (normales+laterales).

+Una runa de magia.

Como miembro de La Orden puede identificarse con solo hacer sentir la Mano Invisible de Demerit.

Justicieros (Seguidor no ordenado de Demerit)

Aunque son pocos los casos, siempre han existido individuos que devotando su fe a Demerit, sienten que La Orden y sus complicados intereses terrenales no son para ellos, así que mientras se mantengan firmes y justos, llevarán la justicia con ellos.

Este es un compromiso con la Diosa de la Justicia de perseguir sus ideales sin perseguir agendas terrenales, lo que en

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la Alianza de Reyes puede ser más complicado de lo que aparenta. Pero le permite a los Justicieros cambiar sus niveles de Promitente por niveles de Ordenados con todos sus beneficios SIN ser parte de La Orden. Además de las implicaciones obvias, al tener tres niveles de Justiciero, este gana todos los beneficios del primer nivel de Paladín sin necesidad de hacer cambios laterales. A partir de ahí puede hacer cambios laterales con normalidad con tres salvedades:

† No puede cambiar niveles de promitente excepto por niveles de justiciero.

† Si decide tomar niveles de Paladín, podrá hacerlo, comenzando en el segundo nivel.

† Si decide entrar a La Orden. Todos sus niveles de justiciero serán sustituidos por niveles de ordenado, pudiendo continuar su camino. Si ya lo obtuvo, perderá los beneficios de Paladín, pero podrá elegir alguno de esto beneficios.

+Un título nobiliario Príncipe.

+Una comisión de Patriarca en la Legión.

+Tres runas de magia.

Monjes

Es difícil imaginar el concepto de monjes especializados, cuando su doctrina en teoría lo permite todo. Pero sí existe tal especialización, puramente basada en los conocimientos que su camino por la vida les enseñó.

El monje del manual base, es llamado Monkiar de la postura pétrea, los monje enumerados aquí sustituyen o varían sus formas según se indique, aunque todos son monjes. En teoría nada impediría aprender otra postura, pero por lo general estas se desprenden de una vida de entrenamiento.

Monkiar de la postura eólica Esta postura se aprendió escuchando al viento cuando los gigantes destrozaban la montaña con sus aplausos. Algunos dicen que era la postura monkiar original, mas cayó en desuso cuando desparecieron aquellos terribles tiranos. Además de Palabras de paz, el monje puede lanzar su voz a lugares distantes.

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En vez Acero en el Puño, este monje ha aprendido a golpear el aire, dando sus golpes desarmados a la distancia de cuerpo extendido (una lanza), con tres niveles; alcance inmediato (ballestas) y con cuatro a alcance extendido (arco corto).

En vez de Terremoto, sus golpes pueden producir un Vendaval que puede tomar la forma de una violenta ráfaga de viento o de un devastador tornado.

Monkiar de la postura fluida

Esta postura se aprendió recatando marinos durante la guerra con el imperio submarino. Pues nada es más piadoso que salvar la vida de morir ahogado y perdido en las profundidades del océano.

Además de Palabras de Paz, los monjes pueden usar su lenguaje corporal para comunicarse con criaturas bajo el agua.

En vez Acero en el Puño, este monje tiene total libertad de movimiento en el agua, como si fuera nativo de ella, pudiendo incluso respirarla.

En vez de Terremoto, sus golpes pueden producir un Tsunami igual de destructivo para las costas como para el fondo del mar.

Monkiar de la postura ígnea

Esta postura es diferente a las otras, y aquellos que la siguen claramente caminan una peligrosa senda, por lo que no sería sorpresa saber que Narshe se encarga de ellos en persona. Precisamente la razón por la que es la menos común de todas.

No tiene Palabras de Paz, en su lugar, estos monjes pueden haciendo Ecos silentes de lo que alguien intente decir, nulificar su su comunicación (enmudece a un oponente).

En vez Acero en el Puño, este monje puede calentar los metales con su toque. Destrozando los objetos o lesionando a sus portadores (1d4 daños por AC si es una armadura metálica).

En vez de Terremoto, puede concentrarse para llamar un Meteoro que impactará donde se le señale.

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Monkiar del espíritu encarnado

Estos monjes que peregrinaron a las Tierras del Mañana son muy diferentes a los demás, y la sensación espiritual que transmite se parece a la de los kamiyokai que habitan aquellas míticas tierras.

