
Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
XXI Domingo Ordinario, Ciclo C 24 de agosto de 2025 NO. 34
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019 INDA-04-2007-103013575500-106





¿Serán pocos
Esión, desapego, humildad.
Sin letargos ni retrasos


los que se salven?
n el Evangelio de este domingo (Lucas 13, 22-30) alguien le pregunta a Jesús: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?”. Y la respuesta del Maestro no es una cifra ni una fórmula, sino una llamada urgente al corazón: “Esfuércense por entrar por la puerta estrecha”.
Calidad más que cantidad
La pregunta parece muy lógica. Todos queremos saber “cuántos” entrarán al Reino.
Pero Jesús nos lleva a mirar en otra dirección: en lugar de preguntarnos cuántos, nos invita a preguntarnos cómo.
No se trata de un pasaporte automático, ni de una salvación por pertenencia social, familiar o religiosa. Es una respuesta personal y comprometida. Jesús nos habla de una “puerta estrecha”, una imagen que incomoda, porque implica esfuerzo, conver-
La fe no es un adorno, sino un camino de transformación interior. No basta con decir “yo te conozco, Señor”, ni con haber escuchado su Palabra alguna vez. Él advierte con firmeza: “Muchos querrán entrar y no podrán”. ¿Por qué? Porque no vivieron según el corazón de Dios.
Porque se acostumbraron a una religiosidad superficial, de palabras, pero no de vida. Porque dejaron para después lo esencial.
Este evangelio es una llamada a despertar. Nos recuerda que la salvación no se hereda ni se presume. Se acoge como don y se cultiva con fidelidad. La puerta estrecha no es una trampa ni una condena: es la entrada a la verdadera libertad, a la vida en plenitud que brota del amor concreto, del perdón ofrecido, del servicio silencioso, de la cruz abrazada con fe.
La puerta está abierta para todos
Es también una palabra de esperanza. Jesús termina con una promesa que rompe nuestros esquemas: “Vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios”. La salvación es universal, abierta a todos los que, con corazón sincero, buscan al Señor y hacen su voluntad, incluso si parecen últimos. Hoy, el Señor nos interpela con amor: ¿y tú, por qué puerta quieres entrar? ¿Estás viviendo una fe cómoda o una fe que transforma tu vida? No tengamos miedo de la puerta estrecha: es el paso hacia la alegría eterna. El Reino no es para los que aparentan, sino para los que aman. Caminemos con confianza, con los ojos en el Cielo y los pies firmes en el Evangelio.




De pie
Señor Dios, que unes en un mismo sentir los corazones de tus fieles, impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a desear lo que prometes, para que, en medio de la inestabilidad del mundo, estén firmemente anclados nuestros corazones donde se halla la verdadera felicidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
PRIMERA LECTURA
Del libro profeta Isaías 66, 18-21


Sentados
Esto dice el Señor: “Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua. Vendrán y verán mi gloria. Pondré en medio de ellos un signo, y enviaré como mensajeros a algunos de los supervivientes hasta los países más lejanos y las islas más remotas, que no han oído hablar de mí ni han visto mi gloria, y ellos darán a conocer mi nombre a las naciones.
Así como los hijos de Israel traen ofrendas al templo del Señor en vasijas limpias, así también mis mensajeros traerán, de todos los países, como ofrenda al Señor, a los hermanos de ustedes a caballo, en carro, en literas, en mulos y camellos, hasta mi monte santo de Jerusalén. De entre ellos escogeré sacerdotes y levitas”. Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Del salmo 116


Sentados
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Que alaben al Señor todas las naciones, que lo aclamen todos los pueblos
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
Porque grande es su amor hacia nosotros y su fidelidad dura por siempre.
R. Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio.
SEGUNDA LECTURA
De la carta a los hebreos 12, 5-7. 11-13


Sentados
Hermanos: Ya se han olvidado ustedes de la exhortación que Dios les dirigió, como a hijos, diciendo: Hijo mío, no desprecies la corrección del Señor, ni te desanimes cuando te reprenda.
Porque el Señor corrige a los que ama, y da azotes a sus hijos predilectos. Soporten, pues, la corrección, porque Dios los trata como a hijos; ¿y qué padre hay que no corrija a sus hijos?
Es cierto que de momento ninguna corrección nos causa alegría, sino más bien tristeza. Pero después produce, en los que la recibieron, frutos de paz y de santidad.
Por eso, robustezcan sus manos cansadas y sus rodillas vacilantes; caminen por un camino plano, para que el cojo ya no se tropiece, sino más bien se alivie. Palabra de Dios.
ACLAMACIÓN ANTES
DEL EVANGELIO Jn 14, 6
R. Aleluya, aleluya
Yo soy el camino, la verdad y la vida; nadie va al Padre, si no es por mí, dice el Señor. R. Aleluya.

