Tótems como portadores de memoria ancestral

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Tótems como portadores de memoria ancestral

cuatro

En este ensayo se tratará el concepto de tótem, desarrollado por WJT Mitchell en relación al concepto de memoria ancestral (Fédida. 2003) expuesto por Pierre Fédida en el ensayo: La sombra del reflejo. La emanación de los ancestros. 1 A partir de estos dos conceptos principales, y su relación con la cultura material, se pensará cómo se hace presente la memoria a través de los objetos. Expondremos distintos términos que amplían el concepto de imagen, en relación tanto a su componente físico como a su contraparte mental. Para esto, partiremos de la cultura material, entendida como los vestigios de tiempos pasados que hacen presentes y permiten entender -si bien parcialmente- cómo vivía un grupo de personas en particular y de cómo se han conceptualizado los objetos de culto distintos a la ideología dominante -judeocristianacomo fetiches e ídolos, para continuar con el concepto de tótem y de esta manera pasar de una memoria cultural -histórica- a una memoria ancestral -personal-. Tanto el fetiche como el ídolo hacen referencia a un objeto mágico-religioso que es en sí una fuente de poder.2 En el ensayo De la idolología, Emmanuel Alloa define el fetiche y cita la definición de ídolo de Jean-Luc Nancy: El fetiche es literalmente un dios fabricado […] la

1 Fédida, Pierre, L´ombre du reflet. L´émanation des ancêtres. En: La Part de l´oeil: la représentation et l´objet. Revue de pensée des arts plastiques, No. 19, Presses de l´Académie Royale des Beaux-Arts de Bruxelles, Bruselas, 2003-2004, pp. 194-201 2 El término náhuatl ixiptla podría funcionar como un complemento a estos términos

fetichización opera una catacresis que desplaza la atención del conjunto, inalcanzable, hacia una pars pro toto [la parte por el todo] que remite a una totalidad ausente.

El ídolo es “una imagen que supuestamente vale por sí misma y no por lo que ella representaría (Alloa. 2020) , una imagen que es por sí una presencia divina”3

Como podemos observar en estas definiciones, una diferencia importante sería el sitio de lo divino, mientras que en el ídolo está contenido dentro del objeto mismo, en el fetiche está simbolizado por la parte y señala algo fuera de sí. El fetiche es un fragmento de la divinidad. Otra diferencia que sería importante señalar es el carácter social que estos tienen. Mientras que el ídolo es un objeto socialmente aceptado por una comunidad como divinidad, el fetiche en tanto que fragmento de divinidad puede ser múltiple, y por tanto, íntimo.

Ambos términos fueron utilizados por los colonizadores para reprimir y deslegitimar las expresiones culturales, espirituales y cosmogónicas -diferentes a la religión católica- con las que se encontraron. El término feitiço fue utilizado por los lusitanos en referencia a los objetos de culto ficticios de las culturas de África, mientras que ídolo, fue utilizado por los españoles para referirse a los objetos de culto en mesoamérica.

Si bien la adoración de los objetos religiosos ha mutado y los objetos de culto se han adaptado a la lógica del

3 Alloa, Emmanuel, De la ideología. Heidegger y la arqueología de una ciencia olvidada. En: Alloa, Emmanuel, ed., Pensar la Imagen, Ediciones Metales Pesados, Santiago de Chile, 2010, pp. 107-130. Pp 107 y 116-117

capitalismo, podemos pensar que tanto los ídolos como los fetiches siguen vigentes dentro de nuestra sociedad, si bien no como objetos religiosos, corresponden a lo que Marx llamaría el fetiche de las mercancías, que en la actualidad se han desbordado a todos los ámbitos. Ambos términos han sido conceptualizados con connotaciones negativas, por lo que Mitchell propone considerar el término tótem, que si bien ha sido abordado desde la antropología, el psicoanálisis y la filosofía,4 ha quedado al margen de los estudios culturales. Mitchell propone introducir este término a la discusión-teorización de la imagen por su carácter transitorio.

