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para siempre en TPA

Necesitamos un “fast-track” en organismos como SENASA, PNA, PESCA, CNC, IGJ, etc. No podemos seguir dándonos el lujo que algunos trámites tarden tanto como la construcción del propio barco.

La inclusión de nuestro sector en el Programa de Desarrollo de Proveedores (PRODEPRO) y principalmente la decisión de la Secretaría de Industria de limitar el ingreso de Buques usados, haciendo cumplir la normativa vigente y en consonancia con las políticas de otros países que priorizan a sus industrias nacionales, ha sido fundamental para nuestro sector . Frenar esa competencia desleal, esa sangría de oportunidades y fuga de trabajos, ha sido uno de los principales factores de la incipiente reactivación del sector. Las autoridades del Ministerio de la Producción han confiado en la Industria Naval Argentina y creemos que la Industria ha respondido con inversiones, obras y generación de empleo. Ahora necesitamos consolidar esa confianza en una normativa definitiva que regule el ingreso de usados, evitando el desgaste con nuestros clientes, en este sentido dimos desde la FINA el puntapié inicial que luego fue refrendado y mejorado por la histórica Mesa de Consenso de la Industria Naval. También debemos destacar el sostenimiento de la Subsecretaria de Pesca de la Nación al programa de renovación de la flota pesquera, el cual se trabajó en el seno del Consejo Federal Pesquero y en mesas de negociación entre cámaras de armadores y navales. Seguramente es un programa perfectible, pero también es un ejemplo de una política de Estado que vino a resolver un problema histórico como es el envejecimiento de la flota pesquera, con todo lo que ello implica.

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Desde la Industria Naval Argentina somos los primeros interesados en la preservación del recurso pesquero porque nuestra actividad es sinónimo de “largo plazo”. Necesitamos seguir construyendo y renovando buques de manera continua en las próximas décadas, que los créditos se repaguen y que toda la industria pesquera siga operando con normalidad y rentabilidad. Seguramente habrá que introducir cambios en las medidas de manejo para proteger al recurso y maximizar la calidad, pero pedimos que no se afecte al proceso virtuoso de renovación de flota, ya que es algo inédito, que no solo está generando empleos e inversiones en nuestra industria, sino que principalmente apunta a mejorar la calidad y la seguridad del sector pesquero y le está cambiando la fisonomía a una flota pesquera nacional que supo tener una antigüedad promedio superior a los 40 años por el simple hecho que buena parte de la misma nació vieja gracias a la nefasta importación de barcos usados.

Enrique Godoy, para siempre en TPA

Pasaron pocos meses de la sentida pérdida de Enrique “Chiquito” Godoy, alma máter y fundador del astillero Tecno Pesca Argentina (TPA), y sus hijos Facundo y Lautaro lo homenajearon, inaugurando una nave industrial con su nombre. Un gesto en honor a los sueños de “Chiquito”, que permitirá la construcción de buques de hasta 45 metros de eslora y 12 metros de manga. Un emocionado Facundo Godoy expresó el día de De izq. a der: Florencia Garrido (Cámara Naval Mar del Plata), Facundo Godoy, Domingo Contessi, Lautaro Godoy, Sandra Cipolla (SPI) y Gabriel Felizia (Presidente Consorcio Regional Mar del Plata).

la inauguración: “Participamos de este momento gracias a la solidaridad, el trabajo de todo el plantel, la unión y solidez del núcleo duro de TPA, y la visión emprendedora de Enrique “Chiquito” Godoy, por sobre todas las cosas”. Con una capacidad de halaje de 650 toneladas, varios barcos en sus gradas y otros tantos esperando en muelle contiguo para su puesta en seco, la sucesión empresaria ya encamina la nueva etapa industrial del astillero. “El desafío consistirá en lograr la convergencia de la energía de nosotros los jóvenes, con la capacidad técnica, el conocimiento y la experiencia de los más grandes”, agregó Facundo. Para concluir que “será como fenómeno transversal de la organización, que resalta el compromiso personal de una plantilla de personal que integran 70 personas en forma permanente”. Las nuevas instalaciones se suman a la planta de procesado de acero, inaugurada en 2020, y a la nave de 1.000 metros cuadrados del taller de mecanizados. TPA inició la explotación del varadero en 2014, y desde entonces no dejó de crecer, con inversiones como la de ahora, donde se inaugura un espacio para la construcción de buques bajo techo, en un sector económico en continua expansión.

