EntreCultura 256: Huracanes

Page 1


EDIT RIAL

Hay fuerzas en la naturaleza que no piden permiso. Llegan, arrasan, marcan y luego se van. Dejan tras de sí un silencio extraño, escombros que hablan por sí solos, y vidas partidas en un antes y un después. Los huracanes, con su potencia desbordada, han sido protagonistas de algunos de los capítulos más duros para los pueblos de nuestra región.

Aunque no golpean todos los años, su amenaza nunca está del todo ausente. El solo recuerdo de nombres como Mitch, Eta o Iota basta para despertar memorias de lluvias interminables, caminos perdidos y comunidades enteras tratando de recomenzar. Y aún así, seguimos sin hablar lo suficiente de ellos. Tal vez porque el tema duele, o porque nos hemos acostumbrado a reaccionar cuando ya es tarde.

Esta edición de EntreCultura no pretende alarmar, ni mucho menos señalar. Lo que busca es abrir espacio a la reflexión, al conocimiento, a la memoria colectiva. Hablar de huracanes no es solo hablar del clima: es hablar de lo frágil y valiente que puede ser la vida. Es pensar en cómo nos preparamos, cómo respondemos y, sobre todo, cómo aprendemos.

Los fenómenos naturales no se pueden evitar, pero sí se pueden comprender. Y en esa comprensión hay poder. Poder para prevenir, para organizar, para cuidar a quienes tenemos cerca. En una región donde muchos viven en zonas vulnerables, educarse sobre estos eventos ya no es una opción: es una forma de protección.

Por eso dedicamos estas páginas a mirar de frente a los huracanes. Desde sus causas hasta sus consecuencias, desde sus nombres hasta sus enseñanzas. Porque cuando el viento sopla fuerte, no basta con cerrar las ventanas. También hay que abrir la mente.

Que esta lectura no sea solo una pausa informativa. Que sea el inicio de una conversación pendiente. Porque si algo nos enseñan los huracanes, es que no se trata solo de resistir… también se trata de entender.

EntreCultura, hace de la cultura parte de vida.

Directorio

Daniel Nájera Director General

Ventas

Giancarlo Hernández Diseño y Diagramación

VIVE CULTURA LA

18 de junio

8:00 pm a 10:00 pm

Concierto de Enrique Bunbury Fórum Majadas 27 Avenida 6-40 Zona 11

Valor: Desde Q. 800.00

Entradas a la venta en www.eticket.gt

20 al 30 de junio 10:00 am a 3:00 pm

Exposición vivencial de Frida Kahlo y Diego Rivera Embajada de México 2 Avenida 7-57 zona 10

Valor: Sin costo

22 de junio

Musical de Aladín Teatro Lux 6a. Avenida 11-02 Zona 1

Valor: Niños Q. 100.00 Adultos Q. 150.00

Entradas a la venta a través del WhatsApp 3346-497 o en taquilla el día de la obra. 4:00 pm a 6:00 pm

27 de junio

6:00 pm y 11:59 pm

Shakyrosita 2025 Zoológico La Aurora

Valor: Desde Q.250.00

Entradas a la venta en www.fanaticks.live

AVISO: EntreCultura no se hace responsable sobre la cancelación de alguno de los anteriores eventos o cambios de programación.
Foto: FB BUNBURY
Foto: Pixabay
Foto: FB Teatro Verde
Foto: FB Simplemente Rosita
Este tecolote de cerámica, es obra de don Guillermo España; quien sin imaginar en esa época, estaba diseñando la alcancía más famosa de la historia guatemalteca, la que todos en casa tenían y siguen teniendo. Dentro de este tecolote, se deposita “el vuelto (monedas)” que dan en los comercios del barrio, luego de ir a comprar las tortillas, jugos, jabón, las aguas, el TorTrix... en fin.

El hombre que transformó el barro en arte

Redacción: EntreCultura

Foto: Familia España Moreira

En la calma de una charla familiar, EntreCultura tuvo el privilegio de escuchar los recuerdos, anécdotas y emociones de la familia del maestro ceramista Cruz Enrique España, un artista que marcó profundamente la identidad cultural de Antigua Guatemala.

Lo que están por leer no es solo un artículo: es un retrato hecho de palabras, nacido de una entrevista íntima que nos permitió acercarnos al alma de un legado que sigue vivo en cada ave modelada, en cada pieza única de barro y en cada historia compartida con amor.

En el corazón de la Ciudad de Antigua Guatemala, una calle lleva el nombre de un artista que trascendió generaciones, técnicas y fronteras: Cruz Enrique España. Para quienes lo conocieron, su legado va más allá de la cerámica. Es una historia de amor al barro, de familia, de herencia cultural y de cómo una vocación se transforma en identidad.

De generación en generación: el origen del arte

La historia no comenzó con Cruz Enrique. Fue su padre, don Guillermo España, quien ya trabajaba la cerámica desde el torno, creando figuras como los famosos tecolotes fruteros que más tarde se volverían íconos del imaginario colectivo guatemalteco. Su esposa, doña María Tomasa Menchú de España, era también artista de pura sepa, habilidad que demostraba con entera tranquilidad a través del diseño, moldeado y elaboración de frutas en miniatura. Con este linaje artesanal, Cruz Enrique creció entre manos cubiertas de arcilla, hornos encendidos y colores vibrantes.

