En este ensayo intentaré situar el concepto náhuatl ixiptla en relación al de simulacro desarrollado por Deleuze en Diferencia y repetición. 1
Ixiptla es un término náhuatl que ha sido utilizado dentro de los estudios de la imagen en relación a la imagen, la religión y las artes en el mundo prehispánico por autores como Hans Belting, Serge Gruzinski y Alfredo López Austin, entre otros. Tomaré como referencia el estudio historiográfico de Emilie Carreón Blaine: Un giro alrededor del ixiptla2, donde la autora repasa y hace distinciones de los diferentes significados que se le han atribuido a esta palabra, ayudando a esclarecer o a apuntar hacia un entendimiento más completo de este término.
Ixiptla se ha traducido como imagen, pero su significado es más complejo que el de la imagen occidental, ya que en el ixiptla está contenida la divinidad misma, no es una representación de un dios, sino el dios mismo. Es forma y contenido a la vez. Es la piel que envuelve y el interior de la máscara que se muestra. El interior y el exterior están presentes simultáneamente. Es una presencia, no una representación, es la forma divina encarnada materialmente. La forma es variable, mientras que el contenido se conserva.
1 Deleuze, Gilles, Diferencia y repetición, Amorrortu editores, Buenos Aires, 2017, pp. 114-118
2 Carreón Blaine, Emilie, Un giro alrededor del ixiptla. En: Baez Rubí, Linda, Emilie Carreón Blaine, eds., XXXVI Coloqui internacional de Historia del Arte. Los estatutos de la imagen, creaciónmanifestación-percepción, IIE, UNAM, México, 2014, pp. 247-274
Antes de intentar entrecruzar el concepto de ixiptla con el de simulacro, será necesario hacer una recapitulación de los distintos atributos de esta palabra, así como un paréntesis etimológico del término para poder estimar un sentido más amplio desde sus raíces.
El término ixiptla fue abandonado por mucho tiempo por su cercanía con las creencias religiosas previas a la conquista, hasta que fue recuperado por Arild Hvidtfeldt,3 quien en 1958 lo utilizó para referirse a las manifestaciones materiales de los dioses prehispánicos. Explica que: Es la imagen misma, el ixiptla, la que constituye el dios y que ixiptla ha de entenderse en el sentido de máscara, carátula y ropajes que cubren, visten, o pintan y adornan al dios para construirlo […] lo sagrado está en ellos y a través de ellos se puede acceder a él.4(Carreon. 2014)
Podemos destacar de esta primera definición uno de los principales aspectos del ixiptla: el dios está en el ixiptla, es objeto divino y terrenal a la vez; es una presentación del dios, no es su sustituto.; es presencia, no representación. En ese sentido sería una imagen sin copia, a diferencia de la imagen occidental que asume un original.
Serge Gruzinski lleva aún más lejos la dicotomía entre la imagen occidental e ixiptla: El ixiptla era el receptáculo de un poder, la presencia
3 Historiador de la religión de origen danés (1915-1999) recuperó este término en su libro: Teotl and ixiptlatli: some central conceptions in ancient mexican religion de 1958
4 Op. Cit., Carreón, p. 253
reconocible, epifánica, la actualización de una fuerza imbuida en un objeto, un “ser-ahí” [dasein] sin que el pensamiento indígena apresurara a distinguir la esencia divina y el apoyo material […] ixiptla es el producto de un código secreto, que constituye un repertorio cifrado y exhaustivo de elementos y de combinaciones por oposición a la imagen occidental que se abre sobre un “otro” real o ficticio (Gruzinski. 2019). 5
Por su parte, Fernando Zamora Aguilar explica en su teoría de la imagen que la palabra ixiptla podría ser un sustituto a ídolo en referencia al arte indígena ya que esta última es peyorativa. Escribe: [La palabra ixiptla] en vez de imagen para entender el arte indígena/mexicano, es ventajosa porque no está lastrada con ninguna noción moral judeocristiana ni aristotélica, (Carreon. 2014) y por lo tanto la palabra no implica un juicio de valor. 6 Ixiptla fue sustituido por ídolo en las traducciones realizadas por los conquistadores como una ventaja a su favor en las misiones de evangelización y conversión. Gruzinski sustenta en La guerra de las imágenes la importancia que tuvieron las representaciones visuales dentro del proceso de conquista cultural. La visualidad fue utilizada como un modo de comunicación eficiente frente a la imposibilidad de la comunicación verbal por la diferencia de lenguas.
