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Claves para recuperar la competitividad
Luego de un difícil 2022, el sector bananero nacional mira al futuro y sugiere acciones para recuperar sus niveles de producción en las fincas y mejorar las condiciones de exportación para ser competitivos en el exterior.
El negocio bananero mundial es tan sensible y competitivo, que cualquier suceso relacionado incide en su normal desarrollo afectando las ventas. Así, lo vivió Ecuador en el 2022, donde la producción de sus cultivos y la exportación de la fruta cayeron drásticamente.
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Nuestro país exportó un total de 332,7 millones de cajas de banano a los diferentes mercados del mundo el año pasado. Esa cifra representó una disminución del 12,13 por ciento en com- paración con el 2021, según datos de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec).
Un desempeño negativo provocado por diversos factores, uno de ellos: el clima. Las bajas temperaturas que se registraron a partir del segundo semestre del 2022, a causa del fenómeno de La Niña, afectaron los enfundes de la fruta en las plantaciones ecuatorianas.
A ello se suma que los productores dejaron de fertilizar los cultivos o alargaron la frecuencia de los ciclos de fu- migación, a cada seis u ocho semanas, lo que incidió en el peso de los racimos, indica un informe de Acorbanec.
Esta situación se presentó por el incremento de precios de los fertilizantes a nivel global. Según el Banco Mundial, el valor promedio de la tonelada de urea en los primeros seis meses del año pasado fue de 770 dólares, lo que representó un aumento del 60 por ciento con relación al 2021.
Otro aspecto que golpeó a la producción bananera fue normativo y pro- vino desde la Unión Europea, manifiesta Marianela Ubilla, presidenta del directorio de la Asociación de Exportadores de Banano del Ecuador (AEBE).
El bloque europeo aplica un protocolo de Límites Máximos de Residuos de plaguicidas en los alimentos, a través del cual eliminó moléculas químicas que se usan en la fertilización de los cultivos de la fruta. La prohibición de esos componentes afectó la productividad de las plantaciones.
Pero los problemas no solo llegaron por el lado de la oferta de banano, sino también de parte de la demanda. Los mercados compradores registraron diversos escenarios negativos, entre los cuales, el más representativo fue el conflicto entre Rusia y Ucrania, que empujó el precio de la caja de banano a la baja.
La apreciación del dólar en el mundo también generó el encarecimiento de la fruta ecuatoriana en los diferentes mercados, mientras que nuestros países competidores sí pudieron devaluar sus monedas internamente para bajar el precio de su fruta, explica Marianela Ubilla.
A esto se suma los rezagos del COVID-19, que se reflejan en los altos precios de los fletes navieros y de ciertos insumos como el cartón y el plástico. Todos estos factores incidieron en la competitividad del banano local.
Acciones y mejoras
Ante el complejo escenario que afronta el sector, se deben buscar mecanismos de solución atendiendo los diferentes frentes.
Desde el lado de los productores, se requiere implementar una estrategia integral que permita optimizar y una mayor eficiencia en el negocio, manifiesta Leonidas Estrada, presidente de la Corporación Regional de Bananeros del Ecuador (Agroban).
Una oportunidad es aprovechar los buenos precios de la temporada alta de la fruta (se paga hasta 12 dólares por la caja) para poder recuperar las plantaciones con nutrición elemental para el cultivo.
También es necesario adoptar el concepto de agricultura de precisión
470 millones de dólares pagó por concepto de impuestos el sector bananero en 2021. Por ello, una de las acciones que se promueve es bajar la presión impositiva para lograr un precio de la caja más competitivo. en las bananeras, indica Estrada, para que el productor pueda obtener información productiva de la finca, a fin de realizar la nutrición, riego y manejo de sigatoka en el momento preciso y en el sitio específico.
De la mano, se debe implementar tecnología en las plantaciones, adoptando herramientas actuales como el Internet de las cosas, inteligencia artificial y apps que permiten aumentar la productividad de las cosechas.
Y no podemos dejar de lado a los trabajadores. “Hay que enfocarse en el capital humano para recuperarnos de las afectaciones del 2022, a través de capacitación, bonificaciones, compromiso y estabilidad en el trabajo”, agrega el titular de Agroban.
Para Ricardo Umpiérrez, presidente del directorio de Acorbanec, mejorar la productividad de las bananeras es esencial, más aún, tomando en consideración que Ecuador tiene en promedio una de las productividades más baja de banano por hectárea, en comparación con nuestros principales competidores.
Pero esta mejora debe ir acompañada de otras acciones como una reforma a la Ley. “Es impensable que un sector tan dinámico e importante se rija con una normativa de hace 20 años, ya que simplemente no se apega a la realidad del negocio y lo único que hace es fomentar la informalidad”, explica el directivo.
Un ejemplo de ello es la fijación de un precio mínimo de sustentación para la caja de la fruta, que en el presente año es de 6,50 dólares, lo cual se estableció en la Ley hace dos décadas cuando gran parte de la exportación se realizaba bajo el esquema de contratos.
En la actualidad, los mercados que compran el banano en modalidad de contrato representan alrededor del 40 por ciento de las exportaciones totales, mientras que la diferencia se comercializa en spot (que se rige por la oferta y demanda) y no hay un precio fijo.
Otro aspecto clave es la definición de una política de Estado que ayude al sector. Como primer paso, señala Umpiérrez, el Gobierno debe cumplir su rol brindando seguridad, servicios básicos y atención a las empresas de la industria bananera.
Además, el régimen debe imple-

Elementos esenciales para la competitividad
Fortalecer la seguridad para toda la cadena bananera
Aumentar la productividad en las plantaciones

Bajar la presión impositiva para el sector
Reducir los costos de producción y de exportación
Reformar y actualizar la Ley de Banano mentar decisiones que ayuden a fortalecer la participación en los mercados internacionales. “Si bien los acuerdos comerciales son necesarios y los aplaudimos, debemos ofrecer un producto a un precio competitivo para acceder a los mismos”, resalta el Presidente de Acorbanec.
Este criterio lo comparte José Antonio Hidalgo, director ejecutivo de AEBE, y asegura que hay mecanismos que se pueden aplicar para ser competitivos. Uno de ellos es el drawback (devolución de impuestos), que sirve como compensación ante la alta carga impositiva del sector. Esta normativa legal ya está aprobada, pero no se aplica por falta del reglamento de implementación.

El directivo indica que en 2021 la industria bananera pagó 470 millones de dólares al fisco y que otra forma para bajar esa presión sería la reducción del Impuesto a la Salida de Divisas en los fletes, agroquímicos, fertilizantes y equipos de agrofumigación.
También se pueden implementar jornadas laborales adaptadas a la realidad productiva de las bananeras, así como fortalecer los sistemas aduaneros y de Unibanano para aumentar la formalidad en la comercialización de la fruta.
Sin embargo, un aspecto trascendental para Hidalgo es la seguridad. “El sector viene gastando 200 dólares por contenedor en seguridad privada, eso es 72,8 millones de dólares anuales; más inspecciones intrusivas al 30 por ciento de la carga”, explica.
Por ello, expresa su desacuerdo con la disposición del Servicio Nacional de Aduana de que sea el sector exportador el que pague los 34 dólares por escaneo de cada contenedor que sale del país, lo cual representará un nuevo costo para la fruta en los mercados internacionales.

“Se confunde que los escáneres son la solución total cuando tenemos que trabajar en asegurar la cadena de valor completa. Por eso debemos dirigir los esfuerzos en la creación de una comisión pública-privada de emergencia para fortalecer rutas logísticas seguras hacia los puertos con Ecu911 y diferen-
