N.º 34 • D omingo XX O rdinario / C iclo A
• 20 de Agosto de 2017 •
¿Y los que no vienen a Misa?
A
los extranjeros que buscan el bien, los que tienen poca religión pero que buscan a Dios; ellos que quieren servir al Señor, que buscan cómo amarlo y le quieren servir, que empiezan a conocer sus mandamientos, a todos los que apenas conocen poco de la religión; Dios les ofrece una promesa magnífica; “los alegraré en mi Casa de Oración”. Dios quiere ofrecer su amor de una manera particular a aquellos que practican muy poco la religión... Dios va en su búsqueda y los quiere cercanos El cristianismo ya nunca ha querido ser botín de unos cuantos; Dios mira a todos con benevolencia. Dios quiere ser un símbolo de esperanza para todos y llama una y otra vez a todos, empezando por los más alejados. Ésta es una noticia singular que nos debe de traer ánimo para dar inicio a una nueva forma de vivir nuestra vida cristiana, más cercana a Jesús, en tiempo y comportamientos. Dios ofrece misericordia incluso a los rebeldes Dios quiere ser parte importante en la vida de toda persona, sin mirar ningún tipo de condición ni restricción; Él quiere ofrecer su persona a todo el que lo quiera recibir. Él quiere tener bajo su cobijo y protección a todos aquellos que alguna vez se rebelaron; muchos que toman la religión como una forma contaminada de vivir. Dios se acerca y ama al que lo busca. Mujer, ¡qué grande es tu fe! En medio del asombro de los judíos que se identificaban con Jesús, han observado que Dios ofrece la predicación a través del Mesías, como una oferta para el mundo; en particular a aquellos que sufren y que se acercan a Él incluso con temor y con la sospecha de que tal vez les rechace. Jesús parece que no hace caso. Es entonces cuando la Mujer suplica con más ahínco. A los discípulos les preocupa más el qué dirán que la salud de la mujer. No obstante le ruegan a Jesús que la cure.
Así, llega el momento en que Jesús le dice: “Mujer que grande es tu fe”. Volver a una religión de verdad La obra de Jesús a favor de los pobres, malvivientes, usureros, enfermos, desahuciados y marginados es un asombro para todos. Jesús encontraba una resistencia, para perdonar y atender a los pecadores; entre el pueblo más sencillo y entre sus propios seguidores. Pero ahora está dispuesto a ofrecer una religión de puertas abiertas en donde nadie deba ser excluido. La caridad, a veces, duele Los discípulos estaban un tanto desesperados más por la impaciencia que por la compasión, por eso ruegan a Jesús para que cure a la molesta mujer.
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