N.º 17 • V D OMINGO
DE
P ASCUA / C ICLO C
• 24 de Abril de 2016 •
La Señal del Cristiano es el AMOR al Prójimo
H
oy, en el Evangelio, Jesús da un nuevo mandamiento a sus discípulos: “que se amen los unos a los otros…”. Son las palabras de Jesús; somos conscientes de que la Cruz, en el fondo, no es otra cosa que el resultado del amor, que es el amor el que da sentido a la Cruz. En los tiempos del imperio romano fueron muchas las cruces que, a lo largo y ancho de la geografía entonces conocida, se levantaron para ejecutar hombres: sólo la de Jesús ha adquirido el especialísimo sentido que tiene, porque sólo la suya fue fruto de un amor total y pleno al género humano. La señal del cristiano es el amor al prójimo porque, como queda dicho, así lo afirmó el propio Jesús, y nosotros somos discípulos suyos. La señal del cristiano es el amor al prójimo, porque Cristo ha resucitado, y en esa resurrección, los aspectos dolientes de la Cruz han quedado vencidos y transformados en gloria. La Cruz que el cristiano muestra como señal, como emblema, es la Cruz del que está dispuesto a perder su tiempo, sus caprichos, sus comodidades, sus intereses legítimos, para “molestarse” en ayudar al prójimo. La Cruz-señal del cristiano, es la Cruz del incomprendido porque ha creído en las bienaventuranzas y las practica; remando contra corriente de los intereses al uso en la sociedad; apostando por pobres, oprimidos y últimos, en vez de apuntarse al carro de los triunfadores. La Cruz que el cristiano (y la Iglesia) debe tener como guía es la de quienes, en fin, llegan a dar su vida porque aman de verdad, incondicionalmente y hasta el final, al prójimo; y sirva lo mismo tanto si se hace de una vez como día a día.
No ser dueño de la propia vida, ponerla al servicio de los más pobres, clavarla en la Cruz para que allí alcance la resurrección y la vida: esa es la verdadera Cruz que los cristianos debemos tener como señal; entonces tendrá sentido llevarla al cuello, colgarla de la pared, tenerla sobre la mesa de trabajo o en cualquier lugar para mostrarla, porque entonces no será una simple imagen: será toda una declaración de intenciones, un acto de fe, una expresión de amor que da sentido a esa Cruz.
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