¿Dónde está la imagen?

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¿Dónde está la imagen?

cinco

En este ensayo se tratará el tema de la materialidad de las imágenes partiendo del ensayo de Georges Didi-Huberman Gestos de aire y de piedra, 1 donde el autor trabaja con las nociones de imagen estudiadas por el psicoanalista Pierre Fédida, quien a partir del motivo de la ausencia, mediante el cual se trata de pensar una imagen-blanco, imagen como puro intervalo o esparcimiento, orienta su trabajo en dos direcciones complementarias: obra de aire e imagensoplo por un lado, obra del obstáculo e imagen piedra por otro. (Didi-Huberman. 2017)2 Las nociones estudiadas por Didi-Huberman y Fédida se complementarán con las reflexiones de Francesco Gori en el ensayo What is an Image?3

Tanto para Didi-Huberman, como para Gori, la imagen es un intervalo, un instante de pura sensibilidad donde el lenguaje colapsa y se forma un puente, un vínculo sensible entre el objeto y la imagen mental. Es decir, la imagen es el momento en el que la representación desaparece para dar pie a la presencia en la memoria. Entones, tal vez la pregunta es equivocada, no debemos ocuparnos de ¿dónde está la imagen? Sino de ¿cuándo está la imagen? Al respecto, escribe Gilles Deleuze: Me parece evidente que la imagen no está en

1 Didi-Huberman, Georges, Gestos de aire y de piedra. Sobre la materialidad de las imágenes, Cantamares, México, 2017 2 Ibid., p. 64

3 Gori, Francesco, What is an image? En: Purgar, Kresmir, ed., W J T Mitchell´s Image Theory, Routledge, Londres, 2017, pp. 40-60

presente […] La imagen misma, es un conjunto de relaciones de tiempo del que el presente sólo deriva, ya sea como un común múltiple, o como el divisor más pequeño. Las relaciones de tiempo nunca se ven en la percepción ordinaria, pero sí en la imagen (Deleue. 1986), mientras sea creadora. Vuelve sensibles, visibles las relaciones de tiempo irreducibles al presente4

Podemos distinguir entonces tres momentos esenciales para la formación de la imagen: primero, la imagen material, el soporte a partir del cual se forma la imagen; segundo, la imagen mental, la idea que porta la imagen material; y finalmente, el instante, el intervalo, el entre, la potencia donde la imagen se consolida, permitiendo el paso de lo material a lo inmaterial, de lo exterior a lo interior, de lo público a lo íntimo, ¿del espacio al tiempo?, a partir de una tensión. Comúnmente, la imagen es entendida como una representación visual de lo ajeno. Es un objeto, por más efímero que sea -pienso en las imágenes digitales- que sustituye la realidad visible o sensible en un objeto. Es la representación de un instante hecho objeto. Para Didi-Huberman y Fédida,5 las imágenes no son representaciones, sino el instante donde colapsan el objeto y la memoria, el intervalo entre el objeto y la memoria. La imagen no como objeto ni como idea, sino como acción.

4 Deleuze, Gilles, Le cerveau c´est l´ecran. En: Cahiers du Cinema, no. 380, Paris, febrero 1986, pp. 24-32

5 La manera en la que Didi-Huberman va y viene libremente entre sus ideas y las de Fédida hacen que sea difícil de distinguirlas, por o que cuando se refiera a este ensayo en particular, se puede pensar en ambos autores a la par.

Es el lugar en donde el aire y la piedra pueden pensarse juntos -pueden pensarse como trabajando juntos. 6

Si la imagen no es ni la idea ni el objeto, entonces el momento de la percepción es esencial para la formación de una imagen. Para Gori, ese momento es lo que diferencia las imágenes del uso del lenguaje. Es la manera en la que percibimos las imágenes, lo que CS Peirce denomina firstness7 -primeridad, inmediatez- lo que hace que las imágenes tengan un impacto distinto al lenguaje. El lenguaje se lee de manera lineal, es decir requiere de un cierto tiempo para ser captado en su totalidad, mientras que la imagen, se percibe en un instante. La imagen es el instante mismo. Continúa Gori:

A diferencia del lenguaje, donde primero percibimos una serie de sonidos que subsecuentemente interpretamos acorde a un código, ante una imagen (picture) percibimos “primero” la imagen (image) (por ejemplo un retrato) y después nos hacemos conscientes del medio (por ejemplo pintura al óleo sobre lienzo)8