Su Palabras de Paz, si cambian el ánimo de los combatientes, llevándolos a neutro, cada turno que pueda evitar la batalla. Además de Acero en el Puño, este monje puede golpear seres etéreos, espíritus o vínculos astrales.

En vez de Terremoto, sus golpes pueden producir un Maelstrom. Una tormenta espiritual que corta el vínculo con los seres extramundo. Este es tan poderoso, que aunque no se percibe, el clima cambia. Trátalo como Caprichos de la Madre, tira 3 veces, elige la que prefieras.

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Módulo T: Técnicas

Los ojos de Narshe Ogros

Todo ogro con niveles de monje, tiene tal conocimiento de su cuerpo que puede ver las pequeñas diferencias imperfecciones en él, pudiendo elegir una característica Heroica si tiene 15 de Fuerza o Constitución.

Requisitos:

† Ser ogro de cualquier tipo y tener al menos un nivel de monje.

† Ser enseñado en por otro monje con él secreto.

Los puños de la última Lyonesse Ogros

Cuando Ergida le juró lealtad a la última Lyonesse, ella le enseñó como canalizar la ira en la batalla. Cuando Ergida le juró amor, ella le enseño a vivir sin ira. Así se convirtió en los puños de la última Lyonesse.

El ogro vasallo o azul recupera su Fuerza Brutal, pero hace +3 daños. A partir de ahora no puede volver a ceder a su violencia.

Requisitos:

† Viajar a la tumba de la última Lyonesse o escuchar su historia de amor por alguna de sus esposas.

† Jurar no volver a ceder a la violencia.

Libre de forma Ogros

Un ogro puede acceder al poder de sus ancestros gigantes, dejando atrás la forma para centrarse en el material, porque eso son, el poder de la carne maleable sin el límite de la piedra o el metal.

Con esta técnica el ogro puede deformar cualquier parte de su cuerpo considerándola Heroica. Cada transición debe hacerse una tirada de Constitución, si falla, el personaje pierde un Death Point. Si se le terminan, el ogro muerte de un infarto.

Requisitos:

† Pelear y matar a un gigante, un slaad o una colmena.

Corazón de pluma Ordenados

Un ordenado que es justo con aquellos bajo su cargo, tiene un corazón que pesa menos que una pluma, por lo que su cuerpo

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puede hacer saltos imposibles, cambiar de dirección en el aire o rebotar en la nada.

El ordenado puede usar Acrobacias para rebotar en el aire a voluntad. Estas maniobras le pueden otorgar un +2 AC o +2ThAC0.

Requisitos:

† Tener la habilidad de Salto.

† Lograr una racha de 10 sentencias justas.

Prioridad suprema Ordenados

Los ordenados se han apegan tanto a la Ley que dejan atrás la duda, así que pueden predecir los movimientos del enemigo.

El Ordenado vive en un estado que le permite tener Prioridad siempre, sin embargo, una vez por pelea puede ganar cualquier movimiento, incluso contra una Prioridad con destreza más alta. Esto, ejecutado con su Espada invisible, gana +2 al ataque, y el 18,19 y 20 se consideran críticos en ese golpe.

Requisitos:

† Haber fundado una guarnición para la Orden.

† Tener la habilidad de Acrobacias.

Ser de luz Ordenados

Este es un truco de alto nivel, pues le permite al Ordenado proyectarse a sí mismo como un ser de Luz, capaz de blandir su espada invisible en el mundo físico sin estar en él. Para usarlo, debe estar consciente y gastar un Death Point, para proyectar una imagen exactamente igual a él, pero capaz de afectar el mundo físico, aunque solo con su Espada Invisible. El daño que reciba esta forma se manifestará en su cuerpo, por lo que podría resultar muerto en esta forma.

Requisitos:

† Tener Espada invisible.

† Tener la habilidad de Aguante.

† Lograr una gran victoria para La Orden.

Aliado imperecedero Ordenados

Los jehdi viven para el servicio a La Orden, así que tan difícil como les resulta llevarse con aquellos que no vivan de la misma

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manera, forjan amistades y alianzas imperecederas con aquellos que sí.

