Frente al espejo, no podemos vernos dentro de él, sino que encontramos a nuestras sombras reflejadas. (Sigal. 2010) 1 Pete Sigal
Especular es relativo al espejo, pero esta palabra se ha modificado para convertirse en una propuesta, un lanzar ideas sobre algo que puede ser, o no, y de lo que no podemos estar seguros, pensar sobre algo sin afán de aplicarlo. Especular no lleva a algo definitivo, sino que abre posibilidades, detona ideas. Speculum se refería a un aparato de visión, que con el tiempo fue tomando otros significados: mirar, mirar con detenimiento, pensar y teorizar. Especular es hacer una teoría sin certeza, una mera propuesta de ideas que no buscan ser certeras ni únicas.
(Especular es la manera más honesta de pensar, después de todo, ¿cómo podemos estar seguros de lo que sabemos?)
Este ensayo considera distintas aproximaciones al problema del espejo y del reflejo como una metáfora de la memoria, entendiendo el reflejo del instante como una forma visual de ésta, un recuerdo fugaz que es siempre cambiante. Los objetos son los mismos, pero no permanecen dentro del reflejo, se vuelven evanescentes al igual que los hechos que sucedieron y que la memoria ha transformado en imágenes vagas que van y vienen,
1 Sigal, Pete, Reflejos coloniales. En: Lasch, Pedro, Black mirror/espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010, pp. 7483, p. 81
se reconfiguran y vuelven a aparecer. Merleau-Ponty nos recuerda: si el reflejo se asemeja a la cosa misma, es porque este reflejo actúa sobre los ojos más o menos como una cosa lo haría. Engaña al ojo engendrando una percepción que no tiene objeto (Merleau-Ponty. 1993). 2 Teniendo esto en mente y considerando las definiciones presentadas a continuación, planteo el siguiente cuestionamiento: Imaginación: la realización de una ausencia a través de los sentidos semióticos
Percepción: la consciencia de un objeto exterior a través de los sentidos sensoriales ¿Percibimos el objeto reflejado o lo imaginamos?
Si el reflejo es una metáfora de la memoria, entonces nuestra corporalidad sería una metáfora del espejo. No podemos ver el espejo sin lo que refleja, así como no podemos pensarnos sujetos completos sin nuestra memoria, sin las implicaciones que esta comporta en forma de imágenes. El reflejo genera formas fugaces. Podemos pensar esta metáfora por la relación que existe entre estos dos fenómenos: el reflejo y la memoria hacen visible algo que no tiene presencia física, una imagen fantasmagórica: ponen frente a los ojos como una imagen visible algo que está ausente. Su presencia física se reduce al acto mismo de mirar; el reflejo, al igual que la imagen es un fenómeno y como tal depende de ciertas condiciones para que suceda; el espejo es una metáfora
2 Merleau-Ponty, Maurice, Eye and mind. En: Johnson, Galen A., ed., The Merleau-Ponty Aesthetic Reader, Northwestern University, Evanston, 1993, pp. 121-149, p.131
de la memoria y así del fenómeno de la imagen.
El reflejo es un instante tanto como la memoria, pero en ese instante la concepción lineal del tiempo se vuelve insostenible. Estamos ante el presente y el pasado simultáneamente, pero no estamos en ninguno de los dos puntos temporales. Ambos fenómenos suceden de manera ucrónica, fuera del tiempo.
Este instante en que se produce la imagen y donde colapsan los tiempos pasados en el presente puede ser pensado como el jetzzeit benjaminiano (tiempo-ahora), un momento siempre evanescente. Este momento de tensión entre los distintos tiempos genera una intensidad en estado puro. La imagen generada en el reflejo nos hace conscientes del acto mismo de mirar, implica tanto la afirmación y la negación de la visualidad (Maillet. 2010), esto es del ver y el proceso de ver;3 esta imagen activa nuestras capacidades mentales: memoria, imaginación, ensueño, recuerdo para poder completar lo que está fuera de sí.