Me parece interesante este planteamiento, ya que nos invita a pensar la imagen como una presencia que no se puede representar, a diferencia del lenguaje. Un texto puede ser recordado y reproducido verbalmente o por escrito y mantiene su esencia, pero una imagen reproducida cambia de contenido al cambiar de medio. La música y el cine podrían ser más cercanos al texto en este aspecto. Podemos recordar una imagen, pero no

6 Op. Cit., Didi-Huberman, Gestos... p. 67

7 CS Pierce citado en: Op. Cit., Gori, p. 42

8 Op. Cit., Gori, p. 42

la podemos reproducir en su totalidad. Fédida ejemplifica estas imágenes a partir del sueño. Para él, las imágenes de la memoria y del sueño no pueden, en sentido estricto, ser vistas, sino que son imágenes ausentes. Continúa: las imágenes se forman, se transforman, no permanecen. Con la condición de que la voz restituya siempre la superficie de una memoria legible, una vez que las imágenes han visto y luego olvidado. 9 Las imágenes han visto y luego olvidado. (Didi-Huberman. 2017) Con esta afirmación, Fédida dota a las imágenes de la capacidad doble de ver y ser vistas. Además, si tienen la capacidad de olvidar, quiere decir que tienen también la capacidad de recordar. Las imágenes recuerdan y, desde la reciprocidad nos permiten recordar aquello que han olvidado, la ausencia. En ese sentido, las imágenes son coportadoras de memoria, arden por la memoria, es decir que todavía arden, cuando ya no son más que ceniza. 10 La imagen solamente permanece en tanto que memoria.

La memoria es un punto central en la concepción de imagen de Didi-Huberman, ya que es ahí donde se da la imagen como hecho. Es en la memoria donde el lenguaje y la imagen colapsan, se entrelazan y se yuxtaponen de manera más clara. Se hacen cómplices para formar la imagen. Esta postura parece contradictoria, ya que como hemos visto, la imagen y el lenguaje han sido conceptualizados como polos opuestos, a pesar de que generalmente se relacionan para formarse de manera más clara. Sobre esta relación escribe Didi-Huberman:

9 Op. Cit., Didi-Huberman, Gestos... p. 47

10 Didi-Huberman, Georges, Cuando las imágenes tocan lo real, Círculo de Bellas Artes, Madrid, 2018, p. 12

La palabra despliega la memoria, la memoria supone imagen, la imagen recubre el nombre y regresa a la cosa. Y es porque el sueño [y la memoria] está hecho de imágenes visuales que son cosas que las imágenes vuelven a recordar (Didi-Huberman. 2017), y puesto que estas imágenes son el interior de los nombres de estas cosas, la construcción [¿de imágenes-objetos?] es la memoria de un pasado irrepresentable11 Es en la memoria y en lo poético donde el lenguaje colapsa para dar pie a la imagen. El objeto desaparece y queda la ausencia. El instante donde el objeto deja de ser tal para ser sensibilidad pura, memoria pura. Para Fédida, la imagen es, por un instante, el efecto que produce el lenguaje en su brusco ensordecimiento […] es detener el lenguaje, el instante abismal de la palabra. 12 Entonces, la imagen es un efecto en un instante por medio del cual el lenguaje y el objeto desaparecen y se detona una memoria, una reminiscencia (un vestigio) de un punto pasado. Tomando como base esta manera de pensar la imagen podemos construir una analogía entre el estudio de la imagen y el de los vestigios arqueológicos.

La imagen como un efecto la deja expuesta, sin materialidad, o con una materialidad cuya utilidad es la de detonar. Si la imagen misma no es sino ausencia pura, entonces, ¿cómo podemos pensar la imagen como una función dialéctica? ¿Dialéctica entre objeto e idea?

La imagen como el intermedio, el intervalo entre su objeto y su idea. Su materialidad no está ni en la piedra, ni en el aire. No es la representación de lo ajeno, sino el hacer

11 Op. Cit., Didi-Huberman, Gestos... p. 59

12 Ibid., p. 7

presente la vivencia íntima. Al suceder en un instante, el presente de la imagen, dice Fédida, no es una categoría temporal con una función cronotética (separación de épocas), es un presente de imagen reminiscente (DidiHuberman. 2017).13 La imagen da cuerpo a la reminiscencia. Es en la imagen-objeto que se puede hacer visible la imagen de la memoria -ausente-. En ese sentido, apunta Walter Benjamin que no es que lo pasado arroje luz sobre lo presente, o lo presente sobre lo pasado, sino que imagen es aquello en donde lo que ha sido se une como un relámpago al ahora en una constelación. En otras palabras: la imagen es dialéctica en reposo (Kautz. 2015).14 La imagen tiende puentes entre temporalidades distintas en el mismo instante en que se consolida como imagen. Para esta definición, Benjamin toma prestado el concepto de constelación de Adorno, para quien este concepto partía de entender la crítica a partir de las relaciones entre las partes, es decir, el objeto de estudio en relación a su contexto, su situación particular. Entonces para Benjamin, la imagen no es fija sino que depende de su contexto, ya que es a partir de éste que su interpretación y significado puede variar dependiendo de las relaciones que se generen.

