5 minute read

Responsabilidad social y el compromiso del diseño con la sociedad

18 RESPONSABILIDAD SOCIAL y compromiso del diseno con la sociedad

Mtra. Claudia De Valle Romero

Advertisement

La responsabilidad social debe ser un compromiso asumido por los diseñadores como parte de su formación. El profesional del Diseño está obligado a responder desde sus habilidades y recursos teóricos, metodológicos y prácticos, apoyando los esfuerzos que actualmente realizan los organismos no gubernamentales, en vías de construir una sociedad mejor desde la comunicación, el objetivo manejo de información y la educación.

Ciertos enfoques de la enseñanza del Diseño Gráfico, han insistido en considerar a los distintos elementos del proceso de diseño como si fuesen los de un proceso de comunicación1 tradicional: emisor (cliente-diseñador), mensaje (lo diseñado) y receptor (usuario), esto con la intención de que los diseños “dialoguen” con sus usuarios, que les sean útiles y significativos.

Hacia finales de los años 60 y principios de los 70 se consolidaron los estudios de Diseño Gráfico a nivel licenciatura para formar diseñadores y se confirió mucha atención a identificar los atributos del nuevo profesional: su perfil, su quehacer, sus habilidades y destrezas.

y compromiso del diseno con la sociedad

En los años 80 ese interés se desplazó a los propios diseños y productos como protagonistas: las formas, los materiales, el “impacto visual”, la combinación de técnicas y tecnologías, entre otros aspectos.

Durante la década de los 90 y hasta nuestros días finalmente se ha logrado ubicar al proceso de diseño en las experiencias2 de uso y de consumo, con una particular consideración del usuario final.

Aún así, esta atención sobre la relevancia del usuario no acaba de ser entendida como un verdadero compromiso con la sociedad, en la que el diseño podría incidir para mejorar la vida de las personas y su comunidad, en un nivel local, nacional y global. Pareciera que la experiencia del usuario con los productos de diseño solo está pensada como parte de una serie de acciones automáticas inmersas en una sociedad de consumo, en la que el diseño se ve más como mercancía.

Es claro que en esta sociedad de mercado la responsabilidad del diseñador está entendida como una respuesta inmediata a la demanda de un público cuyas exigencias no tienen que ver con la funcionalidad, la sustentabilidad, la durabilidad y la calidad de los objetos, sino más bien con la moda, lo efímero y lo aspiracional, la obsolescencia programada.

Jorge Frascara (2000)3 habla de las distintas responsabilidades del diseñador: • Responsabilidad profesional (que tiene el diseñador ante su cliente y su público para la creación de mensajes detectables, discriminarles, atractivos y convincentes); • Responsabilidad ética (crear mensajes que apoyen valores humanos básicos); • Responsabilidad social (para elaborar mensajes que hagan una contribución positiva a la sociedad); • Responsabilidad cultural (en la propuesta de objetos que contribuyan al desarrollo cultural).

En estas caracterizaciones de la responsabilidad se puede leer claramente un compromiso social. El Diseño se vuelve un acto político porque incide en la vida de las personas y debe entonces asumir su responsabilidad con la cultura y la sociedad de su tiempo, lugares y circunstancias. Lo que a principios de este siglo puede presentarse como una propuesta utópica, ahora debe ser asumido como una obligación ética.

El complejo orden social que rodea actualmente al diseño no puede conformarse con propuestas de diseño que respondan únicamente al consumo de masas. El diseño tiene el deber de resolver problemáticas más ampliamente, para mejorar la calidad de vida de sus usuarios.

Por lo anterior el compromiso social debe ser un supuesto en la enseñanza del diseño en escuelas públicas y privadas, en un contexto que demanda un trabajo de diseño ínter, multi y transdisciplinario, como una posibilidad real de transformar de manera colectiva y ordenada los difíciles retos impuestos por la globalización. En su libro El Diseño Gráfico en el espacio social4 Alejandro Tapia (2004) argumenta la importancia del diseño en el ámbito cultural y social actual desde los distintos discursos en los que el diseño interviene en la vida cotidiana. Por supuesto, estos discursos no solo tendrían que estar dirigidos al consumo sino asumir su responsabilidad democrática con la educación, la información y la comunicación, incidir en las distintas problemáticas sociales que impactan la vida cotidiana de esta sociedad.

Algunas propuestas que ejemplifican esta incursión más comprometida del diseño con los movimientos sociales contemporáneos pueden hacerse desde el trabajo compartido con múltiples organismos no gubernamentales (ONG), asociaciones filantrópicas, instituciones de asistencia pública y otros espacios y colectivos cuyos esfuerzos están dirigidos a capacitar, informar y educar a la sociedad en temas de actual trascendencia como los derechos humanos, la trata de personas, la participación ciudadana, los derechos económicos, sociales y culturales, autonomía y defensa

de los territorios de los pueblos, el discurso y las acciones para el cuidado la protección del medio ambiente, el desarrollo sustentable desde las necesidades de las distintas comunidades, cuestiones de género, derechos de los migrantes y otras muchas discusiones cuyo propósito es la construcción de una sociedad mas justa, equitativa.

El Diseño Gráfico como acto político requiere de sus profesionales una visión comprometida con el bienestar de su entorno, una actitud decidida para involucrarse en las problemáticas complejas de este país y una disposición absoluta al trabajo con otros profesionales, para lograr el bien común.

Notas

1 Considerar el Diseño Gráfico como un proceso de comunicación es una propuesta de Daniel Prieto Castillo, trabajada en México concretamente en la UAM Azcapotzalco durante la década de los 80, esta visión se expresa ampliamente en su libro Diseño y

Comunicación de Ediciones Coyoacán.

2 PRESS, Mike y Rachel Cooper, El diseño como experiencia. El papel del diseño y los diseñadores en el siglo XXI, Gustavo Gili, 2009.

3 FRASCARA, Jorge, Diseño gráfico para la gente. Ediciones Infinito,

Buenos Aires, 2000, p.p. 33 a 74.

4 TAPIA, Alejandro, El Diseño gráfico en el espacio social, Ediciones

Designio, México, 2004

This article is from: