N.º 22 • La Santísima Trinidad, Ciclo B
• 31 de Mayo de 2015 •
DIOS nos ama en su TRINIDAD SANTA
J
esús es el libertador, y para que nos demos cuenta, nos ha dado su Espíritu que siempre toca a nuestra puerta para que despertemos; el Padre se ha sentido totalmente generoso con sus hijos y vela siempre para que su amor tenga respuesta. Cristo es el HombreDios que quiere acompañar a cada persona hasta la eternidad, nos enseña el camino y comparte nuestras penas; el Padre sufre porque mira que a muchos de sus hijos no ha llegado la salvación para sacarnos de las garras del pecado. Cierto, la carne es débil, pero el Espíritu está para atendernos y hacernos llegar sus amor para vencer el mal que se amotina. Este es Dios Trino y Uno. Este día último de mayo, fiesta de la Visitación de la Virgen María, la fiesta crece por ser el domingo de la Santísima Trinidad, Dios mismo que se las sigue ingeniando para llegar a nuestros corazones; por medio de su Ser de Trinidad Santa, Dios realiza diferentes funciones para acercarse más a nuestra historia personal y ofrecer la salvación a todos. El Señor Dios es el Único En una sociedad tan controversial, en donde los valores del ámbito humano y también de las distintas formas de
hoy y medita en tu corazón, que el Señor es el único Dios, allá arriba en el cielo, y aquí abajo en la tierra; no hay otro. Guarda los preceptos y mandamientos que yo te prescribo hoy, para que seas feliz, tú y tus hijos».
creer, al parecer, los vamos acomodando como valores y creencias que se ofrecen “a la carta”, y tenemos que darnos cuenta de que tantos males que hemos acarreado a nivel planeta tienen su fuente fundamentalmente en el olvido que tenemos de Dios, haciendo “valores” de muchas farsas que son contradicción para las familias y los pueblos. Por eso anota el libro del Deuteronomio, que es la primer lectura que nos ayuda a ubicar muy bien a Dios en nuestras vidas: «Reconoce, pues,
Nombre que lo dice todo Hay una frase contundente que nos recuerda San Pablo en la carta a los romanos: «habéis recibido, no un espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace gritar: "¡Abbá!" (Padre)». Ya que sufrimos con Jesús, debemos dejarnos conducir por el Espíritu de Verdad y Amor que guía permanentemente nuestra vida. Hemos sido bautizados en nombre de la Trinidad Fue la última recomendación de Jesús: «Vayan y evangelicen...», y todo lo dejó sellado con la fortaleza de su presencia entre nosotros en el misterio Trinitario; por eso, todos los días al amanecer y al anochecer, queremos decir: "En el Nombre del Padre...".
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