6 minute read

100 años de los Cursos de Cultura Católica

Next Article
BIBLIOTECA CENTRAL

BIBLIOTECA CENTRAL

El acto conmemorativo fue organizado por el Instituto de Cultura Universitaria

Palabras del Rector Dr. Miguel Á. Schiavone

Los Cursos de Cultura Católica cumplieron 100 años y, en el marco de la muestra “Volver al lugar del que nunca hemos partido”, de la artista Cristina Críscola, se celebró un acto conmemorativo el 25 de agosto en el Pabellón de las Bellas Artes de la UCA. El Rector de la Universidad, Dr. Miguel Á. Schiavone, fue quien inició el evento, con un repaso por la historia de los Cursos de Cultura Católica desde sus comienzos hasta dar paso a lo que hoy es la Pontificia Universidad Católica Argentina, destacando la importancia de la memoria histórica para entender el presente y construir el futuro. El Dr. Schiavone resaltó, en sus orígenes, al Congreso Eucarístico de 1884 y al clima de enfrentamiento entre católicos y liberales que se vivía en Buenos Aires a principios del siglo XX, que impulsó a jóvenes católicos a propagar la educación en la fe cristiana. Luego de un intento fallido de creación de una Universidad Católica, liderados por los Dres. Tomás Casares, Atilio Dell’ Oro Maini y el escritor Osvaldo Dondo, los jóvenes católicos comenzaron a reunirse en la biblioteca de Emilio Lamarca (Alsina 553) frente al paredón de la Iglesia de San Ignacio. Hasta que el 21 de agosto de 1922 comenzaron a dictarse en ese local los primeros tres cursos: Filosofía, Historia de la Iglesia y Sagradas Escrituras Con el tiempo, “los cursos se convirtieron en el hogar de la cultura católica en Buenos Aires, un verdadero espacio de encuentro de filósofos, artistas, profesores y alumnos, quienes conformaron un modelo de intelectual católico, construido a partir de personajes destacados del renacimiento católico europeo”, señaló el Rector. “Es así como, en momentos difíciles para la Iglesia argentina, un destacado grupo de laicos se mantuvo fiel a la doctrina católica y al Magisterio de la Iglesia”, agregó. Los cursos inicialmente publicaban artículos en la llamada “Hoja informativa” y más tarde en “Ortodoxia” que editó una importante doctrina de Filosofía, Teología y cultura católica. En 1946, la Santa Sede aprobó los cursos “ad experimentum”, convirtiéndolos en el Instituto Argentino de Cultura Católica y designando como director al Pbro. Dr. Luis María Echeverry Boneo. “El tiempo ya había hecho madurar a la institución que (en 1958) estaba lista para convertirse en la Universidad Católica Argentina. Monseñor Octavio Derisi, evocando el Evangelio, decía: ‘Por los frutos se conoce al árbol’, yo agregaría que ‘los frutos son producto de buenas semillas, tierra fértil, riego y sol adecuado, cuidado del campesino, tiempo, tiempo, tiempo y bendición del señor’”, prosiguió el Dr. Schiavone. “La Universidad Católica se construyó a partir de las bases y elementos que aportaron estos cursos, así como de varios hechos que dejaron su impronta en la historia de nuestro país. Hoy la universidad puede y debe ser un motor de cambio de la sociedad en la cual está inmersa”, aseguró y concluyó: “En este contexto, la UCA no solo dirige sus esfuerzos en la formación de un recurso humano ‘experto en humanidad’ integrando saberes y valores en un diálogo permanente entre ciencia y fe, también está comprometida con la res pública”. A su turno, el Vicerrector de Integración, Pbro. Gustavo Boquin, se refirió a la misión del Instituto de Cultura Universitaria (ICU), “la unidad académica responsable de la formación específicamente humanista cristiana, tanto hacia dentro como hacia fuera de la Universidad”. Hacia adentro -explicó- se ocupa de la animación y la docencia filosófica-teológica en gran parte de las carreras de grado y pregrado de la universidad, a través del “ciclo humanista cristiano” o ciclo formativo filosófico teológico; mientras que hacia afuera, se encarga de la organización de cursos, seminarios, programas, jornadas, conferencias y actividades de carácter general, que proponen la transmisión de una cultura humanista y cristiana en el diálogo entre la fe pensada, la fe vivida y la fe compartida con

