Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 17 • II DOMINGO DE PASCUA, Ciclo C
28 de Abril de 2019
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
a Iglesia del presente debe recordar la sagrada escritura para recuperarse de las dudas y los sufrimientos; como lo hicieron los discípulos al quedarse solos y adoloridos por la muerte de Jesús, el Señor. Después de la Resurrección vuelve a estar con ellos, los alienta y les da tareas para reconstruir la fe y la Iglesia; todavía adolorida por la muerte de su Señor. Hay tres indicaciones muy necesarias, se coloca en medio de ellos y les ofrece la Paz. También les da una tarea, los envía a trabajar; pero no van solos, les entrega su Espíritu. Es importante la experiencia pascual de los discípulos de Jesús y valorar cómo les va invitando a avanzar en la fe del resucitado, a través de cosas muy concretas y necesarias para aquella comunidad todavía temblorosa de miedo e insegura. Pareciera que se había quedado huérfana por la muerte de Jesús. Es necesario en la vida de todo ser humano, también en la de los discípulos, reconstruir la confianza, la fe. Es esta también una tarea permanente. Hoy la Iglesia necesita de ese ánimo para seguir siendo testigos en el mundo de hoy.
Si no veo no creo... Son palabras duras de uno de los discípulos que pensó que ya todo había terminado. Tomás adquiere esa actitud
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«FELICES los que creen sin ver porque había perdido toda esperanza, se le había caído hasta el fondo, al ver el sufrimiento de su Señor. Hoy también, muchos cristianos son asaltados por las dudas. Es necesario preguntarnos y respondernos: ¿cuáles son los fundamentos de mi fe?, ¿por qué creo?, ¿es mi fe una fe que no se apoya en argumentos racionales?, ¿hay paz en mi corazón y en mi vida familiar? O tal vez tengo una fe sólo para mis necesidades urgentes y nada más. Crecía el número de los creyentes Por aquellos días, hombres y mujeres que se adherían al Señor; iban multiplicándose de manera significativa las comunidades y la presencia de los cristianos era notoria. Por esto mismo, al ver tanta audacia, al quitarse los miedos, la Iglesia de Jesús se fortalece y crece. Este tiempo pascual, de igual manera debe de animar a las comunidades del presente. La Paz que ofrece Jesús, el don de su Espíritu, debe ser el fundamento para reconoce la misericordia de Dios, salir de nuestros egoísmos y preguntarnos, ¿qué podemos hacer desde nuestra comunidad parroquial? Estaba muerto, pero... “...ya ves, vivo por los siglos de los siglos y tengo las llaves de la muerte y del abismo”. El libro del Apocalipsis representa de una manera muy clara la confianza y el aliento para reforzar las comunidades cristianas siempre.
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