A los seis años, Enrique ya moldeaba figuras, soñando con que el barro no solo fuera un recurso para vender en los mercados, sino un vehículo de expresión artística. Aquel niño que observaba con ojos brillantes el esfuerzo de sus padres se prometió algo: “convertir el barro en arte”.

Un padre, un maestro, un artista

“Crecimos en una casa llena de colores, barro y buena

El maestro ceramista Cruz Enrique España, se deleitaba creativamente en su taller, donde pasaba horas y horas dando vida a las más extraordinarias aves en cerámica. Cuentan por allí, que la mayoría son aves que habitan en el valle de la Antigua Guatemala.

música”, recuerda su hija Flor. La mesa de trabajo de Cruz Enrique era también el centro de la vida familiar. Sus hijos y nietos aprendieron jugando, tocando el barro, haciendo figuras, sin saber que en esos momentos lúdicos se forjaba algo más grande: una herencia artística.

Como esposo, padre y maestro, Cruz Enrique era paciente y amoroso. Dedicaba tiempo a enseñar, corregir y animar. “Por nuestras venas no corre sangre, corre barro”, afirma su hija con orgullo, reflejando esa conexión profunda entre arte y familia.

Un arte que se empieza a buscar

Rondaba el año de 1985, si mal no recuerdo (comenta Pablo), cuando a mi padre Cruz Enrique y a mi madre María Josefina Moreira de España, les solicita una distinguida empresaria de nombre Mónica (antigua propietaria del restaurante Welten), que crearán algo con la magia de sus manos, que representará “El Baile de Gigantes” de Antigua Guatemala, pero la condición es que no solo fuera un adorno, sino que también tuvieran alguna utilidad.

“El Baile de los Gigantes” (conocidos también como cabezones), es una tradición con conexiones literarias al Popol Vuh y que celebra el día del Corpus Christi. Esta danza folklórica es donde los Gigantes recorren las calles de Antigua Guatemala con melodías tocadas en marimba, el instrumento nacional de Guatemala.

Y tal cual como dice el dicho, Cruz Enrique y María Joséfina se pusieron: manos a la obra. El chispazo llegó y la creatividad fluyo sin parar, dando como resultado unas bellas copas (algunas enormes de hasta 30 cm de alto), con la imagen real de los gigantes. Lo mejor de todo es que cumplieron a cabalidad, ya que además de ser bellos adornos, se pueden utilizar de copas, saleros, pimenteros, maceteros, servilleteros, etc.

En la actualidad y gracias a chispa de los esposos, estas copas hoy en día, también son un ícono representativo de la ciudad de Antigua Guatemala.

Hoy en día doña María Josefina Moreira de España, es la encargada de manejar administrativamente el negocio y legado familiar, o como dice ella en son de broma “de cuidar que los patojos no se salgan del guacal y hagan todo perfecto, como lo hacía su esposo”.

Cuenta Pablo (hijo de Cruz España), que este tecolote es una reliquia familia, ya que es uno de los primeros tecolotes creados por su abuelo (Don Guillermo España), hace 40 años atrás.

06

Modelar aves, moldear identidad

Uno de los mayores logros de Cruz Enrique fue la creación de aves de cerámica, una obra minuciosa que requería no solo talento, sino conocimientos de biología, anatomía, pintura y proporción. Cada figura era un estudio en sí misma: se analizaban formas, movimientos, tamaños, colores, y cada pieza se modelaba completamente a mano.

Sus hijos Pablo y Federico siguen esa tradición. Pablo heredó la técnica pictórica de su padre; Federico, su precisión en el modelado. Ambos forman ahora un equipo que continúa con las mismas técnicas, sin moldes, asegurando que no existen dos aves iguales.

Cada ave toma al menos una semana desde su concepción hasta la pintura final. Es un proceso que implica secado, horneado, lijado, pintura base y luego la aplicación del color. “Ahí empieza la magia”, comenta Flor.

Más allá de las aves: esculturas humanas y leyendas

Aunque las aves le dieron alas a Cruz Enrique para volar por el mundo, su inquietud creativa lo llevó más lejos. Se aventuró a modelar figuras humanas, comenzando con una serie dedicada al Hermano Pedro. Luego, encontró inspiración en las leyendas guatemaltecas y en los personajes comunes de Antigua Guatemala, a quienes retrataba con fidelidad y respeto. Su serie “La gente de mi ciudad” fue un homenaje a quienes muchas veces pasaban desapercibidos, pero que sostenían la vida cotidiana de una ciudad tan rica como Antigua.

Su obra humana traspasó fronteras. Recibía encargos desde Francia, Alemania y otros países. Personas que, con una fotografía en mano, llegaban para que Cruz Enrique los inmortalizara en barro.

Cruz Enrique con Flor de María (su hija) rodeados de cientos de aves realizadas durante años.

Actualmente, Flor de María es la encargada del área de comercializacióny relaciones públicas.

Federico Rafael es el encargado de seguir creando junto a su hermano Pablo Enrique las distintas aves, que en pocos días se ponen a la venta, para que los visitantes lleven un recuerdo de su visita a Antigua Guatemala.

Colorida cerámica representativa de los famosos “gigantes o cabezones”, fruto de la creatividad e ingenio de los esposos España. Hoy en día, son utilizados como maceteros, saleros, fruteros y de muchas otras formas.
Doña María Josefina Moreira de España, creadora de las copas de los “gigantes o cabezones”, sentada en el taller, pintando una de ellas.
Coloridas aves de cerámica creadas en el taller artesanal de la familia España.

