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CÉSAR HERREROS,

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pelotari en la época gloriosa de Badarán, cuenta la historia pelotazale del pueblo

Estamos en el frontón municipal de Badarán, rebautizado hace unos años como “Fidel Pérez, Pili” en memoria de un pelotari nacido en Ausejo, pero que vivió gran parte de su vida aquí, donde cuidaba el frontón y siempre tenía pelotas preparadas para que jugaran los chavales cuando salían de la escuela. Y nos acompaña César Herreros, que fue pelotari en la época gloriosa de Badarán, cuando este pequeño pueblo de La Rioja Alta llegó a ganar varios años el torneo Interpueblos riojano, allá por los años 70 del pasado siglo. César rechazó el paso a profesionales, y cuando dejó de jugar en aficionados pasó a ser juez de pelota durante décadas. “Hasta que me jubilé”, apostilla.

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JAIRO MORGA MANZANARES, delegado en La Rioja de Pilotarien Batzarra.

¿Cuáles son tus primeros recuerdos del juego de la pelota?

Yo lo conocí, como todos los chavales de entonces, desde que empecé a andar. En el frontón viejo que había en la pared de la iglesia, allí empezamos a jugar todos a la pelota. Y había mucha afición, de pequeñito, cuando salíamos de la escuela al recreo, al frontón. El que antes lo pillaba, el frontís; los demás, yo del cuatro a la seis, yo del seis al ocho... Casi no se jugaba a otra cosa que a la pelota, y había mucha afición. Pero cuanto tenía 14 o 15 años, el último año que iba a la escuela, desde la misma ventana de la escuela, porque estaban las escuelas en el ayuntamiento, y el frontón estaba enfrente, desde allá vimos cómo aquella tarde empezaban a tirar el frontón, la pared izquierda. Iban a cambiar la fisonomía de la plaza porque era pequeñita y había una calle que la partía. Así que echaron las calles por alrededor de la plaza, e hicieron una plaza muy grande, la que hay ahora, y por eso tiraron la pared del frontón. Ahí estuvimos un montón de años sin frontón, jugando en la pared que habían dejado. Eso fue en el año 58 o así.

Este frontón en el que estamos se construyó el el 65 y se cubrió en el 76, uno de los primeros de La Rioja, por cierto. Y aquí es donde explosionó la pelota en Badarán...

Hubo un aficionado, un maestro que era de Hormilla, don Francisco, que se empeñó en hacer un club de pelota, y lo consiguió. Hicimos el club, y enseguida hubo una afición tremenda en el pueblo. El torneo Interpueblos se jubaba en cuatro grupos, Rioja Alta, Rioja Centro y dos de Rioja Baja. Todos contra todos dos veces, en tu frontón y en el del otro pueblo. Y al finalizar, el primero y el segundo de un grupo se cruzaban contra el primero y el segundo de otro. La semifinal los que habían quedado y la final ya los dos pueblos que quedaban, en el Adarraga. Como llevábamos un montón de años sin frontón, yo había perdido totalmente la afición a la pelota, así que en el primer Interpueblos ni siquiera me apunté. Pero yo iba a verlos, y empezó a gustarme. Quedaron segundos de nuestro grupo, detrás de Nájera, pero luego les eliminaron y no llegaron a la final.

Al año siguiente me apunté, comencé a entrenar, y me vieron los encargados del club: Jamín, Ismael García, el practicante don Armando, Pedro “el Chaval”, Ramón “Chispas”..., y me pusieron a jugar en el segundo campeonato. Quedamos campeones de grupo, y llegamos a la final, donde nos ganó Ezcaray. Entonces solo había tres modalidades, infantiles, juveniles y mayores, después se añadió alevines. Lo tuvimos en la mano, porque en infantiles habíamos ganado de calle, y en juveniles nos ganaron 18-16. Y en mayores perdimos 22-17. Yo jugaba con Pedro Miguel, y al zaguero de Ezcaray le llamaban Pepito. Del delantero no recuerdo el nombre.

Contabas que todo esto se hizo gracias al club de pelota...

Sí, del dinero que recaudábamos con los partidos de pelota. Con permiso del ayun- tamiento, se cubrió el frontón con el dinero que sobraba de pagarnos a los pelotaris. Nos pagaban poquito, pero nos pagaban a todos algo. Ibas a jugar a otros pueblos en fiestas, que he llegado a ir hasta Segovia a jugar, y te daban en aquellos tiempos igual mil duros. Pero a lo que vamos, en los partidos del Interpueblos se ponía esto hasta los topes. Y en el Adarraga, por lo menos las dos finales que jugué yo, no cabía la gente, como pasaba en todas las finales. Después empezó a ceder algo, hasta que terminó el Interpueblos siendo nada. Y se creó tal afición que luego salieron Florencito Lerena y Vicente Ibáñez. Jugaban en juveniles. Vicente fue campeón manomanista de España, y luego profesional. También jugaba en infantiles Carlos Gabarri, Gabarri II, que también fue profesional. Y en juveniles jugó unos años Eduardo García, “el Rubio”, que también pasó a profesionales. Cuando llegó el Rubio a mayores, la pareja mía en mayores, Pedro Miguel, dio un bajón, no sé qué le pasó, el Rubio jugaba más, y le pusieron. Carlos Gabarri también había pasado a mayores, porque se llevaban poco tiempo, pero preferían al Rubio para jugar conmigo. Para ganar partidos el Rubio, para pasártelo bien en el frontón, Gabarri.

