N.º 6 • V D O M I N G O O R D I N A R I O / C I C L O A
• 5 de Febrero de 2017 •
Parte tu pan con el
E
HAMBRIENTO
n todos los tiempos, casi todas las religiones han tenido conciencia de que no basta rezar y hacer sacrificios para que el mundo mejore o cambie. Ya desde tiempos antiguos, el Profeta Isaías expresó que para que la justicia se haga presente hay que empezar por compartir el pan con el hambriento. El mundo en el cual vivimos está asolado por las desigualdades y la gente se pregunta qué se puede hacer para que el mundo sea más parejo. Mirar millones de familia en una desnutrición decadente; en donde la educación y cultura apenas se asoman y luego se esfuman; sigue siendo un reto para nuestras buenas conciencias.
quien nos motiva y tiene que llevarnos a actuar de manera coherente. Los creyentes, de cualquier época, están llamados a ser sal y luz para el mundo. Estas son las cosas que no pueden faltar en ningún hogar. Por tanto, este es el anuncio del misterio de Dios que se tiene que continuar a lo largo de la historia de la Iglesia. Hay momentos en que muchos que pertenecen a la Iglesia, no son luz. Hay pecados en sus fieles y hasta en los sacerdotes. Hace falta renovarnos e iniciar por transformar, el entorno a partir de nuestra propia familia.
Hacer cambios El relato que leemos de Isaías profeta, inquieta por lo fuerte. Llega a decir que no suplamos la verdadera religión con simulaciones. Hacemos lo menos y dejamos lo importante como el ayuno o como un rito para presumir. El profeta va a realizar fuertes críticas al pueblo de Israel porque sus prácticas religiosas, parecen actos solo para quedar bien. Hay necesidad de que el fruto de la verdadera justicia social, salga del corazón. La predicación esencial está en la Cruz San Pablo es muy puntual, y va al centro del eje de la vida cristiana. A hacer presente el verdadero rostro de Dios que se revela a los sencillos, a los simples y limpios de corazón; no a los sabios ni a los poderosos, sino a quienes son los más vulnerables de la sociedad. Es indispensable lograr que la fe no se apoye en la sabiduría de los hombres, sino en el poder de Dios. La invitación es a ser coherentes de la Palabra de Dios que hemos escuchado, que dejemos que llegue hasta el fondo de nuestras inquietudes. Solo así, con el cambio de conducta, nos llevará a mejores formas de ser cristianos de verdad. Solo con buenas obras Pareciera que muchos llevamos un cristianismo acomodaticio. Por tanto, habrá que cuidad que la fe exprese un comportamiento para hacer bien; para compartir misericordia. Dios es
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