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INSTITUTO PARA EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
En el año de San José, ¡vayamos a José!
Por Mg. Alejandra Planker de Aguerre (*)
El Papa Francisco ha querido dedicar este año a San José, esposo de María y padre terrenal de Jesús. Para esto nos ha regalado una carta “Patris corde”, “Con corazón de padre”, para celebrar los 150 años de la declaración, por el papa Pío IX, de San José como Patrono de la Iglesia Universal. Esta conmemoración se inserta también en el año de la familia “Amoris laetitia”. No hay duda de que la intención de Francisco es resaltar cuán necesario es volver la mirada y el corazón a la familia, más aún en estas circunstancias tan difíciles en las que la contención, acompañamiento, presencia de la familia nos permiten sobrellevar la incertidumbre de cada día. Vayamos a San José… Podemos pensar en algunas cualidades de San José que nos hablan a cada uno de nosotros. San José es el santo del silencio elocuente. Su silencio habla, no por lo que dice, sino por sus obras. Y si bien podemos hablar de San José como padre trabajador que enseñó su oficio a Jesús, señalando el valor de la tarea bien hecha, de la honestidad, del buen trato con los otros, y como padre que enseñó a rezar a su hijo, llevándolo a la sinagoga, cumpliendo con los ritos religiosos, hay una virtud que ilumina a todas las demás: la obediencia. A José, Dios le pidió una misión: que sea el padre de su Hijo. Que lo inserte en una comunidad. Le pidió una familia. José aceptó, al principio con temor, pero si había alguna duda, se diluyó con su “obediencia operativa”. San José escuchó y respondió inmediatamente. Obedecer es escuchar al que está enfrente. La obediencia es la capacidad de “ob-audientia”: audiencia, escucha de lo que tengo frente a mí. Y la escucha de San José es activa, operativa, se pone en acción para dar, como María, su esposa y madre de su Hijo, un sí inmediato a Dios. Con esta obediencia que es amor y fe, San José se hizo cargo de la paternidad y del misterio que habría de regenerar a toda la humanidad. San José junto a María permitieron la redención de la humanidad. Y su primer acto de obediencia fue aceptar a María que esperaba un hijo que no era propio, luego salvar a su familia, sin dilación, yendo a Egipto, volviendo a Nazareth… Y José acompañó a su familia en un segundo plano, sin protagonismos, en silencio. Dice el Papa Francisco que es un padre en la sombra, pero en la sombra de Dios Padre. José es la sombra del Padre porque lo evoca y también está a la sombra del Padre, como refugio seguro y modelo firme. En silencio San José nos muestra que la vocación no se elige, la vocación se nos da. Dios nos llama a cada uno personalmente, y lo que hacemos es responder, o no, a ese llamado. Pidámosle a San José que nos dé el oído y corazón atentos al llamado que Dios nos hace. Y si es mantenernos en la sombra, un tanto ocultos, aceptar ese lugar, porque estamos bajo el amparo de la sombra de un Padre Creador, que nos quiere y nos acoge tal como somos. Y que sea una escucha obediente y operativa, para no entretenernos en dudas o temores, sino confiando en que, si a Dios lo dejamos hacer, vamos a encontrar el camino.
(*) Directora del Instituto para el Matrimonio y la Familia
Gabinete de Acompañamiento y Orientación Familiar
El Gabinete de Acompañamiento y Orientación Familiar propone, desde 2013, brindar herramientas para que las familias puedan descubrir y fortalecer sus propios recursos y elaborar nuevas estrategias que les permitan atravesar distintas situaciones vitales. Se trata de un proceso sistemático de ayuda, cuyo fin es facilitar la dinámica positiva del sistema familiar, la solución de los problemas, el fortalecimiento de los vínculos entre sus miembros y la toma de decisiones. Se centra en orientar, acompañar y promover a la familia a descubrir sus propios recursos. Hay infinidad de situaciones que se acercan a consultar, por ejemplo, sobre la comunicación familiar, conflictos entre padres e hijos, los estudios de los hijos, la vida universitaria, las salidas, los permisos, los acuerdos familiares, crisis conyugales o de pareja, afrontar situaciones adversas que puedan irrumpir en la familia, duelos o enfermedades. Sin embargo, el poder entrenar la mirada con una visión positiva cuando surgen problemas, siempre es una oportunidad de crecimiento. Tampoco podemos ignorar la pandemia que atravesamos, que es un desafío para nuestras familias al que muchas veces cuesta responder, por el aislamiento, distanciamiento, cuidado extremo, la convivencia 24x7, estados de ánimo o emociones cambiantes. La dinámica familiar cambió. Ante esto, a veces, no es fácil caminar solo. Por eso, el lnstituto ofrece este Gabinete, un servicio abierto y gratuito a toda la Comunidad UCA, sabiendo que es un valor diferencial que ofrece la Universidad para nuestros alumnos, empleados de todas las áreas, docentes y sus familias. Por Marcela B. C de Bonadeo, orientadora familiar y licencia en Ciencias para la Familia
Curso de Visión Positiva del Conflicto