Por su parte, Foucault propone entender el espacio del espejo como una utopía y una heterotopía simultáneamente, es un no-lugar y muchos lugares al mismo tiempo ¿De la percepción? ¿De la memoria?
El espejo es una utopía, porque es un lugar sin lugar. En el espejo, me veo donde no estoy, en un espacio irreal que se abre virtualmente detrás de la superficie, estoy allá, allá donde no estoy, especie de sombra que me devuelve mi propia visibilidad, que me permite
3 Maillet, Arnaud, Espejo negro, espejo de tinta: la fascinación como trampa. En: Lasch, Pedro, Black mirror/espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010, pp. 51-63, p. 59
mirarme allá donde estoy ausente: utopía del espejo. Pero es igualmente una heterotopía, en la medida en que el espejo existe realmente y tiene, sobre el lugar que ocupo, una especie de efecto de retorno; a partir del espejo me descubro ausente en el lugar en que estoy, puesto que me veo allá (Foucault. 1984). 4
Entonces podemos pensar que el espejo es un lugar sin lugar y un tiempo sin tiempo. Un instante, un no-lugar. Un hoyo negro en el espacio-tiempo. Es el fenómeno físico más cercano a la imagen real. El reflejo transforma los objetos en imágenes evanescentes, fantasmas que aparecen y desaparecen y nos incluyen en esas imágenes fantasmagóricas, como en el sueño, donde estamos sin estar. Podemos vernos reflejados dentro del espejo, pero sabemos que esa imagen está fuera de nosotros, el espejo hace una realidad interior que rebota la realidad exterior, pero la distorsiona, la aplana y la captura, a la vez que permanece siempre en un estado de tensión, de potencia ante el cambio. Nos hace conscientes de nuestra presencia-como-ausencia. Merleau-Ponty escribe que en el espejo hay una reflexividad de lo sensible; el espejo traduce y reproduce esa reflexividad. Dentro de él, mi externalidad se completa […] el fantasma dentro del espejo me exterioriza (Merleau-Ponty. 1993). 5 La imagen del reflejo me hace consciente de mi presencia en el mundo de los objetos y desmaterializa las imágenes en tensión pura.
4 Foucault, Michel, De los espacios otros. Conferencia dictada en 1967, publicada en: Architecture, mouvement, continuité, No. 5, 1984.
5 Op. Cit., Merleau-Ponty, p. 129
(La pantalla de alguna manera funciona entonces también como un espejo. Una persona frente a la pantalla, ya sea del celular o de una computadora está presente físicamente en un sitio, mientras que está en otro lugar; así, ausente de su presencia)
Tanto el espejo como la memoria nos hacen percibir la presencia de la ausencia. Forman imágenes inmateriales y permiten desplazarnos entre espacios y tiempos diversos de manera simultánea.
El espejo hace que los objetos reflejados se vuelvan borrosos, convierten los objetos sólidos en formas cambiantes, no claramente definidas. Según MerleauPonty, esta falta de claridad nos hace conscientes del espacio que nos rodea, distorsionando nuestra percepción visual del mundo y activando nuestros demás sentidos, haciendo consciencia de nuestra propia presencia. De la misma manera la memoria distorsiona la realidad, las ideas se vuelven borrosas y las completamos con la imaginación. El objeto desaparece para convertirse en imagen.
Utilizar reflejos permite desmaterializar el objeto en imagen y de esta forma trasladarlo del mundo actual a un imaginario posible, lo vuelve una imagen virtual, real pero inactual -siguiendo a Deleuze-. Permite visualizar la imagen como una tensión -en el intermedio- más claramente.
