Hoja parroquial Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 43 • XXIX Domingo Ordinario, Ciclo B • 21 de Octubre de 2012
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
DOMUND: Domingo cuestionante de Nueva
S
Evangelización
e sigue desarrollando, en Ciudad del Vaticano, el Sínodo convocado por Benedicto XVI para hablar de la Nueva Evangelización, en donde participa, como Presidente Delegado, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara. No puede haber una coincidencia mejor en la celebración del Domingo Mundial de las Misiones (DOMUND), aspecto íntimamente ligado a la Nueva Evangelización. Si queremos cumplir con el designio salvífico de Jesucristo, no se puede estancar el anuncio de su Palabra a lo mismo que hemos desarrollado siempre. Desde que se escucharon, en labios de Jesús, las palabras: “Vayan por todo el mundo y anuncien el Evangelio a todas las Naciones, bautizándolas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, estaba implícito el compromiso de hacer cumplir su mandato no sólo de una forma geográfica, “a todo el mundo”, y “a todas las Naciones”, sino que esta universalidad abarcaba también a las formas. Los contenidos ya están establecidos y no cambian. Lo que sí se va adecuando son las culturas; las de aquel tiempo y las de ahora, y las de todos los tiempos. Y cada pueblo requiere de una inculturación propia, adecuada, eficaz, permanente, trascendente, real, verdadera. Pero para que se pueda dar ésta, es necesario que el misionero, el creyente, todo bautizado, adecúe con su iniciativa y creatividad, el mensaje que a su vez ha recibido y que no debe quedarse en él. De esto estamos hablando, en parte, cuando hablamos de Nueva Evangelización. Requiere seguir haciendo misión en todas las gen-
tes, pero con nuevas formas, nuevas expresiones y, sobre todo, nuevo ardor, porque esto implica una actitud diferente que, la verdad, no vemos en todos los creyentes. Es más, son pocos los bautizados que asumen esto como propio. Y mientras tanto, se nos siguen quedando fuera de la Iglesia, con su obra salvadora (sanadora y santificadora), amplios sectores a los que, parece, tememos llegar, como son los artistas, los políticos, los descreídos, los bautizados que se han alejado de la Iglesia porque no entienden su situación (como por ejemplo: divorciados, divorciados vueltos a casar, en crisis matrimonial, etc.). ¿Ya están fuera de la Iglesia? ¿Qué acaso no están en situación de privilegio como destinatarios de la misión? ¿No es para ellos la Nueva Evangelización? Quedarse en la comodidad de la fe privada, personal, es estancar y disminuir las palabras de Jesús. Y hacerlo siempre de la misma forma es echar a perder el potencial de la acción renovadora que el Señor imprimió en sus Apóstoles, que ellos entendieron, y que nosotros tenemos la obligación de continuarlo. Sin duda que ahora tenemos recursos más amplios para que el Evangelio llegue a todas las personas. ¿Cuántas maravillas no estaría haciendo Jesús con todas las posibilidades que ofrecen, ahora, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación?, por decir un caso. Nuestra participación, cada domingo, en la Eucaristía, debe ser el mejor estímulo para que, cuando escuchemos al final: “la Misa ha terminado”, entendamos que, al mismo tiempo, la misión –para el bautizado– está re-comenzando cada semana. 1