En reconocimiento a su maestría, el Banco Nacional de México lo incluyó en la prestigiosa Colección de Grandes Maestros del Arte Popular de Iberoamérica. Un reconocimiento que no solo enalteció su obra, sino también el valor del arte popular guatemalteco.

El tecolote: ícono chapín

Hablar de cerámica guatemalteca sin mencionar al tecolote sería omitir una parte esencial del patrimonio popular. Fue don Guillermo, el padre de Enrique, quien lo creó desde el torno, sin moldes. De ser una figura decorativa, el tecolote se convirtió en símbolo de educación financiera en los hogares: una alcancía para ahorrar “los lenes del vuelto”, como recordaban entre risas.

Tan popular se volvió que uno de los bancos más importantes de Guatemala buscó a la familia para una edición exclusiva. A través de un contrato, encargaron un diseño especial con detalles únicos. Aunque hoy existen múltiples versiones comerciales, la familia España continúa elaborando el tecolote de forma artesanal, con el sello de calidad y autenticidad que solo el trabajo a mano garantiza.

La escuela del legado

Cruz Enrique no solo formó a su familia. Durante años organizó talleres para niños de la aldea, enseñándoles a moldear barro como un oficio digno y con potencial económico. Hoy, su esposa e hijos continúan esta tradición, impartiendo talleres cada diciembre. “Todos tenemos un artista dentro, solo hay que dejarlo salir”, les repiten a los pequeños.

El barro, para ellos, es también una forma de terapia. Federico cuenta cómo su hija de seis años ya empieza a modelar sus propias figuras. “Cuando uno está estresado, el barro ayuda a calmar el alma”, dice. La casa-taller se ha convertido no solo en un centro de producción, sino en un refugio de creatividad y conexión familiar.

El sueño continúa

A pesar del temor que Cruz Enrique expresó en vida (pensando que su legado se perdería), su familia ha demostrado todo lo contrario.

Sus hijos Pablo, Federico y Flor no solo han mantenido vivo el arte, sino que planean nuevas exposiciones y proyectos, como una muestra sobre la fauna guatemalteca en peligro de extinción, utilizando el arte como medio de concientización ambiental.

En palabras de Flor: “Mi papá soñó desde niño con convertir el barro en arte. Y lo logró. Ser parte de eso nos llena de orgullo”.

¿Dónde encontrar su obra?

Para quienes deseen adquirir una pieza auténtica de

esta familia de artistas, pueden encontrarlos como Avifauna Cerámica España en:

Facebook: @avifaunaceramicaespana

Instagram: @avifaunaceramicaespana

TikTok: @avifaunaceramicaespana

Además, su casa-taller en San Felipe de Jesús, Antigua Guatemala, recibe visitas. Está ubicada en la calle que ahora lleva el nombre de quien lo hizo todo posible: Calle Cruz Enrique España.

Cruz Enrique España no solo moldeó aves, esculturas y tecolotes. Moldeó el alma de una familia, el espíritu de una comunidad y el orgullo de un país. Su historia es barro que no se seca, arte que no se quiebra, y amor que no se rompe.

A la creatividad hay que dejarla volar libre, porque en cada aletazo que da, siempre va dejando una bella obra de arte.
Nelo Mijangos, es un fotógrafo muy reconocido en Antigua que ha realzado la belleza de esta hermosa ciudad con sus fotografías.
El maestro Cruz Enrique España, en su último viaje a la Universidad de Arte de Winsonsin, EE. UU., donde compratió sus conocimientos con maestros y alumnos, además de aprender de ellos e intercambiar opiniones artísticas.
Estuardo Burmester, escritor antigüeño, que ha plasmado en su literatura, versos que han de volar en las alas de la historia.

Costa Amalfitana

Redacción: Verónica Durán Castello - EFE

Fotos: Colaboradores EFE

La costa sur de Italia es un paraíso. Un bello lugar donde los pueblos se camuflan en las laderas de las montañas, y cuelgan sobre el mar.

Donde los intrépidos agricultores de la zona plantan sus limoneros y sus parras en pendientes, convertidas en terrazas, donde abunda el atún, donde la moda no le quita protagonismo a la autenticidad del pueblo sureño. No es casual que Homero escogiera ese escenario como lugar en el cual Ulises cayó presa del hechizo de una bella sirena.

Este territorio que forma parte de la región sureña italiana de Campania, está conformado por cinco provincias: Avellino, Benevento, Caserta, Salerno y Nápoles, su capital, y tres islas: Capri, Isquia y Procida.

La costa amalfitana fue escogida por los dioses como morada, vio pasar distintas culturas que llegaban una detrás de otra construyendo templos, iglesias, torres, reinos, y todos reclamaban sus tierras como propias, todos se enamoraban perdidamente de sus curvas, sus acantilados, sus profundidades, sus tonalidades que combinan el verde esmeralda, el azul rey, el amarillo limón y el verde oliva.

La antigua república de Amalfi

Esta costa se extiende entre montañas rocosas y acantilados que dominan el mar Tirreno. Toma su nombre de la ciudad costera de Amalfi, y forma parte de la península sorrentina.

Posee varios pueblos que cuelgan de sus laderas, como lo son Ravello, casa de nobles y de gran interés cultural; Positano, sofisticada y popular, y Amalfi, cuya bella catedral brilla con los rayos del sol mediterráneo, y es una prueba del poder y la gloria que esta ciudad alcanzó en el pasado.

