La inflación, la criminalidad, la inseguridad, los alquileres desorbitados y sin regulación, los precios de los servicios, la imposible canasta familiar y los flujos inmigrantes sin control han obligado a una masiva migración de inmigrantes a estados cercanos menos caros. Tras la pandemia, muchas cosas cambiaron: Los que pueden trabajar no quieren trabajar, mientras los que no quieren trabajar no pueden trabajar.
La gentrificación avanza a pasos agigantados por la Roosevelt, mientras el hacinamiento en los apartamentos es obligatorio para subsistir.