Hoja Parroquial #39- XXVI ORD, Ciclo C-25 de septiembre 2022

Page 1

Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.

N.º 39 • XXVI DOMINGO ORDINARIO, Ciclo C

25 de Septiembre de 2022

Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106

S

Si tuviera fe

e dice fe y se piensa inmediatamente en una serie de verdades que creer, en un complejo de doctrinas que suscribir. Y, sin embargo, se debería pensar, inmediatamente, en una Persona. Creyente es, esencialmente, uno que se ata, se adhiere totalmente a otro. Uno que se �a de otro. Se trata de una realidad dinámica. Se establece un lazo de unión con Dios, no simplemente para colocarse en si�o seguro, para estar protegidos, sino para "dejarse llevar", dejarse guiar. Nos confiamos a alguien en vistas de un camino. Se cree para "caminar con...". No se trata de aumentar la fe en sen�do cuan�ta�vo, se trata de tener fe autén�ca. Cuando se �ene, hasta una medida insignificante es suficiente. Y no solo para hacer mover las plantas. Se llega incluso a que caminemos nosotros, que es mucho decir. La desgracia es que llamamos fe a lo que es todo menos fe. La desgracia es que creemos creer. La desgracia es que para muchos la fe es considerada un capital que hay que guardar, un bien que hay que administrar, un tesoro del que hay que gozar en santa paz, sin muchas complicaciones. La fe, simplemente, nos permite caminar en la oscuridad, agredidos por los elementos hos�les de siempre, en medio de las dificultades de todos, en medio de los aprietos y dificultades comunes con nuestros hermanos, con la única seguridad de una presencia, de una mano que nos aprieta, no para sacarnos de la intemperie, sino después que hemos superado la tempestad (como pasó a Pedro, que estuvo a punto de sumergirse). La fe no nos dispensa de la

dura tarea de hombres. No es una escapatoria de las responsabilidades de la vida. No nos facilita el camino. Simplemente, le da sen�do. Actitud de fe La ac�tud de fe consiste en una adhesión total y defini�va, al menos en nuestra intención presente, a la persona de Jesucristo. Es una autodonación, una disposición a decir siempre "sí" al Padre como Jesús la tuvo. "Credere" podría venir de "cor-dare": entregar el centro de decisión de la persona. El creyente trata de "cris�ficarse" de tal manera que pueda decir: ``no soy yo quien vivo, es Cristo quien vive en mí” (Ga. 2,20). El justo, por serlo, vivirá, como Habacuc nos ha dicho, por su fe. Hemos de adoptar una escala de valores y los modos de Jesús, Camino de salvación integral. Nuestra fe, tal vez menor que un grano de mostaza, aporta ya luz en la oscuridad de la vida que alumbra, no solo nuestro caminar sino el de aquellos que lo hacen junto a nosotros. Con palabras de Pablo VI: "Hay que corregir el concepto de falso creyente como un reaccionario obligado, un inmovilista de profesión, un extraño a la vida moderna, un insensible a los signos de los �empos, un hombre privado de esperanza. Digamos más bien que es un hombre que vive de esperanza y que su propia salvación cris�ana, iniciada e incompleta como está, es un don que hay que negociar, es una meta que hay que alcanzar".

1


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.
Hoja Parroquial #39- XXVI ORD, Ciclo C-25 de septiembre 2022 by Semanario Arquidiocesano de Guadalajara - Issuu