N.º 37 • XXIV D omingo O rdinario , C iclo B • 16 de Septiembre de 2018 •
La Fe con obras, como Jesús
J
esús consiguió la salvación de la humanidad a través de las obras. Dice un refrán popular: “obras son amores y no buenas razones”. “El Señor me abrió el oído; yo no resistí ni me eché atrás: ofrecí la espalda a los que me aplastaban...” Nos hace falta contemplar más frecuentemente a Jesús y descubrir cada uno cómo Él quiso conseguir nuestra salvación. El camino de la justicia no es nada fácil y por supuesto que siempre debe ir acompañado de la misericordia... “La misericordia y la solidaridad no son un idílico sendero tapizado de pétalos de rosas”. Se trata de una tarea que incluye muchas renuncias.
para el conflicto en una sociedad injusta: “Ofrecí la espalda a los que me aplastaban, la mejilla a los que mesaban mi barba”. Hoy existe la tentación de sentirse redentores de la sociedad, pero sólo desde un micrófono, o de un puesto cómodo, sólo para enunciar discursos; lo que se necesita son las buenas obras.
¡Fe sin obras, es cosa muerta! El Apóstol Santiago es muy explícito al hablar de las buenas obras. El mundo de hoy está lleno de discursos desde muchas trincheras; los políticos, los distintos grupos sociales no dejan de mencionar en discursos y planes de trabajo infinidad de acciones que son promesas a futuro... pero, ¿cuántas se hacen realidad? “Por las obras te probaré mi fe”.
Los caminos de Jesús no cambian "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, tiene que ser condenado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar a los tres días". La historia que hoy leemos del evangelio de Marcos, es un episodio incómodo. Un momento muy difícil, en el cual, Jesús sorprende a sus seguidores, porque estos pensaban que todo era más fácil. De los cercanos a Jesús, sobre todo los Apóstoles, ninguno está de acuerdo con Él, aunque Él esté realizando la voluntad del Padre. Todos queremos caminos fáciles y sin mucho compromiso.
Una lucha sin cuartel La persona que quiere contribuir a la verdad y quiere luchar contra la desigualdad, ayudar a los que menos tienen; debe prepararse
Todos queremos caminos fáciles La historia del mundo siempre recuerda: “Quien se mete a redentor sale crucificado” Jesús nos ofrece
e invita a vivir con Él su entrega, su pasión. En nuestros esquemas sociales, al poco tiempo, los líderes se llenan de ambiciones y se convierten en tiranos implacables. La alternativa que queda y de la cual nos habla la carta de Santiago, es la frágil dignidad humana. De qué sirve decir que se tiene fe, si no existen las obras. Si la comunidad no está dispuesta a transformarse en su interior, todo discurso es vano.
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