Cuando un jehdi necesita sabiduría o refuerzos, siempre puede concentrarse y llamar a algún aliado o maestro de La Orden que ya haya partido a EL Muro. Para hacerlo, debe meditar un momento y gastar un Death Point, lo que hará que su aliado aparezca frente él. Gracias al acceso de su aliado, tiene +4 en Sabiduría e Inteligencia, y si va a pelear en forma de Ser de Luz, entonces el aliado tendrá 1d8 de HP por cada Death Point gastado.

Requisitos:

† Tener el grado jehdi.

† Nunca haber faltado a las disposiciones de La Orden.

Ordenar en acto Ordenado

Los jehdi son la primera y última línea de defensa de la Alianza de Reyes, por lo que siempre tienen la capacidad de ordenar a otros para cumplir esta importante misión.

El jehdi se dirige a una población y los ordena con el expreso propósito de cumplir La Ley, gastando un Valor y Victoria y un Death Point para dotarlos de armas de luz, y gracias a la convicción, transformarlos en una manada (64 hombres) por nivel de ordenado, aumentando su calidad marcial en 2, plenamente listos para el combate. Con 6 niveles, es posible transformar un Colegio en calidad de Legión.

Requisitos:

† Tener carisma y sabiduría mayor a 15.

† Tener la necesidad de tropas

† Haber luchado en una batalla campal como líder.

Bajo la cascada Monje

Los monjes aprenden a aguantar lo que sea. El daño físico, la falta de medicamentos, alimentos, e incluso la soledad son cosas que se espera en su vida, por lo que deben aprender a sobrevivirlas.

Tras estudiar la soledad, el monje regresa con la potente habilidad de Supervivencia, igual a la del ranger.

Requisitos:

† Retirar al personaje 1 año en aislamiento en las montañas.

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Pies ligeros Monje

Aprendiendo a fluir con su entorno, ahora puede correr sobre las hojas, el agua o caminar sobre superficies casi en 90 grados, pudiendo cubrir distancias imposibles para simples mortales. Puede hacer cosas como caminar sobre el agua o impulsarse en las hojas.

Requisitos:

† Tener la habilidad Acrobacias

† Aprender de un maestro que previamente la tenga.

Hamedo Monje

El instinto del monje le permite responder las agresiones antes de que sucedan. Si el monje será atacado, puede gastar un Valor y Victoria para atacar primero, venciendo incluso la prioridad, aunque si la habilidad en cuestión también hace lo mismo, asegura al menos un golpe simultaneo. Este efecto dura todo el combate.

Requisitos:

† Para aprender a escuchar los micro movimientos del cuerpo, el personaje debe hacer un voto de silencio durante 3 sesiones para aprender la técnica.

Retribución Monje

El combate se enseña para no usarlo. Un monje realmente piadoso puede ofrecer paz, pero si es atacado, su daño hará 1 dado proporcional al daño recibido (siete daños, igual a un 1d6 de daño extra).

El golpe tiene un +2 para impactar al oponente, y si el enemigo el falla su ataque, al daño del monje se le suma +1.

Requisitos:

† Nunca atacar primero.

† Sobrevivir el golpe.

La fuerza de la vida Monje

Este potente golpe puede lograr efectos insospechados en el cuerpo. Requiere mucha maestría y no poca habilidad, pero sobretodo poner de sí mismo.

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Gasta 1 Death Point, y atacas desarmado. En vez de hacer daño, este golpe reduce la constitución del oponente momentáneamente. Tras el golpe, los siguientes tres turnos, el oponente debe lograr una tirada de Constitución o quedar paralizado. Si reduce a 0 o menos la Constitución el oponente cae inmediatamente en un estado indistinguible de la muerte y que puede sostenerse al ritmo del gasto de Death Points.

1DP Hora

3 DP Semana

5 DP Año

Requisito:

2DP Día

4 DP Mes

6 DP Lustro

† El monje debe incuestionablemente honorable y piadoso.

† Gastar 10 DP, entendiendo esta técnica.

Inquebrantable Monje

Es posible llevar el cuerpo al punto de soportar todo, pero no sin costo.

Gastando un DP, el monje puede reducir el daño de un ataque a cero, sin embargo, pierde un punto de Constitución permanente.

Requisitos:

†Haber sobrevivido a un golpe fulminante.