El encuentro entre la concepción de imagen según los europeos, como una dicotomía entre imagen celeste y copia terrestre se encontró con el ixiptla de las culturas
5 Gruzinski, Serge, La guerra de las imágenes, Fondo de Cultura económica, México, 2019, pp. 61-62
6 Op. Cit., Carreón, p. 249
del México antiguo, en la que el objeto mismo era deidad, y podía mutar de forma mientras que el contenido se mantenía. La destrucción de las esculturas en piedra u otros materiales no significaba para los indios la destrucción de la divinidad, ya que esta podía tomar diferentes formas. Concluye Gruzinski que: ahí donde los cristianos buscaban ídolos, los indios no conocían sino ixiptla (Gruzinski. 2019). 7
Para Carreón, la imagen prehispánica no es una representación, como posiblemente tampoco sea un vehículo para comunicarse con el cosmos. 8 La imagen es una presencia que incorpora lo divino dentro de lo material. Su presencia es a la vez divinidad. Sobre el posible origen de la palabra ixiptla existen dos posturas: por un lado, López Austin propone que está en relación a la partícula xip- cuyo significado es piel, cáscara o cobertura, corteza o envoltura,9 siendo así ixiptla la piel del dios, un receptáculo de lo divino. Por su parte, Hvidtfeldt refiere a su composición a partir del vocablo ixtli- referente al rostro, la faz, que a su vez derivan en ojopersona-conocimiento 10 Finalmente, Carreón ubica ixiptla como un sustantivo posesivo por la utilización del prefijo i que en náhuatl denota propiedad, por lo que ixiptla implica la imagen o la representación de algo o de alguien, no hay ixiptla sin contenido, no hay imagen vacía.
Considerando estos posibles orígenes, Carreón propone que ixiptla sea comprendido como imagen
7
8
Op. Cit., Gruzinski, p. 62
Op. Cit., Carreón, p. 259
9 Ibid., p. 251
10 Ibid., p. 253
de, representación de y como delegado, remplazo, sustituto, y representante de11 [generalmente de lo divino] dependiendo del contexto en el que sea utilizado.
Sumando las siguientes consideraciones a los párrafos anteriores, podemos formar una metáfora a partir del ixiptla: xip, como piel, concha puede ser entendido como un contenedor, un receptáculo o un disfraz. Ixtli, como rostro, máscara, ojo o persona, puede ser entendido como ser en un sentido más amplio. Por lo que si consideramos ambos orígenes, ixiptla puede ser simultáneamente el contenedor y el contenido; la superficie y el interior. La máscara como el ser. Es la imagen del dios, el dios y su fantasma, es el dios presente a partir de su ausencia. Es un concepto que parte de la acepción de ciertos términos, un concepto en el sentido más estricto de la palabra.
El ixiptla es una idea materializada bajo una serie de códigos culturalmente aceptados, originalmente accesibles solamente por los sacerdotes. En ese sentido es un concepto más complejo que la representación occidental, que si bien depende de una serie de códigos, su objeto es ajeno a lo que representa. Aceptar el ixiptla por la deidad está sustentado en la fe, en creer la mentira, aun sabiendo que es mentira; es aceptar el hecho de que la construcción visual de la cultura depende más de tropos visuales que de imágenes (pictures), más en las creencias que en la actualidad, más en los simulacros que en la realidad física (Purgar. 2017) 12 .
11 Ibid., p. 268
12 Purgar, Kresmir, Iconology as Cultural Symptomatology. En: Purgar, Kresmir, ed., W J T Mitchell´s Image Theory, Routledge, Londres, 2017, pp. 81-99,p. 89.
Tomar ixiptla por metáfora visual es creer en las relaciones posibles que puedan ser detonadas por la imagen-objetonarrativa construida.
Mariana Castillo Deball propone utilizar el concepto de ixiptla como un molde, un receptáculo o un disfraz, complementando la metáfora con la figura de Xipe Totec -nuestro señor el desollado-, quien, según las creencias prehispánicas, renovaba su piel con la de otros para regenerar el mundo: el ciclo de vida y muerte, entre la tierra y el más allá.