los demás, a través del “ciclo de diálogos con la cultura”. En ese sentido, aseguró que “la formación integral que propone la Universidad excede largamente el aporte académico filosófico y teológico que el Instituto provee”. El Pbro. Boquin expresó el anhelo de, en este tiempo, “seguir respondiendo con fidelidad a las aspiraciones de los fundadores de los Cursos de Cultura Católica: ‘perseguir la posesión de tres elementos indispensables al progreso intelectual (…): un criterio, una armoniosa visión total y el sentimiento agudo de la responsabilidad que entraña nuestra profesión de fe católica’”. También hicieron uso de la palabra la Lic. Cecilia Cavanagh, directora del Pabellón de las Bellas Artes, quien agradeció la elección del espacio como sede de la muestra y los festejos, y el Lic. Ricardo Albelda, Secretario Académico de la Facultad de Teología de la UCA y ex director de del ICU. El Lic. Albelda señaló que “el distintivo absoluto e irrenunciable de nuestra Universidad reside en ser testimonio del amor de Dios en el encuentro con la cultura (...) sólo así seremos capaces de responder a aquel “sentimiento agudo de la responsabilidad que entraña nuestra profesión de fe católica” (según decían los jóvenes de los Cursos) o bien, lisa y llanamente, a aquel llamado evangélico de ser sal de la tierra y luz del mundo. Y esta Argentina, que tanto nos duele pero que tanto queremos, lo necesita con urgencia”. El cierre estuvo a cargo del Mg. Pablo Blanco, actual director del ICU, quien agradeció a los presentes y entregó distinciones a autoridades de la universidad, a personalidades que formaron parte de la historia de los Cursos y a los directores eméritos del Instituto. Blanco sintetizó el legado de los cursos en siete valores: gratitud, ideal de fraternidad, sentido de renuncia, perseverancia, ejercicio del diálogo con la Cultura y del diálogo intergeneracional, compromiso con su época y una identidad católica universal, para luego destacar el perfil mariano de la celebración y del ideal de los fundadores de los Cursos. “Nos toca celebrar y recordar, hacer memoria agradecida de estos Cursos de Cultura Católica en el edificio Santa María de la UCA, con lo que María significa para nosotros los cristianos, en su humildad; en sus elecciones aún en el dolor; en elegir siempre estar en un segundo plano para que Jesús sea el que esté en primer plano; en el ser “casa”, para engendrar los hombres y mujeres nuevos que la Universidad Católica se propone. Creo que hoy, nuevamente, los fundadores de los Cursos de Cultura Católica nos invitan a ser María: gestar esta vida nueva que nace y que nuestro país necesita”, compartió.

Además de autoridades de distintas facultades e institutos de la UCA, estuvieron presentes el abogado Ignacio Casares, nieto del jurista Tomás Casares, una de las figuras salientes de los Cursos de Cultura Católica desde su fundación; Monseñor Alberto Bochatey OSA, secretario general de la Conferencia Episcopal Argentina; Claudia Carbajal, presidenta de la Acción Católica Argentina; Daniel Martini, ex vicepresidente nacional de la Acción Católica y ex director del Departamento de Laicos (Deplai) de la Conferencia Episcopal; Gustavo Vivona, del Centro Latinoamericano de Evangelización Social (Cladees); Rubén Campos, de la Universidad Fasta; el periodista José María Poirier, director de la revista Criterio; el ingeniero Eduardo Woites, administrador de la agencia AICA; y el Dr. Jorge Rouillon, presidente del Club Gente de Prensa.

Distinciones entregadas a quienes formaron parte de la historia de los Cursos de Cultura Católica

This article is from: