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VI. LA REFORMA AGRARIA Y EL AGOTAMIENTO DEL PROYECTO MILITAR
VI/ Agotamiento del proyecto militar 343
desorganización empresarial, carencia de recursos financieros, agravados al máximo por la difícil situación actual, nuevamente hacen del agro el "cuello de botella" que la economía debe romper para recuperar dinamismo y que incluso, al margen de las disposiciones legales vigentes, ponen en tela de juicio la continuidad misma del sector reformado.
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2. La nueva insurgencia del movimiento campesino
El agotamiento del reformismo militar y la gravedad de la crisis económica que recae con especial intensidad sobre los trabajadores, factores aunados a un paulatino avance de posiciones de izquierda dentro del campesinado, motivan que la nueva insurgencia del movimiento campesino organizado aparezca como otro de los factores de orden político que contribuyen a hacer patente la ineficacia de la reforma como mecanismo de contención social.
Esta insurgencia, expresada a lo largo de 1978 en fenómenos como la independización de la CNA de la influencia estatal, el fortalecimiento de la CCP y el brote de nuevas movilizaciones campesinas, se gesta en un contexto de depresión de las condiciones materiales de los sectores rurales y de disolución de los mecanismos ideológicos de legitimación política del gobierno.
En primer término, la movilización es espontánea y se concreta en el paro nacional de mayo de 1978. Entonces, sin haber sido convocados directamente, los trabajadores agrícolas de empresas asociativas, así como de otros sectores campesinos participaron en la paralización general de actividades y en otras acciones de protesta, como bloqueo de carreteras y concentraciones en las principales ciudades provincianas. Posteriormente, tal actitud sustentó modificaciones sustantivas en las entidades representativas del campesinado.
Si hasta mayo de 1978 la situación de la CNA era incierta, dado que había modificado su línea pero seguía vinculadadirectamente al aparato del Estado, a través de múltiples instancias, desde el momento en que se decreta su cancelación oficial adoptó una posición de independencia.
Antes, en diciembre de 1977, en su VI Asamblea General de Delegados, la CNA acordó participar en las elecciones a la Asamblea Constituyente con candidatos propios y abrió una línea de colaboración con las organizaciones gremiales y políticas de izquierda, que incluía un relativo acercamiento a la CCP. Sin embargo, casi inmediatamente el gobierno rechazó esa pretensión de participación electoral, originando una nueva causal de conflicto. En respuesta, la CNA apoyó los paros nacionales de febrero y mayo de 78 y adoptó una actitud de franca oposición al régimen. Así el decreto de su disolución la