EVANGELIO
Lectura del santo Evangelio según san Lucas 13, 22-30




EnDe pie
aquel tiempo, Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos, mientras se encaminaba a Jerusalén. Alguien le preguntó: “Señor, ¿es verdad que son pocos los que se salvan?” Jesús le respondió: “Esfuércense por entrar por la puerta, que es angosta, pues yo les aseguro que muchos tratarán de entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante de la mesa y cierre la puerta, ustedes se quedarán afuera y se pondrán a tocar la puerta, diciendo: ‘¡Señor, ábrenos!’ Pero él les responderá: ‘No sé quiénes son ustedes’.
Entonces le dirán con insistencia: ‘Hemos comido y bebido contigo y tú has enseñado en nuestras plazas’. Pero él replicará: ‘Yo les aseguro que no sé quiénes son ustedes. Apártense de mí, todos ustedes los que hacen el mal’. Entonces llorarán ustedes y se desesperarán, cuando vean a Abraham, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, y ustedes se vean echados fuera.
Vendrán muchos del oriente y del poniente, del norte y del sur, y participarán en el banquete del Reino de Dios. Pues los que ahora son los últimos, serán los primeros; y los que ahora son los primeros, serán los últimos”. Palabra del Señor.
ORACIÓN DESPU É S DE LA COMUNIÓN




De pie
Te pedimos, Señor, que la obra salvadora de tu misericordia fructifi que plenamente en nosotros, y haz que, con la ayuda continua de tu gracia, de tal manera tendamos a la perfección, que podamos siempre agradarte en todo. Por Jesucristo, nuestro Señor.




Virtudes Cardinales (2) Fortaleza y templanza
1808 La fortaleza es la virtud moral que asegura en las dificultades la firmeza y la constancia en la búsqueda del bien. Reafirma la resolución de resistir a las tentaciones y de superar los obstáculos en la vida moral. La virtud de la fortaleza hace capaz de vencer el temor, incluso a la muerte, y de hacer frente a las pruebas y a las persecuciones. Capacita para ir hasta la renuncia y el sacrificio de la propia vida por defender una causa justa. “Mi fuerza y mi cántico es el Señor” (Sal 118, 14). “En el mundo tendréis tribulación. Pero ¡ánimo!: Yo he vencido al mundo” (Jn 16, 33).
1809 La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad. La persona moderada orienta hacia el bien sus apetitos sensibles, guarda una sana discreción y no se deja arrastrar “para seguir la pasión de su corazón” (cf Si 5,2; 37, 2731). La templanza es a menudo alabada en el Antiguo Testamento: “No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena” (Si 18, 30). En el Nuevo Testamento es llamada “moderación” o “sobriedad”. Debemos “vivir con moderación, justicia y piedad en el siglo presente” (Tt 2, 12).
Catecismo de la Iglesia Católica

GLORIA
Gloria a Dios en el Cielo, y en la Tierra paz a los hombres que ama el Señor.
Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso Señor, Hijo único, Jesucristo.
Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica; tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo en la gloria de Dios Padre. Amén

P FESIÓN DE NUESTRA FE
Creo en Dios, Padre todopoderoso, Creador del Cielo y de la Tierra. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos; al tercer día, resucitó de entre los muertos, subió a los Cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén
Padre, ¿puedo
grabar mi Confesión con el celular?
Enuna ocasión un joven me preguntó: “Padre, ¿puedo grabar mi Confesión con el celular?”. Yo le pregunté: “¿Para qué quieres grabar tu Confesión?”. Él me respondió: “Porque quiero recordar los consejos que me dan en la Confesión y para que no se me olvide la penitencia”. Entonces yo le dije: “Si bien la Iglesia no tiene disposiciones acerca del uso de dispositivos de grabación en el confesionario, sí desalienta o prohíbe tácitamente la grabación de la
Confesión, por razones graves, como son:
• Sigilo sacramental: La Confesión es absolutamente confidencial.
• Ambiente de oración y recogimiento. Durante el Sacramento de la Confesión, el penitente debe encontrarse en un ambiente de reflexión y recogimiento.
• Seguridad de la información. Los dispositivos electrónicos, como los celulares, pueden ser hackeados o pueden ser robados o extraviados.
• Protocolo en algunos templos. En algunas iglesias y en algunas Diócesis, se prohíbe de forma específica el uso de
celulares en el confesionario, tanto para grabar como para tomar notas.

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