Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 42 • XXIX DOMINGO ORDINARIO, Ciclo C
16 de Octubre de 2022
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
Si le hablas,
D
te hará justicia
ios nunca se cansa de escuchar, ni de poner remedio. Nuestra tarea es suplicar. La súplica es una herramienta del diálogo que se hace más filosa en cuanto más frecuente es el empeño. Una vez, un monje dijo: “Aquel que intenta vivir sin rezar, es como aquel que intenta vivir sin respirar”. La Biblia habla de muchas formas de rezar, nunca darle espacio a la duda, ni al cansancio, más bien acrecentar la fe y la esperanza. Jesús es el ejemplo más vivo para hablarle al Padre: "...le habló ofreciendo ruegos y súplicas"; ésta es la tarea primordial del creyente. Además, hay que rezar sin desanimarse, pues Dios �ene sus �empos. Mientras Moisés tenía en alto la mano, vencía Israel La historia de Moisés, suplicándole a Dios por su pueblo, es de un ejemplo que se debería repe�r en cada familia. Hoy, el aprendizaje de los rezos solo es el catecismo; pero no se le da con�nuidad en la familia. Falta consistencia en armar mejor nuestra fe; no solamente de consejos lejanos, sino con ejemplos vivos que nos arrimen a confiar en Dios a través de nuestras oraciones, que nacen de la necesidad y de la confianza en Dios. Rezar es buscar respuestas “Levanto mis ojos a los montes: ¿de dónde me vendrá el auxilio?". Son estas preguntas vitales en toda la vida familiar. Hasta
ahí debe llegar la conciencia de que "...el auxilio me viene del Señor, que hizo el Cielo y la Tierra". Es este un Salmo bastante conocido. Rezar así, nos lleva a la convicción de que “no permi�rá que resbale tu pie... aunque camine por cañadas oscuras”. La catequesis abre puertas para rezar Habrá que buscar mejorar los �empos de aprendizaje desde pequeños, con el ejemplo y la ayuda de padres y hermanos. Dice san Pablo a su amigo Timoteo: “Permanece en lo que has aprendido y se te ha confiado, sabiendo de quién lo aprendiste y que desde niño conoces la Sagrada Escritura; ella puede darte la sabiduría”. Dios hará justicia al que se la pida Al creyente, hoy le parece di�cil rezar. En medio de tantas calamidades y problemas, parece que nadie les hace jus�cia. Se pensaría que Dios está ocupado en otros asuntos en vez de resolver las necesidades de los más pobres. Parece que las leyes están contra los que más sufren y la gente se pregunta: el Dios de la paz y del amor, ¿querrá que vivamos así con tanto dolor y lágrimas? Nuestra fuerza está en el Señor..., por eso mismo, el cris�ano no debe desfallecer, sino insis�r en la oración, una y otra vez.
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