Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
8 de septiembre de 2019
N.º 36 • XXIII DOMINGO ORDINARIO, Ciclo C
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
Los últimos puestos
E
están libres
n el Evangelio de hoy, Jesús nos recomienda ocupar los últimos puestos; los que siempre están libres. Nos previene para que no busquemos ser importantes, vanidosos; para que evitemos vivir de apariencias y de vacío, aunque los recubramos de los aspectos más llamativos. Que no seamos de los que, con tal de avanzar un paso en el escalafón de la Sociedad y llegar cerca de la primera fila, paguemos el precio del servilismo más vergonzoso, de las alianzas más equívocas, de las adulaciones más descaradas. Que no entremos en el juego de un mundo en el que vencen solamente los que pierden su propia dignidad y libertad. Que no seamos de los que buscan las medallas más que el compromiso, los aplausos más que el sacrificio, la publicidad más que la utilidad y la verdad. Que nos dediquemos
a los trabajos despreciados por los que se creen importantes; esos trabajos para los que no hay condecoraciones ni agradecimiento. Que nos demos cuenta de que es la persona la que hace grande aun a la ocupación más modesta; que no es la actividad la que confiere el certificado de autenticidad al ser humano; que si un hombre es mezquino, lo sigue siendo -y más- aunque esté encima del más alto pedestal. Que nos dediquemos a las personas a las que nadie gusta dedicarse, porque son molestas, exigentes, intratables, poco agradecidas. Que existen muchos oficios insignificantes a nuestro alrededor esperando que alguien les dé un significado. Que si elegimos los últimos puestos, estemos seguros de encontrarlo allí y de colaborar con él en la construcción del mundo.
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