Podemos encontrar la materialización de esta idea en la pieza: Between you and the image of you that reaches me (2010). En esta, Castillo Deball presenta fragmentos de moldes de fibra de vidrio en escala natural de la escultura monumental conocida como Coatlicue. El título de la pieza hace alusión a la imagen de lo prehispánico que
recibimos en la actualidad y cómo se ha distanciado del significado original que portaban las representaciones de las deidades.
Al presentar el vacío, el molde, el negativo de la escultura prehispánica, Castillo Deball entabla un diálogo con estos grandes monolitos que se han introducido a nuestra cultura como símbolos de otra cultura, reconfigurándolos. Se vuelven símbolos del pasado en el presente, más no como representaciones de deidades.
Nuevamente, en la serie UMRISS (2014), Castillo Deball retoma la idea del molde y del fragmento como parte de su estrategia para reinsertar objetos culturales precoloniales como símbolos. En esta serie de fotografías retoma imágenes generadas en la década de los 70 como

Mariana Castillo Deball, UMRISS, 2014
1970
anuncios del medicamento antipsicótico Stelazine en los que se mostraban máscaras tribales de diferentes partes del mundo, utilizando la máscara como símbolo detrás del que se esconde la persona con trastornos mentales.
En esta serie de fotografías, las máscaras mostradas son de origen mexicano y pertenecen al museo etnográfico de Berlín. Castillo Deball muestra las máscaras por detrás, mostrando el interior, invirtiendo y polemizando la relación ente máscara como cubierta y como contenido. El concepto de ixiptla es adoptado por la artista y evidencia la relación entre receptáculo y contenido. El ixiptla como el interior y el exterior volcados. Desacralizando el término ixiptla, podríamos entenderlo como un concepto cercano al de simulacro según Deleuze, quien parte de la idea de derrocar el platonismo, basado en la idea de un original, la cosa misma, y sus
Publicidad Stelazine, década decopias. Dice Deleuze: Derrocar el platonismo significa lo siguiente: negar la primacía de un original sobre la copia, de un modelo sobre la imagen, glorificar el reino de los simulacros y de los reflejos. (Deleuze. 2017) 13 Y, ¿No es en ese sentido similar a lo que entendemos por ixiptla, un original sin copia, la cosa misma como su imagen y su contenido, símbolo mismo? Entender la imagen desde el ixiptla permite una aproximación desapegada a las nociones occidentales tradicionales.
Deleuze busca en el simulacro una manera de deconstruir el ideal platónico (occidental) de la imagen, basado en las ideas de original-copia para después encontrar el original, sin copia en uno mismo, en la cosa como simulacro. Continúa Deleuze: La cosa es el simulacro mismo, el simulacro es la forma superior y lo difícil para toda cosa es alcanzar su propio simulacro, su estado de signo en coherencia (Deleuze. 2017). 14 Como símbolo religioso, los ixiptlatli prehispánicos alcanzaban su propio simulacro al ser objetos de fe, ¿Podemos situar la creación de imágenes contemporáneas como un acto de fe? ¿Debemos creer en las imágenes para que signifiquen?
Explica Deleuze que el problema de la imagen platónica no está entre el modelo y la copia, sino entre dos tipos de imágenes (ídolos), cuyas copias (íconos), no son más que el primer tipo, ya que el otro está constituido por los simulacros (fantasmas) […] el simulacro es precisamente una imagen demoníaca, desprovista de semejanza; o mejor dicho, a la inversa del ícono, ha puesto la semejanza en el exterior y vive de la diferencia (Deleuze. 2017). 15
13 Op. Cit., Deleuze, p. 115
14 Ibid., p. 116
15 Ibid., p. 198-199
Tanto el ixiptla como el simulacro son imágenes de síntesis, en ellas colapsan las nociones tradicionales de ídolo e ícono. Emmanuel Alloa nos recuerda la distinción platónica: […] entre las imágenes-copia (eikones -íconos-) que, si bien todo lo representan, siempre permanecen desarticuladas de lo representado, y las imágenessimulacro (eídola -ídolos-) que se extienden, invaden y se fusionan con lo que se supone que representan. (Alloa. 2020) […] los eikones derivan su representatividad de la autoridad del representante cuyo lugar (lieu) ocupan en su ausencia; los eidola, no contentas con simular su dependencia respecto de lo representado, le sustituyen y vuelven imposible toda distinción.16
A la inversa del ícono, el simulacro y el ixiptla no representan sino que sustituyen con la presencia. Podrían ser como eídola materializadas. Una presencia basada en la ausencia, pero soportada en códigos culturales. Es ahí donde la imagen deviene símbolo, se vuelve dios. Para Deleuze, en la cultura contemporánea, todo se ha vuelto simulacro. Pues por simulacro, no debemos entender una simple imitación, sino, más bien, el acto por el cual la idea misma de un modelo o de una posición privilegiada resulta cuestionada (Deleuze. 2017), derribada. 17 Entonces, si el simulacro es el acto, ¿Qué papel tiene el objeto o la imagen-picture?