Fundación y desastres

Fundada por los romanos, Amalfi alcanzó su independencia convirtiéndose en República en el siglo VII, y tres siglos más tarde rivalizaba con Venecia como potencia costera, gracias al comercio con Constantinopla y Egipto. No obstante, su poder declinaría debido a constantes batallas con los sarracenos y a un devastador huracán que azotaría sus costas en el siglo XIV.

Cada una de las ciudades de la Costa Amalfitana es una joya, las edificaciones están enclavadas en los rocosos acantilados y rodeadas por la vegetación, que les permite mimetizarse con el paisaje.

Amalfi, donde el mar susurra secretos en cada ola, y el sol se queda a vivir entre limones y acantilados. “

1: La zona cuenta con varios palacios y villas, huellas de las grandes civilizaciones que ocuparon este territorio. / EFE

2: La costa amalfitana, toma su nombre de la ciudad costera de Amalfi fundada por los romanos. / EFE

3: La arquitectura de la zona es recursiva e intenta estar en armonía con la naturaleza. / EFE

4: Debido a su ubicación, es más fácil acceder a las poblaciones de la costa sur de Italia por vía maritima. / EFE

La costa Amalfitana es hoy día, uno de los lugares turísticos más visitados de la zona sur italiana, ya que en ella se entrelazan la belleza del mar, la quietud de la montañas con las sonrisas de sus visitantes. / PB

Pese a que la región se ha convertido en un popular destino turístico, sorprende encontrar auténticas y pintorescas villas de pescadores, como Cetara o Praiano, que viven de la pesca tradicional de atún, que siembran limoneros, olivos y parras en las terrazas y laderas de las montañas, pintan con maestría la cerámica y cantan antiguas canciones napolitanas.

Un territorio deseado

La región de Campania fue ocupada sucesivamente por griegos, etruscos y romanos, que edificaron sus templos y ciudades en Nápoles, Cumae, Salerno, Pompeya, Paestum, Hurculaneum, entre otras.

Tras la caída de Roma, Campania fue conquistada por bizantinos, galos, y lombardos. En el siglo XII los normandos anexaron el territorio al Reino de Sicilia, (a excepción de Amalfi, que era una república independiente).

Un siglo después Nápoles se independizó, pero en el siglo XV bajo el mandato de Alfonso V, Rey de Aragón, se unió nuevamente a Sicilia, conformando el Reino de las dos Sicilias, hasta que fue cedida al Imperio Austrohúngaro en 1713. Veinte años después, Carlos de Borbón, hijo de Felipe V de España, venció a los austriacos reestableciendo la unión entre Nápoles y Sicilia,

En 1759 Carlos VII de Nápoles (III de España) abdicó al trono en nombre de su hijo, Fernando IV de Nápoles y III de Sicilia, a fin de llevar la corona española, pero poco después el Reino cayó, esta vez bajo la influencia de Napoleón Bonaparte.

En el siglo XIX Fernando de Borbón recuperó el territorio y cambió y lo llamó el Reino Unido de las Dos Sicilias,

Reino que volvería a perder su nieto, Francisco II, frente a la unificación de Italia dirigida por Giuseppe Garibaldi en 1860.

Garibaldi: Pirata y libertador

El reino de Piamonte-Cerdeña, encabezado por la Casa de Saboya, lideró la unificación italiana. Y el responsable de esta hazaña fue Garibaldi, quien tras permanecer unos años en Latinoamérica, donde había participado en varias guerras, emprendió la batalla a favor de la independencia de los reinos italianos que eran ocupados por España, Francia y Austria.

Garibaldi (Niza, 1807- Capresa, 1882) siempre estuvo vinculado al mar, su familia pescaba y desde joven fue marinero.

Su amor por el mar y por conocer distintos territorios también lo compartía con un profundo respeto por la libertad y la justicia. Lo que lo llevó a tomar parte en numerosas causas políticas. Formó parte de la insurrección del Piamonte, y tuvo que huir, tras ser condenado a pena de muerte.

Garibaldi viajó a Sudamérica y se estableció en Río de Janeiro, donde se incorporó con los detractores del Rey Pedro I, luego viajó a Uruguay donde participó activamente en la Guerra Grande, apoyando a la joven nación uruguaya, que intentaba mantener su independencia frente a Argentina.

Regresó a Italia en 1848 y poco después se convirtió en el héroe de la liberación italiana, y junto a la Casa de Saboya unió a Lombardía, Parma, Módena, Toscana, Romaña y al Reino de las Dos Sicilias. En 1861 Victor Manuel II fue proclamado Rey de Italia y una década más tarde Italia era ya una realidad.

LLEGÓ LA TEMPORADA

Los huracanes son uno de los fenómenos naturales más impresionantes y a la vez más peligrosos que existen.

Estas gigantescas tormentas han provocado a lo largo de la historia desastres enormes en distintas partes del mundo, dejando huellas difíciles de olvidar. Pero, ¿qué son realmente los huracanes y cómo se forman?

¿Qué es un huracán?

Un huracán es una tormenta de gran tamaño y fuerza que se forma sobre el mar. Trae consigo vientos muy fuertes, lluvias intensas e incluso olas gigantes que pueden causar destrozos en las zonas costeras.