La sombra del reflejo
Pierre Fédida reflexiona sobre la presencia de la ausencia en relación a la imagen y la memoria en el ensayo La sombra del reflejo. 6 En él, Fédida nos presenta la cercanía radical de las palabras imagen, sombra y reflejo desde el concepto latín: umbra. Debido a mi desconocimiento del latín, utilizando el traductor de Google entre español y latín realicé el siguiente ejercicio que hace visible esta cercanía, tal vez:
La sombra del reflejo
Umbra reflexionis
Sombra de reflejo Imago umbra Imagen de sombra
Umbra reflexionis Sombra de reflejo Imago umbra Imagen de sombra Umbra imaginem
Me interesan estas coincidencias en el lenguaje porque creo que pueden detonar reflexiones. Pueden ser matrices de ideas.
Otro concepto que me parece importante para pensar el espejo y el reflejo es el de umbral; ese espacio que no es ni totalmente interior ni completamente exterior, un espacio intermedio, liminal. Es en ese límite entre lo exterior y lo interior que se define la imagen del reflejo: no es una representación, sino una presentación de la realidad exterior contenida dentro de un mismo espacio -que no es-, comprimida o colapsada en una superficie; tampoco
6 Fédida, Pierre, L´ombre du reflet. L´émanation des ancêtres. En: La Part de l´oeil: la représentation et l´objet. Revue de pensée des arts plastiques, No. 19, Presses de l´Académie Royale des Beaux-Arts de Bruxelles, Bruselas, 2003-2004, pp. 194-201
es una imagen en sentido estricto, ni una memoria. Es un intermedio, un instante.
Dice Fédida que es la sombra del reflejo de las apariencias la que disuelve toda representación. 7 La imagen real, y la memoria real no representan, sino que hacen visible una ausencia en el límite de desaparecer a la vez que en el límite de aparecer (Fédida. 2003).
Es en ese espacio liminal donde se forma la imagen, no como representación, sino como potencia, como una memoria fuera de toda economía del recuerdo (Didi-Huberman. 2017), 8 es una imagen-límite que se hace visible. Podríamos pensar el reflejo como una imagen de la imaginación. El espejo funciona como un reflejo de la memoria: es una metáfora de la memoria.
El reflejo como imagen mágica
Los espejos, y más específicamente las imágenes formadas dentro de los espejos han sido concebidas por muchas culturas como imágenes místicas, de otros mundos. Han servido para comunicarse con el pasado y para predecir el futuro, pero también se han utilizado para capturar, aunque sea de manera evanescente lo que vemos en el mundo real, exterior.
En la actualidad vivimos rodeados de imágenes que representan el mundo exterior y son casi tan evanescentes como los reflejos -pienso en las redes sociales y las imágenes digitales-, pero anterior al invento de las pantallas
7 Ibid., p. 196
8 Didi-Huberman, Georges, Gestos de aire y de piedra. Sobre la materialidad de las imágenes, Cantamares, México, 2017, p. 45
y las imágenes virtuales, el reino de las imágenes era casi exclusivo -a excepción de los reflejos naturales- de la representación física en objetos: esculturas, pinturas, dibujos. El reflejo era una imagen distinta, mágica, por su carácter efímero, su intemporalidad.
