N.º 14 • II D OMINGO
DE
P ASCUA / C ICLO C
• 3 de Abril de 2016 •
FELICES los que creen sin ver
L
a Iglesia del presente debe siempre voltear a la Biblia para volver a recuperarse en sus dudas y sufrimientos; como lo hicieron los discípulos al quedarse solos y adoloridos por la muerte del Jesús el Señor. Después de su Resurrección vuelve a estar con ellos, los va alentando y les va dando tareas para reconstruir la fe, la Iglesia; todavía adolorida por la muerte de su Señor. Hay como tres indicaciones muy necesarias: Se pone en medio de ellos y les ofrece su Paz. También les da una tarea, los envía a trabajar; pero no van solos, les entrega su Espíritu. Es importante la experiencia pascual de los discípulos de Jesús y valorar como les va invitando a avanzar en la fe del resucitado en cosas muy concretas y necesarias
para aquella comunidad todavía temblorosa de miedo e insegura. Pareciera que se había quedado huérfana por la muerte de Jesús. Es necesario en la vida de todo ser humano, también en la de los discípulos reconstruir su confianza, su fe. Es esta también una tarea permanente. Hoy la Iglesia necesita de ese ánimo para seguir siendo testigos en el mundo de hoy. Si no veo no creo... Son palabras duras de uno de los discípulos que pensó que ya todo había terminado. Tomás toma esa actitud porque su esperanza se le había caído hasta el fondo al ver sufrir tanto a su Señor. Hoy también, muchos cristianos son asaltados por las dudas. Es necesario preguntarnos y respondernos: ¿Cuáles son los fundamentos de mi fe?, ¿por qué creo?, ¿es mi fe una fe que no se apoya en argumentos racionales?, ¿hay paz en mi corazón en mi vida familiar?. O tal vez tengo una fe solo para mis necesidades urgentes y nada más. Crecía el número de los creyentes Por aquellos días hombres y mujeres, que se adherían al Señor; iban multiplicándose de manera significativa las comunidades y la presencia de los cristianos era notoria. Por esto mismo, al ver tanta audacia, al quitarse los miedos la Iglesia de Jesús se fortalece y crece. Este tiempo pascual, de igual manera debe de animar a las comunidades del presente. La Paz que ofrece Jesús, el don de su Espíritu, debe ser el fundamento para en este año de la Misericordia, salir de nuestros egoísmos y preguntarnos también: ¿qué podemos hacer hoy en nuestra comunidad parroquial? Estaba muerto pero... “...ya ves, vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del abismo”. El libro del Apocalipsis representa de una manera muy clara la confianza y el aliento para reforzar las comunidades cristianas. Hoy también.
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