La mujer y su cuerpo
En junio, el Instituto para el Matrimonio y la Familia volvió a dictar el Curso de Visión Positiva del Conflicto, en el que se abordan estrategias para transformar los conflictos familiares en desafíos y oportunidades de crecimiento. Los conflictos son parte de la vida. Desde nuestro abordaje como orientadoras familiares, siempre buscamos focalizar en esta visión positiva, que no busca negar las dificultades que aparecen sino poder transitarlas de la mejor manera posible. Sin duda, la pandemia del Covid-19 tuvo su impacto en los conflictos familiares. La cotidianeidad se vio ante la necesidad de reacomodarse: espacios de trabajo, escolaridades virtuales, limitaciones en lo social o actividades extra, reacomodamiento de roles y funciones, problemas económicos. En este contexto, pudieron aparecer nuevos conflictos o agudizarse los ya existentes en la pareja, con los hijos, con los padres, en las relaciones laborales, en el cuidado de nuestra propia salud o con los adultos mayores, entre otros. Los conflictos familiares no tienen una respuesta única y estática, y a veces ni siquiera es posible encontrar una solución, sea por su complejidad o porque no depende únicamente de nosotros. Por eso, la clave está en poner el foco en el proceso: aprender a escucharnos, crecer en poder acordar en las diferencias. Y así, forjar hábitos que permanezcan. Finalmente, qué privilegio poder darle un sentido trascendente a la adversidad, y elevar nuestra mirada a lo Alto, con esperanza y con confianza, con la certeza de que cada crisis es una oportunidad de crecimiento personal y familiar. Por María de las Mercedes Gontán, abogada, mediadora y orientadora familiar
En este año en que se celebra la Jornada Internacional de los Abuelos, el Instituto para el Matrimonio y Familia organizó el curso “Familia y Ancianidad. Animarse a dar vida a los años. Desafío y oportunidad”. La actividad fue virtual y se realizó entre mayo y junio con la coordinación de María Inés Passanante y la participación de los docentes Viviana Massot, Dides Hernández Silvera, Marcela Bonadeo, Zelmira Bottini de Rey, Isabel Curat y María Elisa Petrelli. El curso tuvo por objetivos valorar el sentido y dignidad de los adultos mayores, reconocer su capacidad de dar, y ofrecer propuestas para la realidad de esta etapa de la vida. El programa se desarrolló en ocho encuentros semanales por Zoom y comprendió dos módulos. El primero se refirió a la psicología y a las funciones cognitivas en la ancianidad, mientras que el segundo se orientó a fortalecer los vínculos familiares y la comunicación intergeneracional y a reflexionar sobre la riqueza de los años, lo que los mayores pueden dar y su espiritualidad. La modalidad virtual hizo posible contar, además, con alumnos de la provincia de Entre Ríos y de Corrientes.
“No sólo es distinto el cuerpo de uno y otra, sino que lo es la relación de cada uno con su cuerpo... La mujer tiene una relación más próxima con el propio cuerpo; incluso en sentidos plenamente objetivos y muy elementales, depende más de su cuerpo, está más inmediatamente condicionada por él que el hombre. Está más inmersa en su corporeidad, más afectada por ella. Algunos aspectos de la vida masculina son ‘neutros’ respecto de su corporeidad... La mujer como tal, quiero decir la persona femenina, está siempre presente en su cuerpo, que es, en grado mayor que el del hombre -siempre se trata de grados- un cuerpo personal. Julián Marías, “La mujer en el siglo XX”, Madrid, Editorial Alianza, 1980, p. 143. Para recuperar esa cercanía con el propio cuerpo que menciona Julián Marías, el Instituto propone el trayecto formativo en torno a la fertilidad, un curso que brinda la posibilidad de conocer, reconocer y valorar la capacidad de dar la vida. Descubrir y comprender los procesos que se dan en la mujer le permite tener una relación más cercana consigo misma, y lograr así una mayor autonomía y autoestima. La fertilidad de la mujer es un don que necesita ser redescubierto en medio de una mirada que la ha desvalorizado. Este aprendizaje es un camino que le permite descubrir la belleza y la riqueza de su ciclicidad, que es acotada en años (desde la menarca hasta la menopausia) y en días en cada ciclo menstrual. El aprendizaje puede hacerlo fácilmente toda mujer en edad fértil. Sólo se necesita la disposición para escuchar cómo su cuerpo se expresa a través de señales y llevar un registro diario a lo largo del ciclo. Este conocimiento, además, le permite llevar un control de salud ginecológica. El curso está conformado por los módulos de Reconocimiento de la Fertilidad, Métodos de Planificación Familiar Natural y Métodos Anticonceptivos con una duración de un mes cada uno. En el módulo de Métodos Naturales se desarrollan todos los métodos de planificación familiar natural, explicando con detalle el método sintotérmico y su aplicación. El módulo de Métodos Anticonceptivos brinda información valedera y actualizada sobre todos los métodos anticonceptivos, sus mecanismos de acción, efectos adversos y efectividad.