El cristianismo prohibió de manera muy temprana el uso de los espejos ya que la magia, que utilizaba el espejo como medio proponía una suerte de competencia con Dios, por lo que en 1326 el papa Juan XXII declaró en la bula Super Illius Specula su prohibición, considerando herejes a quienes utilizaran los espejos para convocar demonios, implorando su ayuda, pidiendo su amistad (Maillet. 2010).9
El espejo negro
En la cultura náhua, el espejo de obsidiana o tezcatl, fue utilizado con fines rituales y divinatorios. A través de él se podía entrar al mundo pasado y futuro y se podían establecer relaciones con los muertos. Era un objeto que permitía ver el mundo de los dioses. Su uso estaba íntimamente ligado al culto del dios Tezcatlipoca -espejo humeante-, quien era el dios mortal de la guerra, la brujería y la transgresión sexual, 10 señor de la noche y de todas sus criaturas (Lasch. 2010). 11
Las representaciones de Tezcatlipoca lo representan generalmente con un escudo emplumado en una mano y un tlachialoni -literalmente un instrumento de visión
9 Op. Cit., Maillet, p. 53
10 Lasch, Pedro, Black mirror/espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010, p. 11
11 Cédula de información del Getty Research Institute, sobre la exposición: Mediante el espejo de obsidiana. Consulta digital
Tezcatlipoca, se puede ver el tlachialoni en su mano

o mirador- compuesto de obsidiana y oro, el cual está perforado en el centro. Al mirar un espejo e invocar a Tezcatlipoca, se mira directamente al ojo del dios a través del orificio que conecta los dos mundos. El mundo divino, de oro, un vacío, se conecta con el mundo terrenal a través del espejo de obsidiana (León Portilla. 1958). 12
En el cuento El espejo de tinta (1933), 13 Jorge Luis Borges escribe la historia de un sultán que se interesa por los reflejos en el espejo de tinta, formado en la mano del adivino con agua y pigmento, una práctica de brujería común en el mundo árabe que permitía ver el futuro. El cuento narra cómo es que el sultán se interesa por esa práctica hasta que la vuelve parte de su rutina, pidiendo
12 León Portilla, Miguel, Ritos, Sacerdotes y Atavíos de los Dioses. Traducción de los textos de los informantes de Sahagun, Seminario de Cultura Náhuatl, UNAM, 1958, p. 117
13 Borges, Jorge Luis, El espejo de tinta, 1933. Consulta digital
al adivino que mostrara diferentes momentos en la vida del sultán, hasta que cae en el espejo y ve su propia muerte, mientras muere a la vez. El espejismo se vuelve la realidad. Tanto en los rituales del dios Tezcatlipoca, como en la magia negra de la que el sultán participa, podemos pensar como el reflejo que se logra dentro de una superficie obscura es distinto a la realidad, principalmente porque la cromática se homogeneiza, volviendo más claras las formas, pero por otro lado podemos pensar las consecuencias que esto tiene en la percepción. En ambos casos, el espacio interior del espejo genera una imagen de la imaginación, un reflejo que no representa la realidad visible, sino que permite ver otra cosa que no es lo que refleja. Estos espejos negros funcionan como un portal a otro mundo, y es precisamente eso lo que nos interesa: el reflejo de los objetos no es una realidad objetiva, sino subjetiva y depende de la imagen que cada quien forme de lo visto. Otro ejemplo interesante en el que se utilizaron espejos negros es el caso de los espejos Claude. 14 Estos eran pequeños vidrios reflejantes, populares entre los exploradores, los pintores y fotógrafos durante el periodo romántico, entre 1700 y 1850, para componer sus imágenes. Esta herramienta óptica marca el paso de una época de ritual y magia a otra de ilusionismo científico y expansión colonialista europea (Lasch. 2010). 15
|Estos espejos servían para estudiar las imágenes de bellos paisajes, enmarcados y temporalmente
14 Llamados así por el pintor ambientalista Claude Lorrain
15 Op. Cit., Lasch, p. 11
capturados por el obscuro vidrio. | | La historia del Espejo Claude y de lo pintoresco sugiere el retrato de pueblos enteros como parte del paisaje natural, en vez de verlos como parte de la civilización y la cultura humana (Mignolo. 2010).|16
Divido esta cita en dos partes, porque creo que explica la manera en la que la imagen reflejada y su contenido son dos cosas distintas. Por un lado se habla de la imagen generada como una composición: se refleja el paisaje, el entorno natural; pero por el otro, se construye una narrativa que enmarca dentro del discurso colonial las imágenes representadas en la pintura. Se forma una doble imagen, visual por un lado y conceptual por el otro. Quizás este es el objetivo de una imagen realmente bien entendida.
Las imágenes que vemos en el reflejo no son objetos, sino las formas que vemos junto con lo que sabemos o intuimos. Las completamos con nuestra percepción. En ese sentido escribe Merleau-Ponty: su imagen en el reflejo es un efecto de la mecánica de las cosas. Si se reconoce en él, si piensa “me parezco”, es su pensamiento quien teje esa conexión (Merleau-Ponty. 1993) 17 La imagen que se forma es precisamente el acto de tejer el pensamiento, el fenómeno y el objeto.