Pero lo que realmente convierte a un huracán en algo tan poderoso es su estructura.

En el centro de un huracán se encuentra lo que se llama un centro de baja presión. Esto significa que en ese punto el aire tiene menos presión que en las áreas que lo rodean, lo cual hace que el viento y las nubes giren rápidamente hacia ese centro, como si fueran atraídos por un remolino.

Redacción: EntreCultura Fotos: PIXABAY
La formación de cúmulos densos sobre el océano, es un indicio temprano de inestabilidad atmosférica asociada al desarrollo de posibles tormentas tropicales o huracanes.

TEMPORADA DE

¿Dónde se forman los huracanes?

Los huracanes se forman en las regiones tropicales, que son las zonas del planeta ubicadas cerca del ecuador. Estas regiones incluyen partes del océano Atlántico, el Caribe, el golfo de México y el océano Pacífico cercano a América Central y del Norte. Estas áreas se caracterizan por tener temperaturas cálidas durante todo el año y mucha humedad.

Para que se forme un huracán, el mar debe estar muy caliente (al menos a 26 °C) y debe haber aire húmedo subiendo desde la superficie del océano. Esto crea grandes nubes de tormenta que, si las condiciones son adecuadas, pueden comenzar a girar debido a la rotación de la Tierra. Con el tiempo, esa tormenta se convierte en un huracán.

Partes de un huracán

Un huracán tiene varias partes importantes:

El ojo: Es el centro del huracán. Allí todo está sorprendentemente calmado, casi sin viento ni lluvia. Pero no te dejes engañar: esa calma está rodeada por el área más peligrosa.

Los huracanes se originan en regiones tropicales, donde las altas temperaturas del océano favorecen la acumulación de energía y humedad necesarias para su desarrollo.

La pared del ojo: Es la zona que rodea el ojo. Aquí los vientos son los más fuertes y la lluvia cae con más intensidad. Es la parte más destructiva del huracán.

Las bandas de lluvia: Son líneas de nubes que giran alrededor del huracán y que traen lluvias y ráfagas de viento de forma continua.

Clasificación de los huracanes

No todos los huracanes tienen la misma fuerza. Para saber qué tan peligrosos pueden ser, se usa una escala llamada Saffir-Simpson, que los clasifica del 1 al 5 según la velocidad de sus vientos. Esta escala también ayuda a estimar los posibles daños que podrían causar:

Categoría 1 (119-153 km/h): Daños menores. Algunos árboles pueden caer, y hay riesgo para techos débiles.

Categoría 2 (154-177 km/h): Daños moderados. Tejados arrancados, árboles grandes caídos, cortes de energía prolongados.

Categoría 3 (178-208 km/h): Daños graves. Pérdida de techos, inundaciones en zonas costeras, estructuras debilitadas.

Categoría 4 (209-251 km/h): Daños muy graves. Casas destruidas, árboles arrancados de raíz, calles bloqueadas, cortes de servicios por semanas.

Categoría 5 (más de 252 km/h): Daños catastróficos. Muchas viviendas arrasadas, ciudades incomunicadas, grandes pérdidas humanas y materiales.

Aunque la categoría da una idea del poder destructivo, también influyen otros factores como el tamaño del huracán, la cantidad de lluvia y el tiempo que permanece sobre una región.

Huracanes más terribles de la historia

A lo largo de los años, ha habido huracanes que no solo han causado daños materiales, sino que también han marcado la historia por su fuerza y devastación. Aquí te mencionamos algunos de los más impactantes:

1. Huracán Katrina – Estados Unidos, 2005

Este huracán golpeó con fuerza el sur de Estados Unidos, especialmente la ciudad de Nueva Orleans. Alcanzó la categoría 5 en el océano y cuando llegó a tierra, era categoría 3, pero con marejadas y lluvias devastadoras. Más de 1,800 personas murieron y miles de viviendas quedaron destruidas. Muchas zonas quedaron bajo el agua durante semanas debido a que los diques de protección fallaron.

2. Huracán Mitch – Centroamérica, 1998

Uno de los más mortales en América Latina. Afectó principalmente a Honduras y Nicaragua, con lluvias constantes que duraron varios días. Aunque sus vientos fueron fuertes, el mayor desastre vino por las inundaciones y deslaves que sepultaron comunidades enteras. Se estima que murieron más de 11,000 personas, y muchas más desaparecieron.

3. Huracán Haiyan – Filipinas, 2013

Conocido localmente como Yolanda, este huracán es considerado uno de los más potentes jamás registrados. Golpeó las islas Filipinas con vientos de más de 300 km/h y olas de hasta 6 metros. Más de 6,000 personas murieron y ciudades completas fueron arrasadas.

4. Huracán Fifi – Honduras, 1974

Antes de Mitch, este fue uno de los peores desastres naturales en la historia de Honduras. Causó desbordamientos de ríos, destrucción de carreteras y pérdida masiva de cultivos. Murieron más de 8,000 personas y el país tardó años en recuperarse.

¿Qué podemos aprender de los huracanes?

Los huracanes nos enseñan que la naturaleza tiene una fuerza que debemos respetar. A veces no podemos evitar que ocurran, pero sí podemos prepararnos mejor y estar atentos a las advertencias.

También nos recuerdan la importancia de cuidar el medio ambiente. Con el cambio climático, los huracanes podrían volverse más fuertes o más frecuentes, por lo que es vital que cada uno de nosotros haga su parte para proteger el planeta.

