Arquidiócesis de Guadalajara, A.R.
N.º 13 • IV DOMINGO DE CUARESMA, Ciclo C
27 de Marzo de 2022
Fundada el 4 de junio de 1930. Registro postal: IM14-0019, impresos depositados por sus editores o agentes. INDA-04-2007-103013575500-106
¡El Padre y el hijo por fin se entienden!
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n el corazón de la Cuaresma encontramos una historia excelente contada por Jesús, que ayuda sobremanera para entender a Dios, y también a hacernos conscientes de las debilidades, o pocos deseos de mejorar que podemos tener; sin embargo, Dios siempre ofrece su gracia. La Cuaresma es un tiempo de misericordia por excelencia. Todos deberíamos poner más atención en la Parábola del Hijo Pródigo. En aquella facilidad con la que el padre ofrece perdón y añora siempre la presencia del hijo. Una historia con muchos detalles Un país lejano... Muchos de nosotros nos hemos sentido lejos de Dios, pretendemos que nadie se dará cuenta de nuestros actos; vivimos según nuestros deseos, donde todo está permitido. Pasar necesidad... Esta es una historia de todos los días, pero más duro es cuando, por egoísmo, abandonamos a Dios y hacemos lo que, a nuestro gusto, parece bien hecho, aunque esté totalmente en contra de la Ley de Dios. Cuidar cerdos... esa actividad, para un judío, era lo peor a lo que podía dedicarse. Esto puede ocurrirnos cuando no cuidamos nuestra dignidad de ser hijos de Dios. Robar la comida de los animales... Lejos de Dios, vamos de caída en caída, ya nada importa y perdemos toda consciencia de la dignidad que tenemos como seres humanos. Pretende volver con el padre como un asalariado... éste es el principio de su grandeza: reconocer hasta dónde ha caído y sentirse avergonzado para volver como hijo; es tanta su desdicha que, de cualquier forma, quiere regresar. Dice no merezco... Ciertamente, siente vergüenza, reconoce sus malas acciones, pero más importante para él es que quiere volver con el padre, porque ahí todo está bien. Descubre su miseria y vuelve con el padre... ésta es una actitud fundamental, reconocer cuando hacemos mal, pero sobre todo estar dispuestos a dar marcha atrás en nuestros errores y remediar lo que tengamos que cambiar. Prepara un discurso... esta actitud es similar
a cuando nosotros platicamos con Dios, nos dirigimos a Él con nuestras palabras y le decimos con el corazón lo que nos ha pasado. Dios siempre quiere perdonar El padre solo piensa en abrazarlo... Siempre espera que reconsideremos nuestra vida y corrijamos lo que haga falta, puesto que Él siempre aguarda el regreso. El padre se alegra y hace fiesta... El Evangelio expresa, también, que en el Cielo hay muchísima alegría por un solo pecador que se arrepienta. El hermano mayor se enoja... todos hemos sido alguna vez ese hermano mayor que siente coraje porque el otro ha sido perdonado. Así como el padre en la parábola, Dios todo perdona: ¡Este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida!
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