Un ejemplo popular y dos reflexiones desde el arte
16 Mignolo, Walter, Estética descolonial: desaprendiendo y reaprendiendo el museo a través de Black Mirror / Espejo Negro de Pedro Lasch. En: Lasch, Pedro, Black mirror/espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010, pp. 87-103, p. 93
17 Op. Cit., Merleau-Ponty, p. 131
El esclavo en el espejo mágico
La película Blanca Nieves y los 7 enanos de Walt Disney (1937), una reinterpretación del cuento de los hermanos Grimm (1812) comienza con el siguiente diálogo entre la reina y el espejo mágico: Al enterarse la reina que ella no era la más bella del reino, emprende una cacería contra Blanca Nieves que
Esclavo en el espejo mágico, ven del espacio remoto. A través del viento y la oscuridad, yo te convoco. ¡Habla! Deja que vea tu rostro.
¿Qué desea saber, mi Reina? Espejo mágico en la pared, ¿quién es la más bella de todas?
Renombrada es tu belleza, Majestad. Pero espera. Una encantadora doncella veo. Los harapos no pueden ocultar su delicada gracia. Qué pena, ella es más bella que tú. ¡Qué pena para ella! Revela su nombre.
Labios rojos como una rosa, cabello negro como el ébano, piel blanca como la nieve ¡Blanca Nieves!
termina con la muerte de la monarca, mientras que Blanca Nieves es rescatada por el príncipe. Además de las construcciones de roles sociales y de género que la historia hace evidentes -que no podremos discutir en este ensayo- este cuento está construido alrededor del espejo como un objeto de adivinación. Esta escena de la película traslada la idea del espejo como objeto mágico, a través del cual se pueden establecer conexiones con otros mundos a la cultura popular del siglo XX -y entrado el XXI- La reina llama al esclavo en el espejo mágico desde el espacio remoto y éste aparece para responder las dudas de la reina. ¿No es esto mismo lo que sucede en el cuento de Borges, en el culto de Tezcatlipoca? El espejo abre otro mundo, muchas veces funesto.

La obra Yucatan Mirror Displacements (1968) de Robert Smithson está conformada por tres momentos: primero, Smithson colocó algunos espejos sobre el terreno en distintos sitios por toda la zona maya del sur de México; la segunda parte es el registro fotográfico de dichas intervenciones; y por último la publicación de las fotografías junto con un texto que narra los distintos momentos del proceso,18 siguiendo una narrativa similar a la utilizada por John Loyd Stephens en su libro: Incidents of Travel in Yucatan (1843). En la narración, titulada Incidents of Mirror Travel in the Yucatan, Smithson reflexiona sobre el uso de los espejos y como estos sirven para desplazar el espacio y permitir un viaje hacia su interior. A lo largo del texto, Smithson se identifica con Tezcatlipoca para entablar conversaciones con algunos dioses aztecas -a pesar de estar en la zona maya- que apoyan su reflexión alrededor de los espejos, los espejismos y los reflejos.
El espejo en sí mismo no es sujeto de la duración, ya que es una abstracción en desarrollo, intemporal y siempre disponible. Los reflejos, por otro lado, son casos efímeros que eluden las medidas.
Las preguntas que formulan los espejos siempre quedan a medio responder. Los espejos prosperan en espacios sordos y generan incapacidad. Los reflejos caen en los espejos sin lógica alguna y, al hacerlo, invalidan toda afirmación racional. Los límites inexpresables están del otro lado de los sucesos y nunca podrán ser alcanzados […] si uno quiere ser
18 Publicado originalmente en la revista Arforum, septiembre 1969
lo bastante ingenioso para borrar el tiempo, necesita espejos, no piedras (Smithson. 2014). 19
En estos fragmentos podemos ver cómo es que Smithson, a través de las intervenciones con espejos, abstrae conceptos en los que el espejo y el reflejo se vuelven
19 Smithson, Robert, Incicentes de viaje-espejo en Yucatán
En: Schulz, Sara, Damián Ortega, eds., Robert Smithson: selección de escritos, Alias, México, 2014, pp. 132-147, 136, 137, 145

centrales para discutir el tiempo y el espacio. Para él, los espejos también funcionan como portales que modifican el espacio en que se encuentran.