Volvamos al Interpueblos. En la segunda edición, subcampeones, ¿y en la tercera?

Durante la primera fase al segundo igual le sacamos 20 o 30 puntos, que se daban 3 puntos por partido ganado. Teníamos mucha superioridad. En infantiles perdimos un partido o dos, y en juveniles y en mayores no perdimos ningún partido en todo el campeonato. Estaban Florencito e Ibáñez en juveniles, que sacaban a pelotazos a todos, y en mayores estábamos el Rubio y yo, que éramos unos “segurolas” y no nos dejábamos ganar por nadie. La final la jugamos contra Tricio, que había quedado segundo en nuestro grupo y también llegó a la final, y le ganamos los tres partidos bastante fácil.

Ese fue el primer triunfo de Badarán en Interpueblos, pero luego se ganó más años... Sí. Después de retirarme yo, un año ganaron jugando en mayores Florencito y Gabarri I, “el Chava”, contra Baños de Río Tobía. Aquello fue lo más emocionante que había. Entonces había ya cuatro categorías, por lo que podía haber empate a dos victorias, y se tenía en cuenta el tanteo. En el último partido, en mayores, si ellos hacían más de nueve tantos, aunque perdieran, ganaban el campeonato. Y se quedaron en 8... Tremendo.

Pues fíjate qué pena, que ahora en Baños hay una bonita escuela de pelota, la llevan Ignacio Bobadilla, Camarero II..., hacen el torneo de verano tan bonito en el frontón de la plaza, y aquí ya nadie juega a la pelota.

Nada, a futbito sí, y a pala viene algún chaval... Hasta mujeres vienen a jugar a pala con pelotita de goma..., pero a mano nada. Una pena grande. En fiestas porque traen partidos, pero del pueblo nadie. Y era el pueblo que más afición tenía... Nos acompañaba mucha gente todo el año, pero en las fases finales, que he jugado en Ausejo, en Albelda, en Alberite..., teníamos que poner autobús todos los domingos que jugábamos fuera. En este frontón la grada era antes más grande, y no se cabía... Los pasillos, el rebote..., llenos.

Hasta subidos por ahí arriba. Eso era tremendo.

Volviendo a ti como pelotari, resulta que la edad te obligó a retirarte del Interpueblos.

La Federación Riojana dio la orden de que los mayores de 30 años ya no jugásemos Interpueblos en La Rioja. Pero el que ganara el torneo luego podía poner al que quisiera cuando se jugaba después contra otras provincias. Badarán había ganado el campeonato, y entonces entré yo. No sé quién jugó aquel año, porque jugaban de zagueros “el Chava”, mi hermano Francis, Eduardo “el Panadero”... Jugamos contra Álava, donde había ganado Laguardia. Pero su frontón estaba en obras, y jugamos en Oyón. Les ganamos y nos tocó la final contra Larraun, de Navarra. Fuimos allí el primer partido, y recuerdo que el club nos llevó de víspera para que estuviésemos bien descansados, porque el partido era a las doce de la mañana. Ganamos solo un partido. En mayores jugamos contra Elizalde, que era campeón de España, manomanista y de parejas, de las dos, y Galarza III, que esta- ba a punto de pasar a profesionales. El partido de vuelta, aquí en Badarán, fue el último partido de Galarza de aficionado. En su pueblo nos ganaron más fácil, extrañas un poco el frontón, la presión... Nos ganaron 22-11. Y aquí nos ganaron 22-18. No los ganamos de chiripa... También me acuerdo que yo no sé cuándo he hecho mejor partido, la verdad.

Y al poco tiempo, en fiestas, te vieron jugar y te propusieron pasar a profesionales. En un partido aquí jugamos Leoncio y yo contra Ramírez y Picote (que también fue luego profesional). Ganamos nosotros, y estando en el vestuario entró Chichán, que era pelotari profesional, y de parte de Fraile, de Eskulari, me propuso pasar a profesionales. Yo tenía 33 años, y le dije que no, que se lo agradecía mucho, pero que estaba así bien. Entonces en los cuatro meses de verano igual jugaba dos partidos a la semana, y estaba libre de ir, o no ir si no quería. Y si te ficha la empresa tienes que ir donde te manden, y estaba ya ayudando a mi padre en el campo...

Y cuando dejaste de jugar cambiaste los tacos por la silla de juez.

Sí, que entonces estábamos sentados. Estuve hasta que hice 65 años, hasta que me jubilé. En Álava, sobre todo, estuvimos Celso y yo más de una vez de jueces en partidos del manomanista de primera. En 2002 me dieron un pequeño recuerdo en el festival de homenaje a Carlos Aguirre, “Beethoven”, el día que se inauguraba el nuevo frontón de Haro. Jugaba Titín con Berna creo que contra Goñi II y no sé si Maíz II.

La entrevista completa a César Herreros puede verse en el canal de youtube de Pilotarian Batzarra: https://www.youtube.com/watch?v=jVHCRor2ixE

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