N.º 29 • XVI D omingo O rdinario , C iclo B
• 22 de Julio de 2018 •
Hay un mundo que ignora al Pastor “...Ustedes dispersaron a mis ovejas, las expulsaron, no las guardaron; pues yo les tomaré cuentas, por la maldad de sus acciones”.
E
s sin duda una acusación directa; pero lo singular es que retrata una realidad de descuido en aquellos tiempos bíblicos, que continúa hasta la época actual. Habremos de reflexionar en quiénes son los destinatarios más indiferentes a esta acusación. Descubrimos que todos, de alguna forma tenemos responsabilidad de cuidar a los que viven en nuestro entorno, empezar por la propia familia y tener en cuenta el entorno social del cual nos quejamos, sin embargo no movemos un dedo para mejorarlo. El rebaño no es propiedad de los pastores únicamente, sino del Señor, ante el cual, ellos son sus representantes; por eso Él mismo les tomará cuentas. El oficio de los jefes se ha pervertido y esto ha permitido la dispersión y el extravío del rebaño. Hoy por hoy vivimos en una sociedad complaciente ante tantos tipos de desmanes y atropellos. El Señor es mi Pastor El salmo que hoy repetimos es una oración que debe motivar la con-
ciencia de familias y grupos sociales de todo tipo. Es Dios quien nos ofrece sus cuidados, sin embargo lo conocemos muy poco y esto da la impresión de que lo rechazamos. Dios es nuestra Paz Las palabras del Señor Jesús son oportunas, hoy nos hace mucha falta considerarlas y confiar en Él. Él les dijo: "Vengan todos para estar solos a un sitio tranquilo a descansar un poco". En nuestro tiempo hay demasiadas cosas que nos preocupan y es menester, saber estar con Dios; porque nos recuerda el Evangelio de Marcos que reflexionamos hoy: “...eran tantos los que iban y venían que no encontraban tiempo ni para comer”. Eran tantas sus preocupaciones que pareciera que: “...andaban como ovejas sin pastor; y se puso a enseñarles con calma”. Dios nos abriga en las dificultades La Carta a los Efesios, en la segunda lectura, nos trae a la mente, pensamientos importantes acerca de la vida, que frecuentemente olvidamos
porque vamos cargando un mundo de problemas y no le damos espacio a Dios. “Él es nuestra paz, Él ha hecho de los dos pueblos una sola cosa...” El Señor nos invita, en medio de tantas tareas que tenemos, a saber elegir las prioridades; a atender a los demás por encima de nuestro propio egoísmo. Jesús, nos ha invitado a descansar en un lugar apartado... cambia de parecer porque hay mucha gente que los necesita. Al llegar al lugar, era tanta la gente que busca a Dios que ya los discípulos no pudieron descansar; las necesidades de los demás deben ser más importantes que nuestros propios planes. “... y Jesús se puso a atenderlos...”.
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