Los límites inexpresables están del otro lado de los sucesos y nunca podrán ser alcanzados. El espejo como una metáfora de la imagen y de la memoria. Ni la imagen, ni el reflejo, ni la memoria serán nunca los sucesos, están siempre del otro lado. Para Smithson, el reflejo tiene la capacidad de borrar el tiempo, pero por otro lado comenta que solamente podemos aproximarnos al espacio, pero el tiempo es demasiado remoto […] el tiempo está desprovisto de objetos. ¿Podría ser que el espejo desplaza el espacio, pero la imagen que se genera dentro desplaza el tiempo? ¿Acaso plantea Smithson que el espejo puede ser un umbral que interrumpe el espacio-tiempo para generar un vórtice en la percepción, desplazándonos en el espaciotiempo sin cambiar de ubicación físicamente?
El reflejo de un espejo frente a otro podría ser un concepto de infinito: todo y a la vez nada. Sin percepción el reflejo no sucede. Sin percepción, la imagen no sucede. Podríamos pensar la memoria como una percepción retardada: la percepción de la ausencia. Vuelvo a plantear aquí la pregunta con la que inició este ensayo: ¿Percibimos el objeto reflejado o lo imaginamos?
Black Mirror | Espejo Negro
La instalación Black Mirror / Espejo Negro de Pedro Lasch,
al igual que Yucatan Mirror Displacements fue concebida como una obra tripartita: la primera parte consiste en una instalación pensada como un comentario dentro de un museo de arte;20 la segunda parte está compuesta por una serie de fotografías dividida en 5 suites en las que muestra distintos modos de ver lo mismo: 1) el proceso; 2) los objetos ante los espejos evitando ver el reflejo; 3) los objetos y el reflejo de las pinturas españolas; 4) el reflejo incluye también el contexto de la galería ; y 5) se suma al reflejo la presencia de los visitantes; la tercera parte de la obra es un libro donde se publicaron las fotografías junto con una serie de ensayos que revisan la instalación desde diferentes enfoques disciplinares: Historia del Arte, Arqueología, Antropología, Estudios de género, Teoría estética, Teoría descolonial e Investigación artística.
La instalación -de donde derivan el resto de los componentes- consistió en mostrar una serie de piezas precolombinas, pertenecientes a la colección del museo, de espaldas al espectador frente a espejos negros en los cuales estaban impresos de manera que no fueran visibles a primera vista fragmentos de los cuadros de la exposición De El Greco a Velázquez: Arte durante el reinado de Felipe III que se mostraba de manera simultánea en el mismo museo.21
El papel del espejo en la instalación es indiscutiblemente central. Toda la exposición está dispuesta alrededor de un espejo de obsidiana al centro del espacio y gira alrededor
20 La instalación se presentó en el Nasher Art Museum en Duke University, Carolina del Norte, Estados Unidos, en 2007 21 Felipe III reinó España entre 1598 y 1621, un periodo de mucha abundancia en Espeña tras haberse establecido el domino sobre las colonias en América, así como las rutas comerciales que transportaban los bienes de un lado al otro del Atlántico.



