Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º40 • XXVII DOMINGO ORDINARIO, Ciclo A
4 de Octubre de 2020
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La viña del amor
as Lecturas de este domingo, tanto la canción de la viña del libro de Isaías como la parábola del Evangelio, nos presentan el fiel retrato de nuestra vida, de nuestra relación con Dios y con la realidad que nos rodea. Los profetas, en este caso Isaías, utilizan el mismo lenguaje narrativo para llevarnos suavemente a confrontarnos y descubrir, por nosotros mismos, cuál es nuestra verdadera situación y qué valoración hemos de hacer de ella. Si leemos atentamente la canción de la viña, si oímos seriamente la parábola de hoy, descubrimos que se trata de nosotros mismos, de nuestra propia historia, ya que hemos recibido de Dios, una serie de posibilidades que no hemos sabido aprovechar. Con un lenguaje alegórico y sugestivo somos expuestos insensiblemente, se presentan todas las circunstancias de nuestra vida, vistas desde Dios, desde la realidad, desde la verdad. Lo hemos recibido todo, hemos sido cuidados amorosamente por Dios, recibimos talentos, posibilidades y lógicamente, se nos ha pedido a cambio, una respuesta que no es otra cosa que la utilización de esas posibilidades. Nuestra respuesta ha sido deficiente, desagradecida; muchas veces rebelde. Podemos llegar a esta conclusión por medio de nosotros mismos si sabemos oír la Palabra de Dios. Esto nos lleva a un punto que cada uno ha de resolver personalmente. Estamos ante Dios y debemos responder a través de acciones, con fidelidad, con gratitud. Debemos administrar lo
que hemos recibido. Primero hemos de valorarlo, después saberlo utilizar con generosidad. Es muy dura y exigente la llamada de hoy en la palabra de Dios. Nos pide, no una conclusión de receta práctica, sino que nos invita a una elaboración, a un autoanálisis personal muy riguroso, para el que se necesita valor.
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