FUENTES:

National Hurricane Center (NOAA)

Organización Meteorológica Mundial (OMM)

Centro de Estudios Atmosféricos de la Universidad de Guatemala

BBC Mundo

CNN en Español

La circulación durante un huracán representa un alto riesgo. La visibilidad reducida, los vientos intensos y la acumulación de agua dificultan el desplazamiento y ponen en peligro la vida de los conductores.

Los efectos devastadores de los huracanes se evidencian en infraestructuras colapsadas, resultado de vientos extremos y lluvias intensas que superan la resistencia de muchas construcciones en zonas vulnerables.

Pareid lia FACIAL

Ricardo Segura - EFE Fotos: CCO

El fenómeno de percibir rostros humanos ilusorios, que parecen tener expresión y personalidad en algunos objetos, estructuras o lugares, se denomina pareidolia facial y es bastante frecuente. Los investigadores han descubierto algunos mecanismos cerebrales y ciertos hechos sorprendentes relacionados con esta ilusión perceptiva.

Si tiende a notar rostros en algunos de los objetos inanimados que lo rodean, como la cara ceñuda de una casa, una bola de boliche (bolera) sorprendida o una manzana que hace muecas, no es la única persona a la que le ocurre esto. De hecho, se trata de un fenómeno perceptivo muy humano y frecuente.

Un fenómeno psicológico

La pareidolia facial, un llamativo pero frecuente fenómeno psicológico por el cual percibimos rostros donde en realidad solo hay objetos cotidianos, formas abstractas o estructuras inanimadas, viene siendo estudiada por la comunidad científica desde hace años, llegando a resultados a menudo sorprendentes.

Una investigación dirigida por la doctora Jessica Taubert, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Queensland (UQ), en Australia, desvela que las mujeres que acaban de dar a luz tienen muchas más probabilidades de ver caras ilusorias en objetos cotidianos que otras mujeres.

Los investigadores de la UQ (www.uq.edu.au) descubrieron que las mujeres que acababan de tener un bebé tendían a percibir estructuras faciales en objetos que en realidad carecen de vida, en mayor medida que las mujeres embarazadas y aquellas que no estaban embarazadas.

“Creemos que esto puede deberse a los niveles elevados de oxitocina que hay en el cuerpo femenino después del parto. Esta sustancia hormonal reduce el estrés, mejora el estado

Redacción:

de ánimo y promueve conductas maternales como la lactancia, por lo que podría contribuir a que la madre tenga una mayor sensibilidad a la hora de percibir rostros en los objetos”, explica Taubert.

Estudio de campo

En este estudio participaron 379 mujeres (79 que habían dado a luz en los últimos 12 meses, 84 gestantes y 216 que no estaban embarazadas), a las que se les pidió que calificaran su capacidad para percibir rostros en un conjunto de imágenes de rostros reales, rostros ilusorios en objetos cotidianos y objetos sin rasgos faciales.

“Sabemos que nuestros cerebros tienen una mayor sensibilidad a cualquier estructura parecida a una cara, y esto juega un papel crucial en la detección de la presencia de rostros humanos en nuestro entorno, pero desconocíamos que nuestra susceptibilidad a la pareidolia fluctuaba a lo largo de las diferentes etapas de la vida”, destaca la doctora Taubert.

cotidiano es una experiencia común, pero los resultados de nuestro estudio anterior al de las madres, mostraron un sesgo sorprendente en la percepción de género, con muchos más rostros ilusorios percibidos como masculinos que femeninos”, según Taubert.

A más de 3.800 participantes en el estudio de la UQ se les mostraron numerosos ejemplos de pareidolias faciales y objetos inanimados sin estructura facial y se les pidió que indicaran si cada imagen tenía una expresión emocional, edad y sexo biológico distintos o no.

“Los participantes pudieron reconocer las expresiones emocionales transmitidas por estos peculiares objetos y atribuirles una edad y un género específicos”, explica.

“Sabemos que cuando vemos caras en los objetos, esta ilusión es procesada por partes del cerebro humano que se dedican a procesar caras reales, por lo que, en teoría, la pareidolia facial ‘engaña al cerebro’”, explica la doctora Taubert.

Género de los rostros ilusorios

Este estudio surgió como correlato de un artículo de una anterior investigación sobre la pareidolia facial, en la que Taubert y su equipo descubrieron que los rostros ilusorios observados en objetos cotidianos tenían más probabilidades de ser percibidos como masculinos en vez de femeninos.

“La ilusión de ver una estructura facial en un objeto

¿Ve caras en las cosas?

El doctor Colin Palmer, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW), también en Australia, coincide con la doctora Taubert, en que “la pareidolia facial utiliza los mismos procesos cerebrales que usamos para reconocer e interpretar las caras humanas reales”.

Una investigación de la UNSW encabezada por

Cualquiera de nosotros podría decir que la naturaleza está feliz mientras se refresca con las aguas de esta cascada. La pareidolia facial hace que nuestro cerebro convierta recovecos, sombras, texturas y luces, en caras que nos ven con diferentes expresiones. / Ludovico Ceroseis - Unsplash

Palmer, ha demostrado que procesamos estas caras falsas utilizando los mismos mecanismos visuales del cerebro que utilizamos para las caras reales.

El doctor Palmer señala que ver caras en objetos cotidianos es muy común, lo cual queda resaltado por los numerosos ‘memes’ y páginas web dedicados a este fenómeno en Internet.