del concepto del espejo negro como un elemento mágico que permite ver posibles, más que realidades. Lasch escribe sobre el rol del espejo negro:
La superficie negra transforma cuerpos escultóricos en pinturas efímeras, incorporando el reflejo del espectador, el entorno (Lasch. 2010) y un juego más de rostros antes no vistos [las imágenes impresas dentro del espejo]22
Este juego entre objetos e imágenes tiene una repercusión estética a la vez que conceptual, a través de las cuales la instalación propone una serie de cuestionamientos sobre los modos de exhibición y la manera en que se construyen culturalmente los objetos: algunos como artefactos y
22 Op. Cit., Lasch, p. 11

otros como obras de arte; algunos como historia, otros como antropología; imágenes y objetos. Apuntar estas construcciones conlleva una deconstrucción de la ideología dominante y propone una mirada descolonial. Walter Mignolo escribe sobre esto en su ensayo Estética descolonial:
Los principales protagonistas de esta instalación no son parte de la historia occidental, pero al mismo tiempo, aquí no están expuestos como curiosidades o ejemplos exóticos de civilizaciones extintas. No están expuestos en primer plano e iluminados frente a las figuras grises y oscuras de civilizaciones europeas.23 Lasch utiliza el término abstracción líquida para referirse a los reflejos producidos en los espejos negros, retomando la composición misma del objeto como un cristal originario de lava. Lo líquido como una metáfora contenida en el material y su comportamiento. El reflejo es líquido en tanto que no es posible fijarlo, como las imágenes producidas en la memoria. Zigmunt Bauman refiere a lo líquido en nuestra sociedad contemporánea como esa falta de estabilidad, esa inmediatez y fluidez de la información podría generar un eco de la fluidez de la memoria. El espejo desplaza la memoria hacia algo tangible, aunque sea momentáneamente vuelve visibles las imágenes ausentes que tenemos en la memoria. En el reflejo colapsan los objetos y su entorno, el espectador y la imagen que no existe más que como fenómeno. En el espejo hay una coexistencia temporal de los objetos y las imágenes, colapsadas dentro de un mismo espacio, que no es más que superficie.
23 Op. Cit., Mignolo, p. 101
Entonces, partiendo de las reflexiones que genera la instalación de Lasch, podemos plantear la siguiente pregunta ¿No es acaso la cultura un fenómeno también? Y si es así, ¿no podemos pensar en desaprender las estructuras que se han construido alrededor de los objetos para plantear nuevas miradas?
El espejo en la obra de Lasch no es un fin en sí mismo, sino un medio: enmarca, articula, estructura, relaciona, separa y da un significado particular a los objetos -devenidos imágenes en su interior-. El reflejo invita a pensar los objetos más allá de lo que son en sí mismos, lo que pueden ser como índices de la memoria, índices de la ideología y de una cultura en particular. Mientras que el objeto es entendido en su objetualidad como autocontenido, el reflejo hace visible la subjetividad de la mirada. El reflejo hace que el espectador distante se involucre con lo que está viendo. Hace que nos veamos mirando.
Pete Sigal concluye de la intención de Lasch: Lasch, predestinado para el fracaso -ya que nunca logrará capturar este sujeto [pre-colonial]- en su lugar nos presenta con algo mucho más importante y profundo: un método para entrar en el espacio ritual, para transformarse en lo liminal e inestable (Sigal. 2010), y para comprender la interacción entre los diferentes elementos que componen la instalación, así como las imaginaciones del inconsciente que crean al arte y al artista.24 Los ejemplos y reflexiones presentadas en este ensayo
24 Op. Cit., Sigal, p. 83
nos permiten ampliar la perspectiva sobre la metáfora, en principio simple, del reflejo como memoria, y a su vez como una imagen en potencia. Las imágenes evanescentes formadas en el espejo, un no-espacio y no-tiempo -el instante y la superfcie- evocan la presencia a partir de la realización de la ausencia.
La sombra indica un objeto, el reflejo supone una presencia, pero a la vez hace consciencia de la ausencia. El reflejo es una imagen subjetiva que varía dependiendo de las posibles relaciones que se puedan tejer entre los sentidos semióticos y sensibles, entre lo que vemos y lo que sabemos; de la misma manera las imágenes que formamos dependen de lo que sabemos y lo que percibimos.
El espejo no puede ser visto sin lo que refleja, entonces ¿puede haber imágenes completamente vacías? ¿Cómo se relacionan la imagen visual y su contenido semiótico? ¿La imagen es el espacio liminal tanto como el reflejo de la realidad objetiva en el interior del espejo?