La industria naval privada también necesita tener una mejor interacción con las necesidades de buques del Estado Nacional. Las compras directas o licitaciones cuestionadas de los buques del INIDEP, de las Patrulleras de Altamar para la Armada, de las patrulleras fluviales para la PNA o de los buques usados para ambas fuerzas, son heridas que no se deben volver a repetir.

Otros de los sectores con los cuales hemos trabajado positivamente son los Consorcios Portuarios y las Autoridades Portuarias Provinciales. Creemos que también con ellos ha llegado el momento de profundizar la relación porque necesitamos que los astilleros que han invertido puedan cambiar los actuales regímenes de permisos de uso de suelo precarios y de plazos reducidos, por otros que brinden mayor seguridad jurídica y más largo plazo, lo cual nos permitirá seguir invirtiendo, tomando créditos y dándole mayor previsibilidad a nuestros clientes.

El anuncio del Fondo de Financiamiento para nuevas construcciones de buques del Banco Nación es otra demostración de las intenciones del Estado para apoyar y fomentar el desarrollo de la Industria Naval Argentina, ya que es prácticamente impensable el desarrollo de esta actividad sin herramientas financieras que acompañen su desarrollo. Ya hemos tenido una experiencia exitosa con los créditos del BICE que estamos seguros se podrán repetir y ampliar, porque hemos demostrando cumplimiento por parte de los Astilleros y Armadores. Estos fondos vienen a reparar el injusto veto al FODIN de la ley 27.418.

La finalización del contrato de dragado y balizamiento de la Hidrovía abre otra oportunidad para la Industria Naval. Nuestro sector debe participar en ese proceso priorizándose las ofertas que contemplen la construcción de buques en el país y el menor impacto ambiental. Pero mientras tanto no debe descuidarse el mantenimiento de esa vía navegable tan importante para las exportaciones.

La Industria Naval privada también necesita tener una mejor interacción con las necesidades de buques del Estado Nacional. Las compras directas o licitaciones cuestionadas de los buques del INIDEP, de las Patrulleras de Altamar para la Armada, de las patrulleras fluviales para la PNA o de los buques usados para ambas fuerzas, son heridas que no se deben volver a repetir. La Industria Naval privada también debe poder participar de licitaciones abiertas con la Industria Naval pública para atender las necesidades del Estado en condiciones de mercado, recreando los conceptos de asociatividad y complementación.

Debemos ser colaboradores y “socios” con todos los organismos estatales. Debemos reconstruir relaciones para trabajar en conjunto y con total transparencia. Dentro de ese marco la Industria Naval Argentina necesita un tratamiento preferencial con respecto a la extranjera. Necesitamos un “fast-track” en organismos como SENASA, PNA, PESCA, CNC, IGJ, etc. No podemos seguir dándonos el lujo que algunos trámites tarden tanto como la construcción del propio barco. Todos estamos en el mismo proyecto, que es la recuperación de la ARGENTINA.

Hemos sido de los pocos sectores que durante la pandemia aumentamos el empleo. Ello no hubiera sido posible sin la responsable participación de los sindicatos. Vaya nuestro sincero agradecimiento y el compromiso de seguir trabajando con el SAON y el SOIN tal como lo venimos haciendo desde hace años.

La incipiente reactivación nos ha llevado a tener un contacto más estrecho con el sector académico. Desde la FINA estamos trabajando en distintos planes de acción con diferentes Universidades del país. Nos complace especialmente saber que el Canal de Ensayos de la UBA Edmundo Manera está en plena operatividad y que hay intenciones de recuperar otras capacidades de la UBA. También nos llena de alegría que de la mano de la pesca, la carrera de ingeniera Naval en la UTN de Mar del Plata tenga récords históricos de inscriptos y egresados que rápidamente consiguen trabajo en astilleros, talleres navales o empresas armadoras.

Finalmente queremos agradecer muy especialmente a nuestros clientes, a los sectores armatoriales que confían en la Industria Naval Argentina, porque están confiando en el país, en el futuro de nuestra Nación. Juntos trabajaremos para reestablecer la flota de bandera nacional en todos los rubros y estratos.

Tenemos un rumbo claro, el de la inversión, del empleo, de la competitividad, de la eficiencia. Con esta convicción y sabiendo que el sector público y el privado compartimos la misma singladura, no podemos dejar de ser optimistas. Seguramente habrá otros temporales por capear, pero este barco, el de la Industria Naval Argentina, ha comenzado a navegar vigoroso a un buen puerto.

Muchas gracias.

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