Tradicionalmente, el tótem era un animal o ser natural (árbol, cascada…) con el que un clan se identificaba. Éste era una figura divina que los había antecedido y que permitía una relación entre el mundo natural y el cultural. Dice Mitchell en referencia a su libro El último dinosaurio:5

El tótem es más equívoco en su estatus [en comparación con el ídolo o el fetiche]; no son dioses generalmente, sino figuras de ancestros. Su sacralidad es generalmente transitoria y temporal (McNamara. 2017), confinada al momento ritual, seguida de un retorno al estatus profano u ordinario.6

A diferencia del ídolo y el fetiche, el tótem tiene que ser

4 Ver: Cordero, Rodrigo, Mito y totemismo en Sigmund Freud y Claude Levi Strauss. Rossi, Lydia Susana, Levi Strauss y Bergson

5 Mitchell, WJT, The last dinosaur, University of Chicago Press, Chicago, 1998.

6 McNamara, Andrew, Words and Pictures in the Age of the image; an interview with W J T Mitchell, en: Purgar, Kresmir, ed., W J T Mitchell´s Image Theory, Routledge, Londres, 2017, pp.100-103. P. 105

invocado para que cobre sentido su presencia, ya que de no ser así, es un objeto ordinario. Es una presencia que sustituye, a partir de la evocación a una ausencia, por lo general la ausencia de un ancestro. Este comportamiento, según Pierre Fédida, es una reminiscencia del animismo primitivo que perdura en la actualidad.

El tótem es un objeto de intimidad y de memoria compartida que permite evocar una imagen para un grupo pequeño de personas, clan o familia. No es completamente íntimo como el fetiche, ni completamente público como el ídolo. Es personal, pero involucra dentro de esta subjetividad7 a un grupo social íntimo.

Mientras que el ídolo y el fetiche están contenidos en el objeto, el tótem no es sólo un objeto sino que se encuentra en la relación entre objeto y memoria. Es imagen devenida relación. No es ni el objeto ni la imagen mental, sino la acción de recordar a partir de un objeto material. Es el detonante de la memoria ancestral. La memoria ancestral es una memoria colectiva-personal, que a diferencia de la historia, parte de experiencias íntimas compartidas. (Fédida. 2003) 8

Para Fédida, parte esencial del proceso de evocación de la memoria ancestral es el reconocimiento de la ausencia detonada por resonancias materiales -tótems-. Los ancestros son construidos a partir de las relaciones entre objetos y memoria. Escribe Fédida que: producir

7 Utilizo subjetividad en lugar de identidad por las connotaciones que esta última implica actualmente: identidad sexual, de raza, de género, entre otras.

8 Op. Cit., Fédida, p. 195. Fédida habla de la memoria de familia a la par de la construcción del ancestro

un ancestro es producir un olvido memorizado, 9 es recordar nuestra propia memoria, la imagen que hemos construido, más que el hecho-de-facto. Cada vez que se vuelve a evocar una imagen, ésta se reconstruye desde la imaginación a partir de los fragmentos materiales y de la memoria.

La creación del ancestro hace evidente la agencia de la ausencia al mismo tiempo que exige de quien evoca estas figuras un cierto nivel de autenticidad (auto-entos) [por sí mismo- interior]. El ancestro no puede ser evocado desde una representación, sino desde el reconocimiento de la ausencia en un objeto material. Para Fédida, mientras haya semejanza de lo representado, podemos estar seguros que no hay ancestro. 10 Para que se logre una evocación de la memoria ancestral, de la figura del ancestro ausente, se debe evitar la representación mimética de éste en el objeto, más bien, se debe buscar una presencia del objeto que sustituye, y lo hace presente.

El tótem no es el ancestro en sí -como sería el ídolo-, tampoco es un fragmento del ancestro -como sería en el fetiche-, sino un sustituto material que hace presente la ausencia a partir de la evocación. El ancestro no es ya una representación del ausente, su efigie o icono, sino la imagen -soplo indistinto, emanación- de la ausencia misma. (Didi-Huberman. 2017) Continúa Didi-Huberman

Que la ausencia sea “emanación” o “soplo indistinto”, quiere decir que se le tiene que pensar como una materia en movimiento que alcanza todo con su impureza. A esto mismo hay que llamarlo imagen

9 Op. Cit., Fédida, p. 198

10 Ibid., p. 198

en el sentido mismo -sentido radical- de una “fuerza genealógica”11

El tótem permite ver en los objetos la memoria que comportan, 12 com- porque no es solamente en el objeto sino en su relación con las personas que evocan la ausencia contenida: la memoria ancestral.

