Hoja Parroquial - 8 de Febrero de 2015 - Num. 6

Page 1

N.º 6 • D OMINGO O RDINARIO V, C ICLO B

• 8 de Febrero de 2015 •

¡Dios cura a los hartos de dolores!

«M

is días corren demasiado y se consumen sin esperanza. Recuerda que mi vida es un soplo, y que mis ojos no verán más la dicha».. Son los pensamientos del libro de Job ante la desdicha; muchos hombres y mujeres viven con muy pocas ganas de luchar; muchos se sienten derrotados desde el principio. A nuestro alrededor surgen diversas situaciones así; nos damos por derrotados antes de empezar a luchar por resolver nuestras situaciones difíciles. Ya no se siente vergüenza de sentirnos hastiados de cómo en ocasiones miramos el mundo. Y, sin embargo, la fuerza de la esperanza, de vez en cuando parece que renace. En ocasiones le echamos la culpa de esta situación a los demás, a los que tienen puestos de poder y no ponen remedio a los malestares que nos ahogan. Nos sentimos derrotados ante el misterio eterno del mal. Sin embargo, Dios siempre ofrece respuestas. «¡Ay de mí si no anuncio el Evangelio!» Hay tiempos de llorar, y otros de reír, pero siempre deben ser tiempos de lucha, de esfuerzo para dejar atrás situaciones que no nos agradan. Nuestras comunidades en las que, de distintas formas, por diversos grupos pequeños, tan sólo criticamos o cuestionamos la autoridad en la que grupos diferentes sólo señalamos males pero no sentimos la urgencia de organizarnos para hacer algo; o simplemente, despertar con el deseo de hacer nuestra parte, lo que nos corresponde para mejorar en algo el mundo. Dice el Apóstol Pablo: «Porque, siendo libre como soy, me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles». Lo que quiere decir que a cada uno nos corresponde una tarea y es nuestro deber hacer lo que tenemos que hacer, sabiendo de antemano que Dios siempre está dispuesto a escuchar nuestras súplicas.

«Curó a muchos de diversos males» Por supuesto que Dios siempre está para hacer su parte. Jesús está cercano a nosotros para darnos alivio en nuestras necesidades. El Evangelio de este domingo hace un resumen de la actividad sanadora de Jesús y su preocupación por mostrarse siempre misericordioso ante nuestras necesidades. Escuchamos un diálogo entre Jesús y sus discípulos, en donde se muestra totalmente volcado en curar, sanar, escuchar, remediar nuestros males. En cierta ocasión, atendió diversas necesidades; luego se retira para hacer oración –reabastece su espíritu de consolar, sanar–. Sus discípulos le hablan de que la gente lo busca. Ante tanta necesidad, los apóstoles saben a quién recurrir; cuando lo encontraron, le dijeron: «Todo el mundo te busca». Él les respondió: «Vámonos a otra parte, a las aldeas cercanas, para predicar también allí; que para eso he venido». Dios siempre está dispuesto a escucharnos, basta que lo busquemos.

1


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.