Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 29 • XVI DOMINGO ORDINARIO, Ciclo A
19 de Julio de 2020
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Trigo bueno,
C
yerba mala
asi todos tenemos conceptos de la gente, la sociedad en general, y hasta en las familias, de quiénes y por qué son buenos, y los que están del lado de los malosos. Hay quienes hacen daño y otros que pretenden hacer el bien. Hay familias donde se utilizan ciertos calificativos destructores para algunos de ellos. Bien sabemos que el mundo y su gente no se dividen en blanco y negro; de un lado los que dañan y de otro lado la gente que consideramos buena. La verdad es que desde siempre, el bien y el mal se mezclan de una manera extraña; tan solo porque nuestra propia voluntad permite el bien y el mal. ¿De qué lado queremos estar? Hoy necesitamos apertura para no excluir a quienes la sociedad considera los “malosos” y por contraparte construir nuestro “gueto” para los elegidos, quienes nos consideramos buenos. Ya lo dijo Jesús el trigo viene mezclado con la cizaña, en toda sociedad cada cual tenemos una parte de hierba mala que daña irremediablemente a los demás, porque “yo no soy como ellos”. Dios siempre nos espera El libro de la Sabiduría abre en este domingo una perspectiva importante para la humanidad; nadie está perdido para siempre, pero tampoco nadie se debe sentir justificado de una vez y para siempre. “El justo debe ser humano, y diste a tus hijos la dulce esperanza de que, en el pecado, das lugar al arrepentimiento”.
El bien y el mal en un mismo costal “El Espíritu siempre viene en ayuda de la debilidad”. Nadie es perfectos de una vez y para siempre; tampoco nadie debe sentirse perdido irremediablemente. La humanidad, en todas las categorías de formas de ser, pensar y vivir, siempre se siente iluminada por el bien; pero el mal acaba por arrastrarnos a situaciones que nunca debiéramos haber permitido. La paciencia de Dios A muchos nos llega la urgencia de querer acabar con el mal que está a nuestro lado; y es que cuando juzgamos a los demás, ellos son los malos y nosotros los buenos. El Evangelio de este domingo tiene una enseñanza inigualable, Dios nos da la oportunidad, el tiempo conveniente para enderezar caminos, nadie está condenado de antemano; pero tampoco asegurado para la salvación. En esta vida todos debemos luchar por hacer el bien y contrarrestar el mal que se nos atraviesa de muchas formas; como decimos “hasta en las mejores familias”. Todos en el campo de la lucha Hoy oímos palabras que asombran por su claridad: "El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del reino; la cizaña son los partidarios del maligno; el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin del tiempo, y los segadores, los ángeles”.
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