16 Alloa, Emmanuel, Entre transparencia y opacidad: lo que la imagen da a pensar. En: Alloa, Emmanuel, ed., Pensar la Imagen, Ediciones Metales Pesados, Santiago de Chile, 2010, pp. 11-25. P. 16 17 Op. Cit., Deleuze, p. 118
En ambos casos, sea simulacro o ixiptla, es lo idéntico, la identidad misma en el objeto -la imagen misma- lo que le otorga un significado que coincide con su forma material. El objeto es idéntico a su concepto. Según estas concepciones, la imagen está en el acto, depende de creer, de saber, de entender para que sea simulacro, para que pueda sustituir la noción de objeto e imagen -tanto física como mental- por su ixiptla.
Los simulacros implican esencialmente, bajo una misma potencia, el objeto=x en el inconsciente, la palabra=x en el lenguaje, la acción=x en la historia. Lo esencial es que en estos sistemas no encontramos ninguna identidad18 previa, ninguna semejanza anterior.19
Podemos concluir que tanto el ixiptla como el simulacro son conceptos relacionados a la presentación de un concepto idéntico en su forma y contenido, no parten de representar un original, sino que destruyen esa noción de original-copia para sustituirla por la de lo idéntico. El significado es igual al significante y son inseparables. ¿Podría ser el objeto-imagen como un significado-concepto materializado? Sustentado en construcciones culturales y el sujeto pensante, como parte de una relación entre el mundo actual -visible, sensible- y el virtual -cognoscible, pensable-.
Esta breve reflexión a partir de un concepto náhuatl
18 Deleuze utiliza identidad para referirse a lo idéntico, considerando la etimología de esta palabra. Identidad deriva del latín ídem, es decir, lo mismo. Se ha optado por utilizar esta última noción para evitar entrar en las relaciones que actualmente existen alrededor de la identidad: de género, de raza, etc.
19 Op. Cit., Deleuze, p. 440
visibiliza cómo se ha construido la idea de imagen desde el pensamiento occidental, en oposición a otras concepciones sobre la misma. Retomar este concepto, así como otros en lenguas indígenas permite una apertura del lenguaje, y por lo tanto, la descentralización del pensamiento. Es un gesto que puede ser doblemente provechoso, por un lado, como una herramienta decolonizadora del lenguaje dentro de las reflexiones académicas, y por otro, como una ampliación de nuestro entendimiento alrededor de la imagen. Utilizar este concepto permite ampliar el entendimiento de la imagen desde el lenguaje, buscando otras maneras de verbalizarla.
Carreón Blaine, Emilie, Un giro alrededor del ixiptla. En: Baez Rubí, Linda, Emilie Carreón Blaine, eds., XXXVI Coloqui internacional de Historia del Arte. Los estatutos de la imagen, creación-manifestaciónpercepción, IIE, UNAM, México, 2014, pp. 247-274
Gruzinski, Serge, La guerra de las imágenes, Fondo de Cultura económica, México, 2019, pp. 61-62
Deleuze, Gilles, Diferencia y repetición, Amorrortu editores, Buenos Aires, 2017
Purgar, Kresmir, Iconology as Cultural Symptomatology. En: Purgar, Kresmir, ed., W J T Mitchell´s Image Theory, Routledge, Londres, 2017, pp. 81-99
Alloa, Emmanuel, Entre transparencia y opacidad: lo que la imagen da a pensar. En: Alloa, Emmanuel, ed., Pensar la Imagen, Ediciones Metales Pesados, Santiago de Chile, 2020, pp. 11-25