A partir de la cualidad relacional de la imagen, Benjamin introduce el concepto de imagen dialéctica, según el cual éstas no son objeto, sino medio y matriz de su concepción, esto es, no son ni las imágenes materiales de la partida ni las imágenes mentales que suscita su lectura, sino el solapamiento vibrante y revulsivo de ambas (de Luelmo.

13 Ibid., p. 60

14 Walter Benjamin citado en: Kautz, Willy, Lo que no vemos lo que nos mira, Museo Amparo, Puebla, 2015, p. 149

2007).15 Aquí Benjamin propone un nuevo problema. No es que la imagen sea el intermedio entre la imagen material y la imagen mental, sino que es el solapamiento vibrante y revulsivo de ambas. Es la tensión misma que se genera entre las partes.

Gabriel de la Mora se ha preocupado por estos conceptos alrededor de la imagen en parte de su obra, haciendo posible visualizar estos conceptos abstractos en objetos concretos. Tomando como referencia la exposición Lo que no vemos lo que nos mira, 16 curada por Willy Kautz en el Museo Amparo, intentaré ejemplificar cómo es que de la Mora retoma la idea de las imágenes como portadoras de memoria como un modo de articular su trabajo alrededor del monocromo y del desvanecimiento de las imágenes.

El título de la exposición retoma, a la vez que niega el título del libro Lo que vemos, lo que nos mira de DidiHuberman.17 En palabras de Kautz:

[…] la idea de invertir dialécticamente el mismo título del libro -Lo que vemos lo que nos mira- para hablar de aquello que no se nos presenta ante la mirada, lo que está en lo escisión de lo escópico, al interior de los fragmentos de las imágenes y de los objetos, consistió en una intención orientada justamente a proponer acercamientos y distanciamientos entorno

15 Walter Benjamin citado en: de Luelmo Jareño, José María, La historia al trasluz: Walter Benajamin y el concepto de imagen dialéctica. En: Escritura e imagen, Vol. 3, Universidad Politécnica de Valencia, 2007, pp. 163-176. P. 175

16 Exposición llevada a cabo en el Museo Amparo, Puebla, entre octubre de 2014 y febreo de 2015

17 Didi-Huberman, Georges, Lo que vemos, lo que nos mira, Manantial, Buenos Aires, 2010

al monocromo y la imagen, es decir, el vaivén en el que se debate el ver y el mirar.18

Mientras que Didi-Huberman se refiere a la capacidad de las imágenes de afectarnos, desde el objeto visto y a través de la capacidad mnemónica, la obra de de la Mora refiere a lo que no vemos, lo que está más allá del objeto escópico como aquello que afecta a quien lo percibe. Esto es, la imagen depende de generar relaciones a partir de la inclusión del conocimiento como un sentido más que se suma al momento de percibir un objeto sensible. Kautz sitúa este pensamiento alrededor de la obra de de la Mora de la siguiente manera: […] la viabilidad de operaciones que trasbordan el estatuto de lo formal en gestos donde el ver escópico -objetual- se ve rebasado por un régimen del mirar que tiende a operar en el campo de lo que no vemos, esto es, aquello que está fuera de lo simbólico: un salto al vacío, una especulación acerca de lo real, un conocimiento que tiene lugar después del acercamiento racional y los mecanismos de significación […] los fragmentos son lo que queda cuando algo deviene su doble, dejando detrás de sí su imagen objetualizada en una suerte de fantasma palpable. (Kautz. 2015) 19

Retomaré dos piezas presentadas en esta exposición para tratar de hacer visible cómo la imagen-objeto puede devenir tensión, es decir, provocar imagen. En Doble contenido (2010) de la Mora hace visible la imagen como fenómeno. Podríamos decir que en ella son

