N.º 26 • XIII DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO A
• 29 de Junio de 2014 •
Vitalidad y experiencia para evangelizar
L
a solemnidad de San Pedro y San Pablo es profundamente significativa para la Iglesia. Necesario detenernos para admirarla y conocerla. Desde sus arranques hay aciertos, vitalidad, también caminos tortuosos, sufrimiento y negligencia en la tarea de la Evangelización. Celebramos juntos a dos gigantes del ministerio apostólico, diferentes en sus virtudes personales, pero tan similarmente entregados a la tarea que Jesús les encomendó. Apóstoles de capacidades diferentes, casi opuestas. Es preciso entenderlas como complementarias. Juventud y madurez en un solo esfuerzo. Uno que trabaja hacia el interior del grupo de los creyentes y otro que expande con vigor y atrevimiento la doctrina de Jesús al mundo no judío. Pedro y Pablo en una misma tarea En Pedro podemos descubrir la fragilidad, las pocas fuerzas por la edad avanzada. También la contundencia y voluntariedad para seguir a Jesús. ¡Y lo escoge para amarrar las cosas más importantes de la Iglesia naciente! En Pablo observamos al perseguidor encarnizado de los cristianos. Vigor, energía y profundidad de
inteligencia, puestos al servicio de la causa en donde Dios le muestra toda su verdad y lo que quiere de él. Pedro, el de la experiencia con seguridad y miedos como cualquier adolescente. Ambos que se entregan con toda su capacidad, pero también sus carencias personales, sin dejar nunca de confiar en su Señor Jesús, a quien quieren servir con amor y entrega. Jeremías y los miedos de la Iglesia La lectura de Jeremías, el profeta, nos
hace reflexionar en las propias dificultades de su vocación, las persecuciones, la desconfianza de los propios amigos y los ataques. Pero ahí está su total confianza en Dios. Le reza, le pide, lo alaba y se pone a hacer su tarea. Al mirar a esta historia, nos hace pensar en los días presentes de la Iglesia, nunca exenta de dificultades e infidelidades, y, sin embargo, como el Papa Francisco, siempre atento a involucrarse con toda su capacidad en la tarea de la Nueva Evangelización. Esta fecha es para celebrar “El Día del Papa”, la Iglesia toda tiene mucho que agradecerle y mucho que pedir para llevar adelante la tarea primordial: evangelizar. Es conveniente pensar a la manera de Pablo ante las dificultades: “...el don de Dios supera con mucho al delito”. Con Jesús siempre cerca “No tengan miedo a los que matan el cuerpo”... “ni un pajarillo cae en tierra si no lo permite el Padre”. Este lenguaje de Jesús, recordado en esta fiesta de Pedro y Pablo, infunde confianza en toda la Iglesia para continuar. Queremos reconocer la persona de Jesús para que, a su tiempo, Él también nos reconozca.
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