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Prevención y combate fitosanitario

Luego de dos años de ‘relativa calma’ las alarmas fitosanitarias en el sector bananero ecuatoriano se volvieron a activar. El motivo: la confirmación de un caso de Fusarium Raza Tropical 4 (Foc RT4) en Venezuela, en enero pasado.

Este hongo es la principal amenaza de los cultivos bananeros porque provoca la marchitez de las plantas y su posterior muerte. Se transmite por tierra y fuentes de agua permaneciendo en la zona afectada por más de 30 años; y no existe fungicida para eliminarlo.

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Por estas consecuencias, Ecuador ha activado un plan de contingencia para evitar que la enfermedad llegue a las plantaciones locales, lo cual comprende medidas de prevención en las fincas productoras y acciones de control en los puntos de acceso en el país, sobre todo porque en Colombia y Perú ya se reportaron casos en 2020 y 2021, respectivamente.

Desde la Agencia de Regulación y Control Fito y Zoosanitario (Agrocalidad) aseguran que el trabajo ha sido constante, muestra de ello son las acciones del año pasado, cuando se realizó la desinfección de vehículos, maquinarias, contenedores y calzado de personas en puertos, aeropuertos y pasos fronterizos.

También se efectuaron monito - reos en musáceas, muchos de los cuales estaban dirigidos exclusivamente a Foc RT4; se atendieron alertas in situ y se tomaron muestras de tejido vegetal para análisis de fusarium, resultando todas negativas.

De parte de las fincas también se han establecido las medidas de bioseguridad, especialmente, para el ingreso del personal y de vehículos, con la desinfección de calzados, botas y neumáticos. Además, con el cuidado de las herramientas e implementos usados en las labores de campo.

Como el hongo también se traslada por fuentes de aguas, hay un mayor cuidado con el uso del líquido para el riego, y los dueños de haciendas están solicitando permisos para abrir pozos profundos a fin de captar agua subterránea.

Sin embargo, las acciones de bioseguridad representan una importante inversión para los productores, que están en el orden de 2.000 hasta 5.000 dólares por hectárea.

Resistencia al hongo

Ante el impacto que causa el Fusarium RT4 a las plantaciones, una de las medidas para contrarrestar una posi- ble devastación del sector es la siembra de variedades de banano resistentes al hongo.

La ejecución de medidas de bioseguridad en las fincas bananeras representa una importante inversión para los productores, que están en el orden de 2.000 hasta 5.000 dólares por hectárea.

En Ecuador, existen cultivos de la variedad Cavendish, la misma que es susceptible al Foc RT4. En otras partes del mundo ya comenzaron a sembrar otro tipo de banano que soporta el embate de la enfermedad.

El sector ecuatoriano también está avanzando hacia ese camino. Por ello, en abril de 2022 se realizó la importación de material de propagación de banano originario de Sudáfrica de un cultivar tolerante al hongo.

Según Agrocalidad, conforme a la normativa vigente, estas plantas importadas ingresaron a cuarentena posentrada por 12 semanas en un sitio habilitado, donde se evidenció que estaban libres de plagas de preocupación para nuestro país.

“Al momento el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), está realizando la validación del material, mediante el proceso de evaluación agronómica, de adaptabilidad, resistencia o tolerancia plagas y rendimiento”, indica el organismo de control.

José Antonio Hidalgo, director ejecutivo de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE), manifiesta que este camino es el correcto, pero se necesita probar más variedades resistentes. Por este motivo, se espera la aprobación del Comité de Semillas para otras plantas.

Moko, otro riesgo

Por ser un cultivo tropical, el banano es susceptible a varias amenazas fitosanitarias y una de ellas ya está presente en las plantaciones de musáceas en nuestro país. Se trata de la bacteria Ralstonia solanacearum Raza 2, también conocida como Moko.

La plaga puede afectar a todos los estados de desarrollo de los cultivos de banano, plátano, orito, morado y abacá. Representa un alto riesgo por la facilidad de dispersión a través de diferentes vías, no tiene cura y aumenta los costos de producción de las fincas por el manejo adicional a las plantas infectadas.

En la actualidad, hay 370 sitios de producción en 12 provincias del país donde se aplica un plan que incluye acciones de vigilancia, erradicación y control de brotes de la enfermedad.

“Con base a este plan ya establecido por Agrocalidad, INIAP se encuentra trabajando sobre el área de investigación en microorganismos benéficos que sean de ayuda en la contención y recuperación de las plantaciones de musáceas frente al Moko”, asegura el Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Acciones de control de Agrocalidad

4.279 KG de plantas o frutas de banano y plátano decomisadas durante la inspección a pasajeros y sus equipajes.

2’662.020 DESINFECCIONES de calzado de personas en aeropuertos internacionales, puertos y pasos fronterizos.

455.068 VEHÍCULOS y 585 maquinarias agrícolas usadas desinfectadas en puntos de ingreso al país.

696.723 CONTENEDORES desinfectados en los puertos ecuatorianos.

159.589 MONITOREOS de control realizadas en musáceas.

233 MUESTRAS de tejido vegetal para análisis de Foc R4T, resultando todas negativas.

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