18 Op. Cit., Kautz, p. 153

19 Ibid., pp. 12-13

visibles los tres momentos de la imagen, como objeto, como idea y como tensión, intervalo o intermedio. La obra está compuesta por una caja de acrílico sobre una superficie obscura, y un colibrí atropellado. El fenómeno de la imagen se hace evidente en el reflejo, el colibrí está dentro del capelo de plástico como un doble. Se ha convertido en una imagen evanescente, en un fantasma de sí, pero podemos ver ambos al mismo tiempo. El objeto y su doble como imagen a la vez que formamos una tercera imagen desde nuestra percepción. La imagen en esta pieza es entendida como el fenómeno de duplicación del objeto, creando una tensión entre el objeto y su representación. El recurso del reflejo provoca que no se pueda señalar dónde está la imagen, no es una representación del objeto, sino el objeto mismo visto a través del fenómeno de la percepción.

Por otro lado, en la pintura P.T.I (2013), de la Mora trabaja con una pintura encontrada de un autor anónimo. La obra consiste en invertir el lienzo para hacer visible la parte posterior, donde la escena pintada se ha trasminado con el paso del tiempo. Con esta acción, de la Mora hace visible una imagen que ha sido formada por el tiempo mismo, en sí invisible. Esta nueva imagen, al no ser clara en su materialidad, nos obliga a ver más allá de su simple objetualidad y nos indica la imagen fuera de esta. Nos invita a mirar lo que no vemos.

En referencia a este fenómeno en la percepción, Merleau Ponty apunta que cuando el mundo de los objetos claros y articulados se encuentra abolido, nuestro ser perceptivo, amputado de su mundo, dibuja una espacialidad sin

Gabriel de la mora, Doble contenido, 2010

cosas, 20 la imagen se clarifica cuando su componente material no es claro. Dice Kautz que éste es un quiebre entre lo que vemos, la obra literal, y lo que miramos, una temporalidad que si bien se inscribe a los materiales, nos muestra algo igualmente físico, pero que ya no vemos. 21

20 Maurice Merleau-Ponty citado en: Op. Cit., Didi-Huberman, Gestos... p. 59

21 Op. Cit., Kautz, p. 115

Bien podríamos aplicar esto al fenómeno de la imagen. El objeto sirve como presencia para indicar hacia algo que está ausente, pero percibimos. Formamos una imagen de la ausencia.

Este ensayo partió de un cuestionamiento simple: dónde están las imágenes, con la intención de ubicar un lugar específico, el aire o la piedra, pero pronto se aclaró que no estábamos buscando un lugar, sino un momento, un

Gabriel de la mora, P.T.I, 2013

instante donde se forman las imágenes a partir de tres componentes principales: el objeto-imagen, la memoria y la relación que se forma. Entonces, ¿cuándo se forman imágenes?

No creo que esta pregunta haya sido respondida, pero creo que este ensayo toca algunos puntos que pueden ayudar en el esclarecimiento este fenómeno:

- La imagen como fenómeno, como un efecto que se da en un momento ucrónico, no como un objeto fijo

- La imagen como algo íntimo, no común, que se detona a partir de un objeto exterior

- La imagen como una potencia

- La imagen como un intervalo

- La imagen recíproca, puede ser vista, pero nos mira de vuelta

- La imagen como presencia, no representación

- La imagen como presencia de la ausencia

- La imagen-objeto como coportadora de memoria

- La imagen a partir de las relaciones - La imagen como una tensión

¿Decir poéticamente? Es trabajar el lenguaje para que se quede sin aliento y que, de este agotarse, se exhale su límite mismo, ese límite suyo que no ha sido aún masificado, sino fugitivamente condensado y mostrado: una imagen.

Imagen es el soplo del tiempo en cuanto que nos toca, nos alcanza, nos afecta. 22

La imagen es necesariamente poética, porque no es certera y apela directamente a la memoria íntima, sensorial de quien se imagina en el objeto (Kautz. 2015).

22 Op. Cit., Didi-Huberman, Gestos... p. 84, 87

Didi-Huberman, Georges, Gestos de aire y de piedra. Sobre la materialidad de las imágenes, Cantamares, México, 2017

Deleuze, Gilles, Le cerveau c´est l´ecran. En: Cahiers du Cinema, no. 380, Paris, febrero 1986, pp. 24-32

Walter Benjamin citado en: Kautz, Willy, Lo que no vemos lo que nos mira, Museo Amparo, Puebla, 2015

Walter Benjamin citado en: de Luelmo Jareño, José María, La historia al trasluz: Walter Benajamin y el concepto de imagen dialéctica. En: Escritura e imagen, Vol. 3, Universidad Politécnica de Valencia, 2007, pp. 163-176.

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