“En sitios web como Flickr y Reddit se han acumulado miles de fotografías de objetos cotidianos que se asemejan a rostros, aportadas por usuarios de todo el mundo”, afirma.

“Una característica sorprendente de estos objetos es que no solo parecen rostros, sino que incluso pueden transmitir una sensación de personalidad o significado social. Por ejemplo, las ventanas de una casa pueden parecer dos ojos que te observan, y un pimiento puede tener una expresión feliz en su rostro”, destaca.

La pareidolia facial es un fenómeno perceptivo mediante el cual el cerebro identifica formas familiares, como rostros, en objetos inanimados. En las plantas, ciertas disposiciones de pétalos, hojas o texturas en el tronco pueden inducir esta ilusión, revelando cómo los patrones naturales estimulan nuestra tendencia innata a buscar sentido visual en el entorno. / Peter Laing/Unsplash.

“El patrón básico de rasgos que define el rostro humano, con su característica disposición espacial de los ojos y la boca, es algo a lo que nuestro cerebro está particularmente acostumbrado, y es probable que sea lo que atrae nuestra atención hacia los objetos de pareidolia”, según Palmer.

Ilusión hasta el último detalle

La percepción de rostros también incluye reconocer quién es esa persona y “leer la información de su cara”, por ejemplo para saber si nos está prestando atención y si está feliz o molesta, en lo que se conoce como “información social”, según explica.

En el estudio que Palmer efectuó con su compañero de la UNSW, el profesor Colin Clifford, los investigadores comprobaron que los mismos mecanismos del cerebro que extraen información social importante cuando una persona mira a otra también se activan cuando experimentamos pareidolia facial.

“Esto es evidencia de una superposición en los mecanismos neuronales que están activos cuando experimentamos pareidolia facial y cuando miramos rostros humanos”, señalan.

Lo comprobaron mostrando a los participantes en el estudio, tanto imágenes de rostros verdaderos como de caras de pareidolia, y utilizando un proceso conocido como “adaptación sensorial”, una especie de ilusión visual en la que la percepción de uno se ve afectada por lo que se ha visto recientemente.

Parque Astillero

Redacción: EntreCultura

Fotos: Civitatis (CV) - Pixabay (PB)

El Astillero Municipal de San Marcos o Parque Regional Municipal, es un Área Natural Municipal Protegida. Administrada por la Municipalidad de San Marcos. Este parque se encuentra en el Municipio de San Marcos, Departamento de San Marcos.

La tala inmoderada de árboles, la expansión agrícola, el cambio climático entre otros, son amenazas para nuestros bosques, es por ello que el 26 de junio del año 2006 el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), inscribió bajo categoría de Parque Regional Municipal el área denominada Astillero Municipal de San Marcos, quedando declarada como área protegida.

Área Protegida

La extensión del área protegida es de 781.5 hectáreas. Actualmente, existen tres zonas de manejo dentro del área. Por un lado la zona de conservación, que es la más grande con 582 hectáreas, luego una zona de manejo forestal con una extensión de 174.5 hectáreas, y un espacio de 25 hectáreas de uso público.

La visión de este proyecto es que para el 2030 sea un área protegida “modelo” en el altiplano occidental, con un bosque conservado, donde habitan especies

Vista panorámica de las montañas y pueblitos que circundan el área del Parque Regional Municipal El Astillero. / Edgardo Orozco

endémicas y amenazadas con alto valor ecológico, y que provea de bienes y servicios ambientales como la producción de agua y el manejo de productos y subproductos del bosque utilizando conocimientos tradicionales, siendo un espacio de interacción entre los seres humanos y la naturaleza el cual permite el desarrollo de actividades de educación ambiental, investigación científica, turismo y manejo forestal sostenibles, que buscan alcanzar la autosostenibilidad, brindando beneficios tangibles al municipio así como a las comunidades aledañas al parque.

Atractivo turístico

En cuanto a la parte turística el bosque protegido natural ofrece un ambiente agradable para los turistas nacionales y extranjeros. Cuenta con senderos didácticos, Algunos de los atractivos que ofrece el parque es el poder convivir con la naturaleza, en un entorno rico de flora y fauna.

Aves, un actor principal

El Parque El Astillero es ideal para la práctica del aviturismo ya que habitan cientos de especies de aves como el Pavo de Cacho (Oreophasis derbianus), El Quetzal (Pharomachrus), El Chipe Cabeza Rosada (Cardellina versicolor), El Búho Manchado Guatemalteco (Strix Fulvescens), El Colibrí Garganta Vino (Selasphorus ellioti), La Codorniz Silvadora (Dactylort Thoracicus), Codorniz Ocelada (Cyrtonyx ocellatus), El Gavilán Cola Roja (Buteo Jamaicensis), Entre otras. Fauna maravillosa

Algunas especies que habitan en este bosque son pequeños y grandes mamíferos como el Puma, Jaguarundi, Ocelotes, Coyotes, Zorro Gris, Mapaches, Pizotes, Micoleones, Cacomixtles, Conejos, Armadillos, Venado cabrito (Mazama temama) que se encuentra en grave peligro de desaparecer por la cacería ilegal y pérdida de su hábitat. Anfibios y reptiles como la Abronia (Abronia matudai) este ejemplar es un tipo de dragón propio del bosque, se caracteriza por esconderse dentro de las Bromelias. Y la flora única del bosque nuboso.

