Después de varias generaciones, comprobaron que una mezcla de los dos dones era más adecuada, por lo cual las griegas adoraban a las dos diosas en un mismo templo, el del Amor y la Sabiduría. Las dos ocupaban el centro del altar, y las sacerdotisas eran hermosas y sabias. Allí se celebraban las bodas, y la de los padres de Sofía no fue la excepción. Desafortunadamente, el Amor no triunfó esa vez. Elvira era una princesa, hija del Rey de Grecia, que se vio en la necesidad de emplear un nombre latino para su hija, su heredera, con el fin de evitar que fuese asesinada. Esta acción no pudo evitar el suicidio de la madre de la princesa heredera al trono griego, a causa del temor a la esclavitud a manos de los viles romanos. Es así como Elvira quedó huérfana de madre. Continuará en la próxima entrega.
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