¿No sucede lo mismo cuando nos miramos mirando?
Una curiosidad
La superficie y la profundidad Cristo en la columna y San Pedro, Cristo en el huerto de los olivos y La natividad son las tres pinturas que el pintor barroco Bartolomé Esteban Murillo pintó sobre lajas de obsidiana alrededor de 1670 en su ciudad natal, Sevilla.
Sevilla era uno de los principales puertos por el que ingresaban los bienes de la Nueva España a Europa, sugiriendo que las obsidianas son un producto llegado de América el cual Murillo aprovechó para pintar tres escenas bíblicas, aprovechando las cualidades lumínicas que logra de manera natural esta piedra para añadir destellos de luz a las composiciones. Si bien esto puede ser un recurso visual que Murillo integró a sus pinturas, ¿Por qué pintaría sobre esta piedra-espejo si los espejos estaban condenados por la iglesia como herramientas de la magia negra? ¿Sería un acto simbólico de las figuras de la iglesia católica triunfando sobre los posibles mundos a los que se ingresa a través del espejo?
Estas pinturas permiten especular sobre la dicotomía establecida entre el pensamiento occidental y el prehispánico sobre la imagen. Mientras el pensamiento occidental es determinado, establecido, dogmático, fijo y único, el pensamiento prehispánico es variable, posible, múltiple, indeterminado. Se oponen lo superfluo y lo profundo. El mundo sobre la tierra y un mundo donde lo




divino es presente. Murillo niega la posibilidad de entrar al espejo, a los mundos posibles y cambiantes con su pintura que a la vez reafirma la imagen preferida por la iglesia católica. Estas pinturas son análogas al proceso de conquista espiritual llevado a cabo en América. La imagen católica está sobrepuesta, materialmente, sobre un objeto de culto prehispánico. La imagen del espejo es opuesta a la imagen de la pintura. No representa la realidad, ni una narrativa establecida, sino que presenta una serie de posibilidades, una imagen inestable.


Sigal, Pete, Reflejos coloniales. En: Lasch, Pedro, Black mirror/ espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010, pp. 74-83
Merleau-Ponty, Maurice, Eye and mind. En: Johnson, Galen A., ed., The Merleau-Ponty Aesthetic Reader, Northwestern University, Evanston, 1993
Maillet, Arnaud, Espejo negro, espejo de tinta: la fascinación como trampa. En: Lasch, Pedro, Black mirror/espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010, pp. 51-63
Foucault, Michel, De los espacios otros. Conferencia dictada en 1967, publicada en: Architecture, mouvement, continuité, No. 5, 1984.
Lasch, Pedro, Black mirror/espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010
León Portilla, Miguel, Ritos, Sacerdotes y Atavíos de los Dioses. Traducción de los textos de los informantes de Sahagun, Seminario de Cultura Náhuatl, UNAM, 1958
Borges, Jorge Luis, El espejo de tinta, 1933 Mignolo, Walter, Estética descolonial: desaprendiendo y reaprendiendo el museo a través de Black Mirror / Espejo Negro de Pedro Lasch. En: Lasch, Pedro, Black mirror/espejo negro, Duke University Press, Durham, 2010, pp. 87-103
Smithson, Robert, Incicentes de viaje-espejo en Yucatán. En: Schulz, Sara, Damián Ortega, eds., Robert Smithson: selección de escritos, Alias, México, 2014, pp. 132-147
Fédida, Pierre, L´ombre du reflet. L´émanation des ancêtres. En: La Part de l´oeil: la représentation et l´objet. Revue de pensée des arts plastiques, No. 19, Presses de l´Académie Royale des Beaux-Arts de Bruxelles, Bruselas, 2003-2004, pp. 194-201
Didi-Huberman, Georges, Gestos de aire y de piedra. Sobre la materialidad de las imágenes, Cantamares, México, 2017