Para más información del parque comunicarse al teléfono: +(502) 7760-9240 Facebook: https://www.facebook.com/pg/ astillerosanmarcos

Chipe Cabeza rosada. / Edgardo Orozco
Los bosques de cipreses y otras plantas, ayudan a crear microclimas, propicios para la conservación de especies de la flora y fauna guatemalteca. / Edgardo Orozco
Turista disfrutando la vista desde uno de los miradores del parque. / Chaito Orozco
Quetzal macho, ave nacional de Guatemala. / D.Hatcher Mapache comun. / Cary Bass-Deschênes

Silencio

“La

sabiduría de mi abuela”

Julián tenía 15 años y, como la mayoría de su generación, vivía pegado al celular. No era solo un aparato: era su mundo.

Una tarde, su mamá le propuso algo que para él sonaba a castigo: ir a pasar el fin de semana con su abuela, en un pequeño pueblo sin señal. Julián puso cara de tragedia.

¿Y qué voy a hacer allá sin internet? protestó.

—Vivir, tal vez respondió su madre, sin discutir.

Sin muchas opciones, hizo su maleta, guardó su cargador y su celular (que no pensaba usar poco) y subió al carro.

Tres horas después, estaban frente a una casita de tejas viejas, jardín amplio y árboles que susurraban con el viento.

Apenas bajó del carro, Julián sacó su celular: “Sin servicio”. Intentó conectarse al WiFi, pero no existía. Miró a su mamá como pidiendo ayuda, pero ella solo sonrió y dijo:

Es solo por dos días. Te va a hacer bien.

Esa noche, Julián se sintió incómodo. Se revolvía en la cama, miraba la pantalla apagada, sentía que algo le faltaba. Al día siguiente, su abuela le pidió ayuda con unas plantas del jardín. Él aceptó sin entusiasmo.

Mientras trabajaban juntos, su abuela le contó historias de cuando tenía su edad: que escribía cartas, que jugaba canicas, que salía a caminar sin rumbo. Julián

apenas escuchaba, pero algo en su tono cálido empezó a hacerle eco.

Por la tarde, caminaron hasta el río. Julián alzó la vista y vio el cielo despejado, el reflejo del agua, los árboles moviéndose sin prisa. Por primera vez en su vida, Julián se recostó en el pasto junto a su abuela para ver las estrellas.

—¿Sabés por qué me gusta vivir aquí? le preguntó la abuela.

—¿Por qué?

—Porque aquí nadie te interrumpe. Podés escuchar lo que sentís. Y eso… eso vale más que cien notificaciones.

Esa noche, Julián durmió profundamente. No extrañó su celular. Se sintió más liviano, más él.

Cuando regresaron a la ciudad, encendió el celular. Sonó, vibró, mostró cientos de notificaciones. Pero Julián ya no tenía la misma urgencia. Había algo que había entendido: que vivir desconectado, aunque sea por un momento, también es una forma de estar presente.

Desde entonces, se regalaba una hora diaria sin pantalla. Y en ese silencio, se descubría. Porque entendió que su vida no estaba en la pantalla… sino en todo lo que pasaba cuando dejaba de mirarla.

REFLEXIÓN:

No somos lo que publicamos. Somos lo que sentimos cuando nadie nos está mirando. Apagar el celular a veces es encender el alma.

Uno de los buhos tiene un sueter con diseño diferente a todos los demás...

¿Cuál será?

Scaphyglottis hondurensis

(Ames) L.O. Williams 1950

Etimología:

Scaphyglottis: el nombre del género deriva de las palabras griegas “scaphé” que significa “cuenco” y “glottis” se refiere a “lengua”. Que se traduce como “lengua en forma de cuenco”, esto en alusión a la forma cóncava del labelo.

Hondurensis: epíteto en latín que significa “de Honduras”, donde fue encontrada por primera vez.

ORQUIGONIA:

Km 206 Ruta de las Verapaces, Cobán A.V.

●Facebook: Orquigonia ●Instagram: @orquigonia

●WhatsApp: 00502 4740-2224 ●Tiktok: @orquigoniagt

Imagen obtenida del Fb: Gergely Dudás - Dudolf

Aviones cazahuracanes

Los aviones cazahuracanes, son naves equipadas con instrumentos especializados para medir las condiciones atmosféricas en el espacio aéreo por donde el avión vuela.

Con los datos recabados, los especialistas pueden ubicar y predecir en rangos exactos la composición de los huracanes, su categoría y posible trayectoria.

EL ANEMÓMETRO

El anemómetro fue inventado en el año de 1450 por el arquitecto e inventor italiano Leon Battista Alberti.

Un anemómetro es un dispositivo detector de viento que identifica la velocidad, la dirección y la presión. De hecho, son herramientas importantes para los meteorólogos en sus estaciones. El anenómetro permite conocer la velocidad del viento para categorizar así a los huracanes.

FUENTE: Wikipedia. Compartido con fines educativos.

El canal de Chiquimulilla, se construyó en 1893 en la costa sur de Guatemala, con una longitud de 140 kilómetros. / marinakvillatoro.
Izquierda: Grabado de Leon Battista Alberti (1404-1472). / Hulton Archive. Derecha: Esquema del anemómetro de placa basculante, inventado por Alberti hacia 1450.
Fuente de foto: www.elcomercio.com

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.