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¡Explotación de menores, un negocio rentable!
Por: Tony Solís
La explotación de menores para pedir caridad es una problemática grande en el país que la omitimos por falta de conocimiento o información, según la última y más reciente cifra que hay revelada en el año 2020 por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) existen 310.000 infantes en mendicidad, de los cuales 15.700 han sido registrados e identificados. Los ecuatorianos somos generosos por naturaleza y es por esto que el negocio de explotación de menores es rentable, el alquiler de un menor en diciembre del 2021 llegó a valer entre 100 y 150 dólares, nosotros como ciudadanos podemos aportar para evitar esta explotación que pasan miles de niños diariamente en las calles del país y no tener el derecho a una de las cosas más importantes para un niño como es la educación, es hora de cambiar esta problemática tratando de no dar caridad por muy duro que suene estos niños simplemente son sedados y les quitan todo el dinero que reciben, son mandados con un fin que es pedir caridad, muchos de estos niños son migrantes venezolanos que los padres por el factor económico acceden a este tipo de negocios.
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Podemos ayudarlos de otra manera ofreciéndoles un plato de comida donde veamos que sea el mismo niño quien lo ingiera para así evitar su explotación, es muy doloroso ver un niño ser utilizado como un objeto con el único fin de sacar dinero. Una frase que va muy acorde a esta problemática es:
“La solidaridad no es un acto de caridad, sino una ayuda mutua entre fuerzas que luchan por el mismo objetivo” (Samora Machel), esto quiere decir que dar caridad no es ser solidario, ser solidario es ayudar a mejorar la situación que pasan los afectados en este caso los niños debemos ayudar a evitar ser explotados ofreciendo caridad de otra manera que no sea monetaria y que sea beneficiosa para el menor. En Machala podemos ver cómo estos niños se encuentran en diferentes partes de la ciudad sobre todo en las intersecciones de los semáforos, donde entregan golosinas, limpian vidrios o simplemente piden caridad aduciendo tener alguna enfermedad para tratar de tener esa empatía con el conductor o el ciudadano ya que al ver un niño en esa situación despierta la sensibilidad de las personas y optan por dar dinero.