Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
I Domingo de Cuaresma, Ciclo B
18 de Febrero de 2024
NO. 7
Conviértete y cree en el Evangelio
A
l iniciar este tiempo de Cuaresma (camino hacia la Pascua) podemos constatar dos cosas: la primera es la importancia que la tradición cristiana (desde los primeros siglos) ha dado a estas semanas, importancia subrayada de nuevo por el Concilio. La segunda es la imagen equivocada (o por lo menos desfigurada) que a menudo tenemos de la Cuaresma. Decimos: es un tiempo de “penitencia”, pero entendemos por ello algo muy distinto a lo que entendía Jesús. Nosotros lo reducimos a unos sacrificios (no comer carne, no ir al cine, no fumar...); Jesúscristo quería decir algo mucho más serio, mucho más radical. “Penitencia” quería decir “CONVERTIRSE”, cambiar íntimamente.
Un camino de lucha El evangelista San Marcos (como los otros evangelistas) describe simbólicamente esta lucha de Jesucristo con la fuerza del mal. Pero nos equivocamos si pensáramos que este lenguaje simbólico significa irrealidad de lo que se describe. Para los evangelios es todo lo contrario: aquello que es
El tiempo de Cuaresma es un tiempo de gracia para RENOVAR NUESTRA VIDA CRISTIANA.
No lo podemos reducir a no hacer esto o aquello. Es mucho más. El evangelio de hoy, característico de este inicio del camino cuaresmal, puede ayudarnos a entenderlo. 1
más importante es lo que requiere un lenguaje simbólico para expresarlo.
Es importante ver cómo Jucristo inicia su misión no haciendo milagros, ni predicando, sino luchando. Con una lucha que durará toda la vida de Jesús. Hasta llegar al máximo combate de la cruz. Por eso, para nosotros, esta llamada a la renovación que es la Cuaresma, es una LLAMADA A LA LUCHA. Una lucha de fe, impulsada por el Espíritu de Dios. Sin este combate, nuestra fe es sólo de palabras y necesitamos una fe de obras, una fe de vida, de vida combatiente. Sólo así la fe es un camino que llega a algún sitio.
Un camino con Jesucristo El Evangelio de hoy nos aporta otro elemento fundamental de la Cuaresma, quizá el más fundamental: su contenido. Lo hallamos en el anuncio de la Buena Noticia que realiza Jesucristo: hemos de ABRIRNOS AL REINO DE DIOS que está en nosotros pero que aún ha de crecer en nosotros. ¿Cómo? “Conviértete y cree en la Buena Noticia”. Que es como decir: despierta, levantate, disponte a caminar; es como decir: cree en el Dios que quiere comunicarte Amor y Vida; es como decir: conquista la libertad y ábrete a la esperanza. En una palabra, Jesucristo nos dice: sigue mi camino. Ciertamente es un camino de lucha, pero conduce a la victoria. Porque es el camino de la Vida. Es lo que celebramos y proclamamos en la Eucaristía de hoy, de cada domingo.