El puño de Narshe Monje

Este potente golpe es un acto de desesperación lanzado para derrotar a un enemigo al costo que sea.

El golpe se declara y tarda, no tiene turno de preparación, mas llegado el momento, el golpe tiene prioridad y un +4 para acertar produciendo 1d100 de daños.

Si impactó, al margen del daño el monje quedará trabado e incapaz de moverse por un turno (AC12), además perderá HP permanentes iguales a las unidades del d100. Salvo por el malestar, el siguiente turno podrá volver a atacar.

Un crítico permite lanzar el daño nuevamente, pero la unidad del nuevo daño también se reduce del HP permanente.

Requisitos:

† Debe conocer la historia del monje depravado que fue castigado por Narshe en persona.

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Módulo U:

Familias

Justice

Los Justice son una de las familias más viejas en la Alianza de Reyes, entre sus miembros ha habido fundadores de Iglesia, reyes, héroes, paladines e incluso, aunque no sea correcto decirlo; un Lyonesse. El apellido Justice trae prestigio entre el pueblo como entre la nobleza. Por ello, se espera que todos los miembros de la familia sean valientes, arrojados y generosos.

Beneficio: Todos los Justice son tratados por todos como un nivel más en la Legión o en la nobleza. Por ejemplo, basta que sea caballero para ser tratado barón, o líder para ser tratado como prefecto. Se dice que un Justice siempre puede peticionar lo que de otra manera sería imposible, como pertenecer a La Orden, a los Paladines o solicitar audiencia con el mismísimo Lyonesse.

Deshonrado: Un Justice que no viva bajo los estándares de valor y presteza es atacado por una Maldición (Amor & Muerte)

Holtz

La familia Holtz siempre se distinguió por explorar y entender a las fuerzas más allá del mundo. Desde que llegaron de las aguas, se aseguraron de mantener el conocimiento de los otros seres que no habitan ni aquí ni allá, estudiándolos para combatirlos.

Aunque se supone que fueron extintos, durante la traición de Guile, algunas familias de prestigio como los Addams, Graves, Lecarde, Morris, Schenider, Hellsing, Jahvert, Belnades, y la Belmont, “donaron” a algunos de sus miembros para crear una línea de sangre que continúe con la tradición. Así que sin sospecharlo, desde la Cuarta Era la Causa Holtz está en manos de un clan con el objetivo castigar sin miramientos a aquellos cuya carne es falsa.

Beneficio: Pueden percibir a los seres que no habitan ni aquí ni allá, (sean espíritus o demonios) y sus ataques causan +2 daños contra ellos. Tienen acceso a información sobre entidades.

Deshonrado: Al pactar con una entidad de cualquier tipo, incluido los Dioses (pero no los semidioses), pierde la fuerza de su sangre y queda como blanco de los muchos enemigos del clan.

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Las crónicas que suceden en el mundo de Bajo los días de Concordia carecen de una sola formula. Todo es posible y hay ocho o más Eras para contar la gran épica de un grupo de aventureros y las consecuencias de su paso en la Alianza de Reyes.

Este manual es lo más especializado que hay sobre los temas de ogros, los Ordenados de Demerit, los monjes de Narshe, la Nobleza y sus facultades en la tierra. Sin embargo, no son más que indicadores, hay mucho más por decir, y depende de ti y de tu mesa decirlo sin otra restricción que la coherencia.

Ninguna regla en este u otro manual pretende complicar la trama que debería ser directa y cargada de drama, por el contrario, cada una existe para proporcionar elementos que puedan de manera concordante dar más a quienes decidan usarla, no para limitar a los que no tienen esa intención.

La mini novela al principio es sencillamente un trabajo para ayudar al master a orientarse en uno de muchos tipos de historias que se pueden contar. Cuenta todas las que puedan, es lo más real que puedes dejar en alguien durante este camino que llamamos vida.

Dicho eso, no resta más que desearles buen viaje y asegurarles que nos veremos en el camino.

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Jorge Armando Ibarra Ricalde, El Master. México, Distrito Federal, 8 de Enero, 2015.

“Al Sindicato Charro de Roleros Paracaidistas Aviadores de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Azcapotzalco palapas 1 a 9, concebí el universo para ofrecer una gran crónica, ustedes la hicieron una épica, porque no saben vivir de otra manera”

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