Curso de Preparación Inmediata al Matrimonio
En el Instituto para el Matrimonio y la Familia de la UCA se dictan los cursos de preparación para el matrimonio desde hace más de 14 años, con el fin de que los novios asuman con compromiso y entusiasmo la preparación a su vocación del matrimonio. El curso está destinado a novios con proyecto matrimonial y se les entrega un certificado para presentar en las parroquias. Los temas centrales son proyecto de vida, sexualidad y procreación responsable y Sacramento. Como ejes transversales se tienen en cuenta el amor conyugal: diferente modo de vivirlo entre el varón o mujer, y la comunicación en el matrimonio: dificultades y riquezas. Con el matrimonio empieza una vida en común diferente de la mera convivencia. Se trata de una comunión entre un varón y una mujer que a partir de ese momento comienzan a concretar juntos el proyecto de vida madurado desde el noviazgo. El Papa Francisco asegura que “la sexualidad no es un recurso para gratificar o entretener, ya que es un lenguaje interpersonal donde el otro es tomado en serio, con su sagrado e inviolable valor”. De ninguna manera –advierte- podemos entender la dimensión erótica del amor como un mal permitido o como un peso a tolerar por el bien de la familia, sino como don de Dios que embellece el encuentro de los esposos. La celebración del Sacramento manifiesta el significado profundo del matrimonio. Su momento decisivo es el consentimiento, libre entrega y recepción del otro, de toda su persona, en toda circunstancia y para toda la vida. Como todo Sacramento otorga gracia. En este caso la gracia es la presencia de Dios en la vida matrimonial. Para recibir esta gracia es necesario la apertura de corazón, conscientes de que Dios que es Amor es el principal interesado en que este amor se fortalezca, se comunique a los hijos y les enseñe también a amarse entre sí. Es necesario ayudar a los novios para que puedan conversar sobre lo que cada uno espera de su matrimonio, de lo que se desea del otro, del tipo de vida en común que se quisiera proyectar. Es sumamente beneficioso detectar las señales de peligro que podría tener la relación, para encontrar antes del casamiento diferentes herramientas que permitan afrontarlas con éxito. Los encuentros son dados por diferentes matrimonios y por el Padre Néstor de Gregorio. El próximo curso será vía Zoom y comienza el martes 24 de agosto. Para anotarse escribir a matrimonio_familia@uca.edu.ar.
Proyecto Esperanza
El aborto no solamente destruye la vida del niño no nacido, sino que también deja un sendero de dolor y destrucción de vidas, familias y relaciones quebrantadas. La realidad dolorosa de mujeres y varones que pasaron por la situación de un aborto motivó la implementación del Proyecto Esperanza. Proyecto Esperanza es un programa de acompañamiento, realizado para mujeres y varones que han experimentado la pérdida de un hijo antes de nacer, especialmente por un aborto provocado y sufren las secuelas posabortos. En la actualidad, la red de acompañantes de Proyecto Esperanza funciona en 13 países de América. Año tras año se siguen formando equipos de acompañantes para dar respuesta a cientos de mujeres y varones que sufren por la pérdida de su hijo no nacido y buscan sanar esa herida. Desde 2012, el Instituto para el Matrimonio y la Familia de la UCA ofrece capacitación y educación continua a los acompañantes. Muchas de las personas que acompañamos en este proceso de sanación, señalan sentir una muerte interior, pérdida del sentido de la vida, o un dolor insoportable de llevar adelante. Se brinda atención pastoral en un ambiente de confianza, amistad y confidencialidad. Nuestra meta es ayudar a reconocer y transitar este dolor, pues sólo desde allí se podrá alcanzar el perdón y la paz. Este proceso se logra con la ayuda de profesionales capacitados, y a través de una acogida empática, dentro de un marco de comprensión y confidencialidad. De este modo, se busca resignificar el dolor, abriendo el corazón al amor de su hijo. El acompañamiento es sin fines de lucro y consiste en encuentros individuales y con respeto hacia los diferentes credos. Como el nombre del programa lo indica, este le devuelve una luz de “Esperanza” en sus vidas. El programa busca ayudar a las personas a dar una “identidad” a su hijo, a “humanizar” a aquel que han tenido que deshumanizar al abortar, a recolocarlo emocionalmente y vincularse con él como madre-padre de un hijo que se encuentra en brazos de Dios. Desde el Instituto para el Matrimonio y la Familia UCA, se brindan capacitaciones para futuros agentes de pastoral en Sanación Posaborto (“Proyecto Esperanza”) y espacios de covisión, y responde así mismo a los pedidos del interior del país, para ir formando agentes de pastoral en otras diócesis. La última capacitación realizada ha sido en la ciudad de La Plata. Para solicitar ayuda, se puede escribir a proyectoesperanza.ar@gmail.com o llamar al 011 15 65075843. La atención es gratuita, individual y confidencial.