Para que la presencia sea efectiva, es necesario romper la lógica espacio-temporal a partir del acto ritual, de la evocación. Fédida se refiere a esa interrupción de la lógica espacio-temporal como ucrónica, sin tiempo. El tiempo colapsa y se aplana en la memoria detonada desde un objeto que pertenece a un tiempo mítico en el que el pasado pervive en un presente continuo.

Una vez que el objeto entra en una dinámica de evocación de memoria ancestral, no puede volver a ser un objeto ordinario, sino que permanece en un estado constante de potencial. Los objetos-tótem propagan y fijan la presencia de la ausencia - sólo las emanaciones presentes pueden acrecentar y dilatar la presencia.13 Ese estado de potencial se hace sensible, pero permanece íntimo, permanece dentro de la subjetividad del grupo que tiene acceso a la memoria que comporta el tótem. Para Baudrillard, estos objetos mitológicos, de funcionalidad mínima y de significación máxima (Baudrillard. 2019) 14 forman lazos entre

11

Didi-Huberman, Georges, Gestos de aire y de piedra. Sobre la materialidad de las imágenes, Cantamares, México, 2017, pp. 8687

12 Didi-Huberman retoma este concepto de Pierre Fédida en: Gestos de aire y de piedra, p.64

13 Op. Cit., Fédida, p. 199

14 Baudrillard, Jean, El sistema de los objetos, Siglo veintiuno editores, México, 2019

los integrantes del clan que tiene acceso a ellos. Evocar la memoria ancestral es generar una memoria de lo que nos precede e identifica, es acceder a aquello que no podemos nombrar. Este acceder a lo que no podemos nombrar es precisamente el papel de la imagen según varios autores:

WJT Mitchell considera que:

La imagen evidencia su proximidad material y su distancia a la vez (Gori. 2017), está aquí y allá simultáneamente, “la presencia de una ausencia”15

Por su parte Fédida agrega a la discusión la capacidad limitada del lenguaje para pensar la imagen: Entonces lo que llamamos imagen es, por un instante, el efecto que produce el lenguaje en su brusco ensordecimiento. Saber esto implicaría saber que, en la crítica estética tanto como en el psicoanálisis, la imagen es detener el lenguaje, el instante abismal de la palabra.16

Didi-Huberman concuerda y añade lo poético: ¿Decir poéticamente? Es trabajar el lenguaje para que se quede sin aliento (Didi-Huberman. 2017) y que, de este agotarse, se exhale su límite mismo, ese límite suyo que no ha sido aún masificado, sino fugitivamente condensado y mostrado: una imagen17 Entonces, ¿Podemos pensar la memoria ancestral en

15 Mitchell citado en: Gori, Francesco, What is an image? En: Purgar, Kresmir, ed., W J T Mitchell´s Image Theory, Routledge, Londres, 2017, pp. 40-60. P.53

16 Fédida citado en: Op. Cit., Didi-Huberman, p. 7

17 Op. Cit., Didi-Huberman, p. 84

relación al tótem como coproductores de imágenes? ¿El objeto cultual o artístico que detona memorias y genera autenticidad puede ser pensado como tótem? ¿Cualquier objeto es potencialmente un tótem? ¿Es el tótem una figura de la imagen-memoria?

Pensar la imagen partiendo del tótem, es pensarla como proceso, como intermedia entre objeto y memoria contenida-portada en los objetos. Activar la imagen requiere de una evocación a partir de la imagen-objeto. Producir una imagen a partir del tótem es asumir su intimidad compartida.

En la instalación El sentido de lo habitado (2019), Marianna Dellekamp recolectó a partir de una convocatoria abierta una serie de objetos domésticos con una importante carga emotiva para sus dueños. Cada uno de los objetos presentados fue seleccionado por la historia que contiene

más allá de su función o de su objetualidad. En la instalación, los objetos están colocados sobre espejos que a su vez están sobre un piso de baldosas negras, haciendo visible la dualidad de estos, como objetos físicos y como reflejosmemorias, junto a cada uno está escrita una breve historia que permite al espectador ingresar a esta memoria, a involucrarse con ella -aunque parcialmente-. Con el paso de los visitantes, las historias escritas sobre las baldosas se van borrando, haciendo otra referencia a cómo es que la memoria va mutando y se va diluyendo con el paso del tiempo.

En El sistema de los objetos, Baudrillard argumenta que los objetos antiguos son aquellos que pueden portar memoria, ya que, imbuidos en un ambiente moderno, son precisamente ellos lo que permiten una zambullida al pasado. Continúa Baudrillard:

Marianna Dellekamp, El sentido de lo habitado, 2019

El objeto antiguo es siempre, en la acepción rigurosa del término, un “retrato de familia”. Es en la forma concreta de un objeto donde se realiza la inmemorialización de un ser precedente, proceso que equivale, en el orden de lo imaginario, a una elisión del tiempo. (Baudrillard. 2019) 18

Siguiendo este argumento de Baudrillard, y apoyados en la instalación de Dellekamp, ¿podríamos pensar que en la actualidad el tótem tradicional ha sido sustituido por el objeto antiguo? ¿El objeto antiguo como un objeto que pertenece a un tiempo mítico?

Los objetos presentados en la instalación pueden ser entendidos como tótems, ya que evocan en la memoria de sus dueños una historia particular, un momento ausente del pasado que permanece en el tiempo a través del objeto. De alguna forma estos objetos reconstruyen su memoria cada vez que se les piensa, cada vez que se reconoce su capacidad de portar memoria. Recapitulando: el tótem es un objeto de carácter transitorio que permite evocar a la memoria ancestral, es decir, hacer presente una ausencia a partir de una relación material, colapsando el tiempo en la memoria desde el objeto. En ese sentido, el objeto-tótem se mueve en una lógica utemporal19 es decir, en un sin-tiempo. ¿Se puede estar en un espacio sin tiempo, o esa utemporalidad nos llevaría

18 Op. Cit., Baudrillard, p. 85

19 Utilizo utemporal en lugar de atemporal por las connotaciones que esta última palabra tiene, como una permanencia en el tiempo en oposición a una ausencia de tiempo. De la misma manera utilizo uespacial en lugar de utópico por su asociación con la construcción de mundos ideales.

a un espacio uespacial? Pensar en estas relaciones entre objeto y memoria permite ampliar el sentido de los objetos como detonadores de imágenes y permite pensar la imagen como un intermedio, como la relación entre un objeto y una imagen mental.

Fédida, Pierre, L´ombre du reflet. L´émanation des ancêtres. En: La Part de l´oeil: la représentation et l´objet. Revue de pensée des arts plastiques, No. 19, Presses de l´Académie Royale des Beaux-Arts de Bruxelles, Bruselas, 2003-2004, pp. 194-201 Alloa, Emmanuel, De la ideología. Heidegger y la arqueología de una ciencia olvidada. En: Alloa, Emmanuel, ed., Pensar la Imagen, Ediciones Metales Pesados, Santiago de Chile, 2020, pp. 107-130

Didi-Huberman, Georges, Gestos de aire y de piedra. Sobre la materialidad de las imágenes, Cantamares, México, 2017 Baudrillard, Jean, El sistema de los objetos, Siglo veintiuno editores, México, 2019

Mitchell citado en: Gori, Francesco, What is an image? En: Purgar, Kresmir, ed., W J T Mitchell´s Image Theory, Routledge, Londres, 2017, pp. 40-60

McNamara, Andrew, Words and Pictures in the Age of the image; an interview with W J T Mitchell, en: Purgar, Kresmir, ed., W J T Mitchell´s Image Theory, Routledge